Como no soy especialista, me informo a través de los medios de comunicación y lo que me dicta el sentido común. Si uno se atiene a lo que dice la prensa, puede quedar muy desorientado. Por ejemplo, un especialista, el presidente del Consejo Minero, que agrupa a las mayores empresas mineras del país, Miguel Ángel Durán, dice (La Tercera, 13 de octubre) que el aumento del royalty (cuyo nombre más adecuado es "impuesto específico", pero todos entendemos mejor si usamos el nombre inadecuado) va a desalentar nuevos proyectos mineros y que con él Chile pasará a tener la tributación minera más alta del mundo. Pero otro especialista, Juan Villarzú, que fue presidente de Codelco y hoy lo es de una minera privada, dice (La Tercera, 12 de octubre) que el proyecto aprobado en el Congreso, por acuerdo entre gobierno y oposición, es muy conveniente para las compañías mineras, y que la tributación de este sector en Chile es la más baja del mundo.
Entonces, si es difícil ponerse de acuerdo en los conceptos, mucho más difícil resulta lograrlo si no estamos, y ni siquiera los especialistas están, de acuerdo en los hechos, en los números.
Como los especialistas no se ponen de acuerdo, yo, que no lo soy (pues soy un generalista, es decir, un especialista en asuntos generales), adquiero autoridad para dar mi opinión sobre el royalty.
Primero: en Chile hubo un royalty de 100% a partir del momento en que el Estado se incautó de las mayores empresas mineras, hace cuarenta años, sin pagar nada. Pero entonces se detuvo toda inversión importante en la minería. Es decir, dejó de haber nuevos proyectos que contrataran trabajadores chilenos para esa actividad y les compraran a las industrias y comercios chilenos que abastecen a la minería.
Segundo: el Gobierno Militar se dio cuenta de esto y aunque entre los uniformados había una corriente que consideraba bueno que hubiéramos matado a la gallina de los huevos de oro, y esa corriente exigió consagrar la propiedad estatal del subsuelo incluso en la Constitución de 1980, la intuición del general Pinochet lo llevó a oír a su ministro José Piñera (el mejor de los hermanos) y a restablecer la propiedad privada minera, no sin dificultades, pues hubo que torcerle la nariz a la Constitución.
Tercero: ¿Y qué pasó entonces? Que el país se llenó de exploradores mineros. En particular, recuerdo a un buen amigo que tenía una compraventa de autos, la cerró y se fue al desierto con "todo equipo" a buscar minas. Al cabo de unos años de sacrificios y gastos de un par de millones de dólares encontró una mina y en poco tiempo se la vendió a unos japoneses en 20 millones de dólares.
Entonces, cuando otro amigo me dice que es partidario del royalty "porque los gringos vienen, sacan todo el metal, se llevan las plata a su país y acá dejan el hoyo", yo le replico: "Un momentito, ¿qué importa, si hay miles de personas explorando y encontrando nuevos minerales y los "hoyos" que dejan son una superficie infinitesimal del territorio minero potencial; y además los gringos han invertido acá antes de irse miles de millones de dólares, pagado sueldos a decenas de miles de chilenos y comprado enormes cantidades al comercio y la industria de acá, creando así riqueza?"
Cuarto: alguna vez Chuquicamata va terminar siendo sólo un hoyo, pero vaya que hemos disfrutado de todo lo que salió de ahí. Y ahora estamos disfrutando de todo lo que se descubrió gracias a que se restableció la propiedad privada minera.
Si es verdad que los impuestos a la minería en Chile son más bajos que en otras partes, tal vez no se deje de emprender proyectos acá aunque suba el royalty. Pero si son más altos, sí se va a dejar de emprenderlos. Y como de cada mil millones de dólares de un proyecto siempre quedan acá 600 o 700 millones a título de remuneraciones y compras de toda clase de insumos, entonces, por subir el royalty unos puntos, a lo mejor estamos dejando de recibir dos o tres veces más que eso por concepto de inversiones y pagos que no se harán en el país porque se preferirá hacerlos donde cobren menos impuestos a la minería.
Quinto: el Consejo Minero dijo hace unos meses que el aumento del royalty había puesto en tela de juicio proyectos por unos 8 mil millones de dólares. Para recaudar 300 o 400 millones al año (que es lo que se espera del aumento del royalty) se pueden detener inversiones que significarían pagar sueldos y hacer compras en Chile por cuatro mil millones de dólares y que pagarían impuestos, con el royalty actual, superiores a esos 300 o 400 millones de dólares. Con más royalty no se haría, sin él, sí.
Sexto: ya con el aumento del precio del cobre, que lo ha dejado en más de un dólar por libra por sobre el precio considerado en el Presupuesto, hay un financiamiento extraordinario superior a todo lo que los nuevos impuestos del Gobierno buscaban recaudar para la reconstrucción.
El otro día asistí a una exposición del Ministro de Hacienda, muy buena, como todas las que hace, y en determinado momento mostró una diapositiva en que se decía que una firma clasificadora de riesgos, creo que Moody's, había mejorado la clasificación de Chile, y abajo en la diapositiva alcancé a leer que, según Moody's, algo así como "aunque el gobierno de centro derecha de Chile no necesitaba subir los impuestos para financiar la reconstrucción, sí los había subido". Por supuesto, al Ministro le interesaba mostrarnos que la clasificación de riesgo de Chile había mejorado, pero no que Moody's consideraba innecesario subir los impuestos para financiar la reconstrucción, así es que retiró la diapositiva muy rápidamente, antes de que yo alcanzara a terminar de leerla.
Pero cuando vuelva a Santiago voy a procurar que el banco BICE, que me convidó a la exposición del Ministro (y de Nouriel Roubini), me dé una copia de esa diapositiva... si es que el Ministro se las ha dado a ellos...
En resumen, como principio general, todo marcha mejor si no se sube los impuestos. Si los especialistas se pusieran de acuerdo en que realmente van a rendir más sin castigar la inversión, por último yo diría, ante el royalty, "bueno, ya". Pero, mientras tanto, sigo diciendo que es perjudicial y que, si no lo fuera, no es necesario, porque siempre para un país ha sido mejor que un peso o un dólar lo reciba un particular a que lo reciba el Estado. Aunque el particular sea un gringo que se lo lleva para afuera, porque ese gringo de todas maneras va a volver a invertir más en el país donde obtuvo buenos dividendos.
sábado, 16 de octubre de 2010
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Hay varias mentiras sobre el royalty. Derecha e izquierda hablan de "más recursos para el país", pero esos recursos no son para el país, son para el estado, y los chilenos tenemos cero control de lo que hace el estado con...."nuestros recursos".
ResponderEliminarComo dice Hermógenes, los políticos se enrollan en la bandera chilena para reclamar de las utilidades de las mineras extranjeros, pero no se arrugan para usar los recursos del royaty para subsidiar estudios en el extranjero a gente de clase media alta.