Festival de Entreguismo

Un país con malas élites no puede ser un buen país. Acá la élite eligió a Pïñera dos veces. ¡Imagínense lo mala que es! Y como yo me oponía, en ella muchos preguntaban "¿Qué le pasa a Hermógenes?" 

Bueno, ahora deben preguntarse lo mismo, porque no me sumo a "hacerle la pata" al peor y más extremista presidente electo de la historia (incluido Piñera), con el cual la élite está, de momento, coqueteando encantada. 

Es tan malo Boric que cuando un malabarista iba a partir la cabeza con un machete a un carabinero y éste disparó en defensa propia, declaró: "El brutal asesinato de Francisco (el malabarista) debe indignar a todo Chile. No hay excusas, matices ni explicación que valga. Refundar Carabineros, ahora" ("El Mercurio", 30.01.22). Pero la Corte de Apelaciones recién falló que el carabinero disparó en legítima defensa, como era obvio con sólo mirar las imágenes. Sin embargo, yo les digo: "esperen, todavía falta la segunda sala (roja) de la Corte Suprema, si el querellante recurre a ella". Como seguramente lo hará, pues sabemos que eso es "grito y plata" para la revolución sedienta de dinero ajeno que encabeza Boric.

Con todo, tengo una buena noticia que dar: se confirma lo que siempre he pronosticado, que no habrá nueva Constitución. Anoche vi un video de una sesión de la Convención en que, claramente, coincidían en eso de izquierda a derecha (ésta muy bien representada por Teresa Marinovic, convencional decididamente no entreguista. Tan poco lo es que en una sesión anterior el convencional entreguista por antonomasia, Benito Baranda, ¡demandó a la bancada de Vamos por Chile "que por favor controlen a Teresa Marinovic"! Insolencia inaudita.)

Pues es un hecho que ya los de la "bolsa de gatos" no tienen tiempo ni siquiera para redactar el bodrio totalitario que pergeñan. ¡Qué buena noticia! En consecuencia, será reafirmada y ratificada una vez más la Constitución de Pinochet (no necesitaba serlo, porque al 67 % de aprobación en 1980 sumó el 90 % de ratificación en 1989). Quedará confirmada como la mejor "casa de todos" de nuestra historia. Sólo analfabetos políticos como Sebastián Piñera, su ministro Jobet y nueve colegas de gabinete más o cualquier empresario o parlamentario o alcalde derechista que haya votado "Apruebo" podrían incurrir en la contumacia de objetar la legitimidad popular de la Carta. Así, lo del "Apruebo" y la subsecuente bolsa de gatos quedarán sólo como una pesadilla efímera en la historia del país y como "costos hundidos", una vez retornado éste a la normalidad institucional. En fin, ya no se sumarán los "mil días de Boric", pésimos por sí solos, a una catástrofe institucional.

Pero donde la vocación de las élites por el entreguismo alcanzó un clímax fue tras la "bofetada en la cara" que propinó Boric a los uniformados, al designarles como futura ministra de Defensa a la diputada pro-régimen cubano, hija de un agente de inteligencia de su país y nieta de Salvador Allende, Maya Fernández, con credencial de veterinaria, por añadidura. Pues días atrás aparecieron fotografiados, sonriendo felices, tanto el agresor electo como la diputada instrumental a la ofensa y los "abofeteados" comandantes en jefe, éstos mostrando una excelente y cristiana disposición a poner la otra mejilla. 

Supongo que a "El Mercurio" la vergürenza ajena lo sobrepasó, porque publicó la fotografía, sí, pero recortada pudorosamente la imagen de la hija de Fernández Oña.

El entreguismo de Mario Marcel merece capítulo aparte y no me referiré otra vez a él, por ahora. 

Entonces, basten los antecedentes anteriores para comprobar que, pese a tanta falta de fibra, el destino juega cartas que, al cabo, nos resultan favorables y nos pueden permitir sobrevivir al lamentable trance en que nos ponen otra vez la subversión marxista y la miseria moral de nuestras élites.