El 1° de mayo siempre ha sido una fiesta de la izquierda y yo no entiendo por qué el convidado de honor no es, este año, el presidente Sebastián Pïñera, que ha puesto en vigor las siguientes aspiraciones izquierdistas:
1) Aumentó los impuestos a la renta. Siempre la izquierda ha querido que el Estado se adueñe de todo, o, en su defecto, de la mayor parte posible de la riqueza y los ingresos de los particulares. Sebastián Piñera, satisfaciendo ese anhelo, subió los impuestos a la renta y las contribuciones a los bienes raíces de más valor.
2) Él quiere privar a las fuerzas armadas de parte de los recursos que les han permitido estar muy bien pertrechadas, lo que ha hecho posible que los potenciales interesados en quedarse con parte de lo nuestro, que todos sabemos cuáles son, ni siquiera sueñen con intentarlo. La izquierda siempre ha aspirado a debilitar a las fuerzas armadas, primero, porque ellas han demostrado que nunca la dejarán cumplir su principal propósito, que es y siempre ha sido alcanzar el poder por la fuerza; y, segundo, porque anhelan repartirse los recursos para equipar a los uniformados y usarlos con fines electorales. Sebastián Piñera está impulsando la más antigua aspiración izquierdista a este respecto, que es la de suprimir el diez por ciento de las ventas de cobre para equipar a las fuerzas armadas.
3) Otra antigua aspiración izquierdista siempre fue la de gravar cada vez más a las empresas mineras, porque ellas son la principal fuente de inversión extranjera y de riqueza productiva del país, y a la izquierda no le interesa un país rico, porque en ese caso la ciudadanía no vota por ella sino por los que han posibilitado la riqueza interna. Por eso el royalty minero fue una idea de un pre-candidato presidencial del PC, Jorge Lavandero, que en un principio nadie consideró, ni siquiera el gobierno de Lagos, de centro-izquierda, porque tenía un ministro de hacienda que apreciaba el significado de tener ventajas comparativas en la captación de inversión minera. Pero después, en brazos de la presión izquierdista, se consagró. Ahora Sebastián Piñera, siempre deseoso de gozar del aplauso de la izquierda, propuso subir el royalty, y lo consiguió. Luego, habrá menos inversión minera que sin royalty o con uno más bajo, eso es obvio. Para captar un porcentaje adicional de las utilidades mineras, se ha renunciado a recibir el total de las inversiones que no se harán debido al royalty. Lindo negocio. Pero la izquierda, gracias a Piñera, consiguió parte de lo que quería.
4) También la izquierda siempre abominó del DFL 2, creado bajo el gobierno de Jorge Alessandri, porque dio gran impulso a la construcción, donde suelen encontrar trabajo los más pobres. Ella siempre se desesperó de que, gracias a las exenciones de impuestos del DFL 2, hubiera mucha construcción, millones de familias cumplieran "el sueño de la casa propia" y miles de inversionistas llevaran su dinero a esas construcciones para aprovechar las exenciones tributarias. Sebastián Piñera satisfizo en parte este antiguo sueño de la izquierda y quitó las exenciones a todo inversionista que tuviera más de dos viviendas DFL 2.
5) A la izquierda nunca le ha gustado el ahorro de los particulares, porque en él se alimenta la inversión, que crea empresas y da empleos, haciendo que la gente progrese materialmente. Si esto sucede, ella pierde votos. Por eso siempre propone castigar el ahorro. Sebastián Piñera creó impuestos sobre ahorros que estaban exentos y atraían a muchos inversionistas. Por esto también la izquierda debería estarle agradecida.
6) Otro sueño dorado de la izquierda chilena es el castigo a los militares, que cometieron el "crimen de lesa humanidad" de impedirle a ella tomar el poder por las armas. Sebastián Piñera ha sido escrupuloso en agravar las condiciones de la prisión política que sufren los militares, que, cuando están enfermos, deben ir a los hospitales engrillados y a los cuales ha negado indultos, incluso de carácter humanitario. Asimismo, ha olvidado sus promesas de velar por que se les apliquen las leyes vigentes. Precisamente porque no se les aplican son prisioneros políticos. Y su número sigue engrosándose, al punto de que ya hay hacinamiento en Punta Peuco, donde ellos mismos han debido construir celdas adicionales, porque Gendarmería no las levanta, debido a que el gobierno no le entrega recursos. Cualquiera puede comprobar lo anterior. Incumpliendo las respectivas promesas que antes de la elección presidencial hizo a los militares, Sebastián Piñera ha hecho felices a los izquierdistas.
7) Éstos aspiran a un Estado cada vez más grande. También Sebastián Piñera está cumpliendo este anhelo de ellos, creando nuevos ministerios e impulsando las reformas socialistas a la educación que harán todavía más grande al Leviatán que rige la enseñanza de los chilenos, con tres nuevas instituciones burocráticas que costarán 32 mil millones de pesos al año, cumpliendo así su promesa de un "Estado poderoso, que regule, controle y supervise". Es decir, un Estado como el que le gusta a la izquierda.
8) Un sueño de la CUT en particular y de la izquierda en general siempre ha sido controlar a los trabajadores e intervenir en la libre negociación de su trabajo por las personas libres. Esto lo ha conseguido a través de la existente legislación socialista del trabajo (que él ayudó a aprobar siendo senador), pero como ella arruinaría a las pequeñas empresas, se permite que éstas no queden sometidas a todas las limitaciones de las grandes. Por consiguiente, éstas, para dismunuir sus costos, han buscado dividir sus operaciones en empresas menores, para estar libres del control político y de las cargas económicas forzosas que ha discurrido el socialismo. Entonces, cada empresa menor tiene su RUT distinto, como es lógico. Por eso la izquierda siempre aspiró a que se castigara los "multiruts", porque al haber muchas empresas menores perdía el control sobre los trabajadores, no podía promover huelgas ni hacer política en las empresas. Sebastián Piñera ha satisfecho también este viejo sueño izquierdista y ha encargado a su ministra del Trabajo terminar con los "multiruts", es decir, impedir que las empresas grandes se libren del control político de la izquierda. Él merece ser homenajeado por ella también por esta razón.
Si esas ocho razones no son suficientes para hacer que la CUT invite a Sebastián Piñera a presidir el acto del 1° de mayo y a recibir un sentido homenaje de todos los partidos que la forman, quiere decir que son, simplemente, unos malagradecidos.
sábado, 30 de abril de 2011
viernes, 29 de abril de 2011
No Creo que Haya Sido Mala Fe
Hoy Sebastián Piñera fue a la celebración del 72° aniversario de la CORFO, y aprovechó para hacer un recuerdo de su padre, José, que trabajó en la entidad durante 36 años, entre 1941 y 1977 "con siete presidentes", dijo.
Explicó que en 1977 su padre había solidarizado con dos personas que fueron expulsadas del país por el Gobierno Militar, Jaime Castillo y Eugenio Velasco, y por eso se le puso término a sus servicios. No es raro que los gobiernos pongan término a los servicios de funcionarios de su confianza cuando éstos solidarizan con personas que piden que se vaya el gobierno al que esos funcionarios sirven.
