lunes, 28 de octubre de 2024

"Good bye, Pinochet"

No se cumplió nada de lo que pronostiqué antes de las elecciones de ayer. Desde luego, no hubo una hecatombe electoral para el gobierno como consecuencia del caso Monsalve, como yo predije.

Lástima. Boric está contento de seguir igual. 

Ni hubo un torrente de un millón de votos extra para los republicanos, como anticipé que obtendrían, tras haber sido ellos identificados con Pinochet por la vocera de gobierno, Camila Vallejos.

Ahora el Partido Republicano dejó de ser el mayor de Chile y de cuadruplicar a los que fueron sus más cercanos escoltas, como lo hizo en la elección de consejeros constitucionales del 7 de mayo de 2023, cuando fue el único que se opuso a una nueva Constitución.

En cambio, a los partidos de la centroderecha contemporizadora con la izquierda les fue mucho mejor. Se han alejado de Pinochet y siempre los he criticado por ceder posiciones y principios. Sobre todo por haber borrado RN y la UDI, en los 90, el reconocimiento al legado del gobierno militar que contenían sus sendas Declaraciones de Principios y, en el caso de la UDI, escrita de su puño y letra por Jaime Guzmán.

Recuerdo que en 1989 yo fui candidato a senador en la lista de la UDI, como pinochetista y de derecha a secas, por supuesto, cual sigo siendo hasta hoy. Bueno, Vitacura fue la única comuna donde salí primero, aventajando a Frei Ruiz-Tagle y a Piñera. En las demás comunas ambos me ganaron lejos. Es que Vitacura era, como ninguna, el bastión de la derecha dura. 

Pero esa es historia antigua. Ahora fue reelegida alcaldesa de Vitacura Camila Merino, que había votado Apruebo y no quiere saber nada de Pinochet. Sacó el 80% de los votos. El candidato pinochetista a alcalde obtuvo una mínima votación. 

Pero yo me quedé en la década chilena inaugurada por Pinochet de 1985 a 1994, la de bajos impuestos y privatizaciones, cuando Chile crecía 7 % y doblaba su PIB en diez años. Íbamos a ser país desarrollado si reelegíamos a Pinochet en 1988. No lo hicimos. 

Hoy estamos terminando otra década, inaugurada por Bachelet, de 2015 a 2024, creciendo al 2% y necesitando 35 años para doblar el PIB. Nos estamos alejando del menos desarrollado de los países desarrollados. 

Para eso Chile dijo ayer, otra vez, "good bye, Pinochet".

Pero contentos de estar contemporizando, como nos dijo el pueblo ayer.

viernes, 25 de octubre de 2024

La Intervención de Camila

Cuando hace catorce años empecé a escribir este blog, en una de las entradas más leídas de esos años le preguntaba a una dirigente juvenil comunista de nombre Camila Vallejo, que se destacaba porque hablaba de corrido y decía que Fidel Castro era el faro de su pensamiento político, cómo lo hacía para sonarse las narices teniendo una argolla no pequeña colgando de ellas. No me explicó cómo ni yo me ofendí por eso.

Hoy, catorce años después (¡cómo pasa el tiempo!) vuelvo a escribir sobre ella, porque ha dicho algo muy importante, que le ha brindado al Partido Republicano, yo calculo, un millón de votos, lo que le augura un gran triunfo en la elección que comienza hoy.

Por el momento no existe un partido que se presente como depositario del legado del gobierno militar, pero Camila lo remedia, pues, como ministra vocera de gobierno, ha expresado en un punto de prensa que el Partido Republicano es muy próximo al legado de Pinochet. Como ella es comunista y su partido se ha dedicado durante más de medio siglo a demonizar a Pinochet, tal vez piensa que le ha inferido un enorme castigo reputacional a los republicanos. 

