jueves, 11 de septiembre de 2025

DEBATE CLARIFICADOR

Al filo de la efeméride chilena más importante del siglo XX, justificadamente llamada Segunda Independencia Nacional, esta vez del imperio comunista, así como la primera lo había sido del imperio español, terminaba anoche un importante debate presidencial. 

Tuve la satisfacción de comprobar que el más asertivo y claro de los exponentes fue mi candidato, Johannes Kaiser. Pero no fue el único triunfador. Vale la pena ver por qué.

Pues lo más llamativo del debate fue su eco en las redes sociales. Con una sola excepción, confirmó lo que dice la mayoría de las encuestas: los de mayor mención fueron quienes las encabezan, y en ese orden: Kast, Jara Matthei. La sorpresa fue que se trepó Mayne-Nichols junto a ellos. Tómese nota.

Éste se presentó a sí mismo como un independiente "de centro". Puede ser, pero conozco su trayectoria política: antes fue de derecha y partidario del gobierno militar. Hombre del "Sí". Posteriormente "compró" el relato opositor a la Junta como la mayoría y, oportunamente, publicó un breve "acto de contrición". Se declaró "arrepentido". Lo tengo entre mis recortes. Lástima, yo habría esperado algo mejor de él. Pero anoche, sin duda, pulsó fibras que le llegaron a la gente, como alguien conciliador, no ideológico, y enfocado a la solución concreta de problemas. Pronostico que dará una sorpresa.

Parisi, que también viene de la derecha y del "Sí", pero se ha volcado a "los problemas de hoy de la gente", cometió dos errores graves al interpelar a Evelyn Matthei: exhibir caricaturas en colores, lo que contravino las reglas del debate, y acusarla de haber traicionado a Piñera y después a Pinochet, y preguntándole "¿a quién va a traicionar ahora?" Matthei contraatacó equivocándose, al decir que Parisi no le había hecho una pregunta, pero se anotó un punto al manifestarse, como mujer, atacada por él, y presentarlo como un agresor de su género. Doble error de él, porque fue Piñera el que traicionó a Matthei en los 90, al conspirar subrepticiamente en contra de ella, no obstante lo cual ella después se confesó "culpable", sin serlo. Pero ésa es otra historia.

El hecho fue que hubo puntos en contra de Parisi anoche. Pero no olvidar que en 2021 terminó tercero, tras Kast y Boric y superando a grandes favoritos, como ME-O, Sichel y Provoste.

Estoy optimista en el sentido de que hay un solo candidato que representa la receta de Pinochet, cuyas medidas inauguraron el mejor período de la historia de Chile, 1985-2015, convirtiéndonos en top-one mundiales en reducción de la pobreza, con paz y prosperidad en la Araucanía, sin inmigración ilegal, con delincuencia y terrorismo derrotados. Legó cerca de mil subversivos presos a Aylwin, que los indultó a todos. Y así comenzó el deterioro de la seguridad interna.

Kaiser fue el único en atreverse a apoyar a Trump en su afán de meter tras las rejas al narcodictador Maduro. Por haber sido el más valiente, decidido y claro, puede esperar un sustantivo avance en futuras encuestas. Sobre todo si es el único legatario de las recetas de Pinochet-Büchi, que nos brindaron los mejores años de nuestra historia.

lunes, 8 de septiembre de 2025

¿QUÉ HARÁN ANTE LA REVOLUCIÓN?

La izquierda le hará la revolución a cualquier gobierno que defienda los principios de una sociedad libre. Eso podemos darlo por sentado.

Lo importante es saber qué hará ese gobierno ante la violencia revolucionaria. 

Si Evelyn Matthei es elegida, cabe suponer que, en su condición de heredera de Piñera y al igual que éste, no hará nada sino apenas defenderse, en la certeza de que, de todas maneras, los revolucionarios la acusarán de atropellar sus derechos humanos. En la huella de Piñera, ella finalmente saldrá del paso mediante algún acto de rendición, como ofrecer una nueva Constitución del gusto de la izquierda.