Alguien ha querido ver una intención oculta del mandatario al decir que hubo "siete presidentes" entre 1941 y 1977, pues fueron ocho: Aguirre Cerda, Ríos, González Videla, Ibáñez, Alessandri, Frei, Allende y Pinochet. Aparentemente, dicen, habría negado la calidad de presidente a Pinochet. Una exclusión como la practicada en ese tradicional (aunque venido a menos), café "Torres", donde tienen todos los retratos de los presidentes de Chile, salvo el de un período: 1973-1990. En ese caso la mala fe es patente. Por eso los que fuimos partidarios del gobierno de ese período faltante y no nos hemos "dado vuelta la chaqueta", no vamos por ningún motivo a ese café. Lo que no debe causarle mayor perjuicio, porque a estas alturas los que no nos hemos "dado vuelta la chaqueta" somos muy pocos.
Pero yo no creo que en el dicho de hoy del presidente haya habido mala fe. Es simplemente otro error suyo. Él no es muy bueno para llevar cuentas ni tampoco para la historia. Tal vez contó siete donde había ocho, como cuando sacó la cuenta de los litros que necesitaba para llegar en helicóptero a Cobquecura y se le acabó la bencina a medio camino.
Tampoco hubo mala fe cuando prometió crear un millón de empleos en su gobierno de cuatro años, a razón de 200 mil empleos al año. Fue sólo otro error de cálculo. ¿Por qué no podría, entonces, con toda buena fe, contar siete presidentes cuando hubo ocho?
Además, la historia tampoco es su fuerte. Dijo que Robinson Crusoe había vivido en Juan Fernández, cosa que, señaló, "el escritor William Dafoe" había relatado en un libro. No fue Crusoe, sino Alexander Selkirk el que vivió allá, ni el actor Willem Dafoe escribió sobre eso, sino que lo hizo el escritor inglés Daniel Defoe. Un error, no mala fe.
Tampoco quiso ofender a Brasil cuando dijo que su capital era "Brasilea". Fue sólo otro error. O cuando dijo que formamos parte de una "galáctea" y no de una "galaxia".
En consecuencia, lo de esta mañana en la CORFO fue sólo otra de las que llaman "piñericosas", y el autor de las mismas no tuvo, creo, ningún ánimo de negar la condición de presidente de Augusto Pinochet, sobre todo si la mayoría de sus otrora partidarios fue la que hizo posible que Sebastián Piñera fuera elegido. ¿Cómo podría alguien pensar que tuvo el ánimo de ofender a esos votantes suyos? Tendría que ser muy malagradecido.
Explicó que en 1977 su padre había solidarizado con dos personas que fueron expulsadas del país por el Gobierno Militar, Jaime Castillo y Eugenio Velasco, y por eso se le puso término a sus servicios. No es raro que los gobiernos pongan término a los servicios de funcionarios de su confianza cuando éstos solidarizan con personas que piden que se vaya el gobierno al que esos funcionarios sirven.
Alguien ha querido ver una intención oculta del mandatario al decir que hubo "siete presidentes" entre 1941 y 1977, pues fueron ocho: Aguirre Cerda, Ríos, González Videla, Ibáñez, Alessandri, Frei, Allende y Pinochet. Aparentemente, dicen, habría negado la calidad de presidente a Pinochet. Una exclusión como la practicada en ese tradicional (aunque venido a menos), café "Torres", donde tienen todos los retratos de los presidentes de Chile, salvo el de un período: 1973-1990. En ese caso la mala fe es patente. Por eso los que fuimos partidarios del gobierno de ese período faltante y no nos hemos "dado vuelta la chaqueta", no vamos por ningún motivo a ese café. Lo que no debe causarle mayor perjuicio, porque a estas alturas los que no nos hemos "dado vuelta la chaqueta" somos muy pocos.
Pero yo no creo que en el dicho de hoy del presidente haya habido mala fe. Es simplemente otro error suyo. Él no es muy bueno para llevar cuentas ni tampoco para la historia. Tal vez contó siete donde había ocho, como cuando sacó la cuenta de los litros que necesitaba para llegar en helicóptero a Cobquecura y se le acabó la bencina a medio camino.
Tampoco hubo mala fe cuando prometió crear un millón de empleos en su gobierno de cuatro años, a razón de 200 mil empleos al año. Fue sólo otro error de cálculo. ¿Por qué no podría, entonces, con toda buena fe, contar siete presidentes cuando hubo ocho?
Además, la historia tampoco es su fuerte. Dijo que Robinson Crusoe había vivido en Juan Fernández, cosa que, señaló, "el escritor William Dafoe" había relatado en un libro. No fue Crusoe, sino Alexander Selkirk el que vivió allá, ni el actor Willem Dafoe escribió sobre eso, sino que lo hizo el escritor inglés Daniel Defoe. Un error, no mala fe.
Tampoco quiso ofender a Brasil cuando dijo que su capital era "Brasilea". Fue sólo otro error. O cuando dijo que formamos parte de una "galáctea" y no de una "galaxia".
En consecuencia, lo de esta mañana en la CORFO fue sólo otra de las que llaman "piñericosas", y el autor de las mismas no tuvo, creo, ningún ánimo de negar la condición de presidente de Augusto Pinochet, sobre todo si la mayoría de sus otrora partidarios fue la que hizo posible que Sebastián Piñera fuera elegido. ¿Cómo podría alguien pensar que tuvo el ánimo de ofender a esos votantes suyos? Tendría que ser muy malagradecido.
jueves, 28 de abril de 2011
Desperdicio de Tierras y de Gentes
Una de las inepcias más grandes que se le ha ocurrido al gobierno de Sebastián Piñera es la de dar reconocimiento constitucional a los llamados "pueblos originarios". Por suerte, en medio de tanto discurso y desplazamiento febril, se le ha olvidado hasta ahora concretarla.
Para empezar, los "pueblos originarios" somos todos los chilenos, porque "originario" significa "que extrae su origen de algún lugar", y todos los que hemos nacido en esta "larga y angosta faja de tierra" (¡qué poco original!) somos, por tanto, originarios de ella. Los mapuches, desde luego, sabidamente fueron invasores en su tiempo, así como después los invadieron a ellos los españoles; y después nos han ido invadiendo más españoles, alemanes, italianos, ingleses, palestinos, judíos, libaneses, sirios, árabes, croatas y, últimamente, peruanos, los hijos de los cuales, si nacen en Chile, son también originarios, como lo soy yo y probablemente usted.
En seguida, una de las "gracias" que tiene Chile es ser una nación unitaria y bastante homogénea, en el sentido de que todos los chilenos derivados de todas esas razas que he enumerado y de las que olvidé resultan ser bastante parecidos, hablan igual, son parecidamente mal educados e incluso se asemejan físicamante, porque no son ni muy blancos ni muy negros ni muy amarillos y a los que nacen rubios se les oscurece pronto el pelo y hasta he oído a alguno de ojos negros decir que los tenía azules cuando chico. Entonces, somos una nación cohesionada y es una tontería muy grande la de crear ahora divisionismos internos mediante una reforma constitucional como la que ha anunciado el presidente Sebastián Piñera.
Lo que hace falta es dejar de discriminar y dar libertad a los que llaman "pueblos originarios", porque hay 650 mil hectáreas de tierras valiosas en poder de grupos indígenas, a los cuales se les prohíbe venderlas; y hay un engendro ridículo creado por la nefasta Concertación, llamado CONADI, que les ha regalado otras 70 mil hectáreas más en estos años (datos publicados en "El Mercurio" de hoy), pero no se las ha regalado por ser hábiles en el trabajo de la tierra, sino por ser indígenas, y con el añadido de que no las pueden vender a quienes sí saben trabajar la tierra.