Pero yo creo que su frase les ha aportado, cuando menos, un millón de votos porque, como ha escrito el historiador Gonzalo Vial, en todo el mundo la gente común, ante una situación desesperada (como la de los chilenos hoy, aterrorizados de salir a la calle) exclama "¡Necesitamos un Pinochet!". 

Bajo Pinochet los delincuentes eran apresados, los carabineros eran respetados, los terroristas estaban presos, los pobladores podían salir a pasear al atardecer, no había conflicto en la Araucanía ni sicarios extranjeros indocumentados que matan antes de asaltar.

El Partido Republicano ya es el mayor del país, lo cual debió a que se opuso a una nueva Constitución. Ahora aumentará su ventaja sobre los demás gracias a que Camila lo ha identificado con la figura pública que al menos un millón de chilenos añora y a la cual ella dice que adhieren los republicanos. Lo que llevará a ese contingente a votar por ellos.

Será un gran día para los republicanos y sabrán a quién se lo deberán.

martes, 22 de octubre de 2024

Hecatombe Electoral

El caso Monsalve es una hecatombe para el gobierno, porque estalla justo antes de una elección y cuando ya no le queda tiempo para "empatar". Los sobornos de Luis Hermosilla parecen pecados veniales al lado de lo que el encumbrado cerebro del gobierno y más visible encargado del orden público, Manuel Monsalve, discurrió para obtener un trofeo erótico. 

Es todo un desastre electoral. En alguna parte leí en 2021 que el 70 por ciento de las mujeres de menos de 24 años habían votado por Boric. Eso habla mal de esa cohorte femenina, pero además insinúa lo catastrófico que puede ser electoralmente para el régimen lo que ha pasado. ¿Cuánto de esa cohorte votará ahora, por rabia y despecho ante el machismo cruel y descarado, por candidatos de las antípodas del régimen, los de la nunca suficientemente vituperada "extrema derecha"?

Claro, "lo que ha pasado" es tan antiguo como la Humanidad misma. De mis lecturas del Antiguo Testamento me quedó grabado que el rey David vio de lejos bañarse en una caída de agua a la mujer de uno de sus generales e inmediatamente decidió que no podía vivir sin ella. De manera que envió al marido al punto más peligroso de una batalla, donde éste murió. David disfrutó de la mujer ajena sin que nada terrible, que se sepa, le hubiera sucedido, salvo las guerras entre sus descendientes, que duran hasta hoy, pero de las cuales el impune no alcanzó a saber.

Pero a Bill Clinton lo liquidó el haber sido sorprendidas sus intimidades con una estudiante en práctica que lo visitaba en su despacho presidencial. Nadie recuerda su gobierno por las cosas buenas que hizo, sino por las que le hizo a él Mónica Lewinsky. La "justicia divina" lo condenó a ser un hazmerreir.

A otros sorprendidos en indiscreciones eróticas imperdonables el destino los ha castigado peor aún y sin misericordia. Estoy pensando en John y Robert Kennedy y los acercamientos de ambos a Marilyn Monroe. Y también en los del primero con una numerosa legión de jovencitas invitadas a la piscina de la Casa Blanca durante su mandato. En sus casos la "justicia divina" fue más implacable que con Clinton.

La impericia del actual presidente y su equipo, los malos antecedentes de que venía precedido como principal figura del 18-O y todas sus "ulteriores perniciosas consecuencias", ya le auguraban una importante derrota en los comicios de este fin de semana. 

Pero el torpedo bajo la línea de flotación que se disparó cuando Manuel Monsalve y su nueva asesora en la subsecretaría de Interior (por añadidura de nombre "Camila"), decidieron consumir un tercer pisco sour "tamaño catedral" en el "Ají Seco" de MacIver, le augura al régimen una auténtica hecatombe electoral en los comicios de este fin de semana.  

lunes, 21 de octubre de 2024

Postulación al Nobel

El Fraser Institute de Canadá, que elabora un índice anual de libertad económica, ha determinado que la sociedad que en mayor grado goza de esa envidiable condición (de ser sus ciudadanos los más libres en su actividad de producción), es Hong Kong.

