No he leído
el libro que contiene las grabaciones de las conversaciones del general Leigh
con el presidente Pinochet ni me gusta la idea de que hayan sido hechas sin el
conocimiento del segundo.
Pero para
escribir mi libro “Historia de la Revolución Militar Chilena 1973-1990”, ya terminado
y de próxima aparición, estudié la situación de permanente disidencia que
constantemente planteó el general Leigh dentro de la Junta de Gobierno y que culminó
cuando los otros tres miembros, los generales Pinochet, Merino y Mendoza,
acordaron excluirlo de ella y reemplazarlo por el general Matthei.
El hecho de
que el título del libro sea “Un General Republicano” es decidor, porque hoy en
Chile lo que se tilda de “republicano” es generalmente el abandono de
posiciones e ideas propias en aras de concordar con el adversario. En ese
sentido he lamentado que el movimiento fundado por José Antonio Kast haya sido
denominado “Acción Republicana”, porque justamente se trata de un político que
no abandona sus ideas ni sus principios, es decir, todo lo contrario de lo que
en nuestro medio acostumbra etiquetarse de “republicano”.
Leigh desde
un principio resintió el liderazgo de Pinochet, pero éste se impuso desde el
primer día, desde el mismo 11 de septiembre de 1973, cuando era el que tomaba
las decisiones. El almirante Carvajal no consultaba, desde su puesto de mando,
a Merino, Leigh o Mendoza, sino a Pinochet. Es cierto que inicialmente habían acordado
rotarse anualmente la presidencia de la Junta, y así se lo declaró Pinochet a “Qué
Pasa”, pero luego se arrepintió y decidió seguir él a la cabeza, lo que los
demás acataron pero siempre Leigh resintió.
Es que
¿cuántas divisiones tenía cada uno? La pregunta de Stalin cuando le advirtieron
que el Vaticano estaba en contra de su gobierno (“¿cuántas divisiones tiene el
Vaticano?”) es siempre muy pertinente.
A la altura
de 1978 Leigh se había convertido en un opositor más y defendía un cronograma
de retorno a la democracia distinto al del resto de la Junta (hablaba de entregar
el poder en 1980 u 81). Cuando lo declaró así a un diario italiano, un comité de
ministros de Pinochet se movilizó para destituirlo. Leigh se encontró con todas
las bases aéreas rodeadas por el Ejército y sin teléfono en su oficina. Jaime
Guzmán solía recordar que Pinochet decía: “la Marina sólo puede llegar hasta
Casablanca y los aviones tienen que bajar a reabastecerse”.
Todos sus
generales, con dos excepciones, Matthei (que era ministro) y Lopetegui (que
estaba en el exterior), apoyaron a Leigh y cuando éste fue removido solidarizaron
con él y renunciaron.
“Matthei, hágase cargo de la
Fuerza Aérea”, dijo Pinochet, y el aludido ascendió al número de coroneles
necesario y a los dos meses la tenía funcionando como si nada hubiera ocurrido,
sin que ninguno le hubiera dicho siquiera “pero, mi general…” Fueron sus
palabras.
Y el país se dio una
Constitución, se puso término a la transición en 1990 y vino la plena
democracia, ya con Chile trasladado del vagón de cola de los subdesarrollados
al primer lugar de América Latina, que sólo ha perdido hace poco a manos de
Panamá tras sucesivos arreglos “republicanos”.
Andrónico Luksic, padre, nos
contó, en un almuerzo campestre ofrecido por el almirante Maurice Poisson, en los
90, que venía llegando de Cuba, donde Fidel Castro lo había convidado a una
cena. Como era su costumbre, éste monopolizó la palabra hasta la madrugada,
pero entonces finalmente se detuvo y le preguntó a Luksic cómo estaba Chile. El
requerido le describió “la década dorada” 1986-1995”. Entonces Fidel le apuntó
con el dedo índice y le dijo: “Eso se lo deben ustedes a Pinochet”.
Sin comentarios republicanos.
