Vivimos bajo un sistema encuestocrático de gobierno. Esto quiere decir que el poder se ejerce de acuerdo a lo que indican las encuestas. Eso puede ser parecido a la democracia, si las encuestas están bien hechas y representan el sentir de la mayoría. Por supuesto, el sentir de la mayoría suele constituir un peligro social, cosa que la Humanidad debería haber aprendido desde que un veredicto mayoritario, impecable en cuanto tal, resolvió crucificar a Cristo y liberar a Barrabás.
La más reciente encuesta de "La Segunda" y la Universidad del Desarrollo muestra un aumento de la aprobación de Sebastián Piñera, que llega a 60%, y de la de su gobierno, que es aún mayor, 63%, lo cual concuerda con mi predicamento de que el equipo es mejor que su conductor.
En los nueve aspectos de la actualidad nacional consultados, la aprobación es mayor que la reprobación. Esto revela que las políticas del Gobierno satisfacen a la mayoría, aunque sean muy erróneas, como en el caso de la huelga de hambre de los terroristas del sur, ante los cuales el Gobierno ha cedido y se apresta a ceder todavía más. Sin embargo, en esta materia la mayoría se contradice a sí misma, pues junto con aprobar la labor del Gobierno en el caso, considera que la huelga de hambre es ilegítima y que la autoridad no debería ceder ante ella. Esa contradicción no hace desmerecer al sondeo, sino a la opinión pública, que muestra así su incoherencia.
A los que han criticado el exceso de personalismo y protagonismo presidencial, entre quienes me cuento, el sondeo nos demuestra que no tenemos respaldo y que la omnipresencia y omnisciencia de Sebastián Piñera le han redituado favorablemente. También el hecho de que el suyo actúe más como un gobierno de continuidad que como uno de cambio, lo que hoy ha aparecido señalado por el ex ministro PPD, Enrique Correa, puede haber sido otro factor en su alza de popularidad, aunque no les guste a quienes lo eligieron. A lo mejor el aparecer flanqueado por las dos Isabel Allende en el campamento minero o de que Jaivas, Quilapayunes y similares de izquierda sean el grueso del espectáculo oficial montado en el Estadio Nacional conduce a que los opinantes de izquierda, que normalmente habrían sido detractores del gobernante de la Alianza, viendo que no se comporta como tal, sino como uno de ellos, cambien sus votos de rechazo por otros de aprobación.
Uno puede pensar que hacer concesiones al terrorismo es grave, que subir los impuestos para financiar la reconstrucción, que habría podido financiarse sin alzarlos, es otro error; que el royalty rendirá menos recaudación que la que se habría obtenido sin él, gracias a proyectos mineros que se habrían realizado y ahora no se concretarán, son puntos de vista correctos, pero la última encuesta parece señalar que no son populares. Y las elecciones se ganan haciendo cosas populares, por incorrectas que sean, de modo que, por el momento, las encuestas le dan la razón al gobernante.
Tal vez en el futuro las consecuencias de sus decisiones de hoy pueden hacer cambiar ese juicio mayoritario favorable. Eso ha sucedido muchas veces en muchos países, pero, por el momento, acá acontece lo contrario y la marea está claramente favoreciendo a Sebastián Piñera, dándole un valioso triunfo encuestocrático y fortaleciendo su posición de poder.
viernes, 24 de septiembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Voy a criticar su análisis de la opinión pública, particularmente con el ejemplo que ha planteado.
ResponderEliminarPrimero, usted dice que en los nueve aspectos, la aprobación a Piñera es mayor que su reprobación, de lo que se desprende que hay un cierto grado de reprobación. Dentro de aquello que se reprueba, puede estar perfectamente el manejo de la huelga de hambre Mapuche. El hecho de que la gestión se apruebe EN SU MAYORÍA no quiere decir que no exista ni un solo aspecto que se evalúe mal y, siendo así, no tiene sentido hablar de una contradicción total. Usted refuta a la opinión pública, argumentando que se contradice a sí misma al aprobar lo general y desaprobar un particular. Su fundamentación está mal planteada.
Los opinantes mal informados están en todo segmento político, pero le aseguro que aquellos de izquierda que rechazan a Piñera con fundamentos profundos, no lo hacen simplemente porque el actúa como una persona de derecha. Si usted piensa que Piñera se está comportando como se comporta la gente de izquierda, está muy equivocado.
Por último, no puedo dejar de percibir su crítica hacia el espectáculo en el Estadio Nacional. Antes de opinar sobre ello, tiene que saber que la gran mayoría de los buenos artistas de Chile son cercanos a la izquierda y no es ilógico pensar que fueron citados por su valor e influencia artística y no por su postura política ¿a quien deberían haber llamado? ¿a la Pati Maldonado? ¡por favor! Otra cosa, Los Jaivas son músicos apolíticos e indiscutiblemente, el grupo de rock más importante de Chile, debe informarse mejor antes de hablar de ellos.
No siempre es cierto, mi estimado don Hermógenes, afirmar que las encuestas imprimen la tendencia que deben seguir los políticos para relucir en los medios de comunicación.
ResponderEliminarPonga, por favor, Usted y sus lectores atención en la actual figura de Francisco Vidal, el ex Ministro Secretario General de Gobierno y de Defensa, Profesor de Historia, vocero político, asesor actual del Comandante del Ejército, interpelado en el Senado por falsear un Magister en Historia del que nunca se recibió, ex militante del Partido Nacional en 1972, de la derecha, y hoy recauchado en el PPD, de la izquierda, opinólogo público, fumador empedernido y subteniente “a dedo” de esta rama castrense, quién apareciera encaramado en un tanque en la última Parada Militar.
En esa encuesta de “La Segunda” y de la “Universidad del Desarrollo” a que se hace mención aparece este odioso personaje con el 2% de aprobación por los entrevistados.
Claro, me dirán, que ese porcentaje se obtuvo antes de los actos del Bicentenario; a lo mejor, respondo, pero lo cierto es que en ese sondeo la reprobación es tan abismante que por más que Vidal puje, se vista de milico, se haga el chistoso, trate de contarnos parte de la historia de Chile, defienda a sus mentores Lagos o Bachelet, jamás podrá tener rédito alguno en su imagen pública, porque, como dice el refrán, al mono aunque vista de seda, mono queda…
El Presidente debiera poner atención a la razón por la que la ciudadanía se inclinó por su candidatura. La promesa piñerista de que "la delincuencia tenía sus días contados".
ResponderEliminarLa decisión de la Moneda, en orden a sentarse a conversar con los delincuentes, es una pésima señal, y crea una incertidumbre patagüina en los indefensoso ciudadanos.
Y, no solamente el "sentarse a conversar", para los pelos, sino que además el gobierno -al parecer- ha prometido a los delincuentes, retirar las querellas en su contra.¡!
¡El colmo de la debilidad e inconsistencia!
Miedo a las encuestas,miedo a los mapuches, miedo a la ONU, miedo a los periodistas,miedo a los ambientalistas, miedo a Bielsa, miedo a Kramer, miedo a Camiroaga...pffpfpffp...
ResponderEliminary la UDI penso que gobernaria con ellos..AHAHAHahaHahaHAHA ilusos
ResponderEliminarAquí no hay manejo de la huelga Mapuche..hay manejo Mapuche de la huelga...
ResponderEliminar