Lo notable es que Hong Kong está gobernada por el Partido Comunista de China. ¿Cómo puede ser que la economía más libre del mundo esté gobernada por el comunismo? Creo ser el único que lo pone en evidencia. Por estos descubrimientos es que a algunas personas les dan el Premio Nobel. Aunque es bien sabido que los suecos no se lo dan a quienes, como yo, hayan simpatizado con el gobierno del Presidente Pinochet. A Jorge Luis Borges lo llamó un funcionario sueco, a fines de los '70, para comunicarle que si se desdecía de sus comentarios favorables a Pinochet le darían el Nobel. Borges le respondió que nunca en su vida se había dejado sobornar y que tampoco lo haría para recibir el Nobel de literatura, que pasó a ser mejor conocido como "el premio que no le dieron a Borges". Así es que mi descubrimiento de que la economía más libre es comunista tal vez no me lo granjee, por haber sido y seguir siendo partidario de Pinochet. 

No sólo he reflexionado sobre esta paradoja que me podría granjear un Nobel, sino que le he encontrado sentido. Cuando Chou en Lai cambió a China al capitalismo, declaró que "no le importaba el color del gato, con tal de que cazara ratones". Esto es mucho más profundo de lo que parece. Los comunistas chinos, en lugar de seguir siendo una amenaza y una carga para los particulares, resolvieron velar porque éstos maximizaran sus ganancias, lo que condujo a una mayor inversión y un más alto crecimiento. Parecen decir a los privados: "no se preocupen, dígannos cuáles problemas tienen con la burocracia y los sindicatos y los ayudaremos a solucionarlos. Pero, por supuesto, del Estado y la política nos encargamos sólo nosotros". Esto lo han respetado en Hong Kong al pie de la letra, porque Hong Kong venía ya de ser la economía más libre del mundo, bajo la corona británica. 

En el resto de su territorio el gobierno chino tiene mucha tarea por delante, pues su país, castigado por el comunismo, igual que Chile, es más pobre que nosotros: tiene un PIB per cápita de US$ 24.500 versus los US$ 31.284 nuestros, y están en el lugar 71 en libertad económica, mientras nosotros hemos caído al 38. Porque los chinos todavía tienen que deshacer todo el daño que el comunismo hizo allá en 35 años (1949-1984). 

Chile, que tiene a comunistas prosoviéticos en el gobierno, ha retrocedido bastante en el Índice Fraser. En el pasado no muy lejano, cuando apenas le habían rayado la pintura al modelo de De Castro-Bûchi-Pinochet, llegamos a estar en el 7º lugar. Pero los sucesivos gobernantes del "No a Pinochet", es decir, todos, se encargaron de hacernos perder 31 puestos y hoy estamos estancados, además, por la "permisología".

El segundo país con mayor libertad económica en el mundo es Singapur, que también tiene un gobierno autoritario. Está en el poder desde la independencia del Reino Unido, en 1959. Singapur es el doble más rico que Hong Kong y tiene, a la vez, el segundo PIB per cápita más alto del mundo: US$ 141.000, apenas por debajo de Luxemburgo, el más rico de todos.

Ya que no tenemos comunistas chinos ni podemos volver a Pinochet, cuyo gobierno era tan favorable a la libertad económica, por lo menos podríamos buscar un "gran acuerdo nacional" de no saquear, destruir ni quemar supermercados, metro, hoteles, industrias, buses, bosques, colegios, iglesias ni comisarías ni tampoco apedrear carabineros para después meterlos presos. 

