domingo, 11 de septiembre de 2011

El Once, el Bien y el Mal

Tal vez no sea una coincidencia que el 11/9 signifique lo mismo en los Estados Unidos y en Chile: la fecha de la confrontación de dos fuerzas que siempre han estado presentes en la historia de la Humanidad, las de la creación contra las de la destrucciòn, las del odio contra las de la tolerancia, las del bien contra el mal.
Hoy lo hemos visto, una vez más, acá: ¿quiénes han protagonizado los acostumbrados actos de violencia destructiva, celebrando el aniversario de la caída del régimen que mejor los representó? ¿Quiénes, en cambio, celebraron pacíficamente, con una Misa y cánticos, conmemorando la fecha en que el país se libró de las fuerzas del mal e inició una etapa de creación y reconstrucción?
¿Quién puede negar que ese contraste resulta corroborado por la sola comparación entre el país arruinado, caótico, dividido y paralizado que había un 10 de septiembre de 1973 y el país pacificado, próspero, pujante, dotado de una estructura democrática, que pasó a manos de gobernantes civiles el 11 de marzo de 1990?
Es toda una paradoja que la estatua más destacadamente ubicada, a la entrada del palacio de gobierno, sea la del ex Presidente que condujo al país a la ruina y la división, estatua ante la cual hoy levantaron el puño (el símbolo mismo de la violencia y el atropello) sus herederos políticos. ¿Y dónde hay una estatua para quienes condujeron la reconstrucción?
Esa paradoja refleja bien el rasgo autodestructivo que forma parte del temperamento nacional.
Es que en Chile siempre han estado presentes, y con bastante eficacia, esas fuerzas negativas. Pero siempre han terminado derrotadas, a la postre, por las de la creación.
Hoy día mismo vemos cómo un movimiento estudiantil encabezado por la quintaesencia del temperamento destructivo, el comunismo, ha dado lugar a que 86 mil jóvenes tengan perdido el año escolar. ¿Puede haber un logro màs negativo que ése? Esos jóvenes han entregado un año de su vida útil a servir los designios del peor de los credos totalitarios. ¿Y para qué? Para destruir: han sido dadas a conocer las cifras del enorme perjuicio económico generado por el mismo movimiento a establecimientos educacionales de diferentes niveles. Daños, pérdidas, violencia. Destrucción de valor. Mal.
El mal tiene un sello común en todas partes: el de la violencia y la destrucción. El puño en alto que hemos vuelto a ver hoy en los celebrantes seguidores de la doctrina del odio significa: "ya verás cómo te voy a golpear". El mensaje va para todos, por si a alguien se le ocurre oponérseles. Siempre esta fuerza maléfica ha estado presente en nuestra historia, pero en particular se fortaleció desde que Marx y Engels la convirtieron en ideología internacional del odio y Lenin y Stalin en praxis política, hasta sumar los cien millones de muertos que documenta esa notable investigación internacional vaciada en el "Libro Negro del Comunismo".
Hoy los que estamos por crear y construir izamos nuestras banderas para conmemorar los dos 11/9, el de Chile, que en una fecha como ésa derrotó a las fuerzas del mal; el de los Estados Unidos, que en una fecha como ésa recibieron el ataque de ellas y supieron sobreponerse, combatirlas y tenerlas hoy al borde de su completa derrota.
Lamentablemente acá, como ha quedado testimoniado hoy, estamos lejos de poder decir lo mismo.

16 comentarios:

  1. hay una linea muy delgada entre denunciar la maldad ajena y no percibir la propia, su ideologia no tiene las manos limpias, cuidado

    ResponderEliminar
  2. Don hermógenes, ¿le doy un par de botones de muestra del mal?
    - colonización española
    - "Santa inquisición"
    - Hunos
    - Esclavitud En América
    - encomienda
    - Imperialismo britanico en África
    - genocidio armenio
    - " francés " "
    - " belga " "
    - " alemán " "
    - Bomba atómica
    - Imperialismo en India
    - Odio racial en EEUU
    - Hambrunas en África
    - genocidio armenio
    etc
    Bueno, puedo agregar un largo etcetera, pero fijese usted que curioso. En NINGUNO de estos eventos intervino directamente el comunismo y sus secuaces, menos el marxismo, que ni siquiera existía. Ahora bien , todos abrazan una notable coincidencia. En todos ellos intervinieron... humanos. ¡Millones murieron a manos de sus hermanos sin haber comunismo de por medio! ¡ Qué descubrimiento! quizá me gane el Nobel. En todo caso, tengo una teoría. No son las ideologías las que matan a las personas. Son las mismas personas. Nunca he visto una idea disparándole a alguien.

