martes, 20 de julio de 2010

"El Pago de Chile"

En Chile nos hemos acostumbrado a la iniquidad. Ha bastado que se oculten la verdad y la razón para que la mayoría apoye el proceder inicuo. Ahora se gesta una oportunidad más de atropello social a la lógica, la justicia y la moral. A la trasgresión de la ley, a la prevaricación de los jueces, a la persecución de quienes defendieron al pueblo de la dictadura sin término y la violencia institucionalizada en un Estado todopoderoso, se añadirá ahora el espectáculo del perdón a criminales y de la privación del mismo en perjuicio de personas decentes.
Los militares presos por supuestos "delitos de lesa humanidad" (que no son tales), personas sin antecedentes penales previos a los procesos penales amañados en su contra, nunca atropellaron la ley antes de ocupar cargos en los servicios de seguridad. Al revés de los terroristas a los cuales combatieron, ellos fueron formados en el respeto a las instituciones y lo que hicieron fue en defensa de las mismas. Pero no fueron ellos, sino los terroristas de izquierda quienes se beneficiaron de la amnistía de 1978, consagrada por el Gobierno Militar con el aplauso internacional y de la Iglesia, y quedaron libres. En cambio a los militares, en su inmensa mayoría, les ha sido denegado ese beneficio legal. El delincuente por vocación y por acción ha sido perdonado; el que lo combatió ha sido condenado. Eso es una iniquidad.
El primero conscientemente atropelló las leyes, el segundo procuró frustrar esa acción del primero, defendiendo a la sociedad. Pero la sociedad ha castigado al que la protegió y perdonado al que la amenazó.
Los militares fueron llamados por los civiles para protegerlos contra la violencia terrorista de izquierda y la amenaza de una dictadura sin fin. Acudieron a ese llamado, defendieron con éxito a los civiles, salvaron al país de esa dictadura, les devolvieron la democracia y luego fueron traicionados por los mismos civiles a los cuales salvaron.
Algunos de éstos, que accedieron al poder gracias a la Constitución propuesta por los militares y aprobada por el pueblo, se aliaron sin la menor vergüenza con el extremismo totalitario derrotado y pusieron a sus salvadores en la picota pública. Los denostaron a los ojos de la nación y la Humanidad. Y después hasta les denegaron el derecho a que las leyes rigieran para ellos. Y ahora impiden que les alcance el nuevo perdón que se otorgará generosamente a los delincuentes (pues a los terroristas ya los perdonaron). Justamento todo esto volverá a suceder en los próximos días. Otra forma de iniquidad, ahora perpetrada por quien prometió a los uniformados remediarla.
Y así una sociedad de cerebros que han sido lavados por una propaganda tan incesante como falsa se apresta a echar una paletada más sobre la lógica, la justicia y la moral, liberando a muchos criminales y reafirmando la privación de libertad, el atropello a las normas jurídicas elementales, la prevaricación de los jueces y el abandono del sentido común en perjuicio de personal uniformado. Pues todo ello implica el mantener presos de por vida a ciudadanos de buenos antecedentes mientras los que tienen un prontuario nutrido reciben el don de la libertad. La misma que muchos de ellos se aprestaban a aplastar con sus procedimientos terroristas.
Algunos han llamado a conductas como éstas "Pago de Chile".
Pues bien, Chile se apresta a "pagar" una vez más, representado en esta oportunidad por alguien de quien no podía esperarse otra cosa.

3 comentarios:

  1. Olvida Ud. que es altamente probable que no haya indulto alguno. Supongo que el Presidente querrá sacarse de encima el cacho que le endilgó la iglesia católica.

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  2. donde está la gran cantidad de chilenos que apoyaron al gobierno militar en su momento y hoy gracias a ellos viven tranquilos y en completa libertad??.Espero que nuestro Presidente haga justicia con los que se la jugaron por todos los chilenos y de una vez por todas otorgue el indulto a los militares que mantuvieron a Chile fuera de la red terrorista en el mundo.Cumpla señor Presidente lo prometido por el bien de Chile.

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  3. Estimado Hermógenes, desde hace mucho tiempo valoro largamente la excelencia de su pluma, apasionada y de una lealtad inclaudicable con quienes fueron heroicos libertadores de la historia reciente, sin embargo, en esta oportunidad le reprocho el excesivo encono, escasamente entendible a estas alturas, en que enfrenta los análisis respecto al Presidente, puesto que se ha de reconocer ciertamente, que ha sido esa misma extrema capacidad de concebir la política, a contracorriente, diría cualquiera, largamente demostrada en todos los distintos ámbitos de su trayectoria, la que para sorpresa de todos los involucrados lograría volcar la inercia electoral de los últimos años, donde las capacidades sagaces de los oponentes habían logrado copar con todas sus extendidas experiencias la gama de espacios que la realidad cultural les entrega. "Piano, piano...va lontano" (Paciencia)

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