Y adicionalmente podríamos, como los buenos comunistas chinos, favorecer la libertad económica y contribuir a no seguir cayendo en el Índice Fraser. Bastaría un comunismo como el chino. Porque pedir un régimen como el de Singapur, es decir, otro Pinochet, ya sería demasiado. Y me alejaría por completo del Nobel.

viernes, 18 de octubre de 2024

El Día Nacional de la Imbecilidad

El 18 de octubre de 2019 los comunistas, procomunistas, filocomunistas, compañeros de ruta y tontos útiles (como ellos los llaman) hicieron su acostumbrada insurrección, otra revolución de los imbéciles (si no fueran imbéciles no serían comunistas). 

Al presidente Pinochet le habían hecho 17 estallidos revolucionarios entre 1983 y 1987 y duraban un día cada uno porque, si era necesario, ese gran estadista sacaba veinte mil hombres a las calles y "aquí no ha pasado nada." Y eso que los subversivos tenían apoyo cubano, soviético, de Alemania Oriental y hasta de Corea del Norte. 

A Frei Montalva le hicieron en 1964 el estallido de Pampa Irigoin, pero tenía un duro en Interior, Pérez Zujovic, que le puso término al motín en un día, con seis muertos. El mayor imbécil internacional contemporáneo, Fidel Castro, "el padre de todos los fracasos", exclamó: "Prometió una revolución sin sangre y les está dando sangre sin revolución". Y otros imbéciles asesinaron a Pérez Zujovic.

Al general Ibáñez le hicieron la insurrección del 2 y 3 de abril de 1957, pero la sofocó en dos días, con militares en las calles aplaudidos por la gente (yo estaba ahí) e indeterminado número de muertos.

Antes, a González Videla le habían hecho la "revolución de la chaucha" en 1949, pero éste no era imbécil, así es que puso un conscripto con fusil y orden de disparar en cada micro y además dictó la Ley de Defensa de la Democracia, que proscribió al comunismo de la vida pública por nueve años y a los rojos más díscolos los relegó a Pisagua.

A Arturo Alessandri le habían hecho el levantamiento de Ránquil en 1934, pero mandó las tropas y santo remedio.

Pero el 18 de octubre de 2019 Sebastián Piñera, ante el acostumbrado y rutinario levantamiento comunista, no hizo nada. Y, obvio, la revolución produjo todo el daño que era de esperar. El balance lo hace ayer en El Mercurio la carta de Fernando Marín Cruchaga. Copio: "En seguridad: delincuencia desatada e impune. En ciudad y hábitat: barrios y horarios prohibidos, patrimonio mutilado, tomas de terrenos, vivienda propia y créditos hipotecarios inaccesibles. En economía: devaluación del peso, proyectos de inversión detenidos, empresas multinacionales que emigran, crecimiento de gasto público sin contraprestaciones a la gente, informalidad laboral y un largo etcétera. Chile cambió".

Sí, de hoy en adelante el 18 de octubre debe pasar a ser el Día Nacional del Imbécil, el día de los cambios para peor, el día en que un millón de chilenos desfiló por las calles en apoyo a que el país se fuera al diablo, a que se incendiaran iglesias, a que se quemaran edificios completos y se arruinaran negocios, se saquearan y cerraran supermercados en barrios populares, se perdieran por centenares de miles los empleos y hasta los empresarios (que siempre fueron parte de la solución, porque creaban empleos y riquezas) se pusieron imbéciles y ¡pedían perdón a los vándalos!

Quemaron el 80 por ciento de las estaciones del metro y el país ha sido tan imbécil que todavía no "cacha" quién pudo hacerlo, pero pagó 360 millones de dólares para repararlas. 

Y el epítome de la imbecilidad: todo eso se coronó con el mayor disparate colectivo de la historia de Chile, la elección por amplia mayoría de Gabriel Boric como presidente.

