Acabo de ver parte del discurso del Presidente con motivo del envío del proyecto de Ley de Presupuestos. Le alcancé a oír dos malas noticias, al menos desde el punto de vista de alguien que quiere ver reducirse y no agrandarse el tamaño del Estado: dos nuevos ministerios, con sus cohortes de burócratas, trámites y aumentos del gasto fiscal. Después habló el ministro de Hacienda. Esto era lo habitual, que hablara el ministro, pero no también el Presidente. Y luego volvió a aparecer el Presidente, en un racconto de los actos del Bicentenario, caminando junto a los ex Presidentes vivos, todos de la Concertación (y cuando digo "todos" quiero decir "todos"; es un punto de vista personal, por supuesto).
Y pasaron otros minutos de noticiario y volvió a aparecer el Presidente, esta vez hablando en apoyo del Jefe de Estado de Ecuador, aislado dentro de un hospital en Quito por fuerzas policiales y militares. Le dio todo su apoyo a su colega preso. Me pregunté si era necesario que salliera, una vez más, a escena. A la izquierda le gustará, por supuesto, porque ella respalda a Correa. A la Alianza también, porque, al igual que Piñera, siempre resulta gratificada cuando algo que hace le gusta a la izquierda. Pero yo me pregunto ¿era necesario pronunciarse sobre lo de Ecuador? El principio de no intervención aconseja prudencia. No vaya a suceder lo mismo que bajo el gobierno de Lagos, cuando su Canciller, Soledad Alvear, dio un apoyo (que nadie le había solicitado) al gobierno que había derrocado a Chávez. Lo malo fue que Chávez después recuperó el poder. A lo mejor ahora valía la pena renunciar al protagonismo en aras de la prudencia diplomática. En este caso éste puede no ser tan inofensivo.
Mientras veía noticias leía el vespertino, donde decía que hay un leve conflicto de fechas. El Presidente quiere protagonizar el rescate de los mineros, pero éste, parece, se va a producir cuando él esté realizando su gira a Europa. Y él quiere protagonizar las dos cosas, el rescate y el viaje, pero no puede encabezar ambas a la vez. No se puede adelantar el rescate. Menos atrasarlo. ¿Se dan cuenta del costo en imagen que tendría atrasarlo nada más que para que lo protagonice el Presidente? Y el viaje a Europa no se puede cambiar, porque está programado con gobiernos de países importantes, a los cuales no se les puede venir con cosas. ¡Qué problema! ¡Perderse el rescate! Bueno, sirva de consuelo algún retrato presidencial con casco, equipamiento y todo equipo, dentro de la cápsula. Yo creo que esa foto la veremos antes del fin de semana. Pero mucho más efectivo sería filmarlo a él descendiendo en la primera cápsula que baje a 700 metros. Y mucho más todavía si se quedara abajo hasta que el último de los 33 hubiera subido. Eso sería simplemente homérico. El protagonismo elevado a la décima potencia. ¡Y corre el peligro de perdérselo!
Bueno, así se forman las imagenes, se logra popularidad y se hace historia. A mí no se me olvidará nunca cuando González Videla descendió a una mina de carbón que estaba en huelga. Yo tenía diez años. Claro que, en ese caso, los mineros estaban contra él y era muy peligroso meterse donde ellos se habían atrincherado y desde donde no querían salir. Fue un acto temerario. Pero le dio popularidad a González Videla por algunos meses. Después la perdió, claro, pero por motivos distintos y numerosos.
¿Tiene algo de malo el protagonismo? Parece que no, sobre todo si permite subir del 40 y tantos al 60 por ciento de apoyo en las encuestas.
Y sea como fuere, bueno o malo, de haberlo, lo hay.
jueves, 30 de septiembre de 2010
miércoles, 29 de septiembre de 2010
Cincuenta Años Después
En la procesión de la Virgen del Carmen dos sacerdotes y dos monjas jóvenes desplegaron un letrero en favor de la causa mapuche y una bandera de los separatistas de esa etnia. Al leer la noticia recordé los años '60, cuando sacerdotes y religiosas de izquierda formaron parte de un contingente que "se tomó" la Catedral de Santiago y se encerró en ella. Eran las primeras manifestaciones de los "cristianos por el socialismo". Los años pasaron y la única conclusión a que todo el mundo llegó fue la de que eran mucho más socialistas que cristianos. Algunos empuñaron las armas para emprender una labor tan poco litúrgica como la de matar a quienes no pensaran como ellos. Su receta era la revolución socialista. "Cristo y la Revolución": se trataba de probar que, en el fondo, lo que Jesús nos había venido a decir era que todos los medios de producción debían pasar a manos del Estado.
Bueno, mucha agua pasó bajo los puentes, la receta del Estado dueño de todo fracasó estruendosamente e incluso la del Estado providente y benefactor ha sido abandonada incluso en los países en que funcionaba menos mal, como Suecia, que ha terminado por elegir a gobernantes de centroderecha. Y donde los socialistas permanecen en el poder, han tenido que volverse derechistas, como le sucede a Rodríguez Zapatero en España, que está proponiendo aumentar la edad de jubilación, rebajar la indemnización por años de servicio y facilitar los despidos, todas ellas recetas de derecha, para salir de la crisis en que el excesivo gasto e intervencionismo estatal han sumido a su país. Y al pobre Rodríguez Zapatero los que le hacen huelgas son sus electores de otrora, los sindicalistas más adeptos al PSOE.
Los religiosos y religiosas que adherían al socialismo y a la revolución se han quedado sin banderas de lucha. Es que su receta, simplemente no funciona. Pero la rebeldía contra el orden establecido es un gen que está en el ADN de algunas personas y eso no tiene remedio. Lo que ellas quieren es demoler lo que hay. No tienen claro por qué ni con qué lo van a reemplazar. De lo que se trata es de demoler.
Es difícil saber qué condicionantes personales llevan a la gente a tener esa actitud. Ella veía en el marxismo y su revolución una dialéctica que justificaba la demolición. Ahora ha quedado probado que esa dialéctica no sirve de pretexto para demoler, porque está declaradamente fracasada. Entonces han buscado otra justificación, otra causa que sirva para demoler, que es de lo que, en el fondo, se trata. Hoy día son las luchas étnicas.
La gente de fe va a la procesión del Carmen porque cree en la Virgen y en la religión catòlica. Se supone que los sacerdotes y monjas son los que más firmemente creen en ambas. Si no no habrían tomado los hábitos. Entonces ¿qué los puede inducir a enarbolar símbolos profanos, que representan una causa que divide y que se caracteriza por la violencia? Es el mismo gen destructivo de antes, bajo una nueva forma. Así como su vía de manifestación fue antes la revolución socialista, hoy lo es la lucha separatista indígena.
Hace cincuenta años se tomaban la Catedral. Hoy día irrumpen en la procesión de la Virgen del Carmen. Visten hábitos (o debieran vestirlos) pero su razón de vida no es la fe, porque si lo fuera serían los más cuidadosos en no desvirtuar ni siquiera levísimamente un acto religioso. Es que, en el fondo, creen menos en la Virgen que en la lucha por una causa política. Han dejado de ser propiamente religiosos y han devenido activistas. Así como muchos, antes, terminaron siendo guerrilleros y justificando la violencia, hoy la provocación pública que protagonizaron el día de la procesión revela que están al borde de una reedición de esa violencia, ahora haciéndose parte de la revolución separatista.
Es lo mismo que vimos hace cincuenta años, aunque tenga una etiqueta distinta. La otra vez terminó mal. Mal para sus ideas, para su revolución, para sus personas y para la Iglesia, cuya unidad resultó muy comprometida.
Es que, como escribió Santayana, los que no aprenden de la historia están condenados a repetirla.
Bueno, mucha agua pasó bajo los puentes, la receta del Estado dueño de todo fracasó estruendosamente e incluso la del Estado providente y benefactor ha sido abandonada incluso en los países en que funcionaba menos mal, como Suecia, que ha terminado por elegir a gobernantes de centroderecha. Y donde los socialistas permanecen en el poder, han tenido que volverse derechistas, como le sucede a Rodríguez Zapatero en España, que está proponiendo aumentar la edad de jubilación, rebajar la indemnización por años de servicio y facilitar los despidos, todas ellas recetas de derecha, para salir de la crisis en que el excesivo gasto e intervencionismo estatal han sumido a su país. Y al pobre Rodríguez Zapatero los que le hacen huelgas son sus electores de otrora, los sindicalistas más adeptos al PSOE.
Los religiosos y religiosas que adherían al socialismo y a la revolución se han quedado sin banderas de lucha. Es que su receta, simplemente no funciona. Pero la rebeldía contra el orden establecido es un gen que está en el ADN de algunas personas y eso no tiene remedio. Lo que ellas quieren es demoler lo que hay. No tienen claro por qué ni con qué lo van a reemplazar. De lo que se trata es de demoler.
Es difícil saber qué condicionantes personales llevan a la gente a tener esa actitud. Ella veía en el marxismo y su revolución una dialéctica que justificaba la demolición. Ahora ha quedado probado que esa dialéctica no sirve de pretexto para demoler, porque está declaradamente fracasada. Entonces han buscado otra justificación, otra causa que sirva para demoler, que es de lo que, en el fondo, se trata. Hoy día son las luchas étnicas.
La gente de fe va a la procesión del Carmen porque cree en la Virgen y en la religión catòlica. Se supone que los sacerdotes y monjas son los que más firmemente creen en ambas. Si no no habrían tomado los hábitos. Entonces ¿qué los puede inducir a enarbolar símbolos profanos, que representan una causa que divide y que se caracteriza por la violencia? Es el mismo gen destructivo de antes, bajo una nueva forma. Así como su vía de manifestación fue antes la revolución socialista, hoy lo es la lucha separatista indígena.
Hace cincuenta años se tomaban la Catedral. Hoy día irrumpen en la procesión de la Virgen del Carmen. Visten hábitos (o debieran vestirlos) pero su razón de vida no es la fe, porque si lo fuera serían los más cuidadosos en no desvirtuar ni siquiera levísimamente un acto religioso. Es que, en el fondo, creen menos en la Virgen que en la lucha por una causa política. Han dejado de ser propiamente religiosos y han devenido activistas. Así como muchos, antes, terminaron siendo guerrilleros y justificando la violencia, hoy la provocación pública que protagonizaron el día de la procesión revela que están al borde de una reedición de esa violencia, ahora haciéndose parte de la revolución separatista.
Es lo mismo que vimos hace cincuenta años, aunque tenga una etiqueta distinta. La otra vez terminó mal. Mal para sus ideas, para su revolución, para sus personas y para la Iglesia, cuya unidad resultó muy comprometida.
Es que, como escribió Santayana, los que no aprenden de la historia están condenados a repetirla.
martes, 28 de septiembre de 2010
Longueira se Quedó Corto
El senador Longueira se limitó a decir públicamente algo que, siendo igualmente público, nadie se atreve o quiere hacer explícito: el actual gobierno es de una persona y no de la Alianza. Esto ha provocado bastante desconcierto, no tanto en la derecha que, como tantas veces he señalado, está clínicamente muerta y carece, como es propio de esa condición, de reacciones vitales, sino en la Concertación, que está desorientada, porque el gobernante supuestamente destinado a representar la alternancia hace exactamente lo mismo que haría aquella.
El único cambio que ha habido es que los nuevos funcionarios que mandan en la administración pública son mucho mejores que los que había, burócratas de izquierda irresponsables y flojos. Ese cambio se nota en muchos servicios, pero no en todos. Sin embargo, la orientación superior, en manos del Presidente, es la misma de la Concertación, es decir, de centroizquierda. Veamos.
1) Aumenta el tamaño del Estado, creando nuevos ministerios y nuevos impuestos. Se cumple el sueño izquierdista de liquidar el DFL 2, que no se había podido realizar en medio siglo. Aumentan los impuestos a las personas, el viejo sueño socialista: suben las contribuciones de bienes raíces, se gravan los ahorros que estaban exentos, aumenta el impuesto a las empresas, se incrementa el royalty, cosa que se hace, además, con la impericia propia de la izquierda, pues la perspectiva paraliza proyectos por 8 mil millones de dólares, que no sólo generarían impuestos anuales de más de 300 millones de dólares sino mucho empleo y consumo, y todo para recaudar... 300 millones de dólares por alza del royalty. Y queda lesionada la imagen de estabilidad de las políticas, sin más empleo ni más consumo.
2) Se amenaza la unidad nacional, con la promesa presidencial de dar un estatuto especial a la etnia mapuche, contradiciendo el carácter unitario de la nacionalidad chilena. Esa es una idea de izquierda, no de la Alianza.
3) Se transa con el terrorismo y se le ofrecen garantías, como lo estamos viendo en el caso de los procesados por numerosos de esos delitos en el sur. La izquierda se caracteriza por su benevolencia con el terrorrismo (tras haberlo practicado y protagonizado).
4) Se sigue persiguiendo a los ex uniformados, tal como durante la Concertación. Los abogados de izquierda siguen en el Ministerio del Interior y toman iniciativas de hostilización explícitas, como en el caso del alcalde de Providencia, coronel (r) Cristián Labbé, citado en una acción de evidente connotación persecutoria y política. Junto con mantenerse la oficina izquierdista de derechos humanos en Interior, se mantiene el sesgo en el Consejo de Defensa del Estado, en contra de los ex uniformados. A éstos se les ha denegado indultos que habrían sido mucho más justificados que los brindados a los terroristas, como en el caso del general (r) Mena, octogenario, enfermo y, por añadidura, inocente, como lo puede comprobar cualquiera que analice con objetividad su procesamiento. Y se ha llegado a la crueldad presidencial, cuando también se le denegó el indulto a un suboficial (r) a quien sólo le quedaban días de vida y pidió poder morir en su hogar, lo cual le fue denegado, de modo que falleció entre rejas.
5) El Presidente-protagonista prefiere aparecer con gente de izquierda y flanquearse con las primas Isabel Allende y dar preferencia a los artistas de izquierda en festividades oficiales como la del Estadio Nacional.
Sebastián Piñera, como lo expone el senador Longueira, nunca menciona a la Alianza, y tiene razón, porque éste es el gobierno suyo, no de ella. La mayor parte de los votos con que logró el triunfo fueron de la Alianza, pero a nadie se le podía ocultar que él era un hombre cercano a la Concertación, a la cual, por lo demás, le sustrajo un margen de votos que le permitió ganar. Pero él ha gobernado para ese margen de centroizquierda y no para la Alianza. Si los dirigentes de la UDI pretenden contradecir a Longueira, afirmando que sus observaciones son injustas y que éste es un gran gobierno, ello sólo confirma que han abandonado su propio ideario y también han emprendido el camino --que, por lo demás, en una oportunidad Rodrigo Hinzpeter explicitó-- de "abrazar las ideas de la Concertación".
Por eso ya no se habla mas de "Coalición por el Cambio", porque no hubo cambio. Y tampoco de gobierno de la Alianza, porque tampoco es de ella, sino, como observa Longueira, de Sebastián Piñera.
Eso es lo que tenemos, algo mucho más parecido a un V Gobierno de la Concertación (o, por último, a un IV Gobierno DC) que a un I Gobierno de la Alianza.
El único cambio que ha habido es que los nuevos funcionarios que mandan en la administración pública son mucho mejores que los que había, burócratas de izquierda irresponsables y flojos. Ese cambio se nota en muchos servicios, pero no en todos. Sin embargo, la orientación superior, en manos del Presidente, es la misma de la Concertación, es decir, de centroizquierda. Veamos.
1) Aumenta el tamaño del Estado, creando nuevos ministerios y nuevos impuestos. Se cumple el sueño izquierdista de liquidar el DFL 2, que no se había podido realizar en medio siglo. Aumentan los impuestos a las personas, el viejo sueño socialista: suben las contribuciones de bienes raíces, se gravan los ahorros que estaban exentos, aumenta el impuesto a las empresas, se incrementa el royalty, cosa que se hace, además, con la impericia propia de la izquierda, pues la perspectiva paraliza proyectos por 8 mil millones de dólares, que no sólo generarían impuestos anuales de más de 300 millones de dólares sino mucho empleo y consumo, y todo para recaudar... 300 millones de dólares por alza del royalty. Y queda lesionada la imagen de estabilidad de las políticas, sin más empleo ni más consumo.
2) Se amenaza la unidad nacional, con la promesa presidencial de dar un estatuto especial a la etnia mapuche, contradiciendo el carácter unitario de la nacionalidad chilena. Esa es una idea de izquierda, no de la Alianza.
3) Se transa con el terrorismo y se le ofrecen garantías, como lo estamos viendo en el caso de los procesados por numerosos de esos delitos en el sur. La izquierda se caracteriza por su benevolencia con el terrorrismo (tras haberlo practicado y protagonizado).
4) Se sigue persiguiendo a los ex uniformados, tal como durante la Concertación. Los abogados de izquierda siguen en el Ministerio del Interior y toman iniciativas de hostilización explícitas, como en el caso del alcalde de Providencia, coronel (r) Cristián Labbé, citado en una acción de evidente connotación persecutoria y política. Junto con mantenerse la oficina izquierdista de derechos humanos en Interior, se mantiene el sesgo en el Consejo de Defensa del Estado, en contra de los ex uniformados. A éstos se les ha denegado indultos que habrían sido mucho más justificados que los brindados a los terroristas, como en el caso del general (r) Mena, octogenario, enfermo y, por añadidura, inocente, como lo puede comprobar cualquiera que analice con objetividad su procesamiento. Y se ha llegado a la crueldad presidencial, cuando también se le denegó el indulto a un suboficial (r) a quien sólo le quedaban días de vida y pidió poder morir en su hogar, lo cual le fue denegado, de modo que falleció entre rejas.
5) El Presidente-protagonista prefiere aparecer con gente de izquierda y flanquearse con las primas Isabel Allende y dar preferencia a los artistas de izquierda en festividades oficiales como la del Estadio Nacional.
Sebastián Piñera, como lo expone el senador Longueira, nunca menciona a la Alianza, y tiene razón, porque éste es el gobierno suyo, no de ella. La mayor parte de los votos con que logró el triunfo fueron de la Alianza, pero a nadie se le podía ocultar que él era un hombre cercano a la Concertación, a la cual, por lo demás, le sustrajo un margen de votos que le permitió ganar. Pero él ha gobernado para ese margen de centroizquierda y no para la Alianza. Si los dirigentes de la UDI pretenden contradecir a Longueira, afirmando que sus observaciones son injustas y que éste es un gran gobierno, ello sólo confirma que han abandonado su propio ideario y también han emprendido el camino --que, por lo demás, en una oportunidad Rodrigo Hinzpeter explicitó-- de "abrazar las ideas de la Concertación".
Por eso ya no se habla mas de "Coalición por el Cambio", porque no hubo cambio. Y tampoco de gobierno de la Alianza, porque tampoco es de ella, sino, como observa Longueira, de Sebastián Piñera.
Eso es lo que tenemos, algo mucho más parecido a un V Gobierno de la Concertación (o, por último, a un IV Gobierno DC) que a un I Gobierno de la Alianza.
lunes, 27 de septiembre de 2010
El Peor Lado del Chileno
Una vez un egresado de una institución que, por antonomasia, debería caracterizarse por inculcar el cumplimiento del deber, me reveló lo siguiente acerca de ella: "Lo que mejor le enseñan a uno ahí es a 'sacarse el pillo'". Esto significa que no importa hacer las cosas mal, lo único que importa es encontrar a alguien a quien echarle la culpa.
Nuestras instituciones están mostrando en estos días el peor lado chileno, el ejercicio general del incumplimiento del deber y de búsqueda de cómo "sacarse el pillo".
Se está juzgando a un grupo que cometió delitos terroristas. Corresponde aplicarle, precisa y adecuadamentee, la Ley Antiterrorista. Pero los delincuentes saben que están en Chile, país donde se puede manipular el lenguaje, burlar las leyes, manejar a la opinión pública con eslóganes y engañar con artificios a todo el mundo. Es tan así que en este país se organizó la toma armada del poder por una ideología totalitaria, cosa que fue impedida, a petición de la mayoría civil, por los uniformados, y hemos terminado con los extremistas perdonados e indemnizados y los uniformados presos. Y todos, salvo estos últimos, se "sacaron el pillo". Se lo sacaron con ellos.
Ahora grupos subversivos cometen una sucesión de actos terroristas. Cuando ya su impunidad se hacía públicamente indefendible, se les aplica la ley y son juzgados. Entonces se declaran en huelga de hambre. Y como éste es un país de opinión pública fácilmente manipulable, tras la repetición constante de unos pocos eslóganes los terroristas pasan a ser víctimas, los malos pasan a ser los que quieren aplicar las leyes y todo el mundo quiere "sacarse el pillo", es decir, no ser acusado de dejar las leyes sin aplicación pero tampoco de "autoritario", por no ceder ante el chantage terrorista. El gobernante, que es populista, cede y propone modificar la Ley Antiterrorista en favor de los presos en huelga de hambre, pero la oposición, igual de populista, apuesta por ablandar todavía más las leyes para favorecer a los procesados por terrorismo. Todos miran a su alrededor para saber con quién "sacarse el pillo". Y hoy lo encontraron: el Fiscal Nacional. Hay que conseguir que sea él quien deje las leyes sin aplicar.
¡Cómo se extraña un gobierno firme! Ya llevamos más de veinte años sin tenerlo. Por eso una huelga de hambre, que está en las manos de los huelguistas terminar inmediatamente, lo pone de rodillas y lo hace buscar la suavización de las leyes, cuando lo que la situación clama, como única manera de terminar con el terrorismo, es aplicarlas con más rigor.
El Fiscal Nacional no ha caído en la trampa y ha dicho algo tan secillo y verídico como que su obligación es velar porque se cumplan las leyes, y no dejarlas sin aplicación, como pretenden los políticos.
Todos estos están buscando salvar la cara. Nadie tiene el coraje político de asumir su responsabilidad. Los encargados de hacer respetar la ley y el principio de autoridad no hallan cómo lograr que alguien "se haga cargo del muerto" y se prosterne ante los terroristas en huelga de hambre y la termine, cediendo al chantage. Nadie quiere correr el riesgo de pasar por autoritario pero tampoco el de parecer tan débil y blando que retrocede ante la extorsión.
Esta es la peor cara del Chile actual. Un país de gente que no es capaz de estar a la altura de las circunstancias ni de sus responsabilidades.
Nuestras instituciones están mostrando en estos días el peor lado chileno, el ejercicio general del incumplimiento del deber y de búsqueda de cómo "sacarse el pillo".