    ResponderEliminar
  3. Cada uno podrá hacer las disquisiciones que le de la gana, darse vueltas y vueltas por las teorías no conduce a nada. El año 1973 había que tomar una decisión, o permitían la dictadura marxista o los sacaban a tiempo, hicieron lo lógico, lo adecuado, y lo justo. Yo le voy a agradecer por siempre a las personas que tomaron la decisión. Los que murieron, sabían perfectamente en lo que se estaban metiendo, es mas, ellos no hubiesen trepidado un instante en hacer algo mucho peor si lograban el poder total. Nos querían de esclavos, igual que en Cuba, Camboya, China, Vietnam, URSS, Europa del este, y tantos Países mas. Los militares nos libraron de los comunistas y de su ideología criminal, y punto, lo demás es cuento.

    ResponderEliminar
  4. Hugo Fuentes nos da la alegría y el pretexto para aclarar cuestiones pendientes. Es él quien omite mencionar matanzas comunistas, menciona hechos no calificables como mal, de manera alguna, y menciona otros que sí tuvieron como contexto ideologías totalitarias.
    En el caso de la colonización americana, como toda colonización anterior a Yalta y a los estados territoriales, tenía motivaciones religiosas, valóricas, geopolíticas y estratégicas, y también económicas. La lógica de esta colonización es la misma que inspira el crecimiento de los imperios y luego su desmembramiento desde el origen de la historia; el mundo se entendía de esa manera, y la transculturación era asumida como un aporte de los más avanzados a los ignorantes o desorganizados. Sin esta lógica las tribus germánicas o las veintitantas etnias que habitaban la galia no habrían podido llegar a concebirse, en algún punto de su historia, como una nación. Es por lo demás la misma lógica que impulsó a hordas mapuches, 200 años antes de la llegada de los españoles, a escapar de Argentina ocupando por la fuerza el valle entre el Itata y el Toltén, matando a las etnias que se negaban a despejarles la cancha; de ahí el odio que les tenían los pueblos costeros y montañeses. Aunque esperamos hasta la era moderna para concebir la noción de estado territorial, resulta anacrónico juzgar desde su perspectiva todos los procesos colonizadores anteriores como brutalidad.
    En la mención a los tribunales penales inquisidores hay distorsión. Aunque el fenómeno es muy complejo, en lo grueso los tribunales son creados para terminar, en lo que hoy se conoce como Europa, con tribunales populares espontáneos, torturas y ejecuciones, por cualquier causa. La anécdota del asaltante del Papa que resultó ser rey de Inglaterra ilustra la ignorancia imperante, y por ello se recurrió a clérigos letrados para instituir algún sistema de juicio justo, en lo que hoy consideramos el nacimiento del derecho penal occidental. Los tribunales eran regios, no pontificios, y al papado se le reservaba la apelación suprema. Por ello, mencionar con tanta majadería la inquisición como un mal es propio de una falsificación histórica totalmente alejada de la realidad; Juan Pablo II fue tratado con inusitada dureza por historiadores cuando pidió perdón por los abusos cometidos por los tribunales de la Inquisición.
    Quien haya leído las actas de los Concilios de Lima y los escritos de Sto. Toribio de Mogrovejo se emocionará por su temeraria defensa de la dignidad de persona humana de los naturales; podemos, sin temor a equivocarnos, reconocerlo como el profético precursor de los derechos humanos. Pues fue gran Inquisidor de España antes de recibir de Felipe II el nombramiento en Lima. Su nombre se suma a Francisco de Vitoria, dominico, duro defensor de los derechos de indios, y uno de los precursores del derecho contemporáneo; contemporáneo de Bartolomé de las Casas, quien renuncia a sus encomiendas e intenta por todos los medios eliminar la esclavitud y la explotación indígena, y junto a Mogrovejo, hacen la diferencia entre las posesiones de la corona española y las inglesas y portuguesas. Gran diferencia, que es necesario estudiar en profundidad antes de comprar la leyenda negra tejida por la izquierda contemporánea. El indigenismo y el marxismo teórico de la escuela de Frankfurt no tuvieron el poder de quemar los antecedentes históricos que permiten reivindicar nuestra fascinante historia. La documentación está a disposición de todo quien quiera despertar a la verdad completa, con sus luces y sombras objetivamente fundadas.