Indiscutiblemente, merecidamente, condignamente el 18 de octubre debe ser proclamado como el Día Nacional de la Imbecilidad.

jueves, 17 de octubre de 2024

Justicia Inmanente en Acción

La destitución por el Senado del ministro de la Corte Suprema Sergio Muñoz viene a ser una sanción justa, aunque tardía, impuesta por la justicia divina. Pues Muñoz fue fundamental en la iniciación y promoción de la prevaricación contra quienes derrotaron a la guerrilla marxista desde 1973, hoy privados de libertad por fallos ilegales respaldados por dicho juez y sus seguidores.

Tal atropello ya ha generado la prisión de 503 exuniformados y exempleados civiles de las Fuerzas Armadas y Carabineros, cuya nómina completa está en el diario digital Chile Informa de esta misma fecha. Sin contar los fallecidos entre rejas.

En una publicación sobre el desempeño de Muñoz como presidente del más alto tribunal entre 2014 y 2016, se informó que éste había dispuesto contratar a honorarios al exjuez Alejandro Solís, retirado por edad, y que fue quien inauguró como ministro sumariante en causas de derechos humanos la triquiñuela ilícita del "secuestro permanente", ficción para eludir normas expresas y vigentes de amnistía, prescripción y cosa juzgada, que eximían de responsabilidad a sus perseguidos. 

La audacia de Solís, usando razones y fundamentos bastante rústicos, permitió condenar, pese a las expresas leyes eximentes de responsabilidad penal. En 2015 yo mismo lo hice confesar ante la TV que no probaba los delitos ni la participación de los acusados, sino que los "fingía". Pues era una "ficción jurídica", confesó paladinamente. Así creía derrotar a la presunción de inocencia.

Esto suscitó la admiración del presidente de la Suprema Sergio Muñoz, que ante el retiro de Solís por haber cumplido 75 años, ordenó contratarlo a honorarios para instruir a los demás sumariantes de dd. hh. acerca de cómo burlar la legislación y condenar, junto con cobrar a un indefenso fisco cuantiosas indemnizaciones. Ello se prolonga hasta hoy al costo de miles de millones de dólares.

Contribuye a extender el corrupto procedimiento la impunidad garantizada de quienes lo perpetran: el ministro sumariante Adolfo Mesa Latorre, de Temuco, condena olímpicamente por el "delito" de "haber sido militares" a una cantidad creciente de personas. Éstas se suman a reos por "haber estado ahí", "haber leído una nómina" o "haber pilotado un helicóptero que trasladó a los procesados". Todos hoy ancianos presos políticos, no pocos enfermos. 

La opinión predominante ha elegido "mirar para otro lado". Pero el rector-columnista Carlos Peña ha criticado a Sergio Muñoz a ese respecto y en su más reciente columna de El Mercurio escribe: "Un buen juez se enorgullece de aplicar normas que contradicen sus convicciones porque de esa forma prueba su lealtad a las reglas que le fueron confiadas". 

Si los malos jueces chilenos no tienen sanción y siguen prevaricando, la justicia inmanente, como lo prueba el caso del ministro Sergio Muñoz, se encarga de impedir esa impunidad.

lunes, 14 de octubre de 2024

Réplicas de un Sismo Supremo

La remoción de una ministra de la Corte Suprema, Ángela Vivanco, y el anuncio de una acusación constitucional contra otro, Sergio Muñoz, han desatado réplicas que pueden resultar peores que el terremoto mismo para la dictadura judicial de izquierda imperante.

La justicia inmanente o divina está resultando severa con el juez Muñoz, que en su tiempo "construyó" una supuesta "fortuna de Pinochet de 27 millones de dólares". La real y congruente con los ingresos y patrimonio del exmandatario --quien probó ser más honesto que sus sucesores concertacionistas respecto a los gastos reservados-- ascendía a 7 millones de dólares, perfectamente explicados. Pero la persecución de Muñoz llevó a que a la sucesión del expresidente Impuestos Internos le girara un tributo de 9 millones 800 mil dólares. es decir, 132 % de sus haberes. 