Se está juzgando a un grupo que cometió delitos terroristas. Corresponde aplicarle, precisa y adecuadamentee, la Ley Antiterrorista. Pero los delincuentes saben que están en Chile, país donde se puede manipular el lenguaje, burlar las leyes, manejar a la opinión pública con eslóganes y engañar con artificios a todo el mundo. Es tan así que en este país se organizó la toma armada del poder por una ideología totalitaria, cosa que fue impedida, a petición de la mayoría civil, por los uniformados, y hemos terminado con los extremistas perdonados e indemnizados y los uniformados presos. Y todos, salvo estos últimos, se "sacaron el pillo". Se lo sacaron con ellos.
Ahora grupos subversivos cometen una sucesión de actos terroristas. Cuando ya su impunidad se hacía públicamente indefendible, se les aplica la ley y son juzgados. Entonces se declaran en huelga de hambre. Y como éste es un país de opinión pública fácilmente manipulable, tras la repetición constante de unos pocos eslóganes los terroristas pasan a ser víctimas, los malos pasan a ser los que quieren aplicar las leyes y todo el mundo quiere "sacarse el pillo", es decir, no ser acusado de dejar las leyes sin aplicación pero tampoco de "autoritario", por no ceder ante el chantage terrorista. El gobernante, que es populista, cede y propone modificar la Ley Antiterrorista en favor de los presos en huelga de hambre, pero la oposición, igual de populista, apuesta por ablandar todavía más las leyes para favorecer a los procesados por terrorismo. Todos miran a su alrededor para saber con quién "sacarse el pillo". Y hoy lo encontraron: el Fiscal Nacional. Hay que conseguir que sea él quien deje las leyes sin aplicar.
¡Cómo se extraña un gobierno firme! Ya llevamos más de veinte años sin tenerlo. Por eso una huelga de hambre, que está en las manos de los huelguistas terminar inmediatamente, lo pone de rodillas y lo hace buscar la suavización de las leyes, cuando lo que la situación clama, como única manera de terminar con el terrorismo, es aplicarlas con más rigor.
El Fiscal Nacional no ha caído en la trampa y ha dicho algo tan secillo y verídico como que su obligación es velar porque se cumplan las leyes, y no dejarlas sin aplicación, como pretenden los políticos.
Todos estos están buscando salvar la cara. Nadie tiene el coraje político de asumir su responsabilidad. Los encargados de hacer respetar la ley y el principio de autoridad no hallan cómo lograr que alguien "se haga cargo del muerto" y se prosterne ante los terroristas en huelga de hambre y la termine, cediendo al chantage. Nadie quiere correr el riesgo de pasar por autoritario pero tampoco el de parecer tan débil y blando que retrocede ante la extorsión.
Esta es la peor cara del Chile actual. Un país de gente que no es capaz de estar a la altura de las circunstancias ni de sus responsabilidades.
domingo, 26 de septiembre de 2010
Conflicto Imaginario en un País Imaginario
Nicanor Parra escribió un poema en que el adjetivo "imaginario" se repetía después de casi todos los sustantivos. No sé cuál pueda ser el mérito poético de eso, pero es bastante aplicable al Chile actual. Porque la noticia del día es un "conflicto mapuche" que no existe, es decir, es imaginario. Pues si fuera conflicto, estaríamos llenos de ellos. Si usted le pregunta a cualquier chileno si le gustaría que le regalaran un fundo en el sur, le puedo asegurar que le responderá afirmativamente. A mí, por lo menos, me encantaría que me lo regalaran, pero no se me ocurriría decir que si no me lo dan hay un "conflicto". Espero no llegar nunca a tal grado de presunción. Y yo creo que si se probara que lanzando bombas incendiarias, quemando cosechas, camiones, buses, galpones y casas o disparándoles a los carabineros las personas pueden obtener que les regalen fundos, habría con toda seguridad un gran auge de todos esos actos delictivos.
Y si ante la sucesión de tales hechos terroristas se aplica la Ley Antiterrorista, estamos ante una situación lógica y perfectamente esperable, no ante un "conflicto". Pues cuando alguien delinque no genera un "conflicto" de alcance social ni tampoco uno que enfrente a la raza a que pertenece con el resto de la sociedad. Simplemente genera una acción de autodefensa social normal, de castigo de los delitos. Eso es lo que distingue a los estados de derecho de los grupos que viven bajo la Ley de la Selva, donde el que delinque no sólo queda impune sino que somete por el terror a los demás.
Pero acá de lo único que se habla, casi, es del "conflicto mapuche". ¡Si los mapuches no están en conflicto con nadie! Sólo unos pocos de ellos se han dado cuenta de que si cometen actos terroristas para apoderarse de tierras ajenas obtienen una generosa recompensa. En cambio, los que son víctimas de la violencia y sí están en una situación conflictiva, porque son atacados sin justificación y no se les protege debidamente, no merecen titulares y a veces ni siquiera hacen noticia. Cuando esta situación alcanzó límites vergonzosos, comenzó a actuar la justicia, a instancias de unas autoridades muy renuentes, porque antes de eso poco o ningún caso hacía aquella de las denuncias y querellas de los particulares afectados.
Además, los mapuches como tales, que son chilenos como cualesquiera de nosotros, que podemos tener sangre hispana, inglesa, alemana, árabe o, para el caso, rusa, no tienen conflicto alguno en el país ni con él, porque tienen los mismos derechos y deberes de todos los chilenos. Luego, no existe un "conflicto mapuche", porque los de esa sangre tienen los mismos derechos y deberes de todos. Y, sin embargo, todos los titulares contienen las palabras "conflicto mapuche". Lo que sucede es que algunos delincuentes que han incurrido en actos de terrorismo y que han sufrido la justa persecución de la justicia, se han declarado en huelga de hambre, porque saben que la autoridad es débil y cae en los juegos de palabras que siempre el extremismo revolucionario ha usado con tanta habiilidad en su propio beneficio ante los gobiernos, los políticos y los jueces débiles. Por eso los que mataban o herían personas en atentados de raíz política eran denominados hace años "jóvenes idealistas". Por eso cuando se daba muerte a jefes de las FARC chilenas, en lugar de entenderlo, como sucede cuando se da muerte a los cabecillas de la guerrilla colombiana, acá se hablaba de crímenes atroces, de "lesa humanidad", contra respetables "profesionales". Los extremistas se habían apropiado del lenguaje.
Los adversarios de la sociedad libre, democrática y civilizada quieren de nuevo obligarnos a hablar en el idioma de ellos, para, de esa manera, terminar en que la sociedad haga lo que ellos quieren. Y eso lo han logrado. Han creado un "conflicto mapuche" imaginario, han desfigurado los hechos y las palabras y ahora, la autoridad débil y transigente, que ha adoptado el idioma de quienes son los enemigos naturales de la democracia civilizada, se apresta a sentar el peor de los precedentes: brindar la impunidad a los delincuentes, a lo cual se seguirá lo que ya sabemos, premiádolos con beneficios patrimoniales.
Por supuesto, las consecuencias volverán a ser las mismas, pero esta vez aumentadas. Si la anterior impunidad llevó a decenas de atentados en el sur, la nueva impunidad y el premio a la violencia llevarán a que se cuenten por centenares o miles.
Lamentablemente, lo que comienza con la creación de un "conflicto mapuche" imaginario, va conducir a una situación de ilegalidad y violencia todavía mucho más extendida que la actual y, lo que es peor, no imaginaria, sino perfecta y trágicamente real.
Y si ante la sucesión de tales hechos terroristas se aplica la Ley Antiterrorista, estamos ante una situación lógica y perfectamente esperable, no ante un "conflicto". Pues cuando alguien delinque no genera un "conflicto" de alcance social ni tampoco uno que enfrente a la raza a que pertenece con el resto de la sociedad. Simplemente genera una acción de autodefensa social normal, de castigo de los delitos. Eso es lo que distingue a los estados de derecho de los grupos que viven bajo la Ley de la Selva, donde el que delinque no sólo queda impune sino que somete por el terror a los demás.
Pero acá de lo único que se habla, casi, es del "conflicto mapuche". ¡Si los mapuches no están en conflicto con nadie! Sólo unos pocos de ellos se han dado cuenta de que si cometen actos terroristas para apoderarse de tierras ajenas obtienen una generosa recompensa. En cambio, los que son víctimas de la violencia y sí están en una situación conflictiva, porque son atacados sin justificación y no se les protege debidamente, no merecen titulares y a veces ni siquiera hacen noticia. Cuando esta situación alcanzó límites vergonzosos, comenzó a actuar la justicia, a instancias de unas autoridades muy renuentes, porque antes de eso poco o ningún caso hacía aquella de las denuncias y querellas de los particulares afectados.
Además, los mapuches como tales, que son chilenos como cualesquiera de nosotros, que podemos tener sangre hispana, inglesa, alemana, árabe o, para el caso, rusa, no tienen conflicto alguno en el país ni con él, porque tienen los mismos derechos y deberes de todos los chilenos. Luego, no existe un "conflicto mapuche", porque los de esa sangre tienen los mismos derechos y deberes de todos. Y, sin embargo, todos los titulares contienen las palabras "conflicto mapuche". Lo que sucede es que algunos delincuentes que han incurrido en actos de terrorismo y que han sufrido la justa persecución de la justicia, se han declarado en huelga de hambre, porque saben que la autoridad es débil y cae en los juegos de palabras que siempre el extremismo revolucionario ha usado con tanta habiilidad en su propio beneficio ante los gobiernos, los políticos y los jueces débiles. Por eso los que mataban o herían personas en atentados de raíz política eran denominados hace años "jóvenes idealistas". Por eso cuando se daba muerte a jefes de las FARC chilenas, en lugar de entenderlo, como sucede cuando se da muerte a los cabecillas de la guerrilla colombiana, acá se hablaba de crímenes atroces, de "lesa humanidad", contra respetables "profesionales". Los extremistas se habían apropiado del lenguaje.
Los adversarios de la sociedad libre, democrática y civilizada quieren de nuevo obligarnos a hablar en el idioma de ellos, para, de esa manera, terminar en que la sociedad haga lo que ellos quieren. Y eso lo han logrado. Han creado un "conflicto mapuche" imaginario, han desfigurado los hechos y las palabras y ahora, la autoridad débil y transigente, que ha adoptado el idioma de quienes son los enemigos naturales de la democracia civilizada, se apresta a sentar el peor de los precedentes: brindar la impunidad a los delincuentes, a lo cual se seguirá lo que ya sabemos, premiádolos con beneficios patrimoniales.
Por supuesto, las consecuencias volverán a ser las mismas, pero esta vez aumentadas. Si la anterior impunidad llevó a decenas de atentados en el sur, la nueva impunidad y el premio a la violencia llevarán a que se cuenten por centenares o miles.
Lamentablemente, lo que comienza con la creación de un "conflicto mapuche" imaginario, va conducir a una situación de ilegalidad y violencia todavía mucho más extendida que la actual y, lo que es peor, no imaginaria, sino perfecta y trágicamente real.
sábado, 25 de septiembre de 2010
Cumplimiento de una Vieja Aspiración Izquierdista
Una de las cosas que la izquierda chilena siempre quiso destruir --bueno, la destrucción está en el ADN de la izquierda, pero en este caso se trataba de algo que ella quería ESPECIALMENTE liquidar-- era el DFL 2. Primero, por ser una idea de derecha; segundo, por ser exitosa; tercero, por contribuir a una mayor igualdad social; cuarto, porque daba trabajo a los más pobres y, quinto, por solucionar un problema básico que siempre los revolucionarios querían explotar en su favor, como lo era el de la vivienda.
Otra iniciativa de derecha similar al DFL 2, la Ley Pereira, había sido desvirtuada por iniciativas de izquierda, en los años '40 y '50. Cuando en 1958 llegó Jorge Alessandri al poder, el principal problema nacional era la falta de viviendas. El DFL 2 permitió que dejara de serlo, porque ha atraído recursos para financiar centenares de miles de viviendas para las clases media y baja. El secreto está en que las viviendas acogidas a él no pagan contribuciones o las pagan muy rebajadas; el arriendo que producen no paga impuesto a la renta y, al dejarlas como herencia, tampoco pagan el respectivo impuesto. Todo eso ha conducido a que durante 50 años los DFL2 hayan sido una inversión preferida por las personas de alto patrimonio y con mayor capacidad de ahorro. Por consiguiente, han incidido en una gran inversión habitacional y en el auge de la construcción como ninguna otra medida podría haberlo hecho.
La izquierda siempre quiso suprimir este foco de bienestar, que daba un techo a tantos chilenos y que incidía en que hubiera mucho trabajo para mano de obra poco calificada y, por tanto, fuera un remedio tan directo contra la pobreza, que es el caldo de cultivo de donde extrae sus votos ese sector político. El DFL2 ha sido la peor amenaza que ha habido en Chile para los afanes revolucionarios del marxismo-leninismo, que si bien ha muerto en casi todo el mundo, sigue latiendo en el corazoncito de todo izquierdista chileno. Pero el problema era que nunca lograron juntar los votos para liquidar el DFL2, porque el centro y la derecha siempre tuvieron los suficientes para bloquear la respectiva derogación.
Hasta que la derecha cayó en estado de muerte clínica, cosa que sucedió cuando llevó como abanderado presidencial a un populista con evidentes inclinaciones centroizquierdistas, como Sebastián Piñera. Y, siendo tal, una de las primeras cosas que se le ocurrió fue la idea izquierdista por antonomasia: liquidar el DFL2. Con votos de izquierda, centroizquierda y derecha en condición de muerte clìnica se aprobó su derogación virtual, pues nadie podrá ser dueño de más de dos viviendas DFL2 acogidas a beneficios tributarios. El que tenga más, deberá pagar por las restantes todas las contribuciones, el impuesto a la renta por el arriendo y, si muere, su sucesión pagará impuesto de herencia.
Yo me atrevo a pronosticar que esa fuente de financiamiento del Gobierno no va a rendir casi nada, porque nadie invertirá en tener más de dos DFL2 en lo sucesivo. Ahora las empresas constructoras están ofreciendo la última posibilidad de aprovechar el beneficio, antes de que la Ley Piñera entre en vigor en noviembre. Pero Impuestos Internos les ha dicho que, si quieren aprovechar los beneficios, deberán tener las propiedades inscritas a nombre de sus dueños, y eso ya es imposble de conseguir. Las empresas constructoras creían que la promesa de compraventa iba a bastar para tener un derecho adquirido, pero el Gobierno quiere que se liquide el DFL2 cuanto antes y no admite que las promesas puedan considerarse derecho adquirido.
Por fin, después de más de medio siglo, la izquierda chilena ha conseguido, a través de la Ley Piñera, demoler ese monumento a la prosperidad, la mayor igualdad social y las fuentes de trabajo para los obreros mas pobres que se llamaba DFL2. No es raro que los izquierdistas estén emitiendo un juicio favorable a Piñera en las últimas encuestas, permitiéndole aumentar su respaldo.
Él les ha satisfecho su más sentida aspiración.
Otra iniciativa de derecha similar al DFL 2, la Ley Pereira, había sido desvirtuada por iniciativas de izquierda, en los años '40 y '50. Cuando en 1958 llegó Jorge Alessandri al poder, el principal problema nacional era la falta de viviendas. El DFL 2 permitió que dejara de serlo, porque ha atraído recursos para financiar centenares de miles de viviendas para las clases media y baja. El secreto está en que las viviendas acogidas a él no pagan contribuciones o las pagan muy rebajadas; el arriendo que producen no paga impuesto a la renta y, al dejarlas como herencia, tampoco pagan el respectivo impuesto. Todo eso ha conducido a que durante 50 años los DFL2 hayan sido una inversión preferida por las personas de alto patrimonio y con mayor capacidad de ahorro. Por consiguiente, han incidido en una gran inversión habitacional y en el auge de la construcción como ninguna otra medida podría haberlo hecho.
La izquierda siempre quiso suprimir este foco de bienestar, que daba un techo a tantos chilenos y que incidía en que hubiera mucho trabajo para mano de obra poco calificada y, por tanto, fuera un remedio tan directo contra la pobreza, que es el caldo de cultivo de donde extrae sus votos ese sector político. El DFL2 ha sido la peor amenaza que ha habido en Chile para los afanes revolucionarios del marxismo-leninismo, que si bien ha muerto en casi todo el mundo, sigue latiendo en el corazoncito de todo izquierdista chileno. Pero el problema era que nunca lograron juntar los votos para liquidar el DFL2, porque el centro y la derecha siempre tuvieron los suficientes para bloquear la respectiva derogación.
Hasta que la derecha cayó en estado de muerte clínica, cosa que sucedió cuando llevó como abanderado presidencial a un populista con evidentes inclinaciones centroizquierdistas, como Sebastián Piñera. Y, siendo tal, una de las primeras cosas que se le ocurrió fue la idea izquierdista por antonomasia: liquidar el DFL2. Con votos de izquierda, centroizquierda y derecha en condición de muerte clìnica se aprobó su derogación virtual, pues nadie podrá ser dueño de más de dos viviendas DFL2 acogidas a beneficios tributarios. El que tenga más, deberá pagar por las restantes todas las contribuciones, el impuesto a la renta por el arriendo y, si muere, su sucesión pagará impuesto de herencia.
Yo me atrevo a pronosticar que esa fuente de financiamiento del Gobierno no va a rendir casi nada, porque nadie invertirá en tener más de dos DFL2 en lo sucesivo. Ahora las empresas constructoras están ofreciendo la última posibilidad de aprovechar el beneficio, antes de que la Ley Piñera entre en vigor en noviembre. Pero Impuestos Internos les ha dicho que, si quieren aprovechar los beneficios, deberán tener las propiedades inscritas a nombre de sus dueños, y eso ya es imposble de conseguir. Las empresas constructoras creían que la promesa de compraventa iba a bastar para tener un derecho adquirido, pero el Gobierno quiere que se liquide el DFL2 cuanto antes y no admite que las promesas puedan considerarse derecho adquirido.
Por fin, después de más de medio siglo, la izquierda chilena ha conseguido, a través de la Ley Piñera, demoler ese monumento a la prosperidad, la mayor igualdad social y las fuentes de trabajo para los obreros mas pobres que se llamaba DFL2. No es raro que los izquierdistas estén emitiendo un juicio favorable a Piñera en las últimas encuestas, permitiéndole aumentar su respaldo.
Él les ha satisfecho su más sentida aspiración.
viernes, 24 de septiembre de 2010
Triunfo Encuestocrático
Vivimos bajo un sistema encuestocrático de gobierno. Esto quiere decir que el poder se ejerce de acuerdo a lo que indican las encuestas. Eso puede ser parecido a la democracia, si las encuestas están bien hechas y representan el sentir de la mayoría. Por supuesto, el sentir de la mayoría suele constituir un peligro social, cosa que la Humanidad debería haber aprendido desde que un veredicto mayoritario, impecable en cuanto tal, resolvió crucificar a Cristo y liberar a Barrabás.
La más reciente encuesta de "La Segunda" y la Universidad del Desarrollo muestra un aumento de la aprobación de Sebastián Piñera, que llega a 60%, y de la de su gobierno, que es aún mayor, 63%, lo cual concuerda con mi predicamento de que el equipo es mejor que su conductor.
En los nueve aspectos de la actualidad nacional consultados, la aprobación es mayor que la reprobación. Esto revela que las políticas del Gobierno satisfacen a la mayoría, aunque sean muy erróneas, como en el caso de la huelga de hambre de los terroristas del sur, ante los cuales el Gobierno ha cedido y se apresta a ceder todavía más. Sin embargo, en esta materia la mayoría se contradice a sí misma, pues junto con aprobar la labor del Gobierno en el caso, considera que la huelga de hambre es ilegítima y que la autoridad no debería ceder ante ella. Esa contradicción no hace desmerecer al sondeo, sino a la opinión pública, que muestra así su incoherencia.
A los que han criticado el exceso de personalismo y protagonismo presidencial, entre quienes me cuento, el sondeo nos demuestra que no tenemos respaldo y que la omnipresencia y omnisciencia de Sebastián Piñera le han redituado favorablemente. También el hecho de que el suyo actúe más como un gobierno de continuidad que como uno de cambio, lo que hoy ha aparecido señalado por el ex ministro PPD, Enrique Correa, puede haber sido otro factor en su alza de popularidad, aunque no les guste a quienes lo eligieron. A lo mejor el aparecer flanqueado por las dos Isabel Allende en el campamento minero o de que Jaivas, Quilapayunes y similares de izquierda sean el grueso del espectáculo oficial montado en el Estadio Nacional conduce a que los opinantes de izquierda, que normalmente habrían sido detractores del gobernante de la Alianza, viendo que no se comporta como tal, sino como uno de ellos, cambien sus votos de rechazo por otros de aprobación.
Uno puede pensar que hacer concesiones al terrorismo es grave, que subir los impuestos para financiar la reconstrucción, que habría podido financiarse sin alzarlos, es otro error; que el royalty rendirá menos recaudación que la que se habría obtenido sin él, gracias a proyectos mineros que se habrían realizado y ahora no se concretarán, son puntos de vista correctos, pero la última encuesta parece señalar que no son populares. Y las elecciones se ganan haciendo cosas populares, por incorrectas que sean, de modo que, por el momento, las encuestas le dan la razón al gobernante.
Tal vez en el futuro las consecuencias de sus decisiones de hoy pueden hacer cambiar ese juicio mayoritario favorable. Eso ha sucedido muchas veces en muchos países, pero, por el momento, acá acontece lo contrario y la marea está claramente favoreciendo a Sebastián Piñera, dándole un valioso triunfo encuestocrático y fortaleciendo su posición de poder.
La más reciente encuesta de "La Segunda" y la Universidad del Desarrollo muestra un aumento de la aprobación de Sebastián Piñera, que llega a 60%, y de la de su gobierno, que es aún mayor, 63%, lo cual concuerda con mi predicamento de que el equipo es mejor que su conductor.
En los nueve aspectos de la actualidad nacional consultados, la aprobación es mayor que la reprobación. Esto revela que las políticas del Gobierno satisfacen a la mayoría, aunque sean muy erróneas, como en el caso de la huelga de hambre de los terroristas del sur, ante los cuales el Gobierno ha cedido y se apresta a ceder todavía más. Sin embargo, en esta materia la mayoría se contradice a sí misma, pues junto con aprobar la labor del Gobierno en el caso, considera que la huelga de hambre es ilegítima y que la autoridad no debería ceder ante ella. Esa contradicción no hace desmerecer al sondeo, sino a la opinión pública, que muestra así su incoherencia.
