martes, 1 de julio de 2025

TRIUNFO COMUNISTA SIN CARISMA

Los comunistas son apenas el cinco por ciento del electorado y justamente por eso se oponen a la reforma política, pues ésta contempla un umbral de cinco por ciento para poder existir como partido y ellos así quedarían al borde de la extinción.

En todas partes han sido minoría, pero en muchas se han quedado con todo el poder. Gracias a su violencia, su disciplina y su infinita capacidad de mentir y repetir consignas hasta el cansancio, sabedores de que "una mentira mil veces repetida pasa a ser verdad", según el aserto de su "mentor" para estos efectos (pues capturaron en Berlín todos los archivos del nazi Joseph Goebbels, ministro de Propaganda de Adolf Hitler.)

En la primaria del domingo votó apenas el 9 por ciento del padrón. En cifras redondas, un millón cuatrocientos mil de un total de más de 15 millones de electores.

Pero, a diferencia de los otros, los comunistas fueron todos a votar. Así su magro cinco por ciento dominó la situación. Como siempre, desde que los bolcheviques eran minoría en la Duma rusa, pero terminaron quedándose con todo el poder.

Entonces, del millón cuatrocientos mil votos del domingo, 750 mil eran "todos los comunistas" que disciplinadamente fueron a sufragar. No podían sino ganar. Al final, de 840 mil votos que obtuvo Jeannette Jara, 750 mil eran los de su partido.

Son una secta. Obedecen ciegamente. ¡Qué carisma de Jara ni qué ocho cuartos! 

En estos días se han dado filmaciones de los actos de incorporación a la secta de sus militantes. Son como el juramento a la bandera en las fuerzas armadas. Hasta juran morir por el partido. Son fanáticos. Como decía Lenin, "si los hechos no coinciden con lo que dice el partido, peor par los hechos". Si tienen que mentir, lo hacen sin que se les mueva un músculo de la cara. Como Jeannette, la impávida. 

El domingo fue para ellos un ejercicio de disciplina más en la conquista del poder total, siendo una minoría. Porque son maestros en eso. Siempre fueron minoría donde finalmente se quedaron con todo el poder. Aunque algún ministro tuviera que caerse por la ventana (defenestración de Masaryk en Checoslovaquia, en los años 40). 

¿Su secreto? La disciplina. El domingo eran minoría, pero todos fueron a votar y ganaron por mayoría. En los números, otros partidos, PPD y PS, eran muchos más que ellos. Pero no fueron a votar y perdieron.

¡Córtenla con lo del carisma y practiquen lo que sirve: disciplina a la hora de ir a votar!