Es que cabe el riesgo de que incurra en el mismo error de tener numerosos abogados de izquierda persiguiendo a exmilitares y sin ninguno de derecha querellándose por la violencia callejera revolucionaria.

Si Johannes Kaiser es elegido, espero que se defienda de dicha violencia mediante una fuerza pública muy numerosa y respaldada por el régimen. 

Sobre todo, espero que use sus atribuciones constitucionales y legales para obtener la declaración de inconstitucionalidad de los partidos comprometidos con la violencia y para recomendar a los parlamentarios de su sector pedir el cese en sus cargos de todos sus colegas comprometidos en la alteración del orden y la destrucción de propiedad pública o privada.

Y, en fin, que obtenga la condena penal de los que se hallen comprometidos en la alteración del orden, aunque sólo incurran en figuras penales menos graves, como la apología de la violencia. Tolerancia cero.

Si José Antonio Kast es elegido, esperaría de él medidas similares a las que adoptaría Kaiser, pero con un margen de duda nacido de su inexplicable defección de 2023 en la defensa de la Constitución ante la arremetida revolucionaria. Sobre todo tras haber recibido su partido un enorme respaldo electoral por haber sido el único opuesto al ilícito segundo proceso constituyente emprendido por Piñera y Boric.

El que se cambia de bando una vez puede volver a hacerlo. Por esa razón hay hoy un partido a la derecha del de Kast, el Nacional Libertario, que tiene el mayor número de inscritos entre todos los de derecha.

viernes, 5 de septiembre de 2025

¿EN QUÉ PAÍS VIVE USTED?

Si usted conoce las leyes y lee los diarios de estos días verá que lo que ocurre habitualmente no tiene nada qué ver con lo que aquéllas mandan, prohíben o permiten..

Primero, la Cámara de Diputados rechazó que se cobrara una multa a quienes no cumplan con su deber de sufragar. Pero la Constitución dice que la ley debe multar a quienes no voten. La Cámara violó la Constitución. ¿Y qué? La mayoría de izquierda de la Cámara dice no y es no. Y nada sucede. ¿Usted pretende que se apliquen las leyes? ¿En qué país vive usted?

Se supone que usted se habrá dado cuenta de que las elecciones con voto voluntario las ha ganado la izquierda, que en cambio las ha perdido con voto obligatorio. Y como acá manda la izquierda y no la Constitución, aquélla  convierte el voto jurídicamente obligatorio en voluntario de hecho,

Segundo: en Temuco hay un ministro sumariante en juicios de derechos humanos, Álvaro Mesa Latorre, que mete presos a exmilitares por un delito instituido por él, por sí y ante sí, no tipificado en las leyes: "haber sido militar". Y  manda tras las rejas a ancianos que otrora vistieron uniforme.

Visto lo cual, la abogada Carla Fernández interpuso una querella contra el ministro Mesa por el delito de prevaricación, que sí está tipificado en el Código Penal y es el que comete un juez cuando dicta un fallo contrario a leyes expresas y vigentes. 

Pese a ser, desde hace veinte años, habitual esa conducta entre los sumariantes de izquierda (es decir, todos) nunca ha sido acogida una querella por prevaricación de las que han sido presentadas contra ellos. 

Esta vez un tribunal declaró admisible la patrocinada por la abogada Carla Fernández. Alarma en la judicatura. Eso no puede ser. Y entonces, cuando Mesa Latorre apeló ante la Corte de Concepción, la misma acogió la apelación y declaró inadmisible la querella. 

Se había puesto en riesgo a todos los juicios contra militares por supuestas violaciones a los derechos humanos. Pues todos están fundados en una prevaricación: un "secuestro permanente" que no existe y, en caso de existir, está tipificado en el código sólo para particulares y no para militares, que son agentes del Estado.

Si esa querella tuviera éxito, ello sería terrible política, jurídica y económicamente para la izquierda. Sobre todo económicamente: los juicios de derechos humanos son un cajero automático del cual aquélla extrae dinero fiscal crónica, ilícita e indefinidamente. 