A los que han criticado el exceso de personalismo y protagonismo presidencial, entre quienes me cuento, el sondeo nos demuestra que no tenemos respaldo y que la omnipresencia y omnisciencia de Sebastián Piñera le han redituado favorablemente. También el hecho de que el suyo actúe más como un gobierno de continuidad que como uno de cambio, lo que hoy ha aparecido señalado por el ex ministro PPD, Enrique Correa, puede haber sido otro factor en su alza de popularidad, aunque no les guste a quienes lo eligieron. A lo mejor el aparecer flanqueado por las dos Isabel Allende en el campamento minero o de que Jaivas, Quilapayunes y similares de izquierda sean el grueso del espectáculo oficial montado en el Estadio Nacional conduce a que los opinantes de izquierda, que normalmente habrían sido detractores del gobernante de la Alianza, viendo que no se comporta como tal, sino como uno de ellos, cambien sus votos de rechazo por otros de aprobación.
Uno puede pensar que hacer concesiones al terrorismo es grave, que subir los impuestos para financiar la reconstrucción, que habría podido financiarse sin alzarlos, es otro error; que el royalty rendirá menos recaudación que la que se habría obtenido sin él, gracias a proyectos mineros que se habrían realizado y ahora no se concretarán, son puntos de vista correctos, pero la última encuesta parece señalar que no son populares. Y las elecciones se ganan haciendo cosas populares, por incorrectas que sean, de modo que, por el momento, las encuestas le dan la razón al gobernante.
Tal vez en el futuro las consecuencias de sus decisiones de hoy pueden hacer cambiar ese juicio mayoritario favorable. Eso ha sucedido muchas veces en muchos países, pero, por el momento, acá acontece lo contrario y la marea está claramente favoreciendo a Sebastián Piñera, dándole un valioso triunfo encuestocrático y fortaleciendo su posición de poder.
jueves, 23 de septiembre de 2010
Consecuencias de las Inconsecuencias
El Presidente Piñera ha felicitado al Presidente Santos, de Colombia, por haber el ejército de ese país dado muerte, en un ataque con bombas, al líder guerrillero de las FARC "Mono Jojoy", Víctor Julio Suárez, y decenas de subversivos.
Pero cuando carabineros chilenos dieron muerte a tres jefes guerrilleros del FPMR, brazo armado comunista, que tuvo y tiene lazos con las FARC, el país se horrorizó, se dijo que era un "crimen de lesa humanidad" y, en lugar de recibir las felicitaciones de Sebastián Piñera o de cualquier otra persona, el triple homicidio fue perseguido por la justicia, a petición del propio Gobierno Militar chileno. Tanto que el representante del Cuerpo de Carabineros en la Junta debió renunciar debido precisamente a ese triple homicidio. Ética, práctica y políticamente las FARC y el FPMR eran y son la misma cosa: grupos guerrilleros que buscan establecer por la fuerza un gobierno totalitario, para lo cual matan, secuestran y aterrorizan a la población civil.
Pero Sebastián Piñera felicita a la autoridad colombiana por eliminar al líder guerrillero y decenas de sus subordinados, y repudia a los carabineros que dieron muerte a tres dirigentes guerrilleros chilenos. Esos carabineros, en realidad, cumplen cadena perpetua por el hecho. Y otros agentes uniformados que dieron muerte a otros guerrilleros enfrentan también similares condenas, pues acumulan penas que, en el hecho y en su conjunto, son perpetuas.
Sebastián Piñera también, al respaldar a su colega Santos, ha declarado que frente al terrorismo no se puede tener contemplaciones. Pero él, frente a los terroristas apresados en el sur, de reconocida asociación con las FARC y que se han declarado en huelga de hambre, sí tiene contemplaciones. De hecho, se muestra tan extraordinariamente débil ante la extorsión de éstos que propone suavizar la ley antiterrorista, para que resulte más benévola con los autores de los múltiples atentados que han establecido un clima de terror en el sur del país.
El Gobierno Militar de acá derrotó a las FARC chilenas (el MIR y el FPMR) y, siguiendo la receta que respalda Piñera en Colombia, no tuvo contemplaciones con el terrorismo. Pero nadie le reconoce a ese gobierno su mérito por eso. Al contrario, se le culpa de "atropellos a los derechos humanos". ¿Y los "derechos humanos" del "Mono Jojoy", fueron respetados? Ciertamente no, pero todo el mundo aplaude su eliminación. ¿Cuál es la diferencia? Probablemente, que las FARC han matado mucho más gente. ¿Había que esperar que los movimientos armados socialista y comunista de acá hubieran matado a muchos miles, en lugar de algunos centenares, como lo hicieron? Pero ¿no es un mérito, acaso, del Gobierno Militar chileno, haber erradicado acá a las FARC con un total de sólo 3.197 muertos en 17 años, por ambos bandos (423 víctimas del MIR y del FPMR y el resto víctimas de los uniformados)? Ciertamente, es más meritorio eliminar el terrorismo con menos que con más víctimas, pero al Gobierno Militar chileno, que lo hizo ahorrando tantas vidas, se le condena, y al régimen colombiano, que ha debido resignarse a muchos caídos más, se le felicita.
Son demasiadas inconsecuencias. Y las seguirá habiendo. Porque vivimos en un mundo que atiende a la imagen pública que se forja de las situaciones y no al contenido de fondo de las mismas. A la opinión pública la manipulan "a piacere" quienes saben hacerlo. Por eso sus inconsecuencias no tienen ninguna consecuencia.
Pero cuando carabineros chilenos dieron muerte a tres jefes guerrilleros del FPMR, brazo armado comunista, que tuvo y tiene lazos con las FARC, el país se horrorizó, se dijo que era un "crimen de lesa humanidad" y, en lugar de recibir las felicitaciones de Sebastián Piñera o de cualquier otra persona, el triple homicidio fue perseguido por la justicia, a petición del propio Gobierno Militar chileno. Tanto que el representante del Cuerpo de Carabineros en la Junta debió renunciar debido precisamente a ese triple homicidio. Ética, práctica y políticamente las FARC y el FPMR eran y son la misma cosa: grupos guerrilleros que buscan establecer por la fuerza un gobierno totalitario, para lo cual matan, secuestran y aterrorizan a la población civil.
Pero Sebastián Piñera felicita a la autoridad colombiana por eliminar al líder guerrillero y decenas de sus subordinados, y repudia a los carabineros que dieron muerte a tres dirigentes guerrilleros chilenos. Esos carabineros, en realidad, cumplen cadena perpetua por el hecho. Y otros agentes uniformados que dieron muerte a otros guerrilleros enfrentan también similares condenas, pues acumulan penas que, en el hecho y en su conjunto, son perpetuas.
Sebastián Piñera también, al respaldar a su colega Santos, ha declarado que frente al terrorismo no se puede tener contemplaciones. Pero él, frente a los terroristas apresados en el sur, de reconocida asociación con las FARC y que se han declarado en huelga de hambre, sí tiene contemplaciones. De hecho, se muestra tan extraordinariamente débil ante la extorsión de éstos que propone suavizar la ley antiterrorista, para que resulte más benévola con los autores de los múltiples atentados que han establecido un clima de terror en el sur del país.
El Gobierno Militar de acá derrotó a las FARC chilenas (el MIR y el FPMR) y, siguiendo la receta que respalda Piñera en Colombia, no tuvo contemplaciones con el terrorismo. Pero nadie le reconoce a ese gobierno su mérito por eso. Al contrario, se le culpa de "atropellos a los derechos humanos". ¿Y los "derechos humanos" del "Mono Jojoy", fueron respetados? Ciertamente no, pero todo el mundo aplaude su eliminación. ¿Cuál es la diferencia? Probablemente, que las FARC han matado mucho más gente. ¿Había que esperar que los movimientos armados socialista y comunista de acá hubieran matado a muchos miles, en lugar de algunos centenares, como lo hicieron? Pero ¿no es un mérito, acaso, del Gobierno Militar chileno, haber erradicado acá a las FARC con un total de sólo 3.197 muertos en 17 años, por ambos bandos (423 víctimas del MIR y del FPMR y el resto víctimas de los uniformados)? Ciertamente, es más meritorio eliminar el terrorismo con menos que con más víctimas, pero al Gobierno Militar chileno, que lo hizo ahorrando tantas vidas, se le condena, y al régimen colombiano, que ha debido resignarse a muchos caídos más, se le felicita.
Son demasiadas inconsecuencias. Y las seguirá habiendo. Porque vivimos en un mundo que atiende a la imagen pública que se forja de las situaciones y no al contenido de fondo de las mismas. A la opinión pública la manipulan "a piacere" quienes saben hacerlo. Por eso sus inconsecuencias no tienen ninguna consecuencia.
miércoles, 22 de septiembre de 2010
Minoritario Desubicado
Siempre he sido minoritario, salvo un tiempo corto en 1973, cuando la mayoría parecía concordar conmigo. Pero después el peligro pasó y volví a ser minoritario. Lo que me sucede ahora es que soy más minoritario que nunca antes. Se me hizo evidente cuando fui a Misa el domingo. Me cuido de ir a Misas donde los sacerdotes no sean de izquierda, porque éstos, cuando predican el Evangelio, dicen cosas de contenido político que me hacen concebir pensamientos muy poco litúrgicos, y eso no debe hacerse durante la Misa. Pero ahora sucede que hasta los sacerdotes de derecha dicen cosas que me molestan.
El domingo uno de ellos empezó a hablar de los terroristas que están en huelga de hambre en términos similares a los que empleaba para referirse a los 33 mineros atrapados bajo tierra. Y decía que debíamos cambiar nuestra actitud con el pueblo mapuche, haciendo votos implícitos para que se acceda a lo que piden dichos terroristas, cuyos delitos no tienen nada que ver con el pueblo mapuche, la casi totalidad del cual vive y trabaja en paz y, entre todas las etnias, es la que, posiblemente, más recibe del resto.
Despuès volví a la capital y oí a un comentarista radial, también de derecha, urgir a que se acceda a esas peticiones de los terroristas porque, decía con tono de suma alarma y urgencia, alguno de los que están en huelga de hambre puede morir, y eso sería terrible.
¡Pero si bastaría que se alimentaran, como perfectamente pueden hacerlo! Se han trastrocado tanto los valores y los conceptos que si alguien no quiere alimentarse, eso es culpa de los demás. Se está consagrando la extorsión como un método de conseguir lo que uno quiera.
Ahora resulta que el paìs está obligado a rebajar las penas de los actos terroristas, porque si no ellos no comen. ¿Y cuál serà el resultado? Que con una penalidad menor habrá más actos terroristas. Lo mismo que sucedió con la delincuencia general bajo la Copncertación: se transformó en el problema más grave del país porque se legisló para favorecer a los delincuentes.
A veces creo que el único que piensa así soy yo, porque no oigo ni leo que nadie esté en la posición de decir lo obvio: que los que deben ceder en la huelga de hambre son los que la han declarado, y no el resto del país.
Ya, lo dije, y me atengo a las consecuencias. Sé que, según muchos, estoy desubicado. Puede ser, pero si vamos a analizar las razones, a lo mejor resulta ser la mayoría la que està desubicada.
El domingo uno de ellos empezó a hablar de los terroristas que están en huelga de hambre en términos similares a los que empleaba para referirse a los 33 mineros atrapados bajo tierra. Y decía que debíamos cambiar nuestra actitud con el pueblo mapuche, haciendo votos implícitos para que se acceda a lo que piden dichos terroristas, cuyos delitos no tienen nada que ver con el pueblo mapuche, la casi totalidad del cual vive y trabaja en paz y, entre todas las etnias, es la que, posiblemente, más recibe del resto.
Despuès volví a la capital y oí a un comentarista radial, también de derecha, urgir a que se acceda a esas peticiones de los terroristas porque, decía con tono de suma alarma y urgencia, alguno de los que están en huelga de hambre puede morir, y eso sería terrible.
¡Pero si bastaría que se alimentaran, como perfectamente pueden hacerlo! Se han trastrocado tanto los valores y los conceptos que si alguien no quiere alimentarse, eso es culpa de los demás. Se está consagrando la extorsión como un método de conseguir lo que uno quiera.
Ahora resulta que el paìs está obligado a rebajar las penas de los actos terroristas, porque si no ellos no comen. ¿Y cuál serà el resultado? Que con una penalidad menor habrá más actos terroristas. Lo mismo que sucedió con la delincuencia general bajo la Copncertación: se transformó en el problema más grave del país porque se legisló para favorecer a los delincuentes.
A veces creo que el único que piensa así soy yo, porque no oigo ni leo que nadie esté en la posición de decir lo obvio: que los que deben ceder en la huelga de hambre son los que la han declarado, y no el resto del país.
Ya, lo dije, y me atengo a las consecuencias. Sé que, según muchos, estoy desubicado. Puede ser, pero si vamos a analizar las razones, a lo mejor resulta ser la mayoría la que està desubicada.
martes, 21 de septiembre de 2010
Agradable y Costoso Baño de Izquierdismo
En uno de los escasos momentos en que el Presidente pudo abstraerse de protagonizar actos masivos en el centro el país, viajó al campamento de quienes trabajan en rescatar a los mineros atrapados bajo tierra a darse el mismo gusto, pero aumentado, pues esta vez no sólo protagonizó, sino que lo hizo flanqueado por dos mujeres de izquierda, que a esta virtud añaden la de llevar el ápellido Allende.
A quienes llevan en su sangre el ADN de la DC nada les resulta más satisfactorio que congraciarse con la izquierda.
Ese mismo móvil fue el que había inducido al Presidente a impulsar el alza del royalty a la minería, tributo que en sus orígenes fue una aspiración de la extrema izquierda, representada por el ex senador Lavandero, que si bien militaba en la DC, era postulado como pre-candidato presidencial comunista en reconocimiento a sus actuaciones públicas. Incansable impulsor del royalty, se enfrentaba al gobierno de Lagos y a la oposición de centroderecha, adversos a la idea, porque era una mala idea. Pero las encuestas mostraron que, como numerosas otras malas ideas, ésta tenía apoyo mayoritario. Y se aprobó con el estruendoso aplauso de los comunistas, que, sin tener parlamentarios ni votos suficientes para elegirlos, vieron una vez más cumplirse la Primera Ley Fundamental de la Política Chilena: "Siempre lá DC y los socialistas terminan haciendo lo que dicen los comunistas".
Bueno, por eso mismo Sebastián Piñera, guiado por su ADN DC, propuso alzar el royalty para financiar la reconstrucción, pese a que, como he probado en anteriores blogs, le sobraban recursos para ello. Fue una decisión netamente política. Quería el aplauso de la izquierda, toda la cual, a estas alturas, en que no tiene responsabilidades de gobierno, es fanática del royalty.
Pero, de acuerdo con la Ley de Murphy, siempre una situación mala puede ponerse peor. El otro día me convidaron, con motivo del 11, a un almuerzo de derechistas leales al recuerdo del Gobierno Militar y el convocante, leal y derechista como ninguno, me sorprendió, pues hizo una cerrada defensa del royalty y su aumento, repitiendo el principal argumento que siempre dio Lavandero: "los gringos sacan el mineral, se lo llevan, lo mismo que sus utilidades, y nos dejan el hoyo". Para mí fue un mazazo del cual todavía no me repongo.
Por supuesto, nada de eso es así, porque antes de que los gringos lleguen, exploren, gasten centenares o miles de millones de dólares, acá no teníamos nada, sino sólo un montón de tierra y piedras. Y resulta que mientras no había royalty, y después de garantizarse la propiedad privada minera bajo el Gobierno Militar, se estructuró una riqueza mineral mucho mayor que la que había antes, cuando todas las minas eran del Estado. Porque donde había sólo tierra y piedras sin valor, aparecieron reservas minerales que nadie sabía que existían.
Ahora, con el alza del royalty, el Consejo Minero afirma que se dejará de invertir 8 mil millones de dólares en la minería. Para qué: para recaudar, con el aumento del tributo, 226 millones de dólares más al año ("La Segunda", 16.09, p. 36). Pero si no hubiera aumento del royalty, y sí se invirtieran esos 8 mil millones de dólares, se crearían miles de empleos, habría mayor consumo de bienes nacionales y también más impuestos que, a la tasa existente, rendirían 300 millones de dólares más al año. Es decir, se subirá el royalty para recaudar menos que si no se subiera. Es el costo de ganarse un aplauso comunista. Bueno, la Reforma Agraria costó más, pero Frei Montalva, al igual que Piñera hoy, consiguió su objetivo: el aplauso comunista.
Lamentablemente, de estas enfermedades congénitas suele no sanarse nunca.
A quienes llevan en su sangre el ADN de la DC nada les resulta más satisfactorio que congraciarse con la izquierda.
Ese mismo móvil fue el que había inducido al Presidente a impulsar el alza del royalty a la minería, tributo que en sus orígenes fue una aspiración de la extrema izquierda, representada por el ex senador Lavandero, que si bien militaba en la DC, era postulado como pre-candidato presidencial comunista en reconocimiento a sus actuaciones públicas. Incansable impulsor del royalty, se enfrentaba al gobierno de Lagos y a la oposición de centroderecha, adversos a la idea, porque era una mala idea. Pero las encuestas mostraron que, como numerosas otras malas ideas, ésta tenía apoyo mayoritario. Y se aprobó con el estruendoso aplauso de los comunistas, que, sin tener parlamentarios ni votos suficientes para elegirlos, vieron una vez más cumplirse la Primera Ley Fundamental de la Política Chilena: "Siempre lá DC y los socialistas terminan haciendo lo que dicen los comunistas".
Bueno, por eso mismo Sebastián Piñera, guiado por su ADN DC, propuso alzar el royalty para financiar la reconstrucción, pese a que, como he probado en anteriores blogs, le sobraban recursos para ello. Fue una decisión netamente política. Quería el aplauso de la izquierda, toda la cual, a estas alturas, en que no tiene responsabilidades de gobierno, es fanática del royalty.
Pero, de acuerdo con la Ley de Murphy, siempre una situación mala puede ponerse peor. El otro día me convidaron, con motivo del 11, a un almuerzo de derechistas leales al recuerdo del Gobierno Militar y el convocante, leal y derechista como ninguno, me sorprendió, pues hizo una cerrada defensa del royalty y su aumento, repitiendo el principal argumento que siempre dio Lavandero: "los gringos sacan el mineral, se lo llevan, lo mismo que sus utilidades, y nos dejan el hoyo". Para mí fue un mazazo del cual todavía no me repongo.
Por supuesto, nada de eso es así, porque antes de que los gringos lleguen, exploren, gasten centenares o miles de millones de dólares, acá no teníamos nada, sino sólo un montón de tierra y piedras. Y resulta que mientras no había royalty, y después de garantizarse la propiedad privada minera bajo el Gobierno Militar, se estructuró una riqueza mineral mucho mayor que la que había antes, cuando todas las minas eran del Estado. Porque donde había sólo tierra y piedras sin valor, aparecieron reservas minerales que nadie sabía que existían.
Ahora, con el alza del royalty, el Consejo Minero afirma que se dejará de invertir 8 mil millones de dólares en la minería. Para qué: para recaudar, con el aumento del tributo, 226 millones de dólares más al año ("La Segunda", 16.09, p. 36). Pero si no hubiera aumento del royalty, y sí se invirtieran esos 8 mil millones de dólares, se crearían miles de empleos, habría mayor consumo de bienes nacionales y también más impuestos que, a la tasa existente, rendirían 300 millones de dólares más al año. Es decir, se subirá el royalty para recaudar menos que si no se subiera. Es el costo de ganarse un aplauso comunista. Bueno, la Reforma Agraria costó más, pero Frei Montalva, al igual que Piñera hoy, consiguió su objetivo: el aplauso comunista.
Lamentablemente, de estas enfermedades congénitas suele no sanarse nunca.
lunes, 20 de septiembre de 2010
200 Años de Impuntualidad
--Van a ser las 12. Vamos arriba de la roca a ver la Revista Naval.
--La última se la hizo a Lagos ese comandante en jefe izquierdoso, ¿cómo se llamaba?
-Se me olvidó... Mira, ahí vienen unos helicópteros.
Pasaron esos, otros más y varios grupos de aviones sueltos, algunos a gran altura.
--El diario dice que van a cerrar la Revista. Van a pasar treinta helicópteros y cincuenta aviones a ras del agua. Va a ser lo mejor de todo. Ahora se están organizando mar afuera.
--Ya son las 12. No se ve la Esmeralda, que va a encabezar el desfile de buques.
--Allá está, junto a la costa de Viña. La tele dijo que ahí iría Piñera.
--Pero sin velas no va a poder encabezar el desfile.
--Seguramente le van a poner motor. A todo esto, ya son las 12 y media...
Era "hora chilena": como a la una y cuarto empezaron a pasar los buques. El viento era gélido y la pobre gente que había llegado antes de las 12 a las rocas estaba empalándose.
--Miren esto, no lo van a volver a ver en su vida. El segundo es el buque argentino.
--Qué chico. Mandaron uno chico de adrede. Y la Cristina vino por un rato y dijo que no podía entregar a Apablaza por lo de los derechos humanos.
--Pero si es un asesino.
--Los asesinos de izquierda son defensores de los derechos humanos.
--Mira el taco kilométrico que hay en el camino. Decían que iba a venir un millón de personas. No sé para qué, cuando se ve mejor en la tele.
--Golborne fue al Mundial, que también se veía mejor en la tele.
--Ya empezaste a dispararle al próximo Presidente.
--Mira el buque brasileño, parece que quiere pasar al canadiense.
--Quiere ser o meior do mundo.
--Ya terminó la Revista y están volviendo. ¿Y los aviones? El diario decía que iban a cerrar la revista.
--Si ya terminó... Mira, se está incendiando el primer buque, está cubierto de humo. Por suerte ya va entrando al puerto y pueden tirarse al agua.
--El argentino le debe haber disparado por detrás.
--Parece que es el Williams. Mírenlo bien, porque eso no va a salir en el diario.
--Y la Esmeralda no encabezó el desfile.
--Piñera no está para marearse. Y para sonreírle a la tele lo puede hacer igual con el buque amarrado.
--Son más de las dos. Vamos a almorzar.
--¿Y los aviones? El diario decía que...
--Bueno, quédate aquí entonces, empalándote; y si vienen los aviones, grita fuerte.
Pero los aviones no volvieron a cerrar el desfile.
Por suerte el almuerzo estaba bueno.
--La última se la hizo a Lagos ese comandante en jefe izquierdoso, ¿cómo se llamaba?
-Se me olvidó... Mira, ahí vienen unos helicópteros.
Pasaron esos, otros más y varios grupos de aviones sueltos, algunos a gran altura.
--El diario dice que van a cerrar la Revista. Van a pasar treinta helicópteros y cincuenta aviones a ras del agua. Va a ser lo mejor de todo. Ahora se están organizando mar afuera.
--Ya son las 12. No se ve la Esmeralda, que va a encabezar el desfile de buques.
--Allá está, junto a la costa de Viña. La tele dijo que ahí iría Piñera.
--Pero sin velas no va a poder encabezar el desfile.
--Seguramente le van a poner motor. A todo esto, ya son las 12 y media...
