Joaquín Lavín comenta los resultados de la nueva prueba SIMCE, los cuales dicen lo que todos sabemos que tienen que decir: la educación chilena progresa poco o nada (por ejemplo,los resultados de Lectura de 8° básico son peores en 2009 que en 2008), pero los que están en peor condición son los establecimientos estatales, la llamada "educación municipalizada", es decir, estatal, en la cual estudian los alumnos más pobres. "En un curso de 40 alumnos en el nivel socioeconómico alto -dice Lavín- 20 alumnos aprenden lo que se debe. En el nivel socioeconómico bajo, sólo un alumno tiene ese resultado".
Esto suele interpretarse como causado por la diferencia de ingreso de los respectivos hogares, pero también puede interpretarse como ocasionado por el hecho de que los alumnos de nivel socioeconómico alto van a colegios particulares y los del nivel bajo van a colegios estatales. Y esta última interpretación se confirma al observar que los niños pobres que van a la educación particular gratuita también obtienen mejores resultados que quienes van a los colegios municipales.
La izquierda pone énfasis en las diferencias de ingreso de las familias, pero si se toma en cuenta lo que se gasta en educación pública versus lo que se gasta en la educación particular pagada, la diferencia del gasto entre una y otra disminuye notablemente. Lo que sucede es que el Estado derrocha de manera increíble los recursos, sin aplicarlos a mejorar la educación estatal, porque los funcionarios y profesores no tienen incentivos para trabajar más y mejor, sino sólo para usar su poder de presión para ganar más ellos, cosa que han logrado gracias al Estatuto Docente que consagró el inefable Ricardo Lagos a comienzos de la década pasada y que es una de las causas principales del estancamiento y encarecimiento simultáneos de la educación pública en Chile.
La verdadera solución para el problema está en sacar la educación de manos del Estado, que la empeora, y ponerla, junto con los recursos que hoy el Estado malgasta, en manos de los jefes de familia chilenos, para que libremente elijan colegios para sus hijos, colegios que tengan, a su turno, libertad para enseñar y para discurrir los mejores programas, con el incentivo de que si entregan buena educación más alumnos se matricularán en ellos, que es justamente lo que sucede en la educación particular pagada. Adviértase que si ésta tampoco alcanza niveles óptimos es, justamente, por la injerencia estatal, porque el Ministerio fija los Contenidos Mínimos Obligatorios, que no son mínimos, sino que insumen todo el año escolar. Y deben obligatoriamente atenerse a ellos porque son los que se usan para elaborar la Prueba de Selección Universitaria, sin la cual los alumnos no pueden acceder a las mejores universidades. Esta injerencia estatal impide la diversidad de programas y la innovación educacional en Chile y por eso ni siquiera la educación particular puede alcanzar el óptimo, como podría hacerlo si fuera realmente libre.
Por eso en un blog anterior ("Que se Vayan Todos", 10 de mayo), propuse que los fondos que absorbe el Ministerio vayan a manos de los padres de familia, cosa que les permitiría contar con "vales educacionales" de un monto tres o cuatro veces superior a la subvención para la educación particular gratuita actual (que pese a ello enseña mejor que la estatal y deja beneficios a los dueños de los colegios).
Y sin Ministerio habría libertad de enseñanza real, suprimiéndose, por cierto, la PSU como instrumento del totalitarismo estatal en la educación.
Mi querido y recordado amigo Álvaro Bardón decía que gracias a la libertad que hay para fabricar pan no hay problema alguno en la calidad ni en el precio del pan. La educación es tan esencial para alimentar el alma como el pan lo es para alimentar el cuerpo. Si lográramos reconquistar la libertad educacional y entregar a los jefes de familia los recursos y la libre elección de que hoy los priva el monstruo burocrático llamado "Ministerio de Educación", esta última daría un gran salto adelante en Chile.
Pero nadie se atreve a ponerle el cascabel al gato. Cuando yo era columnista de "El Mercurio" propuse las mismas ideas antedichas. En una oportunidad el diario hizo un recuento de todas las propuestas educacionales que se habían publicado en ese tiempo y, que yo sepa, la única que ni siquiera mencionó fue la mía, pese a haber aparecido en sus propias páginas. Es que es una idea revolucionaria, inadmisible para el pensamiento "políticamente correcto" y para el "establishment" que vive del presupuesto educacional del Estado e, incluso, impensable para la mayoría de la población, que en éste, como en tantos aspectos, tiene el cerebro lavado. Porque si usted hace una encuesta, la inmensa mayoría apoya darle más recursos a la educación estatal, que es la que enseña peor, en lugar de apoyar la idea de transferirlos a la educación particular, que es la que enseña mejor.