Y es inagotable, pues ahora ya los juicios no se refieren sólo a casos que hayan costado la vida de algún subversivo, sino a quienes alguna vez fueron meramente interrogados. Hoy se querellan y cobran indemnizaciones por un supuesto y no acreditado "maltrato" sufrido hace décadas. Algo así como la Comisión Valech de Ricardo Lagos, que pensionó de por vida a cerca de treinta mil otrora interrogados por sus nexos con el terrorismo anterior a 1990. 

En fin, tercero, confirma el sesgo judicial a favor de la izquierda el fallo del Tribunal Calificador dictaminando que Daniel Jadue puede ser candidato, a pesar de tener suspendido su derecho a sufragio por "hallarse acusado de delito que merece pena aflictiva", según el art. 16 No. 2 de la Constitución. Para ser candidato se requiere ser ciudadano con derecho a voto.

Peor para la Constitución: Jadue es de izquierda, comunista, y puede ser candidato pese a los numerosos delitos merecedores de pena aflictiva de que se le acusa. 

¿Usted pretende que en Chile se apliquen las leyes?  ¿En qué país vive usted?


martes, 2 de septiembre de 2025

PAÍS EN JAQUE

Leyendo el objetivo libro "Piñera en Jaque", de Paula Catena y Gloria Faúndez, periodistas de La Tercera, uno se pregunta cómo Chile ha podido caer tan bajo, hasta ser un país donde la izquierda ha impuesto sus términos a una derecha impotente.

La izquierda nos arrasó con su violencia extrema, devastó las ciudades, saqueó supermercados, incendió iglesias y edificios y hasta las estaciones del metro, aterrorizando a la población y paralizando las actividades.

¡Y Piñera le pidió públicamente perdón! Y otros como él. Cuando lo que aquél debería haber hecho era meterlos a todos presos, como lo hizo Pinochet, a quien le hicieron 17 estallidos entre 1983 y 1987, pero los sofocó cada uno en un día y nadie siquiera se acuerda de ellos.

En lugar de pedir perdón, Piñera debió impetrar la inconstitucionalidad de los catorce partidos y movimientos que confesaban haber instalado, gracias a las "movilizaciones", un "parlamentarismo de facto" (confesión del senador Jaime Quintana, PPD). Tal como Jaime Guzmán consiguió la declaración de inconstitucionalidad, ante el Tribunal Constitucional, del Movimiento Democrático Popular (MDP) marxista en los 80. 

Claro, Piñera no tenía abogados de derecha que le aconsejaran. Sólo los tenía de izquierda... y para triplicar las querellas ilegales contra exmilitares, que generaron 500 presos políticos exuniformados y han originado un verdadero "cajero automático", mediante el cual la izquierda le sustrae crónica e ilícitamente dinero al fisco.

La principal víctima de la cobardía del exgobernante y sus políticos ha sido el Cuerpo de Carabineros, Numerosos miembros suyos han sido dados de baja por defender el orden público. Increíble. Y después tienen que financiar sus propias defensas judiciales, en circunstancias que fueron mandados por la sociedad para protegerla de los vándalos. Mientras, éstos se han erigido en acusadores, diciendo que Piñera atropellaba sistemáticamente los derechos humanos de los delincuentes por el solo hecho de impedirles a estos arrasar por la violencia  con todo el orden establecido.

Este país está enfermo de cobardía y entreguismo. Sólo han logrado salvarlo hasta ahora los votantes obligados, que sofocaron el intento de entregar la Constitución a la extrema izquierda.

Entre todos los candidatos presidenciales, uno solo no ha claudicado nunca ante la izquierda y por eso ésta procura eliminarlo "por secretaría", alegando ante el Servel y el Tribunal Constitucional que son inaceptables sus opiniones reafirmatorias de la gran verdad histórica contenida en el Acuerdo de la Cámara de 22 de agosto de 1973, que llamó a los militares a poner término al régimen de Allende, devenido dictadura.

Kaiser es el último baluarte, porque todos los demás, en un momento u otro, se han prosternado ante la embestida violenta e ilícita de la izquierda.

miércoles, 27 de agosto de 2025

UNA DICTADURA LEGÍTIMA Y POPULAR

El diccionario oficial de la lengua castellana, el de la Real Academia, dice que "dictadura" es "un gobierno que, bajo condiciones excepcionales, prescinde de una parte, mayor o menor, del ordenamiento jurídico para ejercer la autoridad." En otra acepción de la palabra, añade: "Gobierno que en un país impone su autoridad violando la legislación anteriormente vigente".

De acuerdo con ambas definiciones, el régimen militar fue una dictadura hasta 1981, de acuerdo con la primera. Pero, de acuerdo a la segunda acepción, removió a otra dictadura, el régimen de Allende, que violó sistemáticamente la legislación entonces vigente.

Desde 1981 el régimen gobernante no fue una dictadura, sino un gobierno democrático, elegido por el pueblo en el plebiscito constitucional de 1980, en que se votó como Presidente por Augusto Pinochet por un período de ocho años.

En consecuencia, la dictadura militar 1973-1980 existió para liberar al país de una dictadura marxista. ¿Puede ser ilegítimo un régimen que remueve a otro devenido ilegítimo?

El presidente del Colegio de Abogados en 1973 tuvo preocupación por definir jurídicamente el punto que hoy tanto se debate. Era el jurista DC Alejandro Silva Bascuñán, y se preocupó de publicar una separata de la Revista de Derecho y Jurisprudencia estableciendo que la autoridad militar que había removido a Allende era un gobierno "legítimo". Luego, quienes hablen de "gobierno legítimo" tienen tanto fundamento como quienes lo llaman "dictadura", pero esto último sólo entre 1973 y 1980.

Es decir, ésa fue una "dictadura legítima", porque tuvo como misión remover a otro régimen devenido ilegítimo. Así lo explicó el Colegio de Abogados de la época. 

El régimen de Allende había devenido en ilegítimo, según la Real Academia, por haber "violado la legislación anteriormente vigente". Eso lo dejó establecido el Acuerdo de la Cámara de Diputados, perfectamente constitucional, adoptado en una votación democrática y que se ciñó estrictamente al art. 39 de la Constitución entonces vigente.

Luego, la dictadura militar de 1973-1980 era legítima. Y además era popular. Eso lo confirmaban todos los sondeos de la época. Podrá objetarse que el régimen tenía más acceso y control de medios de comunicación que sus opositores. Pero eso era así por decisión de los dueños de los medios. Por ejemplo, El Mercurio y La Tercera eran partidarios del gobierno militar, no por imposición de éste, sino como consecuencia de que sus dueños, las familias Edwards y Picó Cañas, respectivamente, eran partidarias del gobierno militar.

Y este último, además, toleraba medios de comunicación adversos, como los diarios Fortín Mapocho y La Época. Con el tiempo y la plena democracia éstos desaparecieron. Aquéllos no.

En cuanto a las revistas, las de oposición eran más que las de gobierno: Punto Final, Cauce, La Bicicleta, Análisis, esta última de marcada tendencia marxista-leninista.

Y la radio de más audiencia era opositora: Cooperativa. Los canales de TV eran el estatal, TVN, tal como hoy, partidaria del gobierno. El Canal 13 lo era por orientación de su respectiva dueña, la Universidad Católica. Lo mismo el de la Universidad de Chile.

Como la dictadura era popular, ganó los plebiscitos y consultas a que convocó, en 1978, 1980 y 1989. Sólo perdió el de 1988, mediando una millonaria intervención extranjera. Pero a partir del segundo de los cuales dejó de ser dictadura, porque el pueblo eligió al gobernante.

Es decir, dentro de todo, la dictadura era más bien, como acertadamente alguna vez dijo el propio Pinochet, una "dictablanda". Y yo estoy seguro de haber leído en la crónica de El Mercurio en los años '80 que el mismísimo Patricio Aylwin declaraba no considerar al gobierno como una dictadura. Pero tengo que ubicar la publicación, cosa que no he tenido tiempo de hacer en los últimos 35 años. (Espero que alguien lo haga.) De que lo leì, lo leí.

Es decir, en el debate de estos días todos, en un momento u otro, han tenido parte de la razón.

martes, 26 de agosto de 2025

MUERTES EVITABLES E INEVITABLES

Un sereno analista de la actualidad política afirma que la caída de Evelyn Matthei en las encuestas se debió a que declaró que el 11 de septiembre de 1973 había sido inevitable que hubiera muertes. En realidad, todos los analistas son de la misma opinión.

Pero parece indiscutible que Evelyn Matthei sólo dijo una verdad muy fácil de probar: si hubo un poder público que conminó a los militares a poner término a un régimen y éste había organizado grupos armados para no sólo defenderse sino tomar el poder total, y los militares acogieron el llamado político civil, es de Pero Grullo que el enfrentamiento de ambos contingentes armados debía dar lugar inevitablemente a muertes en ambos bandos. 

Por cierto, cualquier podía anticipar que los caídos de la guerrilla de izquierda iban a ser más que los de las tropas profesionales. De hecho, el Informe Rettig dijo que entre el 11 de septiembre y el 31 de diciembre de 1973 cayeron alrededor de 1.800 personas, unas mil quinientas del bando de la guerrilla y unos 300 uniformados.

Por cierto, entre todas ésas hubo muertes evitables. Los muertos a manos de carabineros del retén de Lonquén fueron evitables, si los primeros hubieran cumplido su deber de respetar la vida de los presos.

La muerte de carabinero Fabriciano González Urzúa a manos de guerrilleros que disparaban desde una industria textil fue evitable, porque aquél sólo auxiliaba a un camarada herido y procuraba arrastrarlo a un lugar seguro. Por su heroísmo hoy la Escuela de Suboficiales de Carabineros lleva su nombre. Su muerte heroica fue evitable.

También fue evitable la de una veintena de asesores y funcionarios de La Moneda, a quienes alguien ordenó fusilar en las instalaciones de un regimiento en Peñalolén el mismo 11.

Pero, en general, era inevitable que hubiera muertos. El problema reside en que la izquierda ha sido mucho más exitosa en condenar el 11 de septiembre que la derecha en defender su necesidad e inevitabilidad.

Los militares ganaron la guerra el extremismo marxista en toda la línea y por eso, al dejar el poder, se condecoraron justificadamente con la medalla "Misión Cumplida". Habían recibido de los civiles un país en ruinas y les habían devuelto otro próspero y que estaba a la cabeza de América Latina.

Ganaron la guerra a la subversión y al terrorismo de izquierda, pero perdieron la posguerra propagandística. Los sectores de derecha, copartícipes del éxito y que tenían la obligación de defender el legado. no lo hicieron. Algunos incluso traicionaron a los militares, pasándose en su mayoría al bando de los que hoy los persiguen y condenan.

Por eso Evelyn Matthei dice una verdad irredargûible, pero cae en las encuestas. Porque en Chile el relato mata al dato y aólo una minoría es capaz de defender la verdad.

domingo, 24 de agosto de 2025

DA PENA CHILE

Termino de leer los diarios de hoy y me da pena Chile. Un país engañado. Un país enajenado. Vive fuera de la verdad. Sin saberla. Y por eso es capaz de cualquier despropósito. 

Pero no sólo Chile está engañado. También el mundo desconoce la verdad con respecto a Chile. Tanto que hoy aparece una inserción de la Corte Interamericana de DD. HH. que lo prueba. Es inverosímil (para quienes sabemos la verdad, toda la verdad, porque nos hemos dedicado a eso.) El destacado aviso notifica a una larga lista de exmilitares presos de que, en los juicios en su contra, no se debe aplicar la llamada "media prescripción". 

Ese aviso es casi un chiste cruel. ¿Qué le importa a Miguel Krassnoff que le apliquen o no la media prescripción en algunos juicios, si está ya hace más de treinta años preso a raíz de procesos viciados, en que lo han condenado a más de mil años, contra la ley expresa, faltando a la verdad y por un delito que no existe?

Porque lo está por "secuestro", delito que no pudo cometer, pues, de acuerdo con el tenor literal del párrafo 2 del título III del Código Penal, el secuestro está tipificado sólo respecto a "particulares". Y él, como militar en servicio, no era un "particular". 

Pero, además, nunca se ha sabido de persona alguna que estuviera secuestrada permanentemente (es decir, hasta hoy) por exmilitares. Nunca ningún juez lo probó ni podría probarlo. Y para derrotar la presunción de inocencia de cualquiera el juez debe probar la existencia del delito y la responsabilidad del imputado en haberlo perpetrado. 

Es que fue sólo un truco de un juez de extrema izquierda que lo "inventó". Su nombre: Alejandro Solís, que lo usó para eludir las leyes de amnistía y prescripción. Lo reconoció, públicamente, ante mí, en 2015, en el programa de TVN "El Informante". Confesó que había recurrido a una "ficción jurídica", como la llamó, y que no era jurídica, por supuesto. Para aclarar más las cosas expresó: "No digo que ésa fuera la realidad". ¡Una justicia penal de fantasía! Pero que privaba de su libertad a centenares de exmilitares.

Además, nunca nadie pudo decir que hubiera habido efectivamente algún secuestrado en poder de algún condenado, como aseveraban las sentencias judiciales "creativas", que la Corte Suprema refrendaba y refrenda hasta hoy. Esto es fantasmagórico. Pero en el hecho sirve para sustraerle muchos millones de pesos anuales al erario, a título de indemnización por secuestros que no existen.

La Corte Interamericana dice que no se puede aplicar la media prescripción (que en el hecho no es eso, sino una reducción de la pena) a un delito que no existe, pero ha sido usado para meter presos a más de 500 exmilitares, de los cuales más de cien han muerto. ¿Cómo no va a dar pena un país en que eso sucede y prácticamente nadie dice ni hace nada al respecto?

Leo en el mismo diario la columna del rector Carlos Peña. Critica al empresario Juan Sutil, que ha incursionado en política, por no haber sido suficientemente condenatorio de "la dictadura", término con el cual casi todos, sólo después de 1990, se empezaron a referir al gobierno que salvó a Chile del comunismo y lo convirtió en "la joya más preciada de la corona latinoamericana" según lo describía Bill Clinton en carta a Eduardo Frei Ruiz-Tagle en los '90. 

Peña le enrostra a Sutil "la tortura" bajo el gobierno militar, olvidando que bajo el de su máximo héroe político, Salvador Allende, se torturaba crónicamente y él, que se sepa, no decía nada. En El Mercurio del 20 de enero de 1972 aparecían in extenso las aplicaciones de corriente al presidente de la Juventud Nacional, perpetradas por el Subdirector de Investigaciones, Carlos Toro, comunista. Y Allende no desmentía la publicación ni se refería a ella ni menos pedía la renuncia al funcionario comunista torturador. Claro que ésa fue una de las razones del Acuerdo de la Cámara de 22 de agosto de 1973 para pedir la destitución de Allende por, entre muchas razones, haber "incurrido en frecuentes detenciones legales y tolerado que las víctimas sean sometidas en muchos casos a flagelaciones y torturas". Antes, ya en 1970, cien abogados socialistas habían denunciado a Frei Montalva por torturar a los presos del MIR. Los partidarios de Frei torturador y de Allende torturador difaman a Pinochet, bajo quien por primera vez se condenó a torturadores (caso "Comando de Vengadores de Mártires" en los '70).

Pobre Chile, el único país que eligió por sufragio a un "marxista integral", Allende, (con trampa en el escrutinio, es cierto, pero nadie la persiguió".) Y que después de haber sufrido la ruina completa bajo el marxismo, en 2021 eligió a otro que estaba "a la izquierda del comunismo". Da mucha pena.

Pobre Chile, pobre de su gente que no sabe la verdad. Se cree una y otra vez el "cuento del tío" de la izquierda. La ciudadanía vota a ciegas, porque le han lavado el cerebro con consignas. Quema lo que debería adorar --el régimen que le dio los mejores treinta años de su historia-- y adora lo que debería quemar --los regímenes de Allende, Bachelet II y Boric, que le han dado los peores años de su historia.

Contumacia; "tenacidad y dureza en mantener un error". Pobre país contumaz.