Era "hora chilena": como a la una y cuarto empezaron a pasar los buques. El viento era gélido y la pobre gente que había llegado antes de las 12 a las rocas estaba empalándose.
--Miren esto, no lo van a volver a ver en su vida. El segundo es el buque argentino.
--Qué chico. Mandaron uno chico de adrede. Y la Cristina vino por un rato y dijo que no podía entregar a Apablaza por lo de los derechos humanos.
--Pero si es un asesino.
--Los asesinos de izquierda son defensores de los derechos humanos.
--Mira el taco kilométrico que hay en el camino. Decían que iba a venir un millón de personas. No sé para qué, cuando se ve mejor en la tele.
--Golborne fue al Mundial, que también se veía mejor en la tele.
--Ya empezaste a dispararle al próximo Presidente.
--Mira el buque brasileño, parece que quiere pasar al canadiense.
--Quiere ser o meior do mundo.
--Ya terminó la Revista y están volviendo. ¿Y los aviones? El diario decía que iban a cerrar la revista.
--Si ya terminó... Mira, se está incendiando el primer buque, está cubierto de humo. Por suerte ya va entrando al puerto y pueden tirarse al agua.
--El argentino le debe haber disparado por detrás.
--Parece que es el Williams. Mírenlo bien, porque eso no va a salir en el diario.
--Y la Esmeralda no encabezó el desfile.
--Piñera no está para marearse. Y para sonreírle a la tele lo puede hacer igual con el buque amarrado.
--Son más de las dos. Vamos a almorzar.
--¿Y los aviones? El diario decía que...
--Bueno, quédate aquí entonces, empalándote; y si vienen los aviones, grita fuerte.
Pero los aviones no volvieron a cerrar el desfile.
Por suerte el almuerzo estaba bueno.
domingo, 19 de septiembre de 2010
Un Olvido Explicable
Hubo un tiempo en que los políticos les temían a los militares, porque éstos demostraron, en 1973, que aquéllos no podían hacer lo que se les ocurriera con el país, como organizar un ejército clandestino para tomarse la totalidad del poder, usurpar por la fuerza empresas y fundos, torturar a opositores pacíficos, atacar en las calles a mujeres manifestantes y saquear servicios públicos, usándolos como caja pagadora de guerrilleros chilenos y extranjeros contratados para hacer la revolución.
Cuando los uniformados devolvieron el poder al gobierno elegido según la Constitución que el pueblo se había dado en 1980, a propuesta del gobierno de entonces, los políticos todavía les temían a los militares y por eso respetaban dicha Constitución y las leyes. Pero uno de ellos, que había respaldado el pronunciamiento de 1973, Patricio Aylwin, empezó a caminar por la cuerda floja y organizó una comisión inconstitucional para juzgar la acción del Gobierno Militar contra los grupos armados. Pues nadie puede en Chile ser juzgado por comisiones especiales, pero los militares lo fueron por ésa. Y, pese a haber sido designados en la propia Constitución como garantes de la institucionalidad, no garantizaron nada y aceptaron ser puestos en la picota pública de la denigración, sin chistar, teniendo un órgano constitucional donde chistar.
Envalentonado, Aylwin dio otro paso inconstituccional: mandó una carta a la Corte Suprema ordenándole no aplicar la amnistía para extinguir los juicios contra militares. La Corte acató la carta. Y los uniformados siguieron sin chistar. Entonces ya todo el mundo se empezó a dar cuenta de que no eran los mismos del '73 y, comenzando por los jueces de izquierda, con gran apoyo de los políticos de dicho sector y de centro, e incluso algunos de derecha, les fueron faltando cada vez más el respeto, convirtiéndolos en ciudadanos de segunda, pues carecían del derecho de todos los demás a que se les respetaran las atribuciones establecidas en su favor por las leyes.
Ya, entonces, los políticos civiles, contando entre ellos a los jueces de izquierda, les perdieron completamente el miedo a los militares y les quitaron sus prerrogativas constitucionales y su condición de garantes, además de comenzar a juzgarlos al margen de la legalidad vigente.
Y ahí sucedió algo inesperado: los jefes militares que fueron asumiendo en los '90 se pasaron al bando adversario para juzgar a sus camaradas perseguidos por los jueces de izquierda. Les encontraron toda la razón a éstos. Declararon culpables a dichos camaradas, que habían debido combatir contra los veinte mil o más guerrilleros armados que había en el país. La culminación de esta "vuelta de chaqueta" tuvo lugar cuando un comandante en jefe del Ejército describió a los bandos que habían estado en lucha como "nuestros camaradas y las víctimas", respectivamente. A partir de entonces ya no se habló más del miedo de los civiles a los militares, sino del de éstos a aquéllos, miedo que ha tomado caracteres de pánico, pues durante los anteriores gobiernos de la Concertación hasta se eliminó de textos oficiales del Ejército avances institucionales registrados entre 1973 y 1990.
Esa es la etapa en que nos encontramos hoy, y por ello es perfectamente explicable que en el artículo "200 años: Chile y su Ejército", del actual Comandante en Jefe, Juan Miguel Fuente-Alba, en "El Mercurio" de hoy, no se diga una sola palabra de la que posiblemente sea la cuarta más importante actuación del Ejército en esos 200 años, después del triunfo en las guerras de la Independencia, contra la Confederación Perú-Boliviana y del Pacífico: el logrado contra el ejército marxista clandestino y el terrorismo del igual origen con que se pretendió asolar al país mediante asociaciones ilícitas como el MIR y FPMR.
Si esas amenazas armadas hubieran triunfado, el destino de Chile habría sido muy diferente, y ciertamente peor. Probablemente centenares de miles de chilenos pacíficos habrían debido optar por el exilio, en lugar de tener que hacerlo sólo la decena de miles de comprometidos con el terrorismo, que huyó a raíz de la derrota de éste.
Faltó un párrafo al efecto en el artículo del Comandante en Jefe. Como dije, es una omisión explicable, pero es fundamental, porque el mayor motivo de agradecimiento de una mayoría ciudadana al Ejército deriva de su acción de 1973, que permitió evitar la entronización en Chile de un régimen totalitario del cual, como ha sido el caso de Cuba, podría haber sido imposible hasta ahora salir.
Cuando los uniformados devolvieron el poder al gobierno elegido según la Constitución que el pueblo se había dado en 1980, a propuesta del gobierno de entonces, los políticos todavía les temían a los militares y por eso respetaban dicha Constitución y las leyes. Pero uno de ellos, que había respaldado el pronunciamiento de 1973, Patricio Aylwin, empezó a caminar por la cuerda floja y organizó una comisión inconstitucional para juzgar la acción del Gobierno Militar contra los grupos armados. Pues nadie puede en Chile ser juzgado por comisiones especiales, pero los militares lo fueron por ésa. Y, pese a haber sido designados en la propia Constitución como garantes de la institucionalidad, no garantizaron nada y aceptaron ser puestos en la picota pública de la denigración, sin chistar, teniendo un órgano constitucional donde chistar.
Envalentonado, Aylwin dio otro paso inconstituccional: mandó una carta a la Corte Suprema ordenándole no aplicar la amnistía para extinguir los juicios contra militares. La Corte acató la carta. Y los uniformados siguieron sin chistar. Entonces ya todo el mundo se empezó a dar cuenta de que no eran los mismos del '73 y, comenzando por los jueces de izquierda, con gran apoyo de los políticos de dicho sector y de centro, e incluso algunos de derecha, les fueron faltando cada vez más el respeto, convirtiéndolos en ciudadanos de segunda, pues carecían del derecho de todos los demás a que se les respetaran las atribuciones establecidas en su favor por las leyes.
Ya, entonces, los políticos civiles, contando entre ellos a los jueces de izquierda, les perdieron completamente el miedo a los militares y les quitaron sus prerrogativas constitucionales y su condición de garantes, además de comenzar a juzgarlos al margen de la legalidad vigente.
Y ahí sucedió algo inesperado: los jefes militares que fueron asumiendo en los '90 se pasaron al bando adversario para juzgar a sus camaradas perseguidos por los jueces de izquierda. Les encontraron toda la razón a éstos. Declararon culpables a dichos camaradas, que habían debido combatir contra los veinte mil o más guerrilleros armados que había en el país. La culminación de esta "vuelta de chaqueta" tuvo lugar cuando un comandante en jefe del Ejército describió a los bandos que habían estado en lucha como "nuestros camaradas y las víctimas", respectivamente. A partir de entonces ya no se habló más del miedo de los civiles a los militares, sino del de éstos a aquéllos, miedo que ha tomado caracteres de pánico, pues durante los anteriores gobiernos de la Concertación hasta se eliminó de textos oficiales del Ejército avances institucionales registrados entre 1973 y 1990.
Esa es la etapa en que nos encontramos hoy, y por ello es perfectamente explicable que en el artículo "200 años: Chile y su Ejército", del actual Comandante en Jefe, Juan Miguel Fuente-Alba, en "El Mercurio" de hoy, no se diga una sola palabra de la que posiblemente sea la cuarta más importante actuación del Ejército en esos 200 años, después del triunfo en las guerras de la Independencia, contra la Confederación Perú-Boliviana y del Pacífico: el logrado contra el ejército marxista clandestino y el terrorismo del igual origen con que se pretendió asolar al país mediante asociaciones ilícitas como el MIR y FPMR.
Si esas amenazas armadas hubieran triunfado, el destino de Chile habría sido muy diferente, y ciertamente peor. Probablemente centenares de miles de chilenos pacíficos habrían debido optar por el exilio, en lugar de tener que hacerlo sólo la decena de miles de comprometidos con el terrorismo, que huyó a raíz de la derrota de éste.
Faltó un párrafo al efecto en el artículo del Comandante en Jefe. Como dije, es una omisión explicable, pero es fundamental, porque el mayor motivo de agradecimiento de una mayoría ciudadana al Ejército deriva de su acción de 1973, que permitió evitar la entronización en Chile de un régimen totalitario del cual, como ha sido el caso de Cuba, podría haber sido imposible hasta ahora salir.
sábado, 18 de septiembre de 2010
Premio Bicentenario al Patriotismo
El joven médico obstetra Raúl Martínez, junto con elegirse un nuevo Presidente y creyendo que se iniciaba "una nueva forma de gobernar" y no, como unos pocos temíamos, que para efectos prácticos fuera sólo un V Presidente de la Concertación, aceptó el cargo de Seremi de la Región de Atacama.
Allá se trasladó y recayó sobre él una importante responsabilidad: la de estudiar técnicamente la calificación ambiental de dos centrales termoeléctricas, las de Barrancones y Castilla, que habían sido objetadas por la anterior Seremi, de la Concertación. Después de reunir todos los antecedentes técnicos, durante dos meses, resolvió que las centrales no tenían el carácter de "contaminantes", que les impedía instalarse, sino sólo el de "molestas", que les permitía operar.
Cuando, en el caso de Barrancones, una intervención presidencial intempestiva llevó a que la empresa GDF Suez desistiera de ese proyecto, el doctor Martínez presentó su renuncia, por considerar que la institucionalidad ambiental había sido pasada a llevar por una decisión personal y discrecional del Presidente.
Cuando se aprestaba a volver a sus tareas de médico obstetra en un hospital público, la Corte de Apelaciones de Copiapó, acogiendo un recurso de protección interpuesto por ambientalistas, también pasó por sobre el informe técnico del doctor Martínez relativo a la central Castilla. Refiriéndose a este último caso, el doctor Martínez declaró ("La Segunda", 16.09.10): "En el primer informe que dictó la Seremi anterior había errores significativos, groseros, que no tienen nombre. Hacer mal el cálculo de la contaminación de un determinado proyecto es algo que la Corte de Apelaciones no considera un error y eso es un chiste. Yo me demoré casi dos meses en emitir una nueva resolución, en base a datos científicos que me permitieron tomar una resolución fundada y calificar a esa empresa como "molesta", porque cumplía con la normativa ambiental. Los datos están y se pueden revisar".
Uno sabe dónde comienza la demagogia, pero no dónde termina. Primero la practicó el Presidente con Barrancones, y como la política ha penetrado tan hondamente al Poder Judicial, la Corte de Copiapó le replicó: "su demagogia y seis más", porque la capacidad de generación de Castilla es seis veces la de Barrancones.
Los alegatos ante la Corte fueron un lunes y el miércoles dictó resolución rechazando la central. El doctor Martínez se había demorado dos meses en estudiar los antecedentes técnicos, antes de emitir la suya aprobando el proyecto.
El país, cuyo Presidente le ha brindado tantas iluminaciones feéricas en estos días (con cargo al erario), se verá enfrentado al peligro de oscurecimiento en el futuro, debido a la escasez de energía. Ya se ha anunciado, además de los rechazos de centrales descritos, la postergación de Hidroaysén, que está también bajo la mira de los ecologistas.
El doctor Martínez había decidido aportar su esfuerzo al gobierno que contribuyó a elegir, trabajando como Seremi los cuatro años del mandato de Piñera, pero se desilusionó en pocos meses. Sobre el caso Barrancones y ante la nula atención a los antecedentes técnicos, dice: "Mejor que se hagan las cosas como quiera el Presidente de la República". Y a raíz de lo de Castilla comenta: "Si ese caso se va a dar en todos los procesos medioambientales, es mejor que la institucionalidad ambiental no exista".
Quiso servir a su país y técnicamente fundamentó la procedencia de la construcción de dos centrales termoeléctricas que Chile necesita con urgencia. Pero la demagogia pudo más. Ahora vuelve, desilusionaddo, por supuesto, a su ciudad de origen y a su función de médico obstetra, más pobre de lo que llegó, dice. Por suerte todavía no había alcanzado a vender su casa.
Por su esfuerzo en el sentido de impulsar el progreso de Chile y su crecimiento económico, enfrentando la demagogia imperante, este blog ha resuelto conferirle su "Premio Bicentenario al Patriotismo".
El galardón es modesto y hasta gravoso, pero significativo, porque está lleno de agradecimiento patriótico. Pues consiste sólo en un ejemplar de la edición de hoy de este blog, elegantemente enmarcado (esto último, eso sí, a costa del galardonado) para orgullo de su descendencia y edificación de las futuras generaciones.
Ojalá hubiera muchos chilenos con el coraje y el sentido de la función pública del doctor Raúl Martínez.
Allá se trasladó y recayó sobre él una importante responsabilidad: la de estudiar técnicamente la calificación ambiental de dos centrales termoeléctricas, las de Barrancones y Castilla, que habían sido objetadas por la anterior Seremi, de la Concertación. Después de reunir todos los antecedentes técnicos, durante dos meses, resolvió que las centrales no tenían el carácter de "contaminantes", que les impedía instalarse, sino sólo el de "molestas", que les permitía operar.
Cuando, en el caso de Barrancones, una intervención presidencial intempestiva llevó a que la empresa GDF Suez desistiera de ese proyecto, el doctor Martínez presentó su renuncia, por considerar que la institucionalidad ambiental había sido pasada a llevar por una decisión personal y discrecional del Presidente.
Cuando se aprestaba a volver a sus tareas de médico obstetra en un hospital público, la Corte de Apelaciones de Copiapó, acogiendo un recurso de protección interpuesto por ambientalistas, también pasó por sobre el informe técnico del doctor Martínez relativo a la central Castilla. Refiriéndose a este último caso, el doctor Martínez declaró ("La Segunda", 16.09.10): "En el primer informe que dictó la Seremi anterior había errores significativos, groseros, que no tienen nombre. Hacer mal el cálculo de la contaminación de un determinado proyecto es algo que la Corte de Apelaciones no considera un error y eso es un chiste. Yo me demoré casi dos meses en emitir una nueva resolución, en base a datos científicos que me permitieron tomar una resolución fundada y calificar a esa empresa como "molesta", porque cumplía con la normativa ambiental. Los datos están y se pueden revisar".
Uno sabe dónde comienza la demagogia, pero no dónde termina. Primero la practicó el Presidente con Barrancones, y como la política ha penetrado tan hondamente al Poder Judicial, la Corte de Copiapó le replicó: "su demagogia y seis más", porque la capacidad de generación de Castilla es seis veces la de Barrancones.
Los alegatos ante la Corte fueron un lunes y el miércoles dictó resolución rechazando la central. El doctor Martínez se había demorado dos meses en estudiar los antecedentes técnicos, antes de emitir la suya aprobando el proyecto.
El país, cuyo Presidente le ha brindado tantas iluminaciones feéricas en estos días (con cargo al erario), se verá enfrentado al peligro de oscurecimiento en el futuro, debido a la escasez de energía. Ya se ha anunciado, además de los rechazos de centrales descritos, la postergación de Hidroaysén, que está también bajo la mira de los ecologistas.
El doctor Martínez había decidido aportar su esfuerzo al gobierno que contribuyó a elegir, trabajando como Seremi los cuatro años del mandato de Piñera, pero se desilusionó en pocos meses. Sobre el caso Barrancones y ante la nula atención a los antecedentes técnicos, dice: "Mejor que se hagan las cosas como quiera el Presidente de la República". Y a raíz de lo de Castilla comenta: "Si ese caso se va a dar en todos los procesos medioambientales, es mejor que la institucionalidad ambiental no exista".
Quiso servir a su país y técnicamente fundamentó la procedencia de la construcción de dos centrales termoeléctricas que Chile necesita con urgencia. Pero la demagogia pudo más. Ahora vuelve, desilusionaddo, por supuesto, a su ciudad de origen y a su función de médico obstetra, más pobre de lo que llegó, dice. Por suerte todavía no había alcanzado a vender su casa.
Por su esfuerzo en el sentido de impulsar el progreso de Chile y su crecimiento económico, enfrentando la demagogia imperante, este blog ha resuelto conferirle su "Premio Bicentenario al Patriotismo".
El galardón es modesto y hasta gravoso, pero significativo, porque está lleno de agradecimiento patriótico. Pues consiste sólo en un ejemplar de la edición de hoy de este blog, elegantemente enmarcado (esto último, eso sí, a costa del galardonado) para orgullo de su descendencia y edificación de las futuras generaciones.
Ojalá hubiera muchos chilenos con el coraje y el sentido de la función pública del doctor Raúl Martínez.
viernes, 17 de septiembre de 2010
La Semántica Roja en el Bicentenario
No comprendo por qué se habla de "los comuneros mapuches", en lugar de "procesados por terrorismo". Pues no están siendo juzgados por ser comuneros ni por ser mapuches, sino por haber cometido atentados contra personas y propiedades, estos últimos casi todos incendiarios y propios de la actividad terrorista.
Siempre ha sido un sello de las causas que promueve o apoya el comunismo chileno, como es la de la violencia en el sur, utilizar la semántica para presentarlas mejor ante la opinión pública. Y los medios de comunicación caen (o se suman intencionadamente, si quienes redactan las informaciones son miembros, simpatizantes, aliados o "compañeros de ruta" de la secta roja, que abundan en dichos medios) en la trampa semántica y adoptan el lenguaje que permite el "upgrading" de la causa revolucionaria.
Frecuentemente sus guerrilleros urbanos son presentados como "estudiantes", aunque incendien, destruyan o disparen en el desempeño de su actividad terrorista. Cuando, bajo el Gobierno Militar y contra la voluntad de éste, se dio muerte ilegalmente a tres dirigentes terroristas, la generalidad de la prensa cayó en la semántica extremista y habló invariablemente de "profesionales asesinados", cuando eran áltos dirigentes de FPMR y sufrieron la vindicta ilegal por eso y no por ser profesionales. Lo mismo en el caso de un mirista reconocido, caído también por una vindicta ilegal, hecho que se contabiliza como "el asesinato de un periodista", siendo que esta calidad profesional no tuvo nada que ver con esa represalia.
La "formación de imagen" en que es tan hábil la izquierda internacional lleva a que el real problema, el terrorismo, se esfume y desaparezca de las informaciones y a que la opinión pública mundial crea, en el caso presente, que él deriva de que los gobiernos chilenos persiguen a los mapuches por ser tales. A ese efecto, fue memorable la escena en que el Premio Nobel de Literatura portugués, José Saramago, quiso ganar titulares durante la visita de Michelle Bachelet a España y, en el momento de darle la mano, le dijo la frase para el bronce que traía preparada: "Mire a los mapuches", la cual, gracias a la superficialidad y desinformación característica de los medios de todas partes, tratándose de los problemas de un país lejano, efectivamente ganó titulares.
En el caso de la desconcertada Bachelet, durante cuyo gobierno se agravó "el problema mapuche", pues entregó tierras a los violentistas y azuzó con ello la violencia, podría decirse que "por donde pecas pagas", porque ella disfrutaba de la desinformación, presentándose como "víctima de la dictadura" y torturada por ésta, en circunstancias de que nunca sufrió apremios --yo se lo oí reconocer en entrevista televisiva de sus inicios en la figuración pública, que después, por supuesto, se tornó imposible de hallar--; y de que estuvo detenida sólo pocos días, siendo esa detención plenamente justificada, pues comprobadamente era ayudista del MIR (para no hablar de su posterior convivencia con el vocero del FPMR).
Entonces, y como un grano de arena para contribuir a la verdad en el Bicentenario, concordemos en que los huelguistas de hambre son "procesados por terrorismo" y lo serían igual si fueran finlandeses rubios y millonarios que hubieran incurrido en similares conductas.
Pero, claro, si fueran finlandeses probablemente sus camaradas terroristas de la zona no habrían incurrido en la torpe conducta de cometer, precisamente cuando la huelga de hambre tiene éxito, otros dos atentados, uno de los cuales costó la vida a una anciana mapuche. Eso en nada ayuda a acelerar las concesiones por completo injustificadas que el gobierno débil de turno en La Moneda y el Parlamento débil de turno en Valparaíso les están entregando.
Siempre ha sido un sello de las causas que promueve o apoya el comunismo chileno, como es la de la violencia en el sur, utilizar la semántica para presentarlas mejor ante la opinión pública. Y los medios de comunicación caen (o se suman intencionadamente, si quienes redactan las informaciones son miembros, simpatizantes, aliados o "compañeros de ruta" de la secta roja, que abundan en dichos medios) en la trampa semántica y adoptan el lenguaje que permite el "upgrading" de la causa revolucionaria.
Frecuentemente sus guerrilleros urbanos son presentados como "estudiantes", aunque incendien, destruyan o disparen en el desempeño de su actividad terrorista. Cuando, bajo el Gobierno Militar y contra la voluntad de éste, se dio muerte ilegalmente a tres dirigentes terroristas, la generalidad de la prensa cayó en la semántica extremista y habló invariablemente de "profesionales asesinados", cuando eran áltos dirigentes de FPMR y sufrieron la vindicta ilegal por eso y no por ser profesionales. Lo mismo en el caso de un mirista reconocido, caído también por una vindicta ilegal, hecho que se contabiliza como "el asesinato de un periodista", siendo que esta calidad profesional no tuvo nada que ver con esa represalia.
