jueves, 24 de noviembre de 2011

El Futuro en Manos de la Calle

¿Ustedes creen que las políticas del futuro las discurren los más sabios? ¡No! Surgen del griterío, la vociferación y la violencia callejera.

Cuando, a fines de los '80, Chile crecía al 7 por ciento anual, es decir, al doble que en los últimos años, el impuesto a las empresas era la mitad que hoy. Al final del Gobierno Militar el desempleo era poco más de cinco por ciento. Hoy es un 50 % más alto.

Como está probado que el crecimiento económico es el mejor remedio para la pobreza, el bajo impuesto a la renta de las empresas favoreció a los pobres. Como había menos costo de contratación de trabajadores, más de ellos encontraban empleo.

La demagogia se instaló a partir de 1990 y por eso el impuesto a las empresas hoy es el doble que en dicho año y el país crece, en promedio, a la mitad que entonces.

Y ahora mucha gente ha salido a las calles a gritar y causar destrozos, lo cual ya parece haber convencido a todos ¡hasta a los empresarios! de que debe hacerse aquello que pide la calle pero perpetúa la pobreza, porque disminuye el crecimiento: subir el impuesto a la renta de las empresas.

Pero los que realmente saben de impuestos, los fiscalizadores de Impuestos Internos, que no salen a las calles a gritar y a lanzar piedras, han dicho una cosa muy importante en "El Mercurio" del lunes: que tras la última alza de la tasa del impuesto a la renta de las empresas la recaudación de este tributo NO HA AUMENTADO.

La razón es que las empresas, para financiar sus proyectos, y dado que tienen menos beneficios líquidos después de impuestos, recurren al crédito bancario. Y como la ley las autoriza a rebajar de la renta imponible los intereses de los préstamos, dicha base imponible disminuye y, por tanto, la recaudación tributaria no crece. El alza de la tasa de 17 a 20 por ciento no allega más recursos, porque se reduce la renta imponible tributaria, resultando que cuando se gravaba con 17 por ciento una cantidad mayor, se obtenía lo mismo que ahora, gravando con 20 por ciento una cantidad menor.

Entonces, la calle ordena subir el impuesto a las empresas para allegar más recursos para la educación, pero dicha alza no generará esos recursos. Como los empresarios saben que pueden anular el aumento tributario endeudándose más y rebajando los intereses de su renta imponible, le dicen a la calle (que, por supuesto, no entiende nada de nada): "Bueno, somos socialmente solidarios y responsables; súbannos los impuestos". ¡Qué emocionante!

Y por eso algunos prestigiados economistas han hecho un estudio que parece concluir que un alza del tributo a las empresas no disminuye la inversión, argumento que les sirve, precisamente, para propiciar una reforma tributaria y un alza del impuesto a la renta de las empresas. Lo que sucede es que la inversión no disminuye por lo mismo que dijimos más arriba: porque pasa a financiarse con crédito bancario y la rebaja, como gasto para producir la renta, de los intereses del crédito, reduce la base imponible y se termina pagando por concepto de impuesto a la renta lo mismo que antes del alza tributaria.

Pero, obviamente, cuano ese impuesto a la renta, hace veinte años, era de la mitad del actual, se invertía más, se crecía más, había menos desempleo y se podía reducir más aceleradamente la pobreza.

Todo indica que ahora se va a hacer lo que dice la calle: se va a subir el impuesto (o mantener en 20 % la tasa que debía bajar primero a 18,5 y un año despues a 17%); no va a haber más recaudación, porque la tasa más alta será anulada por la baja de la base imponible; la inversión se va a financiar con crédito en vez de con utilidades y lo único que va a quedar en pie es que cuando la tasa del tributo era de la mitad, el país crecía al doble y el desem.pleo era de poco más del 5 por ciento y no más del 7 por ciento, como hoy.

Porque siempre queda en pie el hecho de que un peso en manos de la burocracia ewstatal genera menos crecimiento que un peso en manos de una empresa particular.

10 comentarios:

  1. Don Hermógenes,
    Concuerdo plenamente con sus planteamientos, que se pueden resumir en que gastamos mas no porque produzcamos, o ganemos mas, sino porque nos endeudamos mas. Y eso es irse derecho al despeñadero.
    ¿Por que nadie entiende eso?
    Y si me permite, aca hay un link que encuentro fabuloso, que plantea que todo este ruido ambiente que se está produciendo en todo el mundo esta directamente relacionado con la escasez creciente (e irreversible) de energía. En inglés:
    http://www.smartplanet.com/blog/energy-futurist/occupy-tea-party-and-the-politics-of-less/202?tag=nl.e660

    ResponderEliminar
  2. Se me ocurre que, además, el alza de impuestos a las empresas significaría un alza en los precios de los productos de esas empresas y esos productos los debemos seguir comprando los cosumidores comunes y corrientes que, en definitiva, serían los que pagarían esta alza que pretende afectar a los mas "ricos".

    ResponderEliminar
  3. Ah, pero los bancos (que son los patrones de estos personajes) van a estar re contentos!

    Ahora, Aylwin subió ciertos impuestos, pero el crecimiento siguió siendo acelerado, sobre todo en el gob. de Frei (mientras no tocó nada este retardado... cuando tocaron algo, quedó la embarrada - 1998).

    ResponderEliminar
  4. ya lo dije chile tiene tc flexible, segun mundell-fleming bajo cambio flexible la politica fiscal no sirve (subir impuestos recauda dinero para el estado sin dañar a la economia (solo si no se aumetna el gasto publico.
    Además lo que importa es el desarrollo humano, y la autosustentabilidad (se habla de que chile sera potencia alimennaria cuando en el mercado interno venden lo peor a precio de oro)

    Percibo falta de responsabilidad por parte ed los empresarios, banqueros y mineras (que pagan menos impuestos que la mayoria de la gente).

    Los impuestos no le gustan a nadie, sin embargo nunca comprendere cuando desde la derecha se indignan cuando se los suben a las empresas y se callan cuando se lo suben a la gente. (de otra forma no tendriamos impuestos tan altos).

    ResponderEliminar
  5. No estarás confundiendo tipo de cambio con tasa de política monetaria? sorry, ando confundido.

    ResponderEliminar
  6. Buena intervención de la Curva de Laffer. Efectivamente nos muestra que antes de escribir opiniones como la de la entrada, hay que saber si estamos abajo o encima de t2.

    Si lo siguiente es cierto: "Pero los que realmente saben de impuestos, los fiscalizadores de Impuestos Internos, que no salen a las calles a gritar y a lanzar piedras, han dicho una cosa muy importante en "El Mercurio" del lunes: que tras la última alza de la tasa del impuesto a la renta de las empresas la recaudación de este tributo NO HA AUMENTADO." Entonces estaríamos sobre t2? ceteris paribus?

    ResponderEliminar
  7. Creo que la curva de Laffer sólo expresa gráficamente algo que ya sabíamos intuitivamente: que, ceteris paribus, a más quieras exprimir a otro, más resistencia enfrentarás.

    Fuera de eso, la curva no sirve para nada. En la vida real es imposible saber si estamos antes de t2 o después de t2. Pase lo que pase, los partidarios de subir impuestos dirán que todavía se puede, que aún estamos lejos de t2, y que si la recaudación ha bajado en el último trimestre es porque hay una conspiración de X malvado, o porque los marcianos hipnotizaron a los contribuyentes, o... etc.

    ResponderEliminar
  8. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  9. Tampoco estoy a favor de ser exprimido.

    ResponderEliminar