Lo que les conviene a los que llaman "pueblos originarios" es que los traten como iguales a los demás chilenos y les den libertad para vender sus tierras e irse a vivir a otra parte, si quieren, y si no quieren no, pero ya con eso tendrían un capital y podrían trabajar en lo que a cada uno se le ocurra, según sus capacidades, como sucede en las sociedades libres.
Y de paso así se terminarían los negociados hechos en la CONADI a costa del Estado (no resisto la tentación de volver a citar el caso del fundo "El Notro", que la CONADI compró en alto precio a su dueño, un próspero agricultor, y se lo dio a grupo de familias indígenas, que inmediatamente procedió a arrendárselo al antiguo dueño, que era el que sabía trabajar la tierra. Ganaron: 1) el antiguo dueño y 2) Los indígenas favorecidos, pero perdimos el resto de los chilenos, cuya plata fue derrochada en un negocio absurdo.)
Cuando les den libertad a los indígenas y se les considere iguales y plenamente capaces de disponer de lo suyo, muchos van a vender todas sus tierras; otros una parte y van a trabajar el resto, y todos van a estar mejor, porque tendrán un capital del cual hoy carecen. Y esas tierras van a pasar a estar bien trabajadas por quienes las compren o exploten, de modo que saldrá ganando el país.
De paso, se terminará solo "el problema indígena", porque los que hoy son "siervos de la gleba" van a convertirse en profesionales, empleados, obreros, empresarios o artistas, según sus aptitudes y van a vivir, como el resto de los chilenos, en el lugar que elijan y no en el que han sido obligados por una legislación absurda que el actual gobierno está tramando tornar más absurda aún.
Para empezar, los "pueblos originarios" somos todos los chilenos, porque "originario" significa "que extrae su origen de algún lugar", y todos los que hemos nacido en esta "larga y angosta faja de tierra" (¡qué poco original!) somos, por tanto, originarios de ella. Los mapuches, desde luego, sabidamente fueron invasores en su tiempo, así como después los invadieron a ellos los españoles; y después nos han ido invadiendo más españoles, alemanes, italianos, ingleses, palestinos, judíos, libaneses, sirios, árabes, croatas y, últimamente, peruanos, los hijos de los cuales, si nacen en Chile, son también originarios, como lo soy yo y probablemente usted.
En seguida, una de las "gracias" que tiene Chile es ser una nación unitaria y bastante homogénea, en el sentido de que todos los chilenos derivados de todas esas razas que he enumerado y de las que olvidé resultan ser bastante parecidos, hablan igual, son parecidamente mal educados e incluso se asemejan físicamante, porque no son ni muy blancos ni muy negros ni muy amarillos y a los que nacen rubios se les oscurece pronto el pelo y hasta he oído a alguno de ojos negros decir que los tenía azules cuando chico. Entonces, somos una nación cohesionada y es una tontería muy grande la de crear ahora divisionismos internos mediante una reforma constitucional como la que ha anunciado el presidente Sebastián Piñera.
Lo que hace falta es dejar de discriminar y dar libertad a los que llaman "pueblos originarios", porque hay 650 mil hectáreas de tierras valiosas en poder de grupos indígenas, a los cuales se les prohíbe venderlas; y hay un engendro ridículo creado por la nefasta Concertación, llamado CONADI, que les ha regalado otras 70 mil hectáreas más en estos años (datos publicados en "El Mercurio" de hoy), pero no se las ha regalado por ser hábiles en el trabajo de la tierra, sino por ser indígenas, y con el añadido de que no las pueden vender a quienes sí saben trabajar la tierra.
Lo que les conviene a los que llaman "pueblos originarios" es que los traten como iguales a los demás chilenos y les den libertad para vender sus tierras e irse a vivir a otra parte, si quieren, y si no quieren no, pero ya con eso tendrían un capital y podrían trabajar en lo que a cada uno se le ocurra, según sus capacidades, como sucede en las sociedades libres.
Y de paso así se terminarían los negociados hechos en la CONADI a costa del Estado (no resisto la tentación de volver a citar el caso del fundo "El Notro", que la CONADI compró en alto precio a su dueño, un próspero agricultor, y se lo dio a grupo de familias indígenas, que inmediatamente procedió a arrendárselo al antiguo dueño, que era el que sabía trabajar la tierra. Ganaron: 1) el antiguo dueño y 2) Los indígenas favorecidos, pero perdimos el resto de los chilenos, cuya plata fue derrochada en un negocio absurdo.)
Cuando les den libertad a los indígenas y se les considere iguales y plenamente capaces de disponer de lo suyo, muchos van a vender todas sus tierras; otros una parte y van a trabajar el resto, y todos van a estar mejor, porque tendrán un capital del cual hoy carecen. Y esas tierras van a pasar a estar bien trabajadas por quienes las compren o exploten, de modo que saldrá ganando el país.
De paso, se terminará solo "el problema indígena", porque los que hoy son "siervos de la gleba" van a convertirse en profesionales, empleados, obreros, empresarios o artistas, según sus aptitudes y van a vivir, como el resto de los chilenos, en el lugar que elijan y no en el que han sido obligados por una legislación absurda que el actual gobierno está tramando tornar más absurda aún.
miércoles, 27 de abril de 2011
Tal Vez No Debería Escribir Hoy...
...porque hay demasiados temas y esto puede terminar en "pot-pourri". Desde luego, algunos de mis temas favoritos, como los discursos del Presidente. Por ejemplo, el que ayer describía "La Segunda", en el curso del cual, en el sur, prometió que estaría terminado este otro año un puente que fue terminado el año pasado. ¿Quién documenta al Presidente? O el de hoy, cuando se apersonó en el entierro de Gonzalo Rojas y, por supuesto, habló, y no pudo evitar decir que el poeta había sido exiliado. Yo no creo que lo haya sido. El Gobierno Militar no exiliaba a nadie por escribir poesías. De hecho, el exilio, como política, no existió, aunque la leyenda izquierdista haya dado por establecido lo contrario. Lo que sucedía era que se buscaba a gente comprometida en la lucha armada y esa gente prefería, entonces, buscar asilo en embajadas para no caer presa, y el exilio terminaba siendo una concesión del gobierno para que esos asilados (para eludir la justicia o la acción de los servicios de seguridad) dejaran el país en lugar de ir a prisión o sufrir consecuencias peores, como las que en todas partes enfrentan los terroristas cuando combaten con las fuerzas de seguridad.
Además, si el Gobierno Militar no hubiera actuado contra los veinte mil guerrilleros que había en 1973, seguramente habría durado poco en el poder. Pero, así y todo, no actuaba contra los poetas ni los exiliaba. Por eso creo que el Jefe del Estado no fue prudente al hablar del exilio de Gonzalo Rojas, como no lo fue al ofrecer un puente que ya estaba terminado. Podría haberse informado mejor.
Y también me ha impresionado que los imputados por haber puesto una treintena de bombas terroristas hayan sido sacados de prisión por los tribunales superiores, siendo ellos, evidentemente, "un peligro para la sociedad". ¿Cuántas veces hemos visto que se les niega la libertad a ex-uniformados añosos y enfermos, por hechos de hace treinta o más años, amnistiados y prescritos, por considerarse a aquéllos "un peligro para la sociedad", siendo que en la vida corriente (antes y después de su lucha contra el extremismo) nunca han delinquido y han sido ciudadanos pacíficos?