La "formación de imagen" en que es tan hábil la izquierda internacional lleva a que el real problema, el terrorismo, se esfume y desaparezca de las informaciones y a que la opinión pública mundial crea, en el caso presente, que él deriva de que los gobiernos chilenos persiguen a los mapuches por ser tales. A ese efecto, fue memorable la escena en que el Premio Nobel de Literatura portugués, José Saramago, quiso ganar titulares durante la visita de Michelle Bachelet a España y, en el momento de darle la mano, le dijo la frase para el bronce que traía preparada: "Mire a los mapuches", la cual, gracias a la superficialidad y desinformación característica de los medios de todas partes, tratándose de los problemas de un país lejano, efectivamente ganó titulares.
En el caso de la desconcertada Bachelet, durante cuyo gobierno se agravó "el problema mapuche", pues entregó tierras a los violentistas y azuzó con ello la violencia, podría decirse que "por donde pecas pagas", porque ella disfrutaba de la desinformación, presentándose como "víctima de la dictadura" y torturada por ésta, en circunstancias de que nunca sufrió apremios --yo se lo oí reconocer en entrevista televisiva de sus inicios en la figuración pública, que después, por supuesto, se tornó imposible de hallar--; y de que estuvo detenida sólo pocos días, siendo esa detención plenamente justificada, pues comprobadamente era ayudista del MIR (para no hablar de su posterior convivencia con el vocero del FPMR).
Entonces, y como un grano de arena para contribuir a la verdad en el Bicentenario, concordemos en que los huelguistas de hambre son "procesados por terrorismo" y lo serían igual si fueran finlandeses rubios y millonarios que hubieran incurrido en similares conductas.
Pero, claro, si fueran finlandeses probablemente sus camaradas terroristas de la zona no habrían incurrido en la torpe conducta de cometer, precisamente cuando la huelga de hambre tiene éxito, otros dos atentados, uno de los cuales costó la vida a una anciana mapuche. Eso en nada ayuda a acelerar las concesiones por completo injustificadas que el gobierno débil de turno en La Moneda y el Parlamento débil de turno en Valparaíso les están entregando.
jueves, 16 de septiembre de 2010
De Cómo Maipo Devino Maipú
Una antigua inquietud, por alguna razón que no acierto a explicarme, se convirtió en mandato imperioso y me obligó a interrumpir la lectura de "Los Detectives Salvajes", de Roberto Bolaño, que había emprendido para explicarme por qué es un libro admirado en Europa y los Estados Unidos, sin que, ya a la altura de la página 500, haya podido todavía encontrar la razón.
Desde hace años yo me venía diciendo que Maipú no debía llamarse así, sino Maipo, pero no me había abocado a demostrarlo. Ahora, sin embargo, por alguna razón de interés patriótico posiblemente ligada al Bicentenario (que no lo es de la Independencia, sino de otra cosa que mi amigo, el historiador Fernando Silva Vargas, nos viene explicando ya por más de dos semanas en entregas diarias en "El Mercurio") decidí postergar "Los Detectives Salvajes" y re-enfrascarme en "Viaje a Chile Durante la Época de la Independencia", del inglés Samuel Haigh, que ya había leído hace más de treinta años y que ahora me ha servido para prestar fundamento a mi corazonada.
Pues Haigh presenció la "batalla de Maipo", que tuvo lugar en el Llano de Maipo, llamado así por su proximidad al río del mismo nombre. En parte alguna de su relato dice "Maipú", voz indígena querandí o guaraní propia del territorio centro-norte argentino, donde, justamente, hay dos pueblos llamados "Maipú".
Y por mucho que el general San Martín haya encabezado las tropas victoriosas el 5 de abril de 1818, eso no daba derecho a argentinizar el nombre de la batalla que le dio la independencia a Chile.
Cuando regrese a Santiago, de donde me he alejado a prudente distancia en estas fiestas patrias, para evitar los excesos y peligros para la integridad personal y la salud que ellas traen consigo, procuraré asignar responsabilidades por la antedicha argentinización.
Entre paréntesis, Argentina no se llamaba así en 1818, pues Mr. Haigh viajaba frecuentemente allá y expresaba dirigirse a Mendoza o a Buenos Aires, y cuando quería referirse a todo el territorio, hablaba del "Virreynato del Plata". La única referencia a Argentina que entonces existía era la de un poeta español que había escrito un libro titulado "La Argentina" en 1604, pero sin ningún efecto práctico, como suele suceder con las obras poéticas, en la creación de esa nacionalidad. Tengo la impresión de que el nombre actual del país fue adoptado bastante después de 1818.
Habiendo dilucidado con la lectura del libro de Mr Haigh estas importantes cuestiones, si bien reconozco que sólo parcialmente, debo declarar que lo he disfrutado inmensamente más que hace treinta y tantos años, lo cual sólo prueba lo joven e indocumentado que yo era entonces.
Y, en fin, declaro no tener ninguna intención de abogar por la derogación de la denominación argentina en favor de la original chilena para designar a los respectivos pueblo, comuna y batalla, pues la prescripción ha operado en favor de la primera, y esa institución es de general validez en el derecho universal, salvo que favorezca a quien haya sido o sea un uniformado chileno.
Desde hace años yo me venía diciendo que Maipú no debía llamarse así, sino Maipo, pero no me había abocado a demostrarlo. Ahora, sin embargo, por alguna razón de interés patriótico posiblemente ligada al Bicentenario (que no lo es de la Independencia, sino de otra cosa que mi amigo, el historiador Fernando Silva Vargas, nos viene explicando ya por más de dos semanas en entregas diarias en "El Mercurio") decidí postergar "Los Detectives Salvajes" y re-enfrascarme en "Viaje a Chile Durante la Época de la Independencia", del inglés Samuel Haigh, que ya había leído hace más de treinta años y que ahora me ha servido para prestar fundamento a mi corazonada.
Pues Haigh presenció la "batalla de Maipo", que tuvo lugar en el Llano de Maipo, llamado así por su proximidad al río del mismo nombre. En parte alguna de su relato dice "Maipú", voz indígena querandí o guaraní propia del territorio centro-norte argentino, donde, justamente, hay dos pueblos llamados "Maipú".
Y por mucho que el general San Martín haya encabezado las tropas victoriosas el 5 de abril de 1818, eso no daba derecho a argentinizar el nombre de la batalla que le dio la independencia a Chile.
Cuando regrese a Santiago, de donde me he alejado a prudente distancia en estas fiestas patrias, para evitar los excesos y peligros para la integridad personal y la salud que ellas traen consigo, procuraré asignar responsabilidades por la antedicha argentinización.
Entre paréntesis, Argentina no se llamaba así en 1818, pues Mr. Haigh viajaba frecuentemente allá y expresaba dirigirse a Mendoza o a Buenos Aires, y cuando quería referirse a todo el territorio, hablaba del "Virreynato del Plata". La única referencia a Argentina que entonces existía era la de un poeta español que había escrito un libro titulado "La Argentina" en 1604, pero sin ningún efecto práctico, como suele suceder con las obras poéticas, en la creación de esa nacionalidad. Tengo la impresión de que el nombre actual del país fue adoptado bastante después de 1818.
Habiendo dilucidado con la lectura del libro de Mr Haigh estas importantes cuestiones, si bien reconozco que sólo parcialmente, debo declarar que lo he disfrutado inmensamente más que hace treinta y tantos años, lo cual sólo prueba lo joven e indocumentado que yo era entonces.
Y, en fin, declaro no tener ninguna intención de abogar por la derogación de la denominación argentina en favor de la original chilena para designar a los respectivos pueblo, comuna y batalla, pues la prescripción ha operado en favor de la primera, y esa institución es de general validez en el derecho universal, salvo que favorezca a quien haya sido o sea un uniformado chileno.
miércoles, 15 de septiembre de 2010
Huelgas de Hambre
Las huelgas de hambre son muy efectivas para obtener cosas de los gobernantes débiles, sobre todo si son cosas a las cuales los huelguistas no tienen ningún derecho.
A los gobernantes fuertes no les hacen huelgas de hambre, porque los protagonistas saben que, si se las hacen, pueden morir. A Margaret Thatcher, recién asumida, unos mineros del carbón que siempre habían conseguido prebendas excesivas de los gobiernos anteriores débiles, cuando vieron que rechazaba sus peticiones le hicieron una huelga de hambre.
Pero ella les advirtió que si no comían se iban a morir, y que eso era responsabilidad de ellos, porque no iba a ceder a la extorsión. Y, efectivamente, un huelguista murió. Entonces los demás decidieron comer y se terminaron no sólo las huelgas de hambre en el carbón sino las peticiones excedidas de los mineros, que hasta entonces habían manipulado a los gobiernos.
Acá nueve presos políticos uniformados (son presos políticos porque, si se aplicaran las leyes con rigor, no podrían estar tras las rejas, donde han ido a parar por razones políticas) anunciaron una huelga de hambre anteayer, pero ayer nos enteramos de que su primera actividad del día había consistido en tomar desayuno.
Frente a un gobierno débil como éste, la huelga de hambre es una presión efectiva, pero a condición de que los huelguistas no la inicien tomando desayuno.
Yo he señalado reiteradamente que el sector más débil de nuestra sociedad ha pasado a ser, después de 1990 (porque antes obviamente fue el más fuerte) el uniformado. Y ahora está demostrando ser incluso más débil que el Gobierno, pues sus miembros ni siquiera son capaces de ayunar un poco en apoyo a sus justas demandas.
Los reos uniformados han sido tan abiertamente discriminados que la ex Presidenta del Consejo de Defensa del Estado, Clara Szczaranski, que por ideología fue muy adversa a todo lo que representó el Gobierno Militar, ahora, opinando en conciencia, se ha mostrado horrorizada, como abogada, de las discriminaciones ilegales que sufren esos presos, a quienes se les niegan derechos que se conceden a todos los demás.
Si alguien supuso que bajo el gobierno de Sebastián Piñera esto iba a cambiar, se equivocó medio a medio. Cuando nombró a un general de Carabineros como Director de Gendarmería se produjo una situación risible. Pues los comunistas inmediatamente atacaron el nombramiento y el Presidente, actuando acorde con lo que habría hecho cualquiera surgido de su misma cuna política, cedió a la presión comunista y aceptó la renuncia del general de Carabineros. La ironía consistió en que éste, en sus magros dos días en el cargo, RATIFICÓ A TODOS LOS PSICÓLOGOS DE IZQUIERDA QUE SE ENCARGAN DE VETAR CON SUS INFORMES TENDENCIOSOS Y POLITIZADOS LOS BENEFICIOS CARCELARIOS A LOS UNIFORMADOS.
Estas cosas paradójicas pasan sólo en Chile. Y entre ellas quedará la huelga de hambre que se inició con un desayuno.
En descargo de los protagonistas debe decirse que viven, como centenares de camaradas suyos, una desgraciada situación, pero el anuncio que hicieron y su desenlace sólo explican porqué han devenido el sector más débil de nuestra nacionalidad. Y si han depuesto su decisión por confiar, una vez más, como lo hicieron durante la campaña presidencial, en una promesa de alguien que ya no la cumplió, pasan a ser también el sector más crédulo de nuestra sociedad.
A los gobernantes fuertes no les hacen huelgas de hambre, porque los protagonistas saben que, si se las hacen, pueden morir. A Margaret Thatcher, recién asumida, unos mineros del carbón que siempre habían conseguido prebendas excesivas de los gobiernos anteriores débiles, cuando vieron que rechazaba sus peticiones le hicieron una huelga de hambre.
Pero ella les advirtió que si no comían se iban a morir, y que eso era responsabilidad de ellos, porque no iba a ceder a la extorsión. Y, efectivamente, un huelguista murió. Entonces los demás decidieron comer y se terminaron no sólo las huelgas de hambre en el carbón sino las peticiones excedidas de los mineros, que hasta entonces habían manipulado a los gobiernos.
Acá nueve presos políticos uniformados (son presos políticos porque, si se aplicaran las leyes con rigor, no podrían estar tras las rejas, donde han ido a parar por razones políticas) anunciaron una huelga de hambre anteayer, pero ayer nos enteramos de que su primera actividad del día había consistido en tomar desayuno.
Frente a un gobierno débil como éste, la huelga de hambre es una presión efectiva, pero a condición de que los huelguistas no la inicien tomando desayuno.
Yo he señalado reiteradamente que el sector más débil de nuestra sociedad ha pasado a ser, después de 1990 (porque antes obviamente fue el más fuerte) el uniformado. Y ahora está demostrando ser incluso más débil que el Gobierno, pues sus miembros ni siquiera son capaces de ayunar un poco en apoyo a sus justas demandas.
Los reos uniformados han sido tan abiertamente discriminados que la ex Presidenta del Consejo de Defensa del Estado, Clara Szczaranski, que por ideología fue muy adversa a todo lo que representó el Gobierno Militar, ahora, opinando en conciencia, se ha mostrado horrorizada, como abogada, de las discriminaciones ilegales que sufren esos presos, a quienes se les niegan derechos que se conceden a todos los demás.
Si alguien supuso que bajo el gobierno de Sebastián Piñera esto iba a cambiar, se equivocó medio a medio. Cuando nombró a un general de Carabineros como Director de Gendarmería se produjo una situación risible. Pues los comunistas inmediatamente atacaron el nombramiento y el Presidente, actuando acorde con lo que habría hecho cualquiera surgido de su misma cuna política, cedió a la presión comunista y aceptó la renuncia del general de Carabineros. La ironía consistió en que éste, en sus magros dos días en el cargo, RATIFICÓ A TODOS LOS PSICÓLOGOS DE IZQUIERDA QUE SE ENCARGAN DE VETAR CON SUS INFORMES TENDENCIOSOS Y POLITIZADOS LOS BENEFICIOS CARCELARIOS A LOS UNIFORMADOS.
Estas cosas paradójicas pasan sólo en Chile. Y entre ellas quedará la huelga de hambre que se inició con un desayuno.
En descargo de los protagonistas debe decirse que viven, como centenares de camaradas suyos, una desgraciada situación, pero el anuncio que hicieron y su desenlace sólo explican porqué han devenido el sector más débil de nuestra nacionalidad. Y si han depuesto su decisión por confiar, una vez más, como lo hicieron durante la campaña presidencial, en una promesa de alguien que ya no la cumplió, pasan a ser también el sector más crédulo de nuestra sociedad.
martes, 14 de septiembre de 2010
El Legado de Jaime Guzmán
En un blog de hace tiempo dije que alguna vez me referiría al legado de Jaime Guzmán. Como pasara el tiempo y no lo hiciera, hace no mucho un comentario de Christopher me cobró la palabra, y a raíz de ello me volví a comprometer a hacerlo.
No es tema para un blog breve, pero daré algunas ideas.
El legado de Jaime, primero, reside en su claridad de conceptos y en su firmeza y lucidez para defenderlos. En eso era intransigente. Lo contrario del político tradicional.
Un concepto básico suyo era el de que la democracia es mucho más que "un hombre, un voto" y el respeto a la voluntad de las mayorías. Por eso él defendía una "democracia protegida". Protegida de mandatos en su momento mayoritarios, como el de Adolfo Hitler o el de Fidel Castro (este último sin elección de por medio, pero presumiblemente mayoritario), que devinieron en la esencia de gobiernos no-democráticos.
Entonces, según Jaime, el mandato de la mayoría debía estar limitado por ciertos valores básicos que ninguna mayoría puede transgredir. Las herramientas que él patrocinó, junto con otros redactores de la Constitución de 1980, fueron quórums especiales altos para defender los derechos básicos, senadores designados al margen del partidismo y atribuciones de las instituciones de la Defensa como garantes del buen orden constitucional, a través del Consejo de Seguridad Nacional.
Probablemente la muerte de Jaime contribuyó a que esos mecanismos, salvo el de los quórums, fueran eliminados, porque no hubo nadie con la prestancia de él para preservarlos y los cuerpos uniformados carecieron de toda vocación para defender sus prerrogativas constitucionales.
Otro legado de Jaime Guzmán fue el de la firmeza en posturas contrarias al populismo ambiente. En la centroderecha abundaba la gente presta a marcharse hacia el centro y la izquierda en brazos del populismo, como cuando se votó el dar al Presidente la facultad de indultar terroristas, que no tenía. Jaime, en un votación que perdió en el Senado, se opuso públicamente y pocos dudan de que eso le costó la vida.
Parte del legado de Jaime fue también la defensa de las libertades económicas, pues siempre se declaró profano en cuanto al tema de la Economía, pero no así en el de la Libertad, lo cual lo constituyó en un aliado natural de los Chicago Boys que lograron, en gran medida, establecer en Chile un sistema de libertades en el quehacer económico.
Cuando muchos en la centroderecha predicaban que había que "tomar distancia" del Gobierno Militar, él no lo hizo. Y aquellos ansiosos de arrancar hacia posiciones parecidas a las de la Concertación, que querían aislar a la UDI, se vieron ellos aislados, cuando Jaime negoció con Gabriel Valdés la mesa del Senado sin ceder un ápice en sus posturas y dejando con un palmo de narices a quienes querían satisfacer sus propias aspiraciones al precio de arrinconar a la UDI.
Su estrategia se demostró la más eficaz, pues al mantenerse el suyo como el partido más renuente a renegar del régimen militar y caer en el populismo y la demagogia de la Concertación, le permitió convertirse en la primera colectividad del país, cosa muy diferente a la que esperaban algunos algunos líderes centroderechistas a quienes yo, personalmente, oí decir, refiriéndose a la UDI: "No hay que hacerles caso, porque en las próximas elecciones van a desaparecer".
Creo, en fin, que si en 2009 hubiera estado vivo Jaime Guzmán de todas maneras se habría preocupado de tener un candidato presidencial más afín con la esencia de su pensamiento y las posiciones suyas y de su partido. En el caso de este último, al menos, con lo que resta en él del "legado de Jaime Guzmán".
No es tema para un blog breve, pero daré algunas ideas.
El legado de Jaime, primero, reside en su claridad de conceptos y en su firmeza y lucidez para defenderlos. En eso era intransigente. Lo contrario del político tradicional.
Un concepto básico suyo era el de que la democracia es mucho más que "un hombre, un voto" y el respeto a la voluntad de las mayorías. Por eso él defendía una "democracia protegida". Protegida de mandatos en su momento mayoritarios, como el de Adolfo Hitler o el de Fidel Castro (este último sin elección de por medio, pero presumiblemente mayoritario), que devinieron en la esencia de gobiernos no-democráticos.
Entonces, según Jaime, el mandato de la mayoría debía estar limitado por ciertos valores básicos que ninguna mayoría puede transgredir. Las herramientas que él patrocinó, junto con otros redactores de la Constitución de 1980, fueron quórums especiales altos para defender los derechos básicos, senadores designados al margen del partidismo y atribuciones de las instituciones de la Defensa como garantes del buen orden constitucional, a través del Consejo de Seguridad Nacional.
Probablemente la muerte de Jaime contribuyó a que esos mecanismos, salvo el de los quórums, fueran eliminados, porque no hubo nadie con la prestancia de él para preservarlos y los cuerpos uniformados carecieron de toda vocación para defender sus prerrogativas constitucionales.
Otro legado de Jaime Guzmán fue el de la firmeza en posturas contrarias al populismo ambiente. En la centroderecha abundaba la gente presta a marcharse hacia el centro y la izquierda en brazos del populismo, como cuando se votó el dar al Presidente la facultad de indultar terroristas, que no tenía. Jaime, en un votación que perdió en el Senado, se opuso públicamente y pocos dudan de que eso le costó la vida.
Parte del legado de Jaime fue también la defensa de las libertades económicas, pues siempre se declaró profano en cuanto al tema de la Economía, pero no así en el de la Libertad, lo cual lo constituyó en un aliado natural de los Chicago Boys que lograron, en gran medida, establecer en Chile un sistema de libertades en el quehacer económico.
Cuando muchos en la centroderecha predicaban que había que "tomar distancia" del Gobierno Militar, él no lo hizo. Y aquellos ansiosos de arrancar hacia posiciones parecidas a las de la Concertación, que querían aislar a la UDI, se vieron ellos aislados, cuando Jaime negoció con Gabriel Valdés la mesa del Senado sin ceder un ápice en sus posturas y dejando con un palmo de narices a quienes querían satisfacer sus propias aspiraciones al precio de arrinconar a la UDI.
Su estrategia se demostró la más eficaz, pues al mantenerse el suyo como el partido más renuente a renegar del régimen militar y caer en el populismo y la demagogia de la Concertación, le permitió convertirse en la primera colectividad del país, cosa muy diferente a la que esperaban algunos algunos líderes centroderechistas a quienes yo, personalmente, oí decir, refiriéndose a la UDI: "No hay que hacerles caso, porque en las próximas elecciones van a desaparecer".
Creo, en fin, que si en 2009 hubiera estado vivo Jaime Guzmán de todas maneras se habría preocupado de tener un candidato presidencial más afín con la esencia de su pensamiento y las posiciones suyas y de su partido. En el caso de este último, al menos, con lo que resta en él del "legado de Jaime Guzmán".
lunes, 13 de septiembre de 2010
Terroristas Protegidos y Agentes Presos
Como es costumbre, las revelaciones que ponen de manifiesto el encubrimiento de los gobiernos de la Concertación al brazo armado comunista casi no merecen comentario en los medios chilenos, por abismantes que sean.
Tres detectives que fueron separados de Investigaciones por su excesivo celo en perseguir al FPMR han hecho declaraciones reveladoras en "El Mercurio" de ayer. He aquí algunas:
1) Uno de los miembros de la cúpula del FPMR que decidió el asesinato de Jaime Guzmán está hoy en Santiago, libre y tranquilo, Iván Figueroa. Recibió instrucción militar en la RDA y Cuba y combatió en Nicaragua, antes de venir a matar chilenos.
2) El FPMR tenía una lista de veinte crímenes en cartera. Es decir, se trataba de asesinos en serie.
3) Uno de los seis miembros de la cúpula era Emmanuelle Verhoeven, que fue contratada en Gendarmería en 1991, en el gobierno de Aylwin, para colaborar con los frentistas presos por el asesinato de Jaime Guzmán, justo en los días previos a la fuga de todos ellos en helicóptero.
4) El jefe de "la Oficina" de inteligencia de Aylwin, Marcelo Schilling, después subsecretario y también diputado designado, sabía del plan del asesinato.
5) Otro de los miembros de la cúpula del FPMR, nombrado por Hernández Norambuena, vive en Concón y hace clases en una universidad de la región.