A Castro se le olvidó decir que también al Presidente Pinochet le debíamos la tranquilidad pública, la paz en la araucanía y el exterminio de los grupos de delincuentes subversivos. Gracias Presidente Pinochet, muchas gracias.
ResponderEliminarY se le olvidó decir, también, que le debíamos los miles de muertos, desaparecidos, torturados, violados, exiliados, etc.
EliminarMe olvidé del Capitalismo Popular y del IVA a 16%............que la zura y la "dercha" volvieron a subir hasta el 19 para poder financiar sus bonos, ministerios y los aguinaldos de los terroritas.
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ResponderEliminarSi los “republicanos” comprendieran en algo el alma de un militar chileno, podrían comprender también en algo la dimensión en el actuar del General Leigh y sus grabaciones.
Presa del pánico, un soldado le gritó al Coronel al mando: “mi Coronel, estamos perdidos”. El Coronel, en medio de la batalla, se molestó y ordenó: “a este soldado fusílenlo y sigamos adelante”. El soldado fue inmediatamente pasado por las armas en medio de la batalla de Miraflores el 15 de enero de 1881 en que la División del Coronel Pedro Lagos —quien dio la orden de fusilar al cobarde soldado— se llevó la parte más pesada de esa gloriosa hazaña militar.
Ese fue (hasta 1998 cuando se retiró del Ejército el último soldado valiente de Chile) el espíritu del soldado chileno.
¿Cuadra con ese espíritu lo hecho por el General Leigh?
Pregúntele cualquiera a cualquier soldado (de aquellos del 73) su opinión. ¿Qué debiese haber sucedido con aquello que no cabe en la mentalidad de los políticos ni del canal 13, medio que le dio amplia cobertura en un reportaje especial a la viuda del valiente, leal y buen camarada General Leigh, de haber sido descubierto ante tal traición, deslealtad y desobediencia al mando?
Lo mismo que le ocurrió al soldado en la batalla de Miraflores.
Totalmente de acuerdo. Entiendo que el general Leigh (Q.E.P.D.) tenía un hermano diputado, o un pariente cercano. Eso podría haber nublado un poco su juicio. Por lo demás el resultado final demostró con suficiente fuerza que estaba equivocado en su idea de adelantar los plazos. La UP era la gota que había rebalsado el vaso, pero la crisis nacional era de tal magnitud que sólo un gobierno con visión a 100 años plazo y con la energía que demostró el GM, podía revertir esa crisis. De todos modos reconozco que el General Leigh resultó un valiente y enfrentó como todo un hombre su destino y a quienes intentaron asesinarlo.
EliminarEntiendo que la aplicacion del termino republicano...solo imdica un grado de patriotismo...y en contra de los parasitos de la "realeza"no implica relacion real con ideas de extrema izquierda o algo por el estilo
EliminarSobre Leigh, lo unico que recuerdo era que el tenia como idea bombardear las tomas y los cordones industriales de cerrillos y vicuña mackenna mayoritariamente, en donde se sabía que habian armas para armar guerrillas. El Gral Pinochet lo paró diciendo que eso solo iba a victimizar a la UP y solo apuraría la guerra civil (esto me lo contó un familiar cercano a un militar que estuvo en dicha epoca, de ser cierto o no, no sabría como contrastarlo)
ResponderEliminarMi Gral Pinochet tenia una idea mas directa: golpear a la cabeza.
Sobre lo demás igual guardo admiracion por el gral Leigh que hasta el ultimo dia tuvo los cojones para enfrentar la vida y la muerte.
Me gusta el ultimo parrafo de tu comentario....con mas chilenos como el...otra habria sido la hisyoria 1973-90
EliminarDisiento de Hermógenes en un aspecto a mi modo de ver importante. La palabra Republicano, me parece una excelente palabra y muy decidora de aquello que creemos bueno para nuestro país. Porqué vamos a dejar ( una vez mas) que los zurdos se apropien de los buenos términos y palabras que siempre hemos usado en su sentido adecuado.
ResponderEliminarA mi modo de ver, el aceptar eso es caer como casi siempre hacemos, en su Gramciano actuar.
Muy de acuerdo con Marcelo.
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