Una de las inepcias más grandes que se le ha ocurrido al gobierno de Sebastián Piñera es la de dar reconocimiento constitucional a los llamados "pueblos originarios". Por suerte, en medio de tanto discurso y desplazamiento febril, se le ha olvidado hasta ahora concretarla.
Para empezar, los "pueblos originarios" somos todos los chilenos, porque "originario" significa "que extrae su origen de algún lugar", y todos los que hemos nacido en esta "larga y angosta faja de tierra" (¡qué poco original!) somos, por tanto, originarios de ella. Los mapuches, desde luego, sabidamente fueron invasores en su tiempo, así como después los invadieron a ellos los españoles; y después nos han ido invadiendo más españoles, alemanes, italianos, ingleses, palestinos, judíos, libaneses, sirios, árabes, croatas y, últimamente, peruanos, los hijos de los cuales, si nacen en Chile, son también originarios, como lo soy yo y probablemente usted.
En seguida, una de las "gracias" que tiene Chile es ser una nación unitaria y bastante homogénea, en el sentido de que todos los chilenos derivados de todas esas razas que he enumerado y de las que olvidé resultan ser bastante parecidos, hablan igual, son parecidamente mal educados e incluso se asemejan físicamante, porque no son ni muy blancos ni muy negros ni muy amarillos y a los que nacen rubios se les oscurece pronto el pelo y hasta he oído a alguno de ojos negros decir que los tenía azules cuando chico. Entonces, somos una nación cohesionada y es una tontería muy grande la de crear ahora divisionismos internos mediante una reforma constitucional como la que ha anunciado el presidente Sebastián Piñera.
Lo que hace falta es dejar de discriminar y dar libertad a los que llaman "pueblos originarios", porque hay 650 mil hectáreas de tierras valiosas en poder de grupos indígenas, a los cuales se les prohíbe venderlas; y hay un engendro ridículo creado por la nefasta Concertación, llamado CONADI, que les ha regalado otras 70 mil hectáreas más en estos años (datos publicados en "El Mercurio" de hoy), pero no se las ha regalado por ser hábiles en el trabajo de la tierra, sino por ser indígenas, y con el añadido de que no las pueden vender a quienes sí saben trabajar la tierra.
Lo que les conviene a los que llaman "pueblos originarios" es que los traten como iguales a los demás chilenos y les den libertad para vender sus tierras e irse a vivir a otra parte, si quieren, y si no quieren no, pero ya con eso tendrían un capital y podrían trabajar en lo que a cada uno se le ocurra, según sus capacidades, como sucede en las sociedades libres.
Y de paso así se terminarían los negociados hechos en la CONADI a costa del Estado (no resisto la tentación de volver a citar el caso del fundo "El Notro", que la CONADI compró en alto precio a su dueño, un próspero agricultor, y se lo dio a grupo de familias indígenas, que inmediatamente procedió a arrendárselo al antiguo dueño, que era el que sabía trabajar la tierra. Ganaron: 1) el antiguo dueño y 2) Los indígenas favorecidos, pero perdimos el resto de los chilenos, cuya plata fue derrochada en un negocio absurdo.)
Cuando les den libertad a los indígenas y se les considere iguales y plenamente capaces de disponer de lo suyo, muchos van a vender todas sus tierras; otros una parte y van a trabajar el resto, y todos van a estar mejor, porque tendrán un capital del cual hoy carecen. Y esas tierras van a pasar a estar bien trabajadas por quienes las compren o exploten, de modo que saldrá ganando el país.
De paso, se terminará solo "el problema indígena", porque los que hoy son "siervos de la gleba" van a convertirse en profesionales, empleados, obreros, empresarios o artistas, según sus aptitudes y van a vivir, como el resto de los chilenos, en el lugar que elijan y no en el que han sido obligados por una legislación absurda que el actual gobierno está tramando tornar más absurda aún.
jueves, 28 de abril de 2011
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Don Hermogenes, tiene usted toda la razon.