Y ya ha surgido el lobby de defensa de los imputados por las bombas extremistas del último tiempo. El inefable monseñor Alfonso Baeza, tan implacable para demandar que se aprese a militares, como impenitente para pugnar por que se libere a terroristas, lo cual consiguió, por supuesto, respecto de todos los que estaban presos en 1991, ha retornado a la escena pública para proteger a los nuevos extremistas. Ahora los procesados por poner bombas están en "arresto domiciliario". El lema del Chile actual: terroristas fuera de la cárcel, militares dentro de la cárcel.
¿Y cómo no va a ser notable que el Partido Comunista, tan empeñado siempre en gravar a los empleadores con toda clase de cargas onerosas, resulte ahora siendo un incumplidor flagrante de todas esas normas, cuando tiene la calidad de empleador? Eso es simplemente fantástico.
Pero nunca tan fantástico como el regalo que nos ha hecho "Alejandro", lector de este blog, que ayer ha reproducido íntegra, en un comentario, la "Oda a Stalin" de Pablo Neruda, pieza poética que, a la luz de la historia conocida y comprobada, resulta ser francamente patética. Yo nunca la había leído entera. Y hoy, habiéndolo hecho ¿puede alguien sinceramente rendir culto a Neruda después de conocer esa poesía abyecta? "Alejandro" le ha prestado un servicio al país... y posiblemente también a la Humanidad, tan mayoritariamente enajenada de las verdades políticas. Si usted no ha leído ese poema, retroceda a los comentarios del blog de ayer y léalo. Se prestará un servicio a sí mismo(a).
En fin, tal vez sólo por eso valía la pena que escribiera hoy.
Además, si el Gobierno Militar no hubiera actuado contra los veinte mil guerrilleros que había en 1973, seguramente habría durado poco en el poder. Pero, así y todo, no actuaba contra los poetas ni los exiliaba. Por eso creo que el Jefe del Estado no fue prudente al hablar del exilio de Gonzalo Rojas, como no lo fue al ofrecer un puente que ya estaba terminado. Podría haberse informado mejor.
Y también me ha impresionado que los imputados por haber puesto una treintena de bombas terroristas hayan sido sacados de prisión por los tribunales superiores, siendo ellos, evidentemente, "un peligro para la sociedad". ¿Cuántas veces hemos visto que se les niega la libertad a ex-uniformados añosos y enfermos, por hechos de hace treinta o más años, amnistiados y prescritos, por considerarse a aquéllos "un peligro para la sociedad", siendo que en la vida corriente (antes y después de su lucha contra el extremismo) nunca han delinquido y han sido ciudadanos pacíficos?
Y ya ha surgido el lobby de defensa de los imputados por las bombas extremistas del último tiempo. El inefable monseñor Alfonso Baeza, tan implacable para demandar que se aprese a militares, como impenitente para pugnar por que se libere a terroristas, lo cual consiguió, por supuesto, respecto de todos los que estaban presos en 1991, ha retornado a la escena pública para proteger a los nuevos extremistas. Ahora los procesados por poner bombas están en "arresto domiciliario". El lema del Chile actual: terroristas fuera de la cárcel, militares dentro de la cárcel.
¿Y cómo no va a ser notable que el Partido Comunista, tan empeñado siempre en gravar a los empleadores con toda clase de cargas onerosas, resulte ahora siendo un incumplidor flagrante de todas esas normas, cuando tiene la calidad de empleador? Eso es simplemente fantástico.
Pero nunca tan fantástico como el regalo que nos ha hecho "Alejandro", lector de este blog, que ayer ha reproducido íntegra, en un comentario, la "Oda a Stalin" de Pablo Neruda, pieza poética que, a la luz de la historia conocida y comprobada, resulta ser francamente patética. Yo nunca la había leído entera. Y hoy, habiéndolo hecho ¿puede alguien sinceramente rendir culto a Neruda después de conocer esa poesía abyecta? "Alejandro" le ha prestado un servicio al país... y posiblemente también a la Humanidad, tan mayoritariamente enajenada de las verdades políticas. Si usted no ha leído ese poema, retroceda a los comentarios del blog de ayer y léalo. Se prestará un servicio a sí mismo(a).
En fin, tal vez sólo por eso valía la pena que escribiera hoy.
martes, 26 de abril de 2011
Franquezas de un Poeta
La buena poesía es un don del cielo. Gonzalo Rojas lo tenía. Pero se puede ser un gran poeta y no ser una buena persona. No era su caso, pero sí el de Neruda, no obstante haber sido canonizado en Chile y el mundo. Ya alguna vez puse las cosas en su lugar a ese respecto. Gonzalo Rojas derechamente opinaba que Neruda era una mala persona, como puede leerse en "El Mostrador" de hoy, donde se cita el libro "Todos Confesos", de Marcelo Mendoza, que contiene una notable entrevista a Rojas.
Éste afirma nunca haber adherido a un partido político, pero sin duda le hacía guiños a la izquierda. Muy humano: si eres poeta o escritor y no se los haces, no tienes destino, no te leen, no te comentan o, si lo hacen, será para hundirte..
Se dice que estuvo exiliado en 1973, pero no lo creo. Posiblemente se autoexilió, pero tuvo la mala idea de irse a Alemania Oriental, de modo que volvió pronto y ya en 1979 estaba de nuevo en Chile, prefiriendo "vivir los horrores de la dictadura". Porque en esos años ocurría una cosa muy curiosa: los escritores e intelectuales despotricaban contra el régimen militar, pero se venían a vivir acá, después de haber preferido Madrid, Roma o París durante el gobierno de izquierda que a ellos les gustaba. Claro, la vía chilena al socialismo había traído consigo el caos y la violencia. Había que hacer colas para todo, mientras que bajo la barbarie del régimen militar reinaba el orden y había de todo en las alacenas y los escaparates. Y a los escritores siempre les ha gustado tener tranquilidad y comer bien, de modo que se venían a "sufrir" acá.
Recuerdo que en 1979 hablé una vez por teléfono con Gonzalo Rojas, porque un escritor amigo mío había conseguido que le hiciera un prólogo a un libro que iba a editar en mi imprenta. Pero Rojas no tenía mucha disposición a alabarlo y me costó extraerle el prólogo. Sólo una gran pluma como la suya pudo salir del paso, dejando contento a mi amigo y, sin embargo, no elogiando su libro en absoluto.
En la cita publicada hoy en "El Mostrador", Rojas dice que Neruda era obsecuente y no disidente, como que se arregló para que bajo el gobierno autoritario de Carlos Ibáñez (1927) el hombre fuerte del régimen, su amigo Pablo Ramírez, lo mandara de cónsul a oriente. "Neruda era saca-cuentas y mala persona, rencoroso".
Dice que una vez le preguntaron cómo encontraba la poesía de Gonzalo Rojas y respondió: "Gonzalo no es malo, pero escribe poquito". Éste le mandó contestar: "Dile a Pablo que él es un genio, pero escribe demasiadito".
De Chile, Rojas dijo una vez que era "un país miedoso y mierdoso". Y viendo cómo casi todos acá se acomodan, transigen, disimulan y se dan vuelta la chaqueta, uno tiende a pensar que el poeta no dejaba de tener razón.
Éste afirma nunca haber adherido a un partido político, pero sin duda le hacía guiños a la izquierda. Muy humano: si eres poeta o escritor y no se los haces, no tienes destino, no te leen, no te comentan o, si lo hacen, será para hundirte..
