Entonces vinieron las elecciones y quedó en evidencia un absurdo: que Sebastián Piñera era elegido Presidente fundamentalmente gracias al apoyo de la UDI, pues ésta se evidenció como el partido más grande del país; pero que el Presidente, titular del Poder Ejecutivo, era él, con la enormidad de poderes que nuestra actual Constitución reconoce a ese cargo y sin tener que responderle de nada al referido partido mayoritario. Pues muchos -la mayoría- cree que para gobernar se necesita el concurso del Congreso y que sin el apoyo de la mayoría de éste, no se puede gobernar. Pero eso no es verdad. El Parlamento puede cerrar y no por eso el Gobierno deja de gobernar. De hecho el Congreso permanece cerrado por largos períodos y nadie siquiera se da cuenta, pues las leyes que hay son más que suficientes para todo y, por el contrario, si hubiera menos sería de gran conveniencia nacional. Si yo fuera Presidente, procuraría que el Ejecutivo y el Congreso se dedicaran a derogar leyes inconvenientes e inútiles durante un período parlamentario completo, sin dictar ninguna, y estoy seguro de que el país andaría mucho mejor.
Entonces resulta que el Presidente, elegido fundamentalmente gracias a la UDI, "no la lleva ni por los tacos". Ni siquiera "lleva por los tacos" a sus promesas electorales y al programa de gobierno, pues había prometido deshacerse de sus empresas antes de asumir y no lo hizo, y ha consagrado aumentos de impuestos que no estaban en su programa, retirando, en cambio, el compromiso de reducir la carga tributaria (depreciación acelerada) que sí estaba en su programa. Y lo ha hecho para complacer a la centro-izquierda. Se esfuerza por nombrar en altos cargos a personajes DC, pero éstos ha sido reacios a aceptar. Coquetea con Gabriel Valdés, con Aylwin y hasta con el abogado comunista Hugo Gutiérrez, a quien, para congraciarse, le promete que "no indultará a violadores de los derechos humanos", sabiendo que en el idioma de Gutiérrez eso significa cadena perpetua para distinguidos ex uniformados perseguidos por los jueces de izquierda en venganza por haber derrotado al terrorismo marxista y haber evitado acá una segunda Cuba.
También Piñera rechazó el indulto del octogenario y enfermo general Odlanier Mena, pese al amplio reconocimiento de que nunca intervino en violaciones a los citados derechos. Se evaporaron sus promesas pre-electorales a los uniformados en retiro, hábilmente ambiguas.
Y quizás cuántas cosas más pasan entre bambalinas que tienen agitada y descontenta a la UDI, como se ha comprobado en estos días. ¿Y que quería la UDI? Todos sus dirigentes sabían que Piñera siempre había sido su peor cuchillo.
Bueno, no vale la pena llorar sobre la leche derramada. Que la UDI aprenda y "haga la pega" para ganar la Presidencia en 2014. Y que el único hombre joven con proyección, firmeza de ideales y predecible en cuanto a permanencia en sus posiciones y lealtad a sus principios y a la verdad histórica que hay en ella, persista en su empeño de desplazar a la directiva que puso al partido en este trance lamentable y comience desde ya "a hacer la pega"; y si cae una y otra vez en el empeño, que vuelva a levantarse, porque a su edad tiene mucho tiempo por delante.
domingo, 9 de mayo de 2010
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Que bueno que Don Hermógenes haya vuelto. Siempre es bueno leer un punto de vista que nadie mas se atreve a decir.
ResponderEliminarPero pienso que en este caso, la culpa es de la UDI y Piñera solo aprovecho su oportunidad, por lo que todas tus críticas deben ir a la UDI y no demostrar las razones de por que Piñera no representa a la UDI. Por que los hechos mostraron que la UDI fue incapaz de levantar un liderazgo que le compita a nuestro actual Presidente, y esa es la crítica que se debe hacer hacia el partido.