6) Otro más de ellos, Agdalín Valenzuela, que participó en el crimen, después se hizo informante de "la Oficina", por lo cual fue a su vez asesinado por el FPMR. La investigación de ese delito, si la hay, no ha despertado ni siquiera la milésima parte del revuelo que el crimen de Berríos por parte de la DINA. Ni jamás meterán presos a 19 frentistas por eso, como lo han hecho en el caso Berríos.
7) Cuando los detectives después despedidos tenían rodeada en un camping de Colliguay a parte de la cúpula del Frente, entre "la Oficina" y el Director de Investigaciones, Nelson Mery, decidieron enviar a una patrulla que los alertó, permitiéndoles escapar. Mery ocultó por más de un año la filmación de los terroristas en Colliguay.
8) Uno de los jefes terroristas, el Chele", es yerno de Raúl Castro, lo que puede explicar las deferencias que el gobierno de Aylwin tuvo con él, porque no hay nada de lo cual se paguen más los democratacristianos que de una sonrisa de agradecimiento de los comunistas.
Todo esto sucede y seguirá pasando, en el país que tiene condenados a cadena perpetua a los que osaron matar a algunos de los asesinos en serie del FPMR, y también a varios agentes de seguridad que no mataron a nadie, pero han sido presumidos parte de "la cúpula" de la DINA, que ha tenido, por cierto, la suerte opuesta a la de la "cúpula" del FPMR.
Tres detectives que fueron separados de Investigaciones por su excesivo celo en perseguir al FPMR han hecho declaraciones reveladoras en "El Mercurio" de ayer. He aquí algunas:
1) Uno de los miembros de la cúpula del FPMR que decidió el asesinato de Jaime Guzmán está hoy en Santiago, libre y tranquilo, Iván Figueroa. Recibió instrucción militar en la RDA y Cuba y combatió en Nicaragua, antes de venir a matar chilenos.
2) El FPMR tenía una lista de veinte crímenes en cartera. Es decir, se trataba de asesinos en serie.
3) Uno de los seis miembros de la cúpula era Emmanuelle Verhoeven, que fue contratada en Gendarmería en 1991, en el gobierno de Aylwin, para colaborar con los frentistas presos por el asesinato de Jaime Guzmán, justo en los días previos a la fuga de todos ellos en helicóptero.
4) El jefe de "la Oficina" de inteligencia de Aylwin, Marcelo Schilling, después subsecretario y también diputado designado, sabía del plan del asesinato.
5) Otro de los miembros de la cúpula del FPMR, nombrado por Hernández Norambuena, vive en Concón y hace clases en una universidad de la región.
6) Otro más de ellos, Agdalín Valenzuela, que participó en el crimen, después se hizo informante de "la Oficina", por lo cual fue a su vez asesinado por el FPMR. La investigación de ese delito, si la hay, no ha despertado ni siquiera la milésima parte del revuelo que el crimen de Berríos por parte de la DINA. Ni jamás meterán presos a 19 frentistas por eso, como lo han hecho en el caso Berríos.
7) Cuando los detectives después despedidos tenían rodeada en un camping de Colliguay a parte de la cúpula del Frente, entre "la Oficina" y el Director de Investigaciones, Nelson Mery, decidieron enviar a una patrulla que los alertó, permitiéndoles escapar. Mery ocultó por más de un año la filmación de los terroristas en Colliguay.
8) Uno de los jefes terroristas, el Chele", es yerno de Raúl Castro, lo que puede explicar las deferencias que el gobierno de Aylwin tuvo con él, porque no hay nada de lo cual se paguen más los democratacristianos que de una sonrisa de agradecimiento de los comunistas.
Todo esto sucede y seguirá pasando, en el país que tiene condenados a cadena perpetua a los que osaron matar a algunos de los asesinos en serie del FPMR, y también a varios agentes de seguridad que no mataron a nadie, pero han sido presumidos parte de "la cúpula" de la DINA, que ha tenido, por cierto, la suerte opuesta a la de la "cúpula" del FPMR.
domingo, 12 de septiembre de 2010
Típico Discurso DC
El Presidente huyó a Antofagasta para el 11 porque el ex Encargado Militar comunista y actual diputado Guillermo Teillier dijo que no iría al "acto ecuménico" que aquél pretendía escenificar en Santiago, con todos los cerebros lavados de la derecha, los cerebros siempre cambiantes y vacilantes de la DC y los torvos y violentos de la izquierda.
Y en el norte, teniendo como telón de fondo la Portada, dijo un típico discurso DC. ?Qué es un típico discurso DC? Uno que, primero, procura quedar bien con Dios y con el Diablo, pero especialmente con el segundo, pues le tienen más miedo; segundo, que altera la verdad de los hechos a conveniencia, para descargar en otros las propias culpas; y, tercero, que de ninguna manera pueda molestar demasiado a los comunistas, pues la primera ley política de la DC es la de siempre sonreírles, lo que normalmente la lleva a hacer lo que ellos dicen. Ejemplo reciente: Eduardo Frei se jugó para hacer con ellos un pacto que les permitiera, a falta de votos, llegar al Congreso, donde ya están atropellando las leyes e incurriendo en causal de destitución (apoyo al terrorismo, art. 60de la Constitución) que, por supuesto, nadie hará valer.
Piñera dijo del 11 de septiembre de 1973: "Daba la impresión que gobierno y oposición de la época se habían propuesto destruirse mutuamente y lo lograron y de paso destruyeron nuestra democracia". ?Internación masiva de armas? ?Guerrilla terrorista de más de 20 mil? ?Usurpación de empresas y fundos? ?Clausura de medios de comunicación? ?Torturas de opositores pacíficos? ?Qué es eso? ?Me van a decir que el Presidente es tan políticamente incorrecto que cree una sola línea de lo que dice el Acuerdo de la Cámara de 22 de agosto de 1973?
Eduardo Frei Montalva, que era superior a su hijo, pero causó más daño que éste, fue sorprendido diciendo la verdad en octubre de 1973, en el diario ABC de Madrid (cita casi textual): "La culpa de todo lo que ha sucedido en Chile la tiene exclusivamente la Unidad Popular". Claro, desde entonces los DC se han dado vuelta la chaqueta setecientas veces, pero que no nos vengan a decir ahora que fueron los partidos opositores a la UP los culpables de lo que sucedió. Para decir eso hay que tener, o mucha cara de palo, o una ignorancia supina, o ambas cosas a la vez.
Y en el norte, teniendo como telón de fondo la Portada, dijo un típico discurso DC. ?Qué es un típico discurso DC? Uno que, primero, procura quedar bien con Dios y con el Diablo, pero especialmente con el segundo, pues le tienen más miedo; segundo, que altera la verdad de los hechos a conveniencia, para descargar en otros las propias culpas; y, tercero, que de ninguna manera pueda molestar demasiado a los comunistas, pues la primera ley política de la DC es la de siempre sonreírles, lo que normalmente la lleva a hacer lo que ellos dicen. Ejemplo reciente: Eduardo Frei se jugó para hacer con ellos un pacto que les permitiera, a falta de votos, llegar al Congreso, donde ya están atropellando las leyes e incurriendo en causal de destitución (apoyo al terrorismo, art. 60de la Constitución) que, por supuesto, nadie hará valer.
Piñera dijo del 11 de septiembre de 1973: "Daba la impresión que gobierno y oposición de la época se habían propuesto destruirse mutuamente y lo lograron y de paso destruyeron nuestra democracia". ?Internación masiva de armas? ?Guerrilla terrorista de más de 20 mil? ?Usurpación de empresas y fundos? ?Clausura de medios de comunicación? ?Torturas de opositores pacíficos? ?Qué es eso? ?Me van a decir que el Presidente es tan políticamente incorrecto que cree una sola línea de lo que dice el Acuerdo de la Cámara de 22 de agosto de 1973?
Eduardo Frei Montalva, que era superior a su hijo, pero causó más daño que éste, fue sorprendido diciendo la verdad en octubre de 1973, en el diario ABC de Madrid (cita casi textual): "La culpa de todo lo que ha sucedido en Chile la tiene exclusivamente la Unidad Popular". Claro, desde entonces los DC se han dado vuelta la chaqueta setecientas veces, pero que no nos vengan a decir ahora que fueron los partidos opositores a la UP los culpables de lo que sucedió. Para decir eso hay que tener, o mucha cara de palo, o una ignorancia supina, o ambas cosas a la vez.
sábado, 11 de septiembre de 2010
Canal 13, Eso no se Hace
Ayer Billyband escribió un comentario en este blog: "Vamos a ver qué dice Canal 13 mañana". Fue peor que peor. Yo tenia un matrimonio, así es que vi el "réquiem" de Pinochet en el 13 sólo de 6 a 6.25 aprox. ¡Qué vergüenza! Cómo el canal católico puede ser tan canallesco con un Presidente católico. Con razón Gonzalo Rojas escribe lo que escribe sobre el 13 en "El Mercurio". Aparece Carolina Urrejola hablando de "la dictadura". ¿Con qué derecho se trata a un gobierno con el término peyorativo que han ideado sus adversarios?Todos tenemos el derecho a que en nuestro funeral se nos respete un poco más. El 13, al referirse al funeral de Allende, no hablaría de su "régimen marxista-leninista", de las coimas de las mineras, de los grupos armados que organizó ni de la Payita, con la falta de respeto con que lo hace con Pinochet.
Después aparece la Carolina Urrejola hablando de los "más de 3 mil muertos por la dictaudra". Falso, fueron 3.197 muertos en 17 años, 1.800 de los cuales se produjeron entre el 11 de septiembre y el 31 de diciembre de 1973, combatiendo la guerrilla armada, y 423 de ellos fueron muertos por los guerrilleros y terroristas de izquierda. Me dio asco. El 13 está en manos de la izquierda marxista y si Luksic no es capaz de rescatarlo se va a terminar de ir a la cresta, como se está yendo. No se puede ser tan sesgado y pretender ganar plata. Yo creo que si Cortázar ya hubiera estado a cargo, ese programa de hoy no se da, porque es un tipo esencialmente decente.
Le dejé encargado a la Ana revisar bien los diarios, a ver si dicen algo del 11 de septiembre nuestro. Volví (son las 00.35) y me dice: "No hay nada". Una de las dos fechas más importantes de la historia de Chile, que impidió que nos convirtiéramos en un satélite de Moscú, no aparece conmemorada EN NINGUNA PARTE.
Pero todo partió de que el recuento del Canal 13 sobre el entierro de Pinochet fue vergonzoso. Con razón el 13 está donde está. Merece estar ahì.
Después aparece la Carolina Urrejola hablando de los "más de 3 mil muertos por la dictaudra". Falso, fueron 3.197 muertos en 17 años, 1.800 de los cuales se produjeron entre el 11 de septiembre y el 31 de diciembre de 1973, combatiendo la guerrilla armada, y 423 de ellos fueron muertos por los guerrilleros y terroristas de izquierda. Me dio asco. El 13 está en manos de la izquierda marxista y si Luksic no es capaz de rescatarlo se va a terminar de ir a la cresta, como se está yendo. No se puede ser tan sesgado y pretender ganar plata. Yo creo que si Cortázar ya hubiera estado a cargo, ese programa de hoy no se da, porque es un tipo esencialmente decente.
Le dejé encargado a la Ana revisar bien los diarios, a ver si dicen algo del 11 de septiembre nuestro. Volví (son las 00.35) y me dice: "No hay nada". Una de las dos fechas más importantes de la historia de Chile, que impidió que nos convirtiéramos en un satélite de Moscú, no aparece conmemorada EN NINGUNA PARTE.
Pero todo partió de que el recuento del Canal 13 sobre el entierro de Pinochet fue vergonzoso. Con razón el 13 está donde está. Merece estar ahì.
viernes, 10 de septiembre de 2010
¿Por Qué Hacen Llorar a mi Mujercita?
Pasé por mi casa ayer alrededor de la una de la tarde porque debía recoger un regalo que iba a llevar a un almuerzo (bueno, en realidad eran dos botellas de vino que me había comprometido a aportar a una celebración de ex atletas leales en conmemoración del 11 de septiembre). Y entonces encontré a mi cónyuge toda llorosa y, temeroso de que ello hubiera obedecido a su creencia de que me podría quedar a almorzar, quise tranquilizarla diciéndole que me iba inmediatamente. Pero me aclaró que no era ésa la causa de su tristeza, sino que acababa de ver un programa histórico del canal estatal, TVN, que ya no era, como de costumbre, políticamente sesgado en contra del Gobierno Militar (al cual mi mujer defiende casi con la misma vehemencia que yo), sino que había llegado a extremos de falsificación de la verdad que ni siquiera se había alcanzado bajo los gobiernos de la Concertación, pues presentaban escenas de escasez, de colas y de caceroleos de las dueñas de casa durante el gobierno de la Unidad Popular como si hubieran ocurrido bajo el régimen militar.
Me dijo que había sentido tal frustración e impotencia ante una falsedad tan flagrante, destinada evidentemente a desinformar a la gente joven, que no encontrando nada qué hacer para remediarlo, simplemente se había puesto a llorar. Me dijo que encontraba inconcebible que bajo un gobierno que ya no es de la Concertación se sigan lavando los cerebros de los chilenos, pero de manera todavía peor que bajo los de ella.
Yo le expliqué que el nuevo gobierno está encabezado por una persona que formó parte, junto con quienes componen la Concertación, de la oposición al Gobierno Militar. Por consiguiente, nadie habría debido esperar que bajo el actual Presidente hubiera un esfuerzo de rectificación histórica en el canal público que, si bien es autónomo, está muy sujeto a la influencia del Ejecutivo. Y le señalé que si bien los partidos de la Alianza están formados por gente que fue partidaria y, mucha de ella, funcionaria del régimen militar, la experiencia vivida en estos años enseña que toda esa gente ha abdicado por completo de todo esfuerzo por restablecer la verdad histórica. No puede extrañarle a nadie que bajo la actual administración de TVN no haya ningún cambio de lìnea polìtica, en cuanto a continuar con la tarea de falsificar la historia reciente, y que, dentro de ese predicamento, no puede extrañar tampoco que al Gobierno Militar, al cual se le han imputado toda suerte de hechos negativos de los cuales no fue responsable, ahora incluso se le estén cargando la escasez y penuria de abastecimientos que vivió el país bajo la UP, y que fue una de las causas de que la mayoría democrática de la Cámara hiciera en agosto de 1973 un llamado a las Fuerzas Armadas a poner término a la situación que se vivía.
Mis palabras no sirvieron de mayor consuelo a mi mujercita, que cuando ya me iba seguía sollozando, pero me motivó todavía más para acudir al almuerzo conmemorativo del 11, donde, en conjunto con los ex trotadores, cantamos con todo el entusiasmo de los que sentimos deberle mucho, como chilenos, al Gobierno Militar, la Canción Nacional, incluyendo, por cierto, la estrofa de los "valientes soldados".
Lo cual no impedirá que los centenares de miles o los millones de telespectadores que ven los programas de TVN bajo el gobierno del V Presidente de la Concertación (he llegado a la conclusión de que ésa es la forma más adecuada de describir el actual mandatario) quedarán convencidos de que la escasez de víveres, las colas y el batir de cacerolas vacías no ocurrieron durante la UP, sino bajo el gobierno que la sucedió y que, precisamente, nos libró de todo eso y de muchas cosas más.
Me dijo que había sentido tal frustración e impotencia ante una falsedad tan flagrante, destinada evidentemente a desinformar a la gente joven, que no encontrando nada qué hacer para remediarlo, simplemente se había puesto a llorar. Me dijo que encontraba inconcebible que bajo un gobierno que ya no es de la Concertación se sigan lavando los cerebros de los chilenos, pero de manera todavía peor que bajo los de ella.
Yo le expliqué que el nuevo gobierno está encabezado por una persona que formó parte, junto con quienes componen la Concertación, de la oposición al Gobierno Militar. Por consiguiente, nadie habría debido esperar que bajo el actual Presidente hubiera un esfuerzo de rectificación histórica en el canal público que, si bien es autónomo, está muy sujeto a la influencia del Ejecutivo. Y le señalé que si bien los partidos de la Alianza están formados por gente que fue partidaria y, mucha de ella, funcionaria del régimen militar, la experiencia vivida en estos años enseña que toda esa gente ha abdicado por completo de todo esfuerzo por restablecer la verdad histórica. No puede extrañarle a nadie que bajo la actual administración de TVN no haya ningún cambio de lìnea polìtica, en cuanto a continuar con la tarea de falsificar la historia reciente, y que, dentro de ese predicamento, no puede extrañar tampoco que al Gobierno Militar, al cual se le han imputado toda suerte de hechos negativos de los cuales no fue responsable, ahora incluso se le estén cargando la escasez y penuria de abastecimientos que vivió el país bajo la UP, y que fue una de las causas de que la mayoría democrática de la Cámara hiciera en agosto de 1973 un llamado a las Fuerzas Armadas a poner término a la situación que se vivía.
Mis palabras no sirvieron de mayor consuelo a mi mujercita, que cuando ya me iba seguía sollozando, pero me motivó todavía más para acudir al almuerzo conmemorativo del 11, donde, en conjunto con los ex trotadores, cantamos con todo el entusiasmo de los que sentimos deberle mucho, como chilenos, al Gobierno Militar, la Canción Nacional, incluyendo, por cierto, la estrofa de los "valientes soldados".
Lo cual no impedirá que los centenares de miles o los millones de telespectadores que ven los programas de TVN bajo el gobierno del V Presidente de la Concertación (he llegado a la conclusión de que ésa es la forma más adecuada de describir el actual mandatario) quedarán convencidos de que la escasez de víveres, las colas y el batir de cacerolas vacías no ocurrieron durante la UP, sino bajo el gobierno que la sucedió y que, precisamente, nos libró de todo eso y de muchas cosas más.
jueves, 9 de septiembre de 2010
Orgía Demagógica
El país ha elegido celebrar el bicentenario de su independencia en medio de una orgía de demagogia. Los preparativos comenzaron con la anulación populista de un proyecto de generación eléctrica que era necesario, cumplía con los requerimientos ambientales y había sido aprobado con todas las de la ley. Es tan así que hoy día, según se me ha informado, un representante de GDF Suez ha retirado la autorización oficial para construir la central térmica que la misma GDF Suez acordó no construir, tras una petición del Presidente Piñera "que no pudo rechazar". La demagogia liquidó el proyecto, pero no está en condiciones de decir cómo lo va a reemplazar.
Luego la autoridad no pudo resistir su compulsión a estar siempre congraciándose con la mayor cantidad posible de gente y le ofreció al país algo que éste siempre ha valorizado sobremanera: no trabajar. El Presidente prometió que este año podríamos estar ociosos el 20 de septiembre. Muchas veces en el pasado el 18 había caído en domingo y la población activa había podido sobrevivir al hecho de tener un feriado menos.
Pero ahora estamos regidos por "la nueva forma de gobernar", y ésta les ha ofrecido a los chilenos reponer la festividad perdida, regalando un lunes 20 de inactividad. Aplauso general. Pero así como todos saben cuándo comienza una orgía demagógica, pocos podían adivinar dónde iba a terminar ésta iniciada por nuestro generoso y omnipresente Jefe del Estado, pues la Concertación, ni corta ni perezosa, le replicó: "su demagogia y dos más", y declaró que serían "feriados irrenunciables" el 18, 19 y 20 de septiembre, es decir, que debían cerrar casi todos los establecimientos comerciales de manera obligatoria. Cuando el populismo se convierte en borrachera, no sólo se autoriza descansar en un día de trabajo, sino que ¡se prohíbe trabajar aunque se desee hacerlo!
Como el país no estaba acostumbrado a una ebriedad populista tan prolongada, y dado que "el mercado es más fuerte", todo el mundo se está movilizando para precaverse contra las consecuencias de tantos días de orgía "irrenunciable". Ya se prevé aglomeraciones, escaseces y especulaciones. Por supuesto, los agentes económicos no son nada de tontos y, en particular, hay algunos que lo son mucho menos que el promedio, de modo que se están preparando para la oportunidad especulativa abierta por el "regalo" del 20 que le ha hecho el Presidente al país y cuyo resultado se prevé caótico. ¡Qué manera de dignificar el bicentenario con un pésimo ejemplo de flojera, desorden e imprevisión!
En medio de esta farándula populista todos se atropellan para "entregar soluciones" a un grupo de procesados por actos terroristas que han discurrido la más absurda "amenaza", que sólo podía poner en vilo a una nación por completo minada por la inepcia. Los imputados de incendios, ataques a las personas, destrucción de vehículos, siembras e inmuebles han resuelto dejar de alimentarse y el país entero tiembla y se pregunta cómo puede lograrse que interrumpan su huelga de hambre, cuando es obvio que la forma normal de resolver el "problema" es que consuman alimentos, lo que está en su mano hacer y es muy fácil. ¿Con qué derecho extorsionan al país? Ellos delinquieron sabiendo las sanciones a que se exponían. Y han dejado de comer sabiendo el riesgo que corren. ¿Por qué el Gobierno, el Congreso, las Iglesias, los medios de comunicación y la ciudadanía tienen que buscar una solución a un problema que no existe, pues basta que ellos decidan alimentarse? Es que esto sólo es posible en una sociedad cuyo entendimiento se halla por completo obnubilado.
Una penosa tradición nacional que tampoco nadie, por supuesto, se atreve a criticar, es la de celebrar las fiestas patrias en medio de borracheras memorables. Por algo en Chile el sinónimo de estar bebido es "andar endieciochado". Pues bien, esta vez, con motivo del bicentenario, el dieciocho no sólo será sinónimo de ingestas excesivas, sino también de culminación de una cadena demagógica iniciada con la frustración de una iniciativa energética necesaria, seguida de un episodio de "ocio irrenunciable" y culminada con una extorsión terrorista que pone de rodillas al Gobierno, a los partidos, a la prensa y a las Iglesias, porque nadie tiene el coraje de decir algo tan sencillo como "si no quieren comer, la culpa es de ustedes y de nadie más", y punto.
Por supuesto, ese grado de "heroísmo" nadie alcanza a reunirlo en el Chile actual.
¡Gloriosa manera de celebrar el Bicentenario de la Independencia Nacional!
Luego la autoridad no pudo resistir su compulsión a estar siempre congraciándose con la mayor cantidad posible de gente y le ofreció al país algo que éste siempre ha valorizado sobremanera: no trabajar. El Presidente prometió que este año podríamos estar ociosos el 20 de septiembre. Muchas veces en el pasado el 18 había caído en domingo y la población activa había podido sobrevivir al hecho de tener un feriado menos.