    ResponderEliminar
  5. La lista que Fuentes menciona efectivamente puede recordar a quien lo haya olvidado el valor de la vida y la dignidad humana, y el horror de toda sangre derramada; sin embargo, la lista confirma lo que el escritor pretende desmentir: cada gota de sangre se derramó en nombre de una formulación ideológica (no filosófica ni doctrinaria); ahora bien, aunque podemos coincidir en que las ideologías no se reducen al marxismo leninista (algunos no consideran el marxismo primigenio como ideología), en toda formulación teórica contra grupos humanos reunidos por raza, creencia o pensamiento, conducta sexual o característica accidental cualquiera, hay un pretexto, un intento de justificar éticamente el genocidio. En esa reducción del horizonte teórico encontramos la ideología, la justificación de la violencia, y su provocación explícita agitando masas (especialmente jóvenes) contra los supuestos culpables de los males sociales. Quien dispara la bala, entonces, es “mandado”, provocado por otros, y debemos considerarlo por ello también una víctima del odio; quienes sembraron el odio son quienes éticamente tienen la responsabilidad por la sangre derramada.
    Es aquí donde encontramos el nexo entre ideología y violencia. El gran pensador y ex presidente Frei Montalva lo explica claramente en su carta a Mariano Rumor (es pública, es antecedente histórico invaluable, aunque goza de poca popularidad desgraciadamente).
    Nosotros, como país, no hemos cultivado el totalitarismo ni el colectivismo ideológico a granel. Los confusos hechos de la matanza del Seguro Obrero muestran un grupo de jóvenes idealistas tan fascistas como la naciente falange (Primo de Ribera, Codreanu…), que sostenían el socialismo económico y algunos hasta el anti semitismo. Ha habido mucha evolución en Chile, como podemos ver; no debemos ser malagradecidos. Sin embargo, la ideología marxista leninista arraigó entre nosotros, en pequeños grupos, no por un gran conocimiento ideológico, ¡hay que decirlo!, sino por reducir relaciones sociales a explotadores y explotados, con lo que consigue el favor de quienes, efectivamente, jamás tienen puesto servido en la mesa de los chilenos. Se atribuye al Papa Pio XI haber callado bruscamente un cardenal que alabó su condena al marxismo diciéndole: “ellos tienen la fe y esperanza equivocadas pero, ¡cuidado!, tienen la caridad correcta”. En fin, nadie que reduzca ideológicamente la sociedad a polos enemigos irreconciliables puede tener la caridad correcta, pero se entiende su idea.
    ¿Porqué quienes siembran el odio merecen impunidad? Hay acuerdos ONU que, ratificados en nuestro congreso, tienen rango constitucional, bastante claros en torno a las ideologías totalitarias: son inaceptables. Pero, mientras nuestra sociedad no trabaje duramente por superar la ignorancia y la pobreza, estaremos trabajando a favor del odio y, por tanto, estaremos alimentando a nuestro comunismo criollo. Siempre las culpas son compartidas, es raro encontrar malos y buenos. La sociedad no resiste el supuesto fariseo-marxista de su bondad ética contra la iniquidad de quienes piensan diferente; ese sesgo identifica al comunismo criollo como un diluyente comunitario y social, una traba que impide el anhelo de paz y desarrollo integral. Negar una verdad tan evidente es insultar la inteligencia de quien hace el esfuerzo de escuchar y dialogar.

    ResponderEliminar
  6. No concuerdo. Es cierto, el comunismo puede percibirse como mal de los males, pero las campañas del terror no hay que comprarlas al 100%.

    Decir, ellos los malvados, nosotros los buenos. ¿Acaso la revolución francesa fue mala?. Ahí hubo destrucción, se cayó el régimen monarca.


    Don Hermógenes, no sea cortoplazista sobre EEUU. Cuando los norteamericanos llegaron, incrementó la violencia. Además, soy de los que desconfía de ése atentado.
    EEUU ha burlado la constitución, especialmente el siglo pasado. De la nación de la Libertad, pasaron a ser el imperio, la policía del mundo. Norteamérica se traicionó así misma. Sólo un verdadero amante de la Libertad puede reconstruirla, Ron Paul. Tan humillado por la prensa, tal ves el pueblo estadounidense no se lo merece.