Y aquí vino lo más decidor: el abogado Pablo Rodríguez Grez, en la causa en que se formuló el cobro, y para detener la persecución contra la familia, no tuvo problema en conseguir esos casi diez millones de dólares de personas de fortuna partidarias del general. Si había algo a lo cual estuvieran dispuestos los chilenos acomodados era a asegurar tranquilidad económica a Pinochet. Desde luego, su inmueble urbano más valioso, donde edificó su residencia final, provino de una donación del terreno por un conocido empresario. 

Ahora la "justicia divina" le está pasando la cuenta a su injusto persecutor Muñoz.

Y no sólo a él. Tal vez a toda la Corte Suprema que, desde hace casi una década abandonó su rol legal en los juicios contra exmilitares. Ya en 2005 un distinguido penalista, Miguel Alex Schweitzer, escribía el 16 de marzo en La Segunda, que "todos, y repito todos, esos principios básicos del derecho han sido abandonados en algunos casos que actualmente se tramitan en nuestros tribunales". Otro jurista, Gonzalo Vial, en igual diario y el 2 de febrero de 2006, escribía que la responsabilidad de eso era de la Corte Suprema.

Hoy hay más de cuatrocientos presos políticos militares, condenados desconociendo lo que disponen las leyes. Lo malo para los jueces prevaricadores es que un gurú tan de izquierda como ellos y muy admirado por la élite, el rector-columnista de El Mercurio, Carlos Peña, de innegable poder de opinión (como que fue el originador de todo un proceso constituyente, de lo cual se arrepintió a destiempo) y cuyas opiniones derribaban a ministros de Piñera con toda facilidad, ayer domingo 13 de octubre ha escrito en El Mercurio lo siguiente: "Un buen juez es uno pleno, uno que realiza las virtudes de la imparcialidad y lealtad a las reglas incluso cuando ellas van contra sus convicciones, porque... un buen juez se enorgullece de aplicar normas que contradicen sus convicciones, porque de esa forma prueba su lealtad a las reglas que le fueron confiadas".

Este predicamento derrumba la jurisprudencia prevaricatoria de los últimos ocho o diez años, ratificada invariablemente por la Corte Suprema, que ha desconocido leyes expresas y vigentes sobre amnistía, prescripción, cosa juzgada y ponderación de las pruebas que habrían eximido de responsabilidad a centenares de uniformados, y en particular han transgredido las siguientes normas vigentes y expresas: 

(1) Art. 208 del Código de Justicia Militar: "Será causal eximente de responsabilidad para los militares el hacer uso de sus armas, cuando no exista otro medio racional de cumplir la consigna recibida." 

(2) Art. 410 del mismo código: "Será causal eximente de responsabilidad para los Carabineros el hacer uso de sus armas en defensa propia o de la defensa inmediata de un extraño al cual, por razón de su cargo, deban prestar protección o auxilio." 

(3) Y, en fin, su art. 411: "Estará también exento de responsabilidad el Carabinero que haga uso de sus armas en contra del preso o detenido que huya y no obedezca las intimaciones de detenerse".

Las perspectivas abiertas por este importante influencer pueden desatar en la Corte Suprema una réplica igual o mayor que el sismo inicial. 

El almirante (r) Miguel Ángel Vergara Villalobos, con la prudencia que lo caracteriza, ha hecho presentes las consecuencias de la doctrina sentada por el rector-columnista Peña en favor de la vigencia de las leyes.

No me cabe duda de que otro gran defensor público de los uniformados en retiro, el abogado Adolfo Paúl Latorre, documentará y glosará, con su habitual erudición, el tremendo giro en la jurisprudencia de la Corte Suprema que puede implicar el acoger la recta doctrina traída a la conciencia y consciencia de los chilenos por el influyente columnista Carlos Peña. Éste se hace, indudablemente, acreedor al agradecimiento de miles de "caídos tras las líneas enemigas" hoy objeto de persecución motivada por el afán de lucro y de venganza de la izquierda.