Se dice que estuvo exiliado en 1973, pero no lo creo. Posiblemente se autoexilió, pero tuvo la mala idea de irse a Alemania Oriental, de modo que volvió pronto y ya en 1979 estaba de nuevo en Chile, prefiriendo "vivir los horrores de la dictadura". Porque en esos años ocurría una cosa muy curiosa: los escritores e intelectuales despotricaban contra el régimen militar, pero se venían a vivir acá, después de haber preferido Madrid, Roma o París durante el gobierno de izquierda que a ellos les gustaba. Claro, la vía chilena al socialismo había traído consigo el caos y la violencia. Había que hacer colas para todo, mientras que bajo la barbarie del régimen militar reinaba el orden y había de todo en las alacenas y los escaparates. Y a los escritores siempre les ha gustado tener tranquilidad y comer bien, de modo que se venían a "sufrir" acá.
Recuerdo que en 1979 hablé una vez por teléfono con Gonzalo Rojas, porque un escritor amigo mío había conseguido que le hiciera un prólogo a un libro que iba a editar en mi imprenta. Pero Rojas no tenía mucha disposición a alabarlo y me costó extraerle el prólogo. Sólo una gran pluma como la suya pudo salir del paso, dejando contento a mi amigo y, sin embargo, no elogiando su libro en absoluto.
En la cita publicada hoy en "El Mostrador", Rojas dice que Neruda era obsecuente y no disidente, como que se arregló para que bajo el gobierno autoritario de Carlos Ibáñez (1927) el hombre fuerte del régimen, su amigo Pablo Ramírez, lo mandara de cónsul a oriente. "Neruda era saca-cuentas y mala persona, rencoroso".
Dice que una vez le preguntaron cómo encontraba la poesía de Gonzalo Rojas y respondió: "Gonzalo no es malo, pero escribe poquito". Éste le mandó contestar: "Dile a Pablo que él es un genio, pero escribe demasiadito".
De Chile, Rojas dijo una vez que era "un país miedoso y mierdoso". Y viendo cómo casi todos acá se acomodan, transigen, disimulan y se dan vuelta la chaqueta, uno tiende a pensar que el poeta no dejaba de tener razón.
lunes, 25 de abril de 2011
"Peligro para la Sociedad"
Mientras distinguidos oficiales, y también uniformados de menor rango, que debieron enfrentar al terrorismo marxista, purgan condenas ilegales en distintos penales, y cuando solicitan las libertades a que tienen derecho ven que les son denegadas con el argumento de que ellos "son un peligro para la sociedad", 13 de los 17 terroristas del sur que atentaron contra un fiscal, cuyo vehículo recibió más de 300 impactos de escopeta, fueron absueltos y dejados en libertad.
El abogado Marcelo Elissalde, que se preocupa de estos temas, ha hecho ver que recientemente estos liberados han incendiado la casa de un "testigo protegido", cuyo testimonio permitió la condena de los cuatro terroristas por aquellos hechos. Además de incendiar la morada, apuñalaron a la cónyuge del referido testigo.
Pero la justicia los dejó libres. Para ella, esos trece no representan "un peligro para la sociedad".
Ahora, nos informa el abogado Elissalde, los cuatro condenados no sólo han presentado un recurso de nulidad del juicio, sino que han iniciado una "huelga de hambre líquida". El año pasado hicieron otra huelga de hambre, que "ablandó" al Gobierno y consiguió la no aplicación de la Ley Antiterrorista.
El flamante presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, el comunista Hugo Gutiérrez, que desde antiguo ha defendido a terroristas de extrema izquierda, ha tomado en sus manos ahora la defensa de los que cometen atentados en el sur. Gutiérrez debe su diputación a la DC, que le cedió un cupo, aparte de otros dos que permitieron llegar a la Cámara a un total de tres parlamentarios rojos, hoy protectores del terrorismo. Dichos parlamentarios fueron recibidos en La Moneda por el Presidente Piñera, que posó sonriente junto a ellos, según las fotografías publicadas en la prensa.
En juicios contra uniformados, en cambio, sí se les ha aplicado, en varios casos, la Ley Antiterrorista en su contra, para agravarles las condenas.
Este es un país muy peculiar: los terroristas no representan "un peligro para la sociedad", y quienes los han combatido, sí. Oficiales distinguidos, que en la vida normal nunca cometieron un delito, pero tuvieron el infortunio de ser asignados a combatir el terrorismo, están presos. En cambio, los que han hecho una profesión de cometer atentados, sólo excepcionalmente cumplen condena (cuatro de diecisiete imputados); tienen el privilegio de que se les apliquen las leyes más suaves y se dan el lujo de vengarse del testigo, supuestamente protegido, y no les sucede nada.
Y algunos sostienen que en Chile vivimos bajo un "estado de derecho".
El abogado Marcelo Elissalde, que se preocupa de estos temas, ha hecho ver que recientemente estos liberados han incendiado la casa de un "testigo protegido", cuyo testimonio permitió la condena de los cuatro terroristas por aquellos hechos. Además de incendiar la morada, apuñalaron a la cónyuge del referido testigo.
Pero la justicia los dejó libres. Para ella, esos trece no representan "un peligro para la sociedad".
Ahora, nos informa el abogado Elissalde, los cuatro condenados no sólo han presentado un recurso de nulidad del juicio, sino que han iniciado una "huelga de hambre líquida". El año pasado hicieron otra huelga de hambre, que "ablandó" al Gobierno y consiguió la no aplicación de la Ley Antiterrorista.
El flamante presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, el comunista Hugo Gutiérrez, que desde antiguo ha defendido a terroristas de extrema izquierda, ha tomado en sus manos ahora la defensa de los que cometen atentados en el sur. Gutiérrez debe su diputación a la DC, que le cedió un cupo, aparte de otros dos que permitieron llegar a la Cámara a un total de tres parlamentarios rojos, hoy protectores del terrorismo. Dichos parlamentarios fueron recibidos en La Moneda por el Presidente Piñera, que posó sonriente junto a ellos, según las fotografías publicadas en la prensa.
En juicios contra uniformados, en cambio, sí se les ha aplicado, en varios casos, la Ley Antiterrorista en su contra, para agravarles las condenas.
Este es un país muy peculiar: los terroristas no representan "un peligro para la sociedad", y quienes los han combatido, sí. Oficiales distinguidos, que en la vida normal nunca cometieron un delito, pero tuvieron el infortunio de ser asignados a combatir el terrorismo, están presos. En cambio, los que han hecho una profesión de cometer atentados, sólo excepcionalmente cumplen condena (cuatro de diecisiete imputados); tienen el privilegio de que se les apliquen las leyes más suaves y se dan el lujo de vengarse del testigo, supuestamente protegido, y no les sucede nada.
Y algunos sostienen que en Chile vivimos bajo un "estado de derecho".
domingo, 24 de abril de 2011
El Costo de Un Disparate
Si Chile logró salir relativamente bien parado de los desafíos internacionales que enfrentó en el siglo XX, fue gracias a que tuvo un Gobierno Militar que nos fortaleció bélicamente y a que había una norma que permitía destinar el diez por ciento de las ventas de cobre de la Gran Minería a mantener bien provistas y pertrechadas a nuestras fuerzas armadas.
El Gobierno Militar las reequipó y, gracias a eso, pudo enfrentar a pie firme el desafío reivindicacionista peruano de Velasco Alvarado en los '70, el posterior centenario de la Guerra del Pacífico, sin alteraciones; y los desafíos del expasionismo transandino, que pretendía "recuperar el territorio insular argentino" (es decir, las islas australes chilenas), por no mencionar la eterna letanía reivindicacionista boliviana, hoy renovada una vez más.
Si Chile no hubiera estado bien armado y si sus tropas no hubieran visto restablecida su eficacia bajo el Gobierno Militar, habríamos terminado el siglo XX con muchos "pedacitos menos", como los que regaló el gobierno de Patricio Aylwin al negarse a ejercitar los recursos que le correspondían al país tras el fallo inicuo de mayoría de dos sedicentes juristas, pero no otra cosa que dilettantes corruptos que nos despojaron de Laguna del Desierto.
Ahora en Perú existe la posibilidad de que triunfe Ollanta Humala, que tan recientemente como octubre de 2010 expresó a la periodista alemana Ulrike Baader su deseo de establecer un régimen parecido al de Adolfo Hitler en los Andes y ampliar las fronteras del Perú hacia el norte, el este y el sur, en este último caso restableciendo el "Collasuyo" incásico hasta llegar al río Maule en Chile y a Tucumán en Argentina.
Ante desafíos inminentes como ése y los que plantea la reforma constitucional boliviana, que pretende declarar como propios de ese país extensos territorios chilenos ¿que vamos a hacer acá? Derogar la única norma que nos ha permitido fortalecernos bélicamente: el diez por ciento de las ventas de cobre de la Gran Minería. ¿Para qué? Para que sean los políticos los que determinen los recursos que ellas van a percibir año a año. ¿Y qué van a hacer los políticos? Lo que hicieron antes de existir la norma del diez por ciento y lo que han hecho siempre: empobrecer y debilitar a las fuerzas armadas para tener ellos más recursos con los cuales comprar votos y así alcanzar o mantener el poder.
El Gobierno Militar las reequipó y, gracias a eso, pudo enfrentar a pie firme el desafío reivindicacionista peruano de Velasco Alvarado en los '70, el posterior centenario de la Guerra del Pacífico, sin alteraciones; y los desafíos del expasionismo transandino, que pretendía "recuperar el territorio insular argentino" (es decir, las islas australes chilenas), por no mencionar la eterna letanía reivindicacionista boliviana, hoy renovada una vez más.
Si Chile no hubiera estado bien armado y si sus tropas no hubieran visto restablecida su eficacia bajo el Gobierno Militar, habríamos terminado el siglo XX con muchos "pedacitos menos", como los que regaló el gobierno de Patricio Aylwin al negarse a ejercitar los recursos que le correspondían al país tras el fallo inicuo de mayoría de dos sedicentes juristas, pero no otra cosa que dilettantes corruptos que nos despojaron de Laguna del Desierto.
Ahora en Perú existe la posibilidad de que triunfe Ollanta Humala, que tan recientemente como octubre de 2010 expresó a la periodista alemana Ulrike Baader su deseo de establecer un régimen parecido al de Adolfo Hitler en los Andes y ampliar las fronteras del Perú hacia el norte, el este y el sur, en este último caso restableciendo el "Collasuyo" incásico hasta llegar al río Maule en Chile y a Tucumán en Argentina.
Ante desafíos inminentes como ése y los que plantea la reforma constitucional boliviana, que pretende declarar como propios de ese país extensos territorios chilenos ¿que vamos a hacer acá? Derogar la única norma que nos ha permitido fortalecernos bélicamente: el diez por ciento de las ventas de cobre de la Gran Minería. ¿Para qué? Para que sean los políticos los que determinen los recursos que ellas van a percibir año a año. ¿Y qué van a hacer los políticos? Lo que hicieron antes de existir la norma del diez por ciento y lo que han hecho siempre: empobrecer y debilitar a las fuerzas armadas para tener ellos más recursos con los cuales comprar votos y así alcanzar o mantener el poder.
sábado, 23 de abril de 2011
La Historia la Escriben los... Perdedores
"Excepcional" se titula la crítica de teatro de "El Mercurio" de hoy, para calificar una obra del escritor de izquierda Guillermo Calderón, "Villa+Discurso", sobre Villa Grimaldi y un discurso apócrifo de Michelle Bachelet. El crítico llena de elogios a la obra y dice: "No cuesta creer que en el futuro éste será un texto clave para indagar en las heridas abiertas, en las contradicciones sin resolver y cuentas morales pendientes de nuestra nación en las últimas décadas".
¿Serán las cuentas pendientes con la izquierda marxista, pues nunca se le cobraron, aunque armó un ejército clandestino para tomar el poder por las armas y no vaciló en apresar y torturar opositores durante su gobierno? Tengo dos amigos que fueron torturados por su policía política, sin haber cometido delito (y nadie los ha indemnizado). Y a uno, después de la tortura, lo interrogó el subdirector comunista de Investigaciones. ¿Serán esas cuentas pendientes y heridas abiertas?
Pero ¿usted está loco? ¿Cómo pregunta eso? Si ellos perdieron la guerra, porque su ejército fue derrotado ¡pero ganaron la posguerra!. Y entonces ellos escriben la historia. Villa Grimaldi es hoy un museo de propaganda de ellos. Allí, según el crítico de "El Mercurio", existió "el centro de torturas y exterminio durante la dictadura militar". Y esta obra "excepcional", según nos dice el crítico, lo es porque hace decir a Michelle Bachelet lo que ella, por prudencia política, no dice. La "sincera".
¿"Sincera"? La historia oficial dice que Michelle fue torturada en Villa Grimaldi. Pero la verdad la dijo ella en una entrevista de TV que yo vi: "No fui torturada". Es que era en los tiempos en que recién comenzaba a ser figura pública. Ella añadió que su madre había sido torturada, pero esto no era verdad: la señora Angela Jeria reconoció, con gran integridad, que había sido tratada soezmente, pero no torturada. Todo esto está documentado en mi libro "Terapia para Cerebros Lavados".
En esta obra de teatro "excepcional" (para el crítico de "El Mercurio") se despliega sobre el escenario un cartel que dice (sobre Villa Grimaldi): "Lo que sucedió en esta casa, sucedió también fuera de ella. El terrorismo de estado operó sobre el corazón del país".
Así escriben la historia los derrotados en la guerra subversiva que ellos iniciaron: ¡Chile entero fue una Villa Grimaldi, centro de torturas y exterminio! Y en "El Mercurio" se nos dice que en el futuro éste será un "texto clave" de nuestra nación.
Por supuesto, si alguien se aventurara a preguntarles a quienes trabajaron en Villa Grimaldi, que efectivamente fue un centro de detención de elementos terroristas y subversivos, particularmente del MIR (por su condición de ayudista de éste fue detenida durante cinco días allí Michelle Bachelet), se encontraría con una historia completamente distinta. Desde luego, en un país en que había veinte mil extremistas armados (diez mil locales, reconocidos por Altamirano; y similar cantidad de extranjeros, documentada por la OEA), era preciso tener centros de detención e interrogación. Pero, por las condiciones del lugar, era imposible que fuera "un centro de torturas y exterminio". Sus paredes delgadas, medianeras con comercios en funciones, que daban a la calle, lo hacían impensable: los gritos de los supuestos torturados los habrían oído hasta los transeúntes, y las monjitas de enfrente.
Sí, las monjas de un convento que existía al frente, y que llevaban diariamente la leche para el consumo del lugar. Ellas no habrían podido menos que horrorizarse y advertirlo.
El "torreón de la muerte" de la Villa Grimaldi, que ha fabricado la literatura izquierdista, era, según un oficial que trabajó ahí, una estructura usada para guardar materiales y no para interrogar o apremiar a personas.
Bueno, pero esa es la versión de los que trabajaron ahí, los uniformados, los que ganaron la guerra. Ahora la historia la escriben los perdedores. Y así no más es. ¿A quién le va a creer usted, a un brigadier, persona reconocidamente honorable, que estuvo por años en Villa Grimaldi, o a un escritor de extrema izquierda dedicado a divulgar un mito? Al segundo, por supuesto. ¿Usted le va a creer a Michelle Bachelet I, cuando precisó que había sido detenida, pero no torturada (y estaba bien detenida, porque era ayudista del MIR, véase su biografía no desautorizada), o a Michelle Bachelet II, "torturada por Pinochet" (sic) según la revista "Time". A la segunda, por supuesto.
No satisfechos con reescribir la historia, los perdedores ahora nos anuncian que ésa ni siquiera es la definitiva historia, que será mucho peor. Nos dicen que Michelle Bachelet, por prudencia política, no se ha atrevido a contarla, pero que el día en que la cuente, sólo ahí se va a poder "indagar en las heridas abiertas, contradicciones sin resolver y cuentas morales pendientes", que de ninguna manera son las que deberían haber rendido los que iniciaron la violencia en Chile, quisieron convertirlo en un estado totalitario y, hoy día, reciben trescientos millones de dólares de indemnizaciones al año por el perjuicio que sufrieron al no permitírseles mandar a sus oponentes políticos a gulags como los que existían en el país que servía de ejemplo a Salvador Allende y él consideraba nuestro "Hermano Mayor".
¿Serán las cuentas pendientes con la izquierda marxista, pues nunca se le cobraron, aunque armó un ejército clandestino para tomar el poder por las armas y no vaciló en apresar y torturar opositores durante su gobierno? Tengo dos amigos que fueron torturados por su policía política, sin haber cometido delito (y nadie los ha indemnizado). Y a uno, después de la tortura, lo interrogó el subdirector comunista de Investigaciones. ¿Serán esas cuentas pendientes y heridas abiertas?
Pero ¿usted está loco? ¿Cómo pregunta eso? Si ellos perdieron la guerra, porque su ejército fue derrotado ¡pero ganaron la posguerra!. Y entonces ellos escriben la historia. Villa Grimaldi es hoy un museo de propaganda de ellos. Allí, según el crítico de "El Mercurio", existió "el centro de torturas y exterminio durante la dictadura militar". Y esta obra "excepcional", según nos dice el crítico, lo es porque hace decir a Michelle Bachelet lo que ella, por prudencia política, no dice. La "sincera".
¿"Sincera"? La historia oficial dice que Michelle fue torturada en Villa Grimaldi. Pero la verdad la dijo ella en una entrevista de TV que yo vi: "No fui torturada". Es que era en los tiempos en que recién comenzaba a ser figura pública. Ella añadió que su madre había sido torturada, pero esto no era verdad: la señora Angela Jeria reconoció, con gran integridad, que había sido tratada soezmente, pero no torturada. Todo esto está documentado en mi libro "Terapia para Cerebros Lavados".
En esta obra de teatro "excepcional" (para el crítico de "El Mercurio") se despliega sobre el escenario un cartel que dice (sobre Villa Grimaldi): "Lo que sucedió en esta casa, sucedió también fuera de ella. El terrorismo de estado operó sobre el corazón del país".
Así escriben la historia los derrotados en la guerra subversiva que ellos iniciaron: ¡Chile entero fue una Villa Grimaldi, centro de torturas y exterminio! Y en "El Mercurio" se nos dice que en el futuro éste será un "texto clave" de nuestra nación.
Por supuesto, si alguien se aventurara a preguntarles a quienes trabajaron en Villa Grimaldi, que efectivamente fue un centro de detención de elementos terroristas y subversivos, particularmente del MIR (por su condición de ayudista de éste fue detenida durante cinco días allí Michelle Bachelet), se encontraría con una historia completamente distinta. Desde luego, en un país en que había veinte mil extremistas armados (diez mil locales, reconocidos por Altamirano; y similar cantidad de extranjeros, documentada por la OEA), era preciso tener centros de detención e interrogación. Pero, por las condiciones del lugar, era imposible que fuera "un centro de torturas y exterminio". Sus paredes delgadas, medianeras con comercios en funciones, que daban a la calle, lo hacían impensable: los gritos de los supuestos torturados los habrían oído hasta los transeúntes, y las monjitas de enfrente.
Sí, las monjas de un convento que existía al frente, y que llevaban diariamente la leche para el consumo del lugar. Ellas no habrían podido menos que horrorizarse y advertirlo.
El "torreón de la muerte" de la Villa Grimaldi, que ha fabricado la literatura izquierdista, era, según un oficial que trabajó ahí, una estructura usada para guardar materiales y no para interrogar o apremiar a personas.
Bueno, pero esa es la versión de los que trabajaron ahí, los uniformados, los que ganaron la guerra. Ahora la historia la escriben los perdedores. Y así no más es. ¿A quién le va a creer usted, a un brigadier, persona reconocidamente honorable, que estuvo por años en Villa Grimaldi, o a un escritor de extrema izquierda dedicado a divulgar un mito? Al segundo, por supuesto. ¿Usted le va a creer a Michelle Bachelet I, cuando precisó que había sido detenida, pero no torturada (y estaba bien detenida, porque era ayudista del MIR, véase su biografía no desautorizada), o a Michelle Bachelet II, "torturada por Pinochet" (sic) según la revista "Time". A la segunda, por supuesto.
No satisfechos con reescribir la historia, los perdedores ahora nos anuncian que ésa ni siquiera es la definitiva historia, que será mucho peor. Nos dicen que Michelle Bachelet, por prudencia política, no se ha atrevido a contarla, pero que el día en que la cuente, sólo ahí se va a poder "indagar en las heridas abiertas, contradicciones sin resolver y cuentas morales pendientes", que de ninguna manera son las que deberían haber rendido los que iniciaron la violencia en Chile, quisieron convertirlo en un estado totalitario y, hoy día, reciben trescientos millones de dólares de indemnizaciones al año por el perjuicio que sufrieron al no permitírseles mandar a sus oponentes políticos a gulags como los que existían en el país que servía de ejemplo a Salvador Allende y él consideraba nuestro "Hermano Mayor".
viernes, 22 de abril de 2011
Ayuno, Abstinencia, Incomunicación y Lluvia
El ayuno no se cumple, porque veo que la gente lo único que hace es cambiar su dieta de ingentes cantidades de carne por otra de ingentes cantidades de pescado y mariscos.
La abstinencia nunca la he tenido clara, desde el colegio, porque cuando preguntaba en qué consistía me daban respuestas difusas. Pero sospecho que es de esas preguntas que uno no debe formular en la mesa.
Ayer vi en la televisión a mi amigo y ex sacerdote (abandonó ese estado cumpliendo todos los cánones eclesiásticos) Hugo Zepeda, quien explicó que el sentido del ayuno es el del sacrificio, así es que simplemente cambiarse de la carne a otros alimentos para Semana Santa incumple el precepto. Hombre prudente, no se pronunció sobre la abstinencia.
Pero hoy yo claramente me he sacrificado y he comido menos de lo que habría querido, cosa que, según dijo el hombre más viejo del mundo, que vive en Japón y acaba de cumplir 114 años, ha sido la que le ha permitido llegar a esa edad hablando coherentemente. Entonces, no sé si estoy haciendo un sacrificio u obrando por mero interés egoísta. Sea como fuere, con lo de la abstinencia, si es que es lo que yo creo, voy a cumplir rigurosamente.
Sí le estoy dedicando al Señor la penuria de estar sin teléfono. No es para tanto, porque tengo celular, pero pago una cuenta mensual de cuarenta mil pesos por tener red fija y desde el lunes no funciona. En Movistar no me contesta nadie, sino una grabadora que me asegura haberse preocupado de que alguien venga a reponer el servicio, pero ese alguien no le ha hecho caso a la grabadora durante cinco días. Llamé a "contactos" que había ido adquiriendo en la compañía durante años de fallas crónicas, pero me han contestado que "se han retirado" de sus empleos, a pesar de que los números de ellos me los habían dado otros que también "se habían retirado" de sus empleos. Sospecho que Movistar no me puede reponer el servicio porque "ha retirado" a demasiada gente, pero ciertamente no a la que me cobra puntualmente cuarenta mil pesos o más cada mes. Además, no tienen ningún incentivo para reponerme el servicio, porque saben que entonces debo usar mi celular, que les deja mayor margen que la red fija. Es un "incentivo perverso", casi tanto como yo considero hoy día a Movistar, que antes se llamaba Telefónica y antes Compañía de Teléfonos de Chile, privatizada ésta bajo el benemérito Gobierno Militar, lo que fue muy ventajoso, porque era peor que Movistar y con eso lo digo todo.
Incluyo todos estos detalles en este blog porque en el verano hice lo mismo con las fallas eléctricas de Chilquinta y vinieron como por ensalmo a cambiar los cables y el problema se solucionó.
Hasta ahora lo único bueno del Viernes Santo es que ha llovido todo el día. Me encanta la lluvia, tal vez porque los Pérez de Arce somos originarios de Valdivia y los Ibieta de Concepción, lugares en que llueve mucho. Pero mi mujer prefiere las playas del centro, así es que siempre estamos por acá, porque ella manda y además dice que sufre mucho cuando yo me voy a buscar lluvia a otra parte. Más vale así, pues peor sería que estuviera todo el día deseando que me fuera. Es que es "Vial", no "Viale".
Voy a terminar mi día de sacrificio viendo "La Pasión de Cristo" por enésima vez. El mérito de esa película es que está basada en la versión de la Pasión que dio Santa Catalina Emmerich, una religiosa alemana estigmatizada que entraba en trance durante la Semana Santa y veía la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo como testigo presencial y paso a paso. Un escritor alemán muy conocido, cuyo nombre no recuerdo en este momento (pero que con certeza voy a recordar apenas concluya este blog), tomó pacientemente (por algo era alemán) estricta nota de lo que refería Catalina en estado de éxtasis y por eso hemos logrado tener una versión exacta de cómo y por qué se produjo la muerte de Cristo, no sólo a través de los Evangelios, sino del relato detallado de alguien que "estuvo ahí". Mel Gibson se basó en la versión de Catalina para hacer su película y el Papa Juan Pablo II, cuando la vio, aseveró: "Así fue como sucedieron las cosas".
No habiendo más que tratar, podemos volver al estado de recogimiento propio de la fecha y yo, en particular, al de incomunicación y lluvia que el destino me ha deparado en ella.
Dicho y hecho: me acordé del nombre del escritor junto con terminar el blog: se llamaba Ludwig von Brentano.
La abstinencia nunca la he tenido clara, desde el colegio, porque cuando preguntaba en qué consistía me daban respuestas difusas. Pero sospecho que es de esas preguntas que uno no debe formular en la mesa.
Ayer vi en la televisión a mi amigo y ex sacerdote (abandonó ese estado cumpliendo todos los cánones eclesiásticos) Hugo Zepeda, quien explicó que el sentido del ayuno es el del sacrificio, así es que simplemente cambiarse de la carne a otros alimentos para Semana Santa incumple el precepto. Hombre prudente, no se pronunció sobre la abstinencia.
Pero hoy yo claramente me he sacrificado y he comido menos de lo que habría querido, cosa que, según dijo el hombre más viejo del mundo, que vive en Japón y acaba de cumplir 114 años, ha sido la que le ha permitido llegar a esa edad hablando coherentemente. Entonces, no sé si estoy haciendo un sacrificio u obrando por mero interés egoísta. Sea como fuere, con lo de la abstinencia, si es que es lo que yo creo, voy a cumplir rigurosamente.
Sí le estoy dedicando al Señor la penuria de estar sin teléfono. No es para tanto, porque tengo celular, pero pago una cuenta mensual de cuarenta mil pesos por tener red fija y desde el lunes no funciona. En Movistar no me contesta nadie, sino una grabadora que me asegura haberse preocupado de que alguien venga a reponer el servicio, pero ese alguien no le ha hecho caso a la grabadora durante cinco días. Llamé a "contactos" que había ido adquiriendo en la compañía durante años de fallas crónicas, pero me han contestado que "se han retirado" de sus empleos, a pesar de que los números de ellos me los habían dado otros que también "se habían retirado" de sus empleos. Sospecho que Movistar no me puede reponer el servicio porque "ha retirado" a demasiada gente, pero ciertamente no a la que me cobra puntualmente cuarenta mil pesos o más cada mes. Además, no tienen ningún incentivo para reponerme el servicio, porque saben que entonces debo usar mi celular, que les deja mayor margen que la red fija. Es un "incentivo perverso", casi tanto como yo considero hoy día a Movistar, que antes se llamaba Telefónica y antes Compañía de Teléfonos de Chile, privatizada ésta bajo el benemérito Gobierno Militar, lo que fue muy ventajoso, porque era peor que Movistar y con eso lo digo todo.
Incluyo todos estos detalles en este blog porque en el verano hice lo mismo con las fallas eléctricas de Chilquinta y vinieron como por ensalmo a cambiar los cables y el problema se solucionó.
Hasta ahora lo único bueno del Viernes Santo es que ha llovido todo el día. Me encanta la lluvia, tal vez porque los Pérez de Arce somos originarios de Valdivia y los Ibieta de Concepción, lugares en que llueve mucho. Pero mi mujer prefiere las playas del centro, así es que siempre estamos por acá, porque ella manda y además dice que sufre mucho cuando yo me voy a buscar lluvia a otra parte. Más vale así, pues peor sería que estuviera todo el día deseando que me fuera. Es que es "Vial", no "Viale".
Voy a terminar mi día de sacrificio viendo "La Pasión de Cristo" por enésima vez. El mérito de esa película es que está basada en la versión de la Pasión que dio Santa Catalina Emmerich, una religiosa alemana estigmatizada que entraba en trance durante la Semana Santa y veía la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo como testigo presencial y paso a paso. Un escritor alemán muy conocido, cuyo nombre no recuerdo en este momento (pero que con certeza voy a recordar apenas concluya este blog), tomó pacientemente (por algo era alemán) estricta nota de lo que refería Catalina en estado de éxtasis y por eso hemos logrado tener una versión exacta de cómo y por qué se produjo la muerte de Cristo, no sólo a través de los Evangelios, sino del relato detallado de alguien que "estuvo ahí". Mel Gibson se basó en la versión de Catalina para hacer su película y el Papa Juan Pablo II, cuando la vio