    ResponderEliminar
  7. Don José:
    En su primera publicación, nos ilustra con determinados datos de la historia que afortunadamente yo conozco y sobre los que me instruido, salvo el caso del señor Toribio Morovrejos. Es más, concuerdo en todos sus puntos, incluso en aquel de defensa a la inquisición( aunque es claro, se produjeron excesos). Por eso me parece errada su interpelación por la falta de ejemplos comunistas, que hace usted en un comienzo, cuando precisamente esa fue deliberadamente mi intención, para demostrar que el mal existe antes que el marxismo-comunismo o independientemente a él.
    En la segunda parte intenta dar una interpretación histórica bastante certera y la que me sumo en casi todas sus partes. Sería una especie de desarrollo de lo que yo escribí primero. Sin embargo, esto que usted escribe al final: "Negar una verdad tan evidente es insultar la inteligencia de quien hace el esfuerzo de escuchar y dialogar.", me parece un corolario injusto si se refería a mi entrada, pues usted no ha hecho más que reafirmar lo que yo planteo. En resumen, creo que cada vez que se den estas matanzas colectivas hay maldad. Punto.

    ResponderEliminar
  8. ¿Hubiera preferido que Allende completara su plan de cubanizar Chile?

    Es divertido hacer esta pregunta a los que condenan "el golpe antidemocrático".

    Sobre todo ahora que, pasados más de 40 años, podemos comparar los resultados de ambos procesos en ambos países.

    Mientras Cuba es una enorme y paupérrima cárcel, Chile se alza como el país más próspero y pujante del continente latinoamericano.

    De Cuba sus nacionales sueñan con poder escapar. A Chile sueñan con poder entrar.

    El socialismo es una enfermedad mental consistente en el descalabro de la capacidad de ejercer el raciocinio propio. Yo la llamo zurdopatía, y en Chile hay muchos que la padecen en grado terminal.

    [+]

    ResponderEliminar
  9. Y lo que es mas grave, Ciro, "está de moda" ser rogelio, hablar de "dictadura" y "dereshos humanos"... ayer vi una patética entrevista al vocero de gobierno, donde mas que en "el canal de todos". Estos individuos entienden o no que fuimos nosotros quienes, a regañadientes, los elegimos?
    A veces es pertinente recordarles a los empleados quien es su jefe, independiente de las modas arribistas que predominen.

    ResponderEliminar
  10. Army: Por favor, no escribas más. Siembras mucha cizaña con tus palabras llenas de resentimiento. Por otra parte, ¿Sabes el significado de tu seudónimo??? o ¿¿ es una palabra que viste por ahí y encontraste bonita y la adoptaste como nombre???
    Antes de escribir piensa. Hace bien, en serio.

    ResponderEliminar
  11. Claro... es interesante la línea reflexiva que se abrió. El ser humano resuelve su existencia en lo espacio temporal; es imposible detener el tiempo para fijar o inmovilizar en absolutos fanáticos lo que, en la realidad, siempre es proceso. La labor del historiador es clave para revelar las grandezas y miserias de cada "proceso" y cada protagonista. “Ich bin Cäin und Abel” (sic), escribía un grafitero estealemán luego de la caída del muro; con esta frase logró ubicar y contextualizar la persecución contra miembros y cooperadores del sangriento Stasi (Ministerium für Staatssicherheit).
    Hay una perspectiva complementaria a la histórica, muy útil para fundar y explicar los procesos históricos: la filosófica. Mientras la historia consigna hechos valorados como buenos o malos, las ideas metafísicas, antropológicas y éticas habilitan la conciencia humana para juzgar bien y mal, y sustentan argumentalmente a quienes protagonizan actos humanos sociales, entre ellos las expresiones institucionales o la ruptura revolucionaria. Una ideología que afirme la exclusión de una porción de la humanidad se sitúa en nivel distinto del proceso espacio temporal que contiene “matar”; al condenar tal ideología no “demonizamos” ni “compramos campañas del terror”; más bien sostenemos valores antropológicos irrenunciables (vida, libertad, dignidad…) para todo ser humano desde su misma concepción, sin excepción. En el acto de afirmar un valor mayor, se define como “mal” ético todo pensamiento y acción contraria a ese valor; cualquier excepción -si pudiera haberla- es gravísima, y por ello requerirá sólido fundamento en un valor mayor, canales institucionales que legitimen tal acción, y consenso social de elevado quórum.
    La amistad con comunistas y el cariño por ellos, como personas, corre en paralelo al profundo desacuerdo con la ética marxista y la praxis comunista, a la luz de valores que obligan en conciencia. ¿Es esto posible? Lógico, la demonización y la leyenda negra que esta ideología teje contra la sociedad no comunista, criticando globalmente en ella la codicia, es tan radical que nubla el entendimiento al respeto por otros valores como la libertad, la verdad, la vida humana, y derechos humanos fundamentales; es de hecho un juicio ético arbitrario e injusto, en el punto de partida, sustentado en el clásico error lógico de pasar de lo particular a lo universal. Es decir, en toda persona humana encontramos también el mal; en la revolución ideológica, sin embargo, el mal es propuesto en el punto de partida argumental, contra las estructuras y contra sus sostenedores; ya no estamos ante un mal individual –no estructural-, sino ante una estructura destinada a (y capaz de) provocar un mal generalizado porque promete, luego de éste, un bien mayor. ¿Es nuestro deber renovar la adhesión a nuestros más altos valores, en su defensa, y enfrentar a quienes los amenazan gravemente? Bah, sí, y es muy normal, no debe sorprender a nadie.