Lavín, por lo menos, ha hablado de que está empeñado en una "revolución". Eso alienta una esperanza. No muchas de que adopte mis sugerencias, porque en una oportunidad leí que decía, como candidato, que siempre sus proposiciones se basaban en hacer todo lo contrario de lo que yo proponía. Bueno, por algo perdió dos elecciones presidenciales seguidas.
Yo confío en que el hoy ministro haya madurado y que su revolución consista en ir liberando progresivamente la educación en Chile, para que haya más competencia y mayor libertad. Pues los recursos están, pero, el grueso, en malas manos. Lo único que se requiere es gastarlos bien, es decir, ponerlos en manos de gente dotada de libertad para elegir y así fomentar la innovación y la competencia.
miércoles, 2 de junio de 2010
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Su metáfora del pan me hace pensar si su amigo o usted compraban pan en chile o no. El precio del pan ya ha sido tema por el alza significativa de su valor/kilo...
ResponderEliminaren fin don Hermógenes, ojalá le ponga el cascabel a su gato.
Sr. Rouliez, la gente de Chile nunca ha consumido un pan más malo y más caro que cuando el gobierno le fijó el precio, bajo Allende.
ResponderEliminarMás detalles respecto del efecto del Estatuto Docente en mi blog http://cardenaldo.blogspot.com
Don Hermógenes.
ResponderEliminarAcierta plenamente cuando, y reiteradamente afirma, que los chilenos nos caracterizamos por una especial mala memoria, y una manifiesta y abierta disposición que la izquierda nos lave el cerebro y nos adormezca con sus mentiras.
Lo anterior va en completa concordancia con lo que sucede hoy con nuestra educación, mala educación, donde el factor más importante, la calidad de nuestros profesores dejan mucho que desear y son los responsables en un 70% de los malos resultados de nuestra educación, pues hoy ya nadie recuerda que el principal establecimiento que por décadas formó a estos docentes, es decir, el Instituto Pedagógico, por décadas fue un centro de poder de la izquierda marxista. Recuerdo que por allá, por el Mundial del 62 fuimos los chilenos, testigos presenciales de la primera toma y paro de una universidad: El I. Pedagógico, en esos tiempos el grito de lucha para dicha toma y paro por parte de la izquierda era “Universidad para Todos”.
Luego, durante el Régimen Militar, fue un bastión de lucha contra Pinochet y los militares, creo, casi sin temor a equivocarme, que el pedagógico hasta casi los 90 NO TUVO UN AÑO LECTIVO NORMAL…..recordemos que a veces estaba 15, 30 o más días en paro, llegando incluso a estar tomado ANTES DE COMENZAR EL AÑO ACADÉMICO!!!
Por esa misma razón, ya a fines de los 60, las pedagogías estaban relegadas a las últimas opciones en las preferencias entre quienes se inscribían para la PAA (recuerden que al principio se optaba a las carreras al momento de inscribirse en la PAA), por ese camino llegaron las pedagogías y licenciaturas a los más bajos puntajes de las preferencias, es decir, reclutaba lo peor, sería bueno que hoy recordáramos que quien quería realmente estudiar y sacar una carrera, optaba por cualquiera carrera menos una pedagogía, pues al pedagógico era vox populi “se iba a cualquier cosa, menos a estudiar” , no por nada se le bautizó como “Piedragógico”, también no por nada los sectores aledaños desvalorizaron sus plusvalías y la gente comenzó a abandonar el sector circundante a este Instituto. ¡¿Como sería!?
Lo raro que en esa época la ciudadanía se preguntaba ¿Qué clase de profesores que luego irían a “formar” nuestros hijos, se estaban formando?...Hoy juntamos esos dos factores, y Bueno, ahora lo sabemos!!!!...
Es decir, para donde miremos buscando responsables por nuestra mala calidad de la educación …¡nos encontraremos con la izquierda! , pero como hoy funciona el lavado de cerebros, hoy nadie recuerda eso…….Si hay por algo que admiro a la izquierda es por su insuperable capacidad para hacerse los tontos…los que nada tuvieron que ver en las mansas ni que……embarraditas….¡¡Los admiro…!!!!