ResponderEliminarEl unico "problema" es que si los chilenos con pinta de indigena y con algo de sangre mapuche entran al siglo XXI como unos chilenos mas, los comunistas perderan la ultima oportunidad que tienen de hacer su revolucion. Supongo que se terminara imponiendo la "chilean way" y dejaran una "cagada" donde no la habia, igual como con el transantiago.
El asunto del "problema mapuche", es una quimera, lo dije y lo repito, el 80% de la población es mestiza, de europeos, indígenas, negros y chinos...perdón SOMOS mestizos... si hay un problema racial, es entre el más de 80% de mestizos y ese 15% que forma parte de la fronda santiaguina, de la canalla ex ministra Matte, la stasi Bachelet, y el $4DC.
ResponderEliminarLa "huelga de hambre ensure", otra mentira (80 y tantos dís??? MENTIRA, ya la mayoría hubiera muerto), por supuesto auspiciada por el cura rojo y ateo Baeza. Este gallo, de haber nacido en medio oriente, hubiera mandado mocosos de 15 años a hacerse explotar por su fe.
Y para terminar, algo más de los mapuches, pues parece que ni ellos eran muy puros genéticamente hablando.. ya eran mestizos... y la gallina mapuche les ha terminado por delatar.
jajajaj.."Nefasta concerta", Don Hermogenes Perez no se ponga ordinario y aprovecho de señalar mi más sentidas condolencias por la muerte de agente secreto de la DINA ocurrida esta noche. Espero entusiasta su defensa de ese abominable energúmeno.
ResponderEliminarNo podía faltar la inevitable imbecilidad de Sagredo, rasga vestiduras por la muerte de unos y se solaza con la de otros.
ResponderEliminarY despues aturdidos como Army dicen que en la derecha solo saben insultar, cuando basta leer a este esperpento de Sagredo para ver la verdad.
Atte,
Luis Antonio Baraona Reyes
Lo único que diré es que nadie tiene la verdad absoluta y que las ideologías están en crisis.
ResponderEliminarTodo lo que comenta HPdeA es excluyente,parece que se quedo en el 73, que mal para los que siguen presos en la represión.Que mal pelear por mentiras.
Todos los temas en los que tiene opinión,lo hace siempre defendiendo a las Instituciones poderosas, es mas, si hubiera nacido a finales del siglo XVIII lo más probable es que hubiera defendido a los realistas, en ves de una causa común como la Independencia.
Siga creyendo en Adán y Eva (en la serpiente sobre todo)
Este Sr. Sagredo es el típico exponente del zurderio rencoroso y vengativo, rasga vestiduras por la muerte de gente de su lado, aunque sean asesinos terroristas y baila de alegria por el asesinato de algún ex-uniformado. Sea consecuente Sr. Sagredo, y por lo menos guarde silencio ante un asesinato brutal.
ResponderEliminarDentro de las estupideces gruesas que ocupan a la mayoría del "establishment" y de la opinología, el "problema mapuche" ocupa lugares de privilegio sin duda. De partida, no se puede hablar, antropológicamente, de "mapuches", en el sentido que sus sedicentes representantes dan al término, asimilándolo (muy de la mano con las tendencias en boga) con el de "nación", pero claramente ligado al regionalismo "etnista" de la post "caída del comunismo". Si se observa con atención, la única prueba de la pertenencia a esta minoría étnica es la posesión de cierto apellido; con ese criterio, la mayoría de los chilenos seríamos españoles o algo así. Por otra parte, lo que se nos presenta como sus "tradiciones" -pretendidamente varias veces centenarias- es en realidad una amalgama de elementos que bien se pueden extraer de los libros de Historia, y que corresponden a una yuxtaposición de épocas y usos... Para no referirnos al mapudungun, que es un idioma oral, ¡pero lo vemos escrito en consultorios y otras dependencias públicas! La élite del país, tan permeable a las modas foráneas (y empapada del moralismo de la ideología de los derechos humanos), da por hecho que el problema existe, y al leer la abundante literatura al respecto no se encuentra el más mínimo cuestionamiento, ni siquiera como principio metodológico. Y sabemos que muchas "verdades oficiales" se derrumban con más ruido que las catedrales...
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