    ResponderEliminar
  12. Estimado don Hermógenes:
    El tema de hoy es apasionante y las entradas de cada uno están entretenidísimas, pero: ¿alguien vio el programa Tolerancia Cero de anoche?
    http://www.chilevision.cl/home/content/view/380384/2147/
    Es francamente notable.

    ResponderEliminar
  13. Juan. Yo vi Tolerancia Cero. Buen capitulo. Villegas notable (se que no es santo de devoción de este blog, pero a mi me gusta). Paulsen mostrando la hilacha como siempre, justificando lo injustificable, se ve que domina a la perfección la dialéctica marxista, le da vueltas y vueltas a la realidad, hasta encontrar la justificación que le conviene. Bofill ni pincha ni corta. Del Río demostró con su ausencia que está de más en el programa.
    A cualquier persona con un mínimo de inteligencia le tiene que haber quedado claro que este “movimiento” es político. Se notó claramente en la actitud y las risas burlescas de los dos invitados, que están híper ventilados, se los comió la fama, y perdieron la reflección de sus actos (si es que alguna vez la tuvieron), son peligrosos porque están desatados. Me tinca que el que manda es Jackson y no la “Camilita”. Ella es solo el rostro publicitario.
    Pasando a otro tema, hoy había una huelga en el centro, ni se imaginan de quienes, los invito a mi blog, ahí lo cuento, apuesto a que nunca se lo imaginarían.

    ResponderEliminar
  14. Oh my, Juan?

    Algunos alcances para que mastiquen un rato:

    1. army, más contenido plis.
    2. Hugo: en algunos de tus ejemplos, fíjate que agentes muy vinculados al comunismo (Rothschild) sí están involucrados. Anotaste el genocidio armenio dos veces, o fue deja-vú?
    3. José Antonio, notable exposición!!! clap clap
    4. Boun, a pesar de la propaganda ("história") la revolución francesa fue efectivamente MALA y el gobierno de Luis XIV no fue ni de lejos tan malo como lo pintan. Por sus frutos los conoceréis. Un botón: es mentira que Ma. Antonieta dijera "...entonces que coman tortas". Propaganda revolucionaria.
    5. Hugo: Anotaste el genocidio armenio dos veces, o fue deja-vú? ;)
    6. Respecto a 11 gringo, me parece que están muy lejos de castigar a los culpables. De hecho ayer aparecieron dando discursos delante de los familiares de las víctimas, muy cocorocos y llorando lágrimas de cocodrilo. Para qué hablar del pre-nobel Soetoro, que prometió paz y les trajo más guerras (y ejecuciones extrajudiciales).

    ResponderEliminar
  15. De esto nos libramos los chilenos, incluso muchos de los estupidos que aqui opinan lamentando la intervención del general Pinochet, gracias al 11 de septiembre de 1973:

    Cita del libro de Nena Ossa, "Allende thank You"

    "Pero Nena Ossa buscó y encontró al "Comandante Pepe", José Gregorio Liendo, y habló con el hombre de carne y hueso. Y le oyó responder a su pregunta de si su meta era "tomarse todo Chile violentamente", en la siguiente forma y de sus propios labios:



    -Claro que violentamente. Tiene que morir un millón de chilenos para que el pueblo se compenetre de la revolución y ésta se convierta en realidad. Con menos muertos no va a resultar.

    ResponderEliminar
  16. 1.000.000 menos 3.100 = 996.900 muertes ahorradas. Suponiendo que a cada muerto lo llora un promedio de 4 personas (familia directa solamente), se le ahorró el sufrimiento a casi 4.000.000 de chilenos.

    Bravo por Leigh y Merino y sus seguidores Pinochet y Mendoza!

    ResponderEliminar