Pero ahora estamos regidos por "la nueva forma de gobernar", y ésta les ha ofrecido a los chilenos reponer la festividad perdida, regalando un lunes 20 de inactividad. Aplauso general. Pero así como todos saben cuándo comienza una orgía demagógica, pocos podían adivinar dónde iba a terminar ésta iniciada por nuestro generoso y omnipresente Jefe del Estado, pues la Concertación, ni corta ni perezosa, le replicó: "su demagogia y dos más", y declaró que serían "feriados irrenunciables" el 18, 19 y 20 de septiembre, es decir, que debían cerrar casi todos los establecimientos comerciales de manera obligatoria. Cuando el populismo se convierte en borrachera, no sólo se autoriza descansar en un día de trabajo, sino que ¡se prohíbe trabajar aunque se desee hacerlo!
Como el país no estaba acostumbrado a una ebriedad populista tan prolongada, y dado que "el mercado es más fuerte", todo el mundo se está movilizando para precaverse contra las consecuencias de tantos días de orgía "irrenunciable". Ya se prevé aglomeraciones, escaseces y especulaciones. Por supuesto, los agentes económicos no son nada de tontos y, en particular, hay algunos que lo son mucho menos que el promedio, de modo que se están preparando para la oportunidad especulativa abierta por el "regalo" del 20 que le ha hecho el Presidente al país y cuyo resultado se prevé caótico. ¡Qué manera de dignificar el bicentenario con un pésimo ejemplo de flojera, desorden e imprevisión!
En medio de esta farándula populista todos se atropellan para "entregar soluciones" a un grupo de procesados por actos terroristas que han discurrido la más absurda "amenaza", que sólo podía poner en vilo a una nación por completo minada por la inepcia. Los imputados de incendios, ataques a las personas, destrucción de vehículos, siembras e inmuebles han resuelto dejar de alimentarse y el país entero tiembla y se pregunta cómo puede lograrse que interrumpan su huelga de hambre, cuando es obvio que la forma normal de resolver el "problema" es que consuman alimentos, lo que está en su mano hacer y es muy fácil. ¿Con qué derecho extorsionan al país? Ellos delinquieron sabiendo las sanciones a que se exponían. Y han dejado de comer sabiendo el riesgo que corren. ¿Por qué el Gobierno, el Congreso, las Iglesias, los medios de comunicación y la ciudadanía tienen que buscar una solución a un problema que no existe, pues basta que ellos decidan alimentarse? Es que esto sólo es posible en una sociedad cuyo entendimiento se halla por completo obnubilado.
Una penosa tradición nacional que tampoco nadie, por supuesto, se atreve a criticar, es la de celebrar las fiestas patrias en medio de borracheras memorables. Por algo en Chile el sinónimo de estar bebido es "andar endieciochado". Pues bien, esta vez, con motivo del bicentenario, el dieciocho no sólo será sinónimo de ingestas excesivas, sino también de culminación de una cadena demagógica iniciada con la frustración de una iniciativa energética necesaria, seguida de un episodio de "ocio irrenunciable" y culminada con una extorsión terrorista que pone de rodillas al Gobierno, a los partidos, a la prensa y a las Iglesias, porque nadie tiene el coraje de decir algo tan sencillo como "si no quieren comer, la culpa es de ustedes y de nadie más", y punto.
Por supuesto, ese grado de "heroísmo" nadie alcanza a reunirlo en el Chile actual.
¡Gloriosa manera de celebrar el Bicentenario de la Independencia Nacional!
miércoles, 8 de septiembre de 2010
El Problema de los Incentivos
La gente "le toma el pulso" a los gobiernos. Cuando advierte que son "blandos" y ceden ante las presiones, la gente presiona, porque eso da dividendos. En este momento hay "huelgas de hambre" en Temuco y en Iquique, la primera de terroristas y la segunda de funcionarios de salud despedidos porque en los últimos dos años tomaron seis meses de licencias médicas. Los terroristas no quieren que se les aplique la Ley Antiterrorista, porque, pese a lo que dice el nombre de ésta, a los únicos que se les aplica es a uniformados que luchaban contra el terrorismo.
Sí, así ha sido. Los carabineros que dieron muerte a tres dirigentes de la asociación ilícita terrorista FPMR, fueron condenados a cadena perpetua según la Ley Antiterrorista y por constituir, esos carabineros, una asociación ilícita terrorista. Esto es tanto más peculiar cuanto que los verdaderos terroristas, los del Frente, dedicados a colocar bombas, incendiar vehículos y asesinar personas, han sido todos perdonados y la mayoría de ellos indemnizados. Están entre los que se llaman "víctimas de violaciones a los derechos humanos".
Hoy me sorprendí al leer en "La Segunda" que la dirigenta del Partido Socialista y abogada de derechos humanos, Pamela Pereira, fue recibida por el Presidente en La Moneda. Allí reveló que hace años, en el gobierno de Ricardo Lagos, Sebastián Piñera "me llamó por iniciativa propia para discutir sobre los temas de reparación en materia de derechos humanos. No es habitual en este país que te llamen por teléfono para discutir ese tipo de problemas, y a él le interesaba mejorar la reparación, pues la encontraba bastante miserable. Esa vez conversamos largamente por teléfono sobre los criterios para definir la reparación a las víctimas de violaciones a los derechos humanos". ¡Qué conmovedora generosidad con los recursos públicos para indemnizar a la extrema izquierda! Pregúntele usted al Presidente si alguna vez llamó a familiares de víctimas de atentados terroristas de izquierda, familiares que no han recibido siquiera una fracción mínima de los más de dos mil millones de dólares que hasta ahora se han destinado a reparar los daños inferidos al terrorismo extremista por impedirle su intento de establecer en Chile un gobierno totalitario. ¡Qué fantástico el personaje que fue colocando sus fichas donde le podían ser rentables políticamente!
Pero el problema es otro. Es el de los incentivos. Los gobiernos de la Concertación crearon el incentivo en el sentido de que tomarse por la violencia predios agrícolas en el sur conducía a que el Estado les regalara el respectivo fundo u otro cercano a los violentistas. Adivine usted el resultado: aumentaron la violencia y las tomas en el sur. La multimillonaria CONADI compró tierras caras y las repartió entre quienes amenazaban con la violencia, dejando defraudados a los que también querían tierras, pero no practicaban la violencia. Entonces ¿qué sucedió? Que creció la violencia. Ante el desborde de la misma, el poder judicial entró a actuar. Ya no quedaba más remedio, Y como se aplicaron las leyes a los terroristas, éstos comenzaron a caer a la cárcel. Entonces se han declarado en huelga de hambre.
Como el Gobierno es débil, la huelga de hambre prueba ser exitosa, y aquél cede y manda proyectos de ley para suavizar las leyes contra el terrorismo. Un incentivo para que persista el terrorismo.
Entonces la gente se da cuenta de que la huelga de hambre sirve para eludir la aplicación de las leyes, de modo que los funcionarios de hospitales despedidos por haber pasado la cuarta parte del tiempo sin trabajar, se declaran también en huelga de hambre para no ser despedidos.
Y como la violencia ha dado frutos, hasta en Pascua se dan cuenta y los habitantes de la isla se toman terrenos valiosos para que les sean adjudicados. El incentivo es doble, porque esos terrenos son ahora doblemente valiosos, pues la familia Schiess construyó en ellos un espléndido hotel. El gobierno "blando" conversa con los usurpadores, pues, tras haber expulsado a los primeros, las "tomas" del hotel de los Schiess se han repetido y a los nuevos tomadores la autoridad no se atreve a sacarlos.
Pero hay otros incentivos. La izquierda se ha dado cuenta de que hay un sector de chilenos que no practica la violencia (ni siquiera sale a la calle a protestar), ni se declara en huelga de hambre: los ex uniformados. Son centenares de presos y procesados políticos, víctimas de la justicia de izquierda. Se abusa tanto de ellos que Clara Szczaranski, una abogada de izquierda, ha dado a conocer públicamente la discriminación de que son víctimas los reos ex uniformados. Choca a su conciencia lo que un gobierno, supuestamente de centroderecha (por supuesto, no es verdad que lo sea) permite que se siga haciendo a esos presos políticos. Y como todo el mundo se ha dado cuenta de que se puede abusar de ellos sin que reaccionen, ahora se preparan más de mil juicios adicionales sobre hechos sucedidos hace más de 35 años, porque se ha creado otro incentivo: cuando la justicia de izquierda condena a un militar, después viene una demanda civil de indemnización de perjuicios y se obtienen centenares de millones de pesos. Se creó el incentivo y a eso ya no lo para nadie. Va a haber que ampliar las cárceles para los presos polìticos uniformados (son presos polìticos porque están condenados por razones polìticas y contrariando las leyes).
Hay todavía en la UDI una minoría de parlamentarios que se resiste a seguir cediendo frente a las extorsiones de la violencia explìcita o la implìcita, constíituida por las huelgas de hambre. Pero es una minoría y no tiene capacidad de oponerse a nada.
Los incentivos están dados. A ese respecto, nada ha cambiado respecto de los demás gobiernos de la Concertación. La gente ya le ha "tomado el pulso" a éste y lo único claro es que la violencia y las huelgas de hambre van a proliferar. Acuérdense.
Sí, así ha sido. Los carabineros que dieron muerte a tres dirigentes de la asociación ilícita terrorista FPMR, fueron condenados a cadena perpetua según la Ley Antiterrorista y por constituir, esos carabineros, una asociación ilícita terrorista. Esto es tanto más peculiar cuanto que los verdaderos terroristas, los del Frente, dedicados a colocar bombas, incendiar vehículos y asesinar personas, han sido todos perdonados y la mayoría de ellos indemnizados. Están entre los que se llaman "víctimas de violaciones a los derechos humanos".
Hoy me sorprendí al leer en "La Segunda" que la dirigenta del Partido Socialista y abogada de derechos humanos, Pamela Pereira, fue recibida por el Presidente en La Moneda. Allí reveló que hace años, en el gobierno de Ricardo Lagos, Sebastián Piñera "me llamó por iniciativa propia para discutir sobre los temas de reparación en materia de derechos humanos. No es habitual en este país que te llamen por teléfono para discutir ese tipo de problemas, y a él le interesaba mejorar la reparación, pues la encontraba bastante miserable. Esa vez conversamos largamente por teléfono sobre los criterios para definir la reparación a las víctimas de violaciones a los derechos humanos". ¡Qué conmovedora generosidad con los recursos públicos para indemnizar a la extrema izquierda! Pregúntele usted al Presidente si alguna vez llamó a familiares de víctimas de atentados terroristas de izquierda, familiares que no han recibido siquiera una fracción mínima de los más de dos mil millones de dólares que hasta ahora se han destinado a reparar los daños inferidos al terrorismo extremista por impedirle su intento de establecer en Chile un gobierno totalitario. ¡Qué fantástico el personaje que fue colocando sus fichas donde le podían ser rentables políticamente!
Pero el problema es otro. Es el de los incentivos. Los gobiernos de la Concertación crearon el incentivo en el sentido de que tomarse por la violencia predios agrícolas en el sur conducía a que el Estado les regalara el respectivo fundo u otro cercano a los violentistas. Adivine usted el resultado: aumentaron la violencia y las tomas en el sur. La multimillonaria CONADI compró tierras caras y las repartió entre quienes amenazaban con la violencia, dejando defraudados a los que también querían tierras, pero no practicaban la violencia. Entonces ¿qué sucedió? Que creció la violencia. Ante el desborde de la misma, el poder judicial entró a actuar. Ya no quedaba más remedio, Y como se aplicaron las leyes a los terroristas, éstos comenzaron a caer a la cárcel. Entonces se han declarado en huelga de hambre.
Como el Gobierno es débil, la huelga de hambre prueba ser exitosa, y aquél cede y manda proyectos de ley para suavizar las leyes contra el terrorismo. Un incentivo para que persista el terrorismo.
Entonces la gente se da cuenta de que la huelga de hambre sirve para eludir la aplicación de las leyes, de modo que los funcionarios de hospitales despedidos por haber pasado la cuarta parte del tiempo sin trabajar, se declaran también en huelga de hambre para no ser despedidos.
Y como la violencia ha dado frutos, hasta en Pascua se dan cuenta y los habitantes de la isla se toman terrenos valiosos para que les sean adjudicados. El incentivo es doble, porque esos terrenos son ahora doblemente valiosos, pues la familia Schiess construyó en ellos un espléndido hotel. El gobierno "blando" conversa con los usurpadores, pues, tras haber expulsado a los primeros, las "tomas" del hotel de los Schiess se han repetido y a los nuevos tomadores la autoridad no se atreve a sacarlos.
Pero hay otros incentivos. La izquierda se ha dado cuenta de que hay un sector de chilenos que no practica la violencia (ni siquiera sale a la calle a protestar), ni se declara en huelga de hambre: los ex uniformados. Son centenares de presos y procesados políticos, víctimas de la justicia de izquierda. Se abusa tanto de ellos que Clara Szczaranski, una abogada de izquierda, ha dado a conocer públicamente la discriminación de que son víctimas los reos ex uniformados. Choca a su conciencia lo que un gobierno, supuestamente de centroderecha (por supuesto, no es verdad que lo sea) permite que se siga haciendo a esos presos políticos. Y como todo el mundo se ha dado cuenta de que se puede abusar de ellos sin que reaccionen, ahora se preparan más de mil juicios adicionales sobre hechos sucedidos hace más de 35 años, porque se ha creado otro incentivo: cuando la justicia de izquierda condena a un militar, después viene una demanda civil de indemnización de perjuicios y se obtienen centenares de millones de pesos. Se creó el incentivo y a eso ya no lo para nadie. Va a haber que ampliar las cárceles para los presos polìticos uniformados (son presos polìticos porque están condenados por razones polìticas y contrariando las leyes).
Hay todavía en la UDI una minoría de parlamentarios que se resiste a seguir cediendo frente a las extorsiones de la violencia explìcita o la implìcita, constíituida por las huelgas de hambre. Pero es una minoría y no tiene capacidad de oponerse a nada.
Los incentivos están dados. A ese respecto, nada ha cambiado respecto de los demás gobiernos de la Concertación. La gente ya le ha "tomado el pulso" a éste y lo único claro es que la violencia y las huelgas de hambre van a proliferar. Acuérdense.
martes, 7 de septiembre de 2010
"Con Arreglo a la Ley"
Usted a lo mejor cree que es libre, pero no lo es. Si usted es legalista, me replicará que la Constitución dice que usted es libre y, por lo tanto, argumentará usted, "lo soy". Pero si quiere acordar libremente con otra persona la prestación de un servicio cualquiera, no puede. Luego, no es libre, aunque la Constitución diga que lo es. Pues en Chile dos personas no pueden acordar libremente que una trabaje en algo y la otra le remunere ese trabajo. Hay un Hermano Mayor que le dice:
"No, mi amigo, usted sólo puede llegar a ese acuerdo en los términos en que yo digo. Primero, no puede libremente acordar una remuneración; segundo, no puede convenir un horario de trabajo, sino que debe ceñirse al que yo he determinado; tercero, usted no puede quedarse con todo lo que se le paga por trabajar, pues una parte debe ir a financiar su jubilación, pues debe jubilar como yo digo y no como usted quiera; cuarto, usted debe darme parte de su plata a mí porque yo hago cosas en su beneficio, aunque usted no me las haya pedido, y yo necesito que alguien me las financie, y ese alguien es usted; quinto, yo soy el que dice cómo va a cuidar usted de su salud, así es que debe apartar otra cantidad de dinero que yo señalaré, para que usted atienda su salud en las instituciones que yo he permitido y no en otras; sexto, usted debe apartar otra suma por si sufre un accidente del trabajo, pues si usted se accidenta, soy yo el que va a determinar cómo se va a curar y dónde, mediante un seguro obligatorio, pues yo le prohíbo ser su propio asegurador; sexto, usted tampoco puede disponer libremente cómo terminará su relación de trabajo, pues yo he fijado requisitos para que usted tenga derecho a dejar de trabajar, y no me importa lo que usted piense acerca de si son buenos, justos o convenientes, y además yo he fijado el pago que se le debe hacer a usted si se pone término a su labor".
Pero ¿cómo puede el Hermano Mayor contradecir tan flagrantemente la Constitución? Porque ésta, aparte de que la hace el mismo Hermano Mayor, siempr le da a éste una forma de burlarla, al agregar una frase muy conveniente para él: "con arreglo a la ley", y esa ley la hace el mismo Hermano Mayor y muchas veces le quita a usted la libertad que la Constitución dice garantizarle. Es "la letra chica" con que se protege el Hermano Mayor.
Entonces ¿usted todavía cree que tiene libertad de trabajo? Si la respuesta es "sí", le voy a dar una mala noticia: el 18,19 y 20 de septiembre va a tener todavía menos libertad, no sólo para trabajar, sino hasta para comprar o vender, porque el Hermano Mayor está preparándose para ordenar que NINGÚN COMERCIO PUEDE VENDER NADA EN ESOS DÍAS.
Esa medida es tremendamente perjudicial para casi todos: los que producen, porque van a ver disminuida la demanda por sus productos; los que comercian, porque van a dejar de vender tres días; los que consumen, porque no van a poder comprar en esos días. ¿Quiénes son los únicos felices? ¿Qui bono?, como pregunté en un blog de hace un par de días, es decir ¿quién gana con esto? Usted los vio en la tele: unos energúmenos que estaban en las tribunas del Senado vociferando contra los senadores que no querían hacerles inmediatamente un regalo. Pues, en efecto, los que ganan son los trabajadores del comercio QUE RECIBIRÁN SUS SUELDOS DURANTE TRES DÍAS SIN TRABAJAR.
Pero será una ganancia efímera porque, fíjese, hay un axioma que dice: "el mercado es más fuerte". Hasta el comerciante más "caído del catre" se dará cuenta de que la remuneración que les paga a sus dependientes ahora es por menos días de trabajo, así es que, como ningún comerciante es tonto, poco a poco va a ir reduciendo esa remuneración o aumentando la carga de trabajo como pueda, hasta que aquélla refleje el hecho de que trabajan tres días menos, el 18, 19 y 20 de septiembre. Y así todo volverá a la normalidad del equilibrio. Los dependientes creerán que están trabajando menos con el mismo sueldo de antes, pero poco a poco ese sueldo y/o su carga de trabajo se van a ir ajustando exactamente al hecho de que trabajan tres días menos. No sé cuánto tomará eso, pero sì sé que sucederá. Y entonces resultará que serán los propios empleados del comercio los que pagarán el costo de los tres días en que no trabajarán cada año. Milton Friedman dijo: "el almuerzo gratis no existe" y ésta es una ley básica de la economía.
En conclusión, usted no es libre, como se lo asegura la Constitución; y, segundo, si usted no es empleado de comercio, tendrá todavía menos libertad después de la ley que obligará a cerrar el 18, 19 y 20; y si usted es empleado de comercio, le garantizo que tal vez por este año gane tres días de sueldo más que antes, sin trabajar, pero que muy luego su sueldo líquido se va a ajustar a la baja, o su carga de trabajo al alza, es decir, a la realidad de que usted produce menos y trabaja tres días menos al año. Porque "el mercado es màs fuerte". Y porque "el almuerzo gratis no existe". Siempre lo paga alguien, aunque, "con arreglo a la ley", se diga que no.
"No, mi amigo, usted sólo puede llegar a ese acuerdo en los términos en que yo digo. Primero, no puede libremente acordar una remuneración; segundo, no puede convenir un horario de trabajo, sino que debe ceñirse al que yo he determinado; tercero, usted no puede quedarse con todo lo que se le paga por trabajar, pues una parte debe ir a financiar su jubilación, pues debe jubilar como yo digo y no como usted quiera; cuarto, usted debe darme parte de su plata a mí porque yo hago cosas en su beneficio, aunque usted no me las haya pedido, y yo necesito que alguien me las financie, y ese alguien es usted; quinto, yo soy el que dice cómo va a cuidar usted de su salud, así es que debe apartar otra cantidad de dinero que yo señalaré, para que usted atienda su salud en las instituciones que yo he permitido y no en otras; sexto, usted debe apartar otra suma por si sufre un accidente del trabajo, pues si usted se accidenta, soy yo el que va a determinar cómo se va a curar y dónde, mediante un seguro obligatorio, pues yo le prohíbo ser su propio asegurador; sexto, usted tampoco puede disponer libremente cómo terminará su relación de trabajo, pues yo he fijado requisitos para que usted tenga derecho a dejar de trabajar, y no me importa lo que usted piense acerca de si son buenos, justos o convenientes, y además yo he fijado el pago que se le debe hacer a usted si se pone término a su labor".
Pero ¿cómo puede el Hermano Mayor contradecir tan flagrantemente la Constitución? Porque ésta, aparte de que la hace el mismo Hermano Mayor, siempr le da a éste una forma de burlarla, al agregar una frase muy conveniente para él: "con arreglo a la ley", y esa ley la hace el mismo Hermano Mayor y muchas veces le quita a usted la libertad que la Constitución dice garantizarle. Es "la letra chica" con que se protege el Hermano Mayor.
Entonces ¿usted todavía cree que tiene libertad de trabajo? Si la respuesta es "sí", le voy a dar una mala noticia: el 18,19 y 20 de septiembre va a tener todavía menos libertad, no sólo para trabajar, sino hasta para comprar o vender, porque el Hermano Mayor está preparándose para ordenar que NINGÚN COMERCIO PUEDE VENDER NADA EN ESOS DÍAS.
Esa medida es tremendamente perjudicial para casi todos: los que producen, porque van a ver disminuida la demanda por sus productos; los que comercian, porque van a dejar de vender tres días; los que consumen, porque no van a poder comprar en esos días. ¿Quiénes son los únicos felices? ¿Qui bono?, como pregunté en un blog de hace un par de días, es decir ¿quién gana con esto? Usted los vio en la tele: unos energúmenos que estaban en las tribunas del Senado vociferando contra los senadores que no querían hacerles inmediatamente un regalo. Pues, en efecto, los que ganan son los trabajadores del comercio QUE RECIBIRÁN SUS SUELDOS DURANTE TRES DÍAS SIN TRABAJAR.
Pero será una ganancia efímera porque, fíjese, hay un axioma que dice: "el mercado es más fuerte". Hasta el comerciante más "caído del catre" se dará cuenta de que la remuneración que les paga a sus dependientes ahora es por menos días de trabajo, así es que, como ningún comerciante es tonto, poco a poco va a ir reduciendo esa remuneración o aumentando la carga de trabajo como pueda, hasta que aquélla refleje el hecho de que trabajan tres días menos, el 18, 19 y 20 de septiembre. Y así todo volverá a la normalidad del equilibrio. Los dependientes creerán que están trabajando menos con el mismo sueldo de antes, pero poco a poco ese sueldo y/o su carga de trabajo se van a ir ajustando exactamente al hecho de que trabajan tres días menos. No sé cuánto tomará eso, pero sì sé que sucederá. Y entonces resultará que serán los propios empleados del comercio los que pagarán el costo de los tres días en que no trabajarán cada año. Milton Friedman dijo: "el almuerzo gratis no existe" y ésta es una ley básica de la economía.
En conclusión, usted no es libre, como se lo asegura la Constitución; y, segundo, si usted no es empleado de comercio, tendrá todavía menos libertad después de la ley que obligará a cerrar el 18, 19 y 20; y si usted es empleado de comercio, le garantizo que tal vez por este año gane tres días de sueldo más que antes, sin trabajar, pero que muy luego su sueldo líquido se va a ajustar a la baja, o su carga de trabajo al alza, es decir, a la realidad de que usted produce menos y trabaja tres días menos al año. Porque "el mercado es màs fuerte". Y porque "el almuerzo gratis no existe". Siempre lo paga alguien, aunque, "con arreglo a la ley", se diga que no.
lunes, 6 de septiembre de 2010
¿Novedad? Ninguna
A raíz de las declaraciones del terrorista Hernández Norambuena, uno de los responsables del asesinato de Jaime Guzmán, ha vuelto a quedar en tela de juicio la Concertación, no sólo por su incapacidad de hacer efectivo el castigo a los autores del crimen, sino como responsable de acciones u omisiones que les han permitido a todos ellos quedar en la impunidad (pues el único preso lo está en Brasil y por un secuestro cometido allá; no es aventurado suponer que si lo hubiera perpetrado en Chile también estaría libre).
Ahora se ha publicado el contenido de las actas del Consejo de Defensa del Estado (CDE) en que una mayoría de consejeros votó en contra de apelar a la sentencia de la Corte de Apelaciones que liberó de responsabilidad al Director de Investigaciones que ocultó a la justicia una filmación de los responsables del asesinato del senador y al jefe de la oficina de seguridad del gobierno de Aylwin, por ocultar los antecedentes de un traslado de armas de los terroristas. El mismo CDE, tan severo para adherir a todas las acciones contra ex uniformados, en circunstancias que su obligación era, precisamente, no colaborar al éxito de ellas, porque su misión es defender al Estado y todas esas acciones terminaban en demandas cuantiosas contra éste. Pero en el caso Guzmán, donde fue asesinado un senador, miembro de un poder del Estado, el Consejo de Defensa de éste se abstuvo de perseguir responsabilidades.
Poco se ha recordado en estos días la sospechosa fuga de la Cárcel de Alta Seguridad de los asesinos de Guzmán, todos del FPMR. A ese respecto, reproduzco la versión de un funcionario de Gendarmería acerca de hechos anteriores a esa fuga: 1) A los vigilantes del sector les cambiaron las armas, que tenían un alcance de 400 metros, por otras con alcance de 20 metros; 2) Las rondas que se hacían cada 5 minutos, se ampliaron a 15 minutos; 3) Cambiaron los gendarmes antiguos por otros recién egresados, que sólo atinaron a refugiarse cuando desde el helicóptero en que se fugaron los reos se disparó a la guardia. Y, 4) Lo más increíble, Emmanuelle Verhoeven, contratada por Gendarmería para prestar ayuda sicológica a los reos terroristas, era la "comandante Ana", miembro del FPMR y pareja de uno de los jefes de éste, Galvarino Apablaza, participante del crimen de Guzmán, que hoy goza de la protección del gobierno en Argentina, donde vive perfectamente libre (ver detalles y fuentes en p. 370 y sigtes. de mi libro "Terapia para Cerebros Lavados", El Mercurio-Aguilar, 2008).
¿Alguna novedad, entonces, acerca de la responsabilidad de la Concertación en la completa impunidad del asesinato del senador Jaime Guzmán? Por supuesto, ninguna. Los mismos que indultaron a TODOS los terroristas y han perseguido a los militares que lucharon contra ellos antes de 1990, han seguido tendiendo un manto de protección contra los primeros y persiguiendo a los segundos con posterioridad.
Ahora se ha publicado el contenido de las actas del Consejo de Defensa del Estado (CDE) en que una mayoría de consejeros votó en contra de apelar a la sentencia de la Corte de Apelaciones que liberó de responsabilidad al Director de Investigaciones que ocultó a la justicia una filmación de los responsables del asesinato del senador y al jefe de la oficina de seguridad del gobierno de Aylwin, por ocultar los antecedentes de un traslado de armas de los terroristas. El mismo CDE, tan severo para adherir a todas las acciones contra ex uniformados, en circunstancias que su obligación era, precisamente, no colaborar al éxito de ellas, porque su misión es defender al Estado y todas esas acciones terminaban en demandas cuantiosas contra éste. Pero en el caso Guzmán, donde fue asesinado un senador, miembro de un poder del Estado, el Consejo de Defensa de éste se abstuvo de perseguir responsabilidades.
Poco se ha recordado en estos días la sospechosa fuga de la Cárcel de Alta Seguridad de los asesinos de Guzmán, todos del FPMR. A ese respecto, reproduzco la versión de un funcionario de Gendarmería acerca de hechos anteriores a esa fuga: 1) A los vigilantes del sector les cambiaron las armas, que tenían un alcance de 400 metros, por otras con alcance de 20 metros; 2) Las rondas que se hacían cada 5 minutos, se ampliaron a 15 minutos; 3) Cambiaron los gendarmes antiguos por otros recién egresados, que sólo atinaron a refugiarse cuando desde el helicóptero en que se fugaron los reos se disparó a la guardia. Y, 4) Lo más increíble, Emmanuelle Verhoeven, contratada por Gendarmería para prestar ayuda sicológica a los reos terroristas, era la "comandante Ana", miembro del FPMR y pareja de uno de los jefes de éste, Galvarino Apablaza, participante del crimen de Guzmán, que hoy goza de la protección del gobierno en Argentina, donde vive perfectamente libre (ver detalles y fuentes en p. 370 y sigtes. de mi libro "Terapia para Cerebros Lavados", El Mercurio-Aguilar, 2008).
¿Alguna novedad, entonces, acerca de la responsabilidad de la Concertación en la completa impunidad del asesinato del senador Jaime Guzmán? Por supuesto, ninguna. Los mismos que indultaron a TODOS los terroristas y han perseguido a los militares que lucharon contra ellos antes de 1990, han seguido tendiendo un manto de protección contra los primeros y persiguiendo a los segundos con posterioridad.
domingo, 5 de septiembre de 2010
Estadistas vs. Demagogos
Leyendo un artículo de Hernán Büchi en "El Mercurio" de hoy recordé cuando, hace pocos años, al inicio del gobierno Bachelet, la UDI organizó una cena en Casapiedra, a la cual concurrió mucha gente y cuyo orador principal fue el ex Ministro. Muchos concurrentes pensamos, con entusiasmo, que el partido al cual siempre le habíamos dado nuestro voto impulsaría, en la siguiente elección presidencial, la candidatura de Büchi, que tiene dotes superiores de estadista, aunque no de demagogo. Y yo me dije lo que me he dicho siempre, que el deber político con nuestra Patria, que todos tenemos, es el de procurar que sean Presidentes los mejores estadistas y no simplemente los mejores demagogos, que recorren el país haciendo promesas con el solo objeto de alcanzar el poder para satisfacer su ambición personal.
Büchi tal vez no quiso nunca ser candidato, como supusimos que lo sería por haber aceptado hablar como orador principal esa noche. Hoy prueba en ese artículo cuán lamentable fue su renuencia.
Y, en concreto, su artículo acredita la necesidad nacional de que la central desechada fuera construida y, además, que dicha central Barrancones puede salvar vidas en su región y mejorar la condición de la gente más pobre, probablemente sin sacrificar un solo pingüino, porque la actual tecnología permite plantas térmicas mucho menos contaminantes que las antiguas.
De hecho, yo voy a una casa que está a menos de 25 kilómetros de tres refinerías que usan carbón y una planta eléctrica térmica, y nunca habría sabido que existían si no lo hubiera leído en los diarios, pues a esa distancia no producen ningún efecto contaminante.
Pero entre nosotros se ha impuesto la consigna sobre la verdad. Ha triunfado la demagogia y se ha prohibido la central que habría dado trabajo en la zona, habría permitido la construcción de caminos pavimentados y tener electricidad a hogares pobres y posiblemente vehículos para trasladar a sus niños enfermos a un hospital.
La imagen de un pingüino muerto, falsa, porque no iba a morir por la existencia de la central; los desórdenes callejeros de los ecologistas divulgados por televisión y las consignas acostumbradas, han podido más que la necesidad del país de duplicar su capacidad de generación cada diez años, para sacar a más gente de la pobreza y permitirle tener caminos, luz, y vehículos para acercarla a la civilización.
Una vez más ha triunfado la demagogia sobre el buen gobierno. Y una vez más he lamentado que en la última elección los sectores que saben distinguir entre el interés superior del país y el de ganar el Gobierno a cualquier precio no hayan podido estar representados.
El episodio de Barrancones deja en evidencia cuál ha sido el costo social de eso.
Büchi tal vez no quiso nunca ser candidato, como supusimos que lo sería por haber aceptado hablar como orador principal esa noche. Hoy prueba en ese artículo cuán lamentable fue su renuencia.
Y, en concreto, su artículo acredita la necesidad nacional de que la central desechada fuera construida y, además, que dicha central Barrancones puede salvar vidas en su región y mejorar la condición de la gente más pobre, probablemente sin sacrificar un solo pingüino, porque la actual tecnología permite plantas térmicas mucho menos contaminantes que las antiguas.
De hecho, yo voy a una casa que está a menos de 25 kilómetros de tres refinerías que usan carbón y una planta eléctrica térmica, y nunca habría sabido que existían si no lo hubiera leído en los diarios, pues a esa distancia no producen ningún efecto contaminante.
Pero entre nosotros se ha impuesto la consigna sobre la verdad. Ha triunfado la demagogia y se ha prohibido la central que habría dado trabajo en la zona, habría permitido la construcción de caminos pavimentados y tener electricidad a hogares pobres y posiblemente vehículos para trasladar a sus niños enfermos a un hospital.
La imagen de un pingüino muerto, falsa, porque no iba a morir por la existencia de la central; los desórdenes callejeros de los ecologistas divulgados por televisión y las consignas acostumbradas, han podido más que la necesidad del país de duplicar su capacidad de generación cada diez años, para sacar a más gente de la pobreza y permitirle tener caminos, luz, y vehículos para acercarla a la civilización.
Una vez más ha triunfado la demagogia sobre el buen gobierno. Y una vez más he lamentado que en la última elección los sectores que saben distinguir entre el interés superior del país y el de ganar el Gobierno a cualquier precio no hayan podido estar representados.
El episodio de Barrancones deja en evidencia cuál ha sido el costo social de eso.
sábado, 4 de septiembre de 2010
¿Qui Bono?
Tengo un amigo que frente a cualquier iniciativa de ley (y también de otras de nivel gubernativo) pregunta: ¿qui bono?, es decir, ¿quién gana con eso?
Porque el interés general es una entidad de la cual pocos o nadie se preocupa, pero los intereses particulares sí preocupan y movilizan a los que buscan una ganancia personal.
En días pasados se aprobó en la Cámara un proyecto que obliga a las radioemisoras a transmitir un 20 por ciento de música chilena. ¿Qui Bono?, ¿quién gana con eso? Por supuesto, los autores e intérpretes de música chilena a quienes las radios deben pagar derechos de autor.
Yo he escrito trece libros, algunos de los cuales estimo que se leen menos de lo que yo habría deseado. Entonces me encantaría que se dictara una ley que dijera que por cada cinco libros vendidos en una librería, uno debería ser de Hermógenes Pérez de Arce. Yo ganaría mucho dinero y tendría un gran incentivo para escribir más libros, aunque fueran peores que los anteriores y menos gente quisiera leerlos, porque habría aparecido un mercado cautivo para garantizar la venta de ellos.
En Chile cada ciudadano quiere tener su propio monopolito. Rara vez las asociaciones gremiales se preocupan de otra cosa que de impedir la competencia, para preservar los ingresos de sus asociados. Los médicos se han destacado en eso, porque han conseguido prohibir la venta de fármacos sin receta médica en la mayor medida posible. Y también consiguieron que los instructivos sobre los medicamentos que venían dentro de los envases fueran suprimidos, para que la gente no pudiera informarse sobre ellos. Los dirigentes de los médicos dijeron que eso lo hacían para proteger la salud de la población y evitar que se automedique, y de ninguna manera para obligar a la gente a ir a sus consultas en busca de una receta, pagando cuarenta o más miles de pesos. Pero si hubiera sido tanta su preocupación por la salud de la gente no habrían pedido que se suprimiera los folletos con descripción y advertencias en los envases de los remedios, pues sirven para proteger la salud de las personas.
Los abogados hacen lo mismo, impidiendo que una serie de diligencias que cualquier persona podría hacer en tribunales o notarías sea realizada sin el patrocinio de un abogado. Los periodistas han creado una serie de trabas para que la gente pueda escribir en los diarios o actuar en las radios. Todas esas restricciones aumentan los ingresos de los respectivos profesionales, médicos, abogados y periodistas, porque crean mercados cautivos, gente obligada a recurrir a ellos, pagándoles por algo que podrían hacer o conseguir por sí mismas. Pero los que obtienen las restricciones monopólicas nunca confiesan que lo hacen para aumentar sus ingresos, sino que dicen hacerlo para proteger a la gente.
Bueno, ahora los músicos e intérpretes chilenos quieren protogernos de oír música extranjera. No es que quieran ganar más, no, por supuesto. Lo hacen por patriotismo, para que la música chilena se interprete y oiga más, aunque sea a la fuerza, ya que de otra manera la gente no querría escucharla.
Nuestro país está estructurado sobre la base de numerosas prohibiciones que benefician a grupos en perjuicio del interés general, que tiene pocos defensores, pues está muy diluído entre mucha gente, mientras los intereses particulares que terminan imponiéndose están concentrados y representan subidas ganancias para pocas personas, que, no oibstante, dicen hablar y actuar en nombre de algún noble principio ("defendamos la música chilena") pero que en el hecho están lucrando gracias a una restricción de la libertad de elegir de todos los demás.
Porque el interés general es una entidad de la cual pocos o nadie se preocupa, pero los intereses particulares sí preocupan y movilizan a los que buscan una ganancia personal.
En días pasados se aprobó en la Cámara un proyecto que obliga a las radioemisoras a transmitir un 20 por ciento de música chilena. ¿Qui Bono?, ¿quién gana con eso? Por supuesto, los autores e intérpretes de música chilena a quienes las radios deben pagar derechos de autor.
Yo he escrito trece libros, algunos de los cuales estimo que se leen menos de lo que yo habría deseado. Entonces me encantaría que se dictara una ley que dijera que por cada cinco libros vendidos en una librería, uno debería ser de Hermógenes Pérez de Arce. Yo ganaría mucho dinero y tendría un gran incentivo para escribir más libros, aunque fueran peores que los anteriores y menos gente quisiera leerlos, porque habría aparecido un mercado cautivo para garantizar la venta de ellos.
En Chile cada ciudadano quiere tener su propio monopolito. Rara vez las asociaciones gremiales se preocupan de otra cosa que de impedir la competencia, para preservar los ingresos de sus asociados. Los médicos se han destacado en eso, porque han conseguido prohibir la venta de fármacos sin receta médica en la mayor medida posible. Y también consiguieron que los instructivos sobre los medicamentos que venían dentro de los envases fueran suprimidos, para que la gente no pudiera informarse sobre ellos. Los dirigentes de los médicos dijeron que eso lo hacían para proteger la salud de la población y evitar que se automedique, y de ninguna manera para obligar a la gente a ir a sus consultas en busca de una receta, pagando cuarenta o más miles de pesos. Pero si hubiera sido tanta su preocupación por la salud de la gente no habrían pedido que se suprimiera los folletos con descripción y advertencias en los envases de los remedios, pues sirven para proteger la salud de las personas.
Los abogados hacen lo mismo, impidiendo que una serie de diligencias que cualquier persona podría hacer en tribunales o notarías sea realizada sin el patrocinio de un abogado. Los periodistas han creado una serie de trabas para que la gente pueda escribir en los diarios o actuar en las radios. Todas esas restricciones aumentan los ingresos de los respectivos profesionales, médicos, abogados y periodistas, porque crean mercados cautivos, gente obligada a recurrir a ellos, pagándoles por algo que podrían hacer o conseguir por sí mismas. Pero los que obtienen las restricciones monopólicas nunca confiesan que lo hacen para aumentar sus ingresos, sino que dicen hacerlo para proteger a la gente.
Bueno, ahora los músicos e intérpretes chilenos quieren protogernos de oír música extranjera. No es que quieran ganar más, no, por supuesto. Lo hacen por patriotismo, para que la música chilena se interprete y oiga más, aunque sea a la fuerza, ya que de otra manera la gente no querría escucharla.
Nuestro país está estructurado sobre la base de numerosas prohibiciones que benefician a grupos en perjuicio del interés general, que tiene pocos defensores, pues está muy diluído entre mucha gente, mientras los intereses particulares que terminan imponiéndose están concentrados y representan subidas ganancias para pocas personas, que, no oibstante, dicen hablar y actuar en nombre de algún noble principio ("defendamos la música chilena") pero que en el hecho están lucrando gracias a una restricción de la libertad de elegir de todos los demás.
viernes, 3 de septiembre de 2010
Un Presidente Débil
Frente a la huelga de hambre de 32 terroristas, el Presidente comienza a dar crecientes señales de debilidad. Los terroristas han recurrido a la herramienta más conocida para amedrentar a los gobiernos débiles: la huelga de hambre. La opinión pública, en general, y la chilena, en particular, es tan manipulable por parte de quienes están detrás del terrorismo, que pierde de vista completamente el sentido común y la naturaleza de las cosas.
Cuando alguien deja voluntariamente de alimentarse, es obvio que tiene en sus manos la solución para cualquier amenaza que de ello surja contra su vida o salud. Le bastará con alimentarse. Pero en el caso de los 32 procesados por terrorismo NADIE dice eso, que es tan obvio y de sentido común. Todos empiezan a apuntar hacia donde saben que está el punto débil: la autoridad. Y ahora el Presidente, entonces, anuncia que accederá a aspiraciones de los procesados, como la de sacar del conocimiento de la Justicia Militar los delitos terroristas que han cometido, cuando justamente el legislador los puso bajo la tuición de ella porque es más severa y menos susceptible de politización y más resistente a las presiones políticas y propagandísticas de quienes siempre han estado detrás del terrorismo, y lo están una vez màs.
Y la segunda muestra de debilidad la da el Presidente al decir que, además de lo anterior, suavizará la Ley Antiterrorista. Pésima señal, pues cuando hay una evidente y generalizada amenaza de violencia en el sur, justamente lo que se requiere es enfrentarla con la mayor energía disponible, y no debilitando los mecanismos de defensa social.
Ya por demagogia el actual Jefe del Estado les ha prometido a los grupos indigenistas que va a reconocerles un estatuto constitucional, como si fueran una nacionalidad separada. Chile es y ha sido siempre un país unitario, sin distingos de razas ni de nacionalidades diferentes de la chilena, y en ese sentido hemos desarrollado una homogeneidad social ejemplar. La promesa del Presidente debilita ese fundamento básico de la república.
E incurriendo en una confusión que sólo puede provenir de una mente obnubilada por el populismo, ha comparado la situación de los terroristas en huelga de hambre por su propia voluntad con la de los mineros sepultados bajo tierra por un trágico accidente. "Con la misma fuerza que hemos luchado para salvar la vida de los mineros --ha dicho-- vamos a tener la misma actitud para salvar la vida de quienes a través de la huelga de hambre puedan atentar contra su propia vida". Increíble renunciamiento a la lógica, al sentido común, al ejercicio de la autoridad del cual es responsable y al respeto a la legalidad.
Los huelguistas de hambre, en primer lugar, no debieron incurrir en conductas terroristas, si es que querían evitar el procesamiento y la condena; en segundo lugar, tienen en su mano en todo momento poner término a la amenaza para su salud y sus vidas; y, en tercer lugar, pretenden extorsionar al país. Lo que el Presidente ha expresado sólo significa ceder ante la extorsión, alentar el terrorismo y declarar públicamente la impotencia de la autoridad y las instituciones para hacer respetar el estado de derecho.
Cuando alguien deja voluntariamente de alimentarse, es obvio que tiene en sus manos la solución para cualquier amenaza que de ello surja contra su vida o salud. Le bastará con alimentarse. Pero en el caso de los 32 procesados por terrorismo NADIE dice eso, que es tan obvio y de sentido común. Todos empiezan a apuntar hacia donde saben que está el punto débil: la autoridad. Y ahora el Presidente, entonces, anuncia que accederá a aspiraciones de los procesados, como la de sacar del conocimiento de la Justicia Militar los delitos terroristas que han cometido, cuando justamente el legislador los puso bajo la tuición de ella porque es más severa y menos susceptible de politización y más resistente a las presiones políticas y propagandísticas de quienes siempre han estado detrás del terrorismo, y lo están una vez màs.
Y la segunda muestra de debilidad la da el Presidente al decir que, además de lo anterior, suavizará la Ley Antiterrorista. Pésima señal, pues cuando hay una evidente y generalizada amenaza de violencia en el sur, justamente lo que se requiere es enfrentarla con la mayor energía disponible, y no debilitando los mecanismos de defensa social.
Ya por demagogia el actual Jefe del Estado les ha prometido a los grupos indigenistas que va a reconocerles un estatuto constitucional, como si fueran una nacionalidad separada. Chile es y ha sido siempre un país unitario, sin distingos de razas ni de nacionalidades diferentes de la chilena, y en ese sentido hemos desarrollado una homogeneidad social ejemplar. La promesa del Presidente debilita ese fundamento básico de la república.
E incurriendo en una confusión que sólo puede provenir de una mente obnubilada por el populismo, ha comparado la situación de los terroristas en huelga de hambre por su propia voluntad con la de los mineros sepultados bajo tierra por un trágico accidente. "Con la misma fuerza que hemos luchado para salvar la vida de los mineros --ha dicho-- vamos a tener la misma actitud para salvar la vida de quienes a través de la huelga de hambre puedan atentar contra su propia vida". Increíble renunciamiento a la lógica, al sentido común, al ejercicio de la autoridad del cual es responsable y al respeto a la legalidad.
Los huelguistas de hambre, en primer lugar, no debieron incurrir en conductas terroristas, si es que querían evitar el procesamiento y la condena; en segundo lugar, tienen en su mano en todo momento poner término a la amenaza para su salud y sus vidas; y, en tercer lugar, pretenden extorsionar al país. Lo que el Presidente ha expresado sólo significa ceder ante la extorsión, alentar el terrorismo y declarar públicamente la impotencia de la autoridad y las instituciones para hacer respetar el estado de derecho.