lunes, 24 de noviembre de 2025

PINOCHET PROBADO INOCENTE (4)

 VIII.           IGNORANCIA DE PINOCHET SOBRE CRÍMENES

Un rasgo común a la literatura sobre Pinochet es la falsedad de acusarlo por su supuesta participación en crímenes de los cuales la literatura adversa y hasta a veces la partidaria suya, muchas veces lo inculpa… o se abstiene de exculparlo.

En efecto, la historia real y verdadera se ha encargado de documentar su ninguna participación ni conocimiento previo en los casos más publicitados.

La prueba final de la inocencia de Pinochet en todos esos crímenes se presentó en una crónica de El Mercurio de 2 de abril de 2000 en que se reproduce el diálogo de 1978, después de cometidos, entre Pinochet y el general Manuel Contreras, en presencia de la Junta de Gobierno y en del director de la CNI (sucesora de la DINA), general Odlanier Mena, que se desarrolló en los siguientes términos, según el diario:

“Pinochet le preguntó a Contreras; ‘Categóricamente, dígame si tiene alguna relación lejana o que usted no sepa con este individuo (Townley, autor material de los crímenes).

“No, ninguna mi general” respondió Contreras”.

Ese diálogo tuvo lugar en 1978, tras solicitar el fiscal norteamericano Eugene Propper, del FBI, la entrega de Michael Townley como autor del asesinato de Orlando Letelier, Puede leerse completo el diálogo en mi libro “Terapia para Cerebros Lavados”, El Mercurio-Aguilar, Santiago, 2008, pág. 217.

Ya habían tenido lugar los asesinatos del general Prats en 1974, el atentado contra Bernardo Leighton en 1975, el de Orlando Letelier en 1976, perpetrados por Michael Townley o estando éste en el lugar, como el que sufrió Leighton en Roma a manos de extremistas italianos.

Luego, en una crónica del diario La Nación del 28 de agosto de 2006, siendo diario del primer gobierno de Michelle Bachelet, aparece Townley relatando haberle dicho a Manuel Contreras: “Pero, a mi juicio, el error más grande ha sido no haber informado a Su Excelencia (…) Acepto que hay cosas de las cuales es mejor no informar más arriba, pero la eliminación física de alguien en el exterior, especialmente en Estados Unidos, con todos los riesgos y consecuencias, no es una de ellas”.

Eso acredita la inocencia de Pinochet y la Junta en los mayores crímenes que frecuentemente se les achacan.

Mientras el resto de la Humanidad goza del derecho humano a la “presunción de inocencia”, en el caso de Augusto Pinochet ese derecho humano no lo beneficia y su inocencia debe ser probada. La predominante propaganda izquierdista mundial lo ha consagrado irremisiblemente como un “presumido culpable”, no siéndolo.

Pero este libro lo exonera de culpa y lo presenta velando por el respeto a los derechos humanos. Reproduce las instrucciones originales, “a todas las unidades”, que impartió desde fines de 1973 y hasta mediados de 1974.

Como el tiempo ha tornado difícilmente legibles los originales de esos instructivos, se presenta frente a cada imagen del documento original una transcripción de su texto.

Pero hubo importantes bastiones de la verdad que Aylwin II no pudo incorporar a la gigantesca traición a la historia en general y a los uniformados en particular: el "Antiguo Ejército” y la Corte Suprema. Y modestamente se añade a esa lista de instituciones Su Seguro Servidor, el autor de este libro.

En efecto, todos ellos rechazaron y rechazamos el Informe Rettig.

Pero el grueso de la opinión pública y los medios de comunicación “lo compraron”.

Por mi parte, en mi columna de esa época en El Mercurio lo descalifiqué, bajo el título “Ni Verdad Ni Reconciliación” y “Test Para la Historia Oficial” de 6 y 13 de marzo de 1991.

Un amigo me llamó después de publicada la primera y, perdonando la grosería de su lenguaje, me dijo textualmente, poniendo de manifiesto el clima que se había enseñoreado del país: “¡Tu columna equivale a que lances un eructo en una Misa Solemne de la Catedral y durante la elevación de la hostia!”

Tuve una polémica en La Segunda con Gonzalo Vial (“Desmentidos al Informe Rettig”, del 7 de julio de 1995) donde él defendía el Informe, pero yo le probé sus sesgos y falsedades, en particular cuando trató como “una ejecución en falso enfrentamiento” a la muerte de los hermanos Vergara Toledo, del MIR, que habían disparado primero contra un furgón de Carabineros, hiriendo con dos balas a un suboficial, tras lo cual los acompañantes de éste los persiguieron y dieron muerte.

X:  EL REPUDIO AL INFORME POR LA CORTE SUPREMA

Pero la Corte Suprema, el más alto tribunal, por la unanimidad del pleno de los 14 ministros, declaró, dentro de un extenso acuerdo de rechazo y repudio a la maniobra de Aylwin:

1)                  1) Que la Comisión Rettig “...no trepida en violentar el ámbito de sus atribuciones”;

2) Que “rebasó abusivamente las facultades que se le habían conferido, juzgando y censurando el desempeño de los Tribunales en general y de la Corte Suprema en particular”;

3)            3) Asimismo, acusó a la Comisión de haber “desnaturalizado en su esencia la seriedad que ha de atribuirse a su veredicto, que deja de ser desapasionado y fiable”;

4)              4) Que “la cita que se hace de uno de los discursos inaugurales del año judicial no es afortunada, muy por el contrario, resulta maliciosa, porque dado el contenido de las palabras del Presidente de la Corte Suprema de entonces, es de toda evidencia que tanto él como el resto de los jueces, cuya pirámide jerárquica aquél encabezaba, carecían de información acerca de los atropellos que no habían sido denunciados a la justicia”;

5)    5)“El más rotundo repudio merece la observación de que los tribunales se ciñeron, con demasiado apego, a la ley. Los jueces, llamados por su ministerio a aplicarla, no a crearla, tienen un solo camino para hacerla cumplir, el que les ordena el Artículo 19 del Código Civil, esto es, carecen de toda potestad para darle un sentido distinto del que ofrece su texto literal, cuando éste es claro. Si dejaran de hacerlo traicionarían lo medular de su misión, como instrumentos de esa misma ley”.

6)      6)  Imputan falsedad al Informe al declarar: “Por lo tanto, se aparta de la verdad el aserto de que se habría dejado en la indefensión a las personas, sin base legal alguna, contrariando la normativa jurídica”.

7)     7) “Las pretensiones de otro Poder del Estado o de esta Comisión, como su indisimulado vehículo, en el sentido de avocarse al conocimiento de causas criminales, de revisar el fundamento o el contenido de las decisiones de los Tribunales, debida y apropiadamente sustentadas en fundamentos de hecho y de derecho, de revivir procesos fenecidos, como acontece en la actualidad, constituye un flagrante atentado a las normas que regulan las instituciones claves del Estado y del sabio equilibrio que el constituyente se preocupó de implantar entre ellas”.

8)      8) “Lo más grave a juicio de esta Corte radica en que las invectivas que se han descargado en contra del Poder Judicial se orientan inequívocamente a torcer de modo artificial y por caminos extraviados y fuera del ordenamiento jurídico aquellas interpretaciones que los tribunales han dado a las mencionadas leyes, así como otras que dicen relación con los derechos humanos”.

9)      9) “En último término se busca que las sentencias se adapten o readapten a nuevas interpretaciones, fruto de una hermenéutica original, más del sabor de las corrientes políticas de los autores del Informe”.

1010)  “Se da a entender que la Corte Suprema habría castigado a funcionarios porque, precisamente, se distinguieron en el cumplimiento de su deber. Esto jamás ha acontecido, es una falacia y el más temerario cargo.”

11  11) “Resulta igualmente inexacto el muy grave cargo de que ‘los hechos constitutivos a violaciones de los derechos humanos no fueron investigados por los tribunales?’. No es concebible y tampoco se conoce el hecho de que alguna denuncia de esa índole y especie haya sido simplemente archivada, sin tramitar por los juzgados”.

1212) “Es igualmente falsa la imputación de que la Corte Suprema permitió, a ciencia y paciencia, el arresto de personas sin orden de ninguna especie, aguardando deliberadamente a que el Ministerio del Interior dictara más adelante el decreto respectivo. Esta especie de complicidad no ha existido y es un reproche que deslinda con la calumnia”.

13 13)“En resumen, esta Corte estima que la Comisión, extralimitándose en sus facultades, formula un juicio en contra de los Tribunales de Justicia apasionado, temerario y tendencioso, producto de una investigación irregular y de probables prejuicios políticos”.

Ése fue el resumen de la opinión que mereció al más alto tribunal el Informe Rettig.

 (Continuará).

2 comentarios:

  1. Esos cuentos de que el mandril uniformado no sabia que su dictadura asesinaba, torturaba y desaparecía de forma rutinaria y sistemática a sus opositores, (otro entre los cientos de chamullos del bombero cagón y mitómano de Crispín Muñoz) aparte de absurda y completamente inverosímil, solo demostraría la incapacidad y estupidez del mandril para dirigir al país.
    Y resulta verdaderamente ridículo y contradictorio, que se presenten los testimonios del Mamo Contreras (el mismo milico asesino que acusara a la familia del mandril de traficar con drogas) como prueba de la supuesta inocencia del mandril mayor.

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  2. Pinochet no fue inocente, por mucho que fingiera ser demente.

    Llore quien llore y gústele a quien le guste, lo único que está totalmente probado, recomprobado y certificado, es que Pinochet fue un milico rastrero, asesino, traidor y cobarde cuya única defensa para escapar de la justicia, es que estaba muy viejito, muy enfermo y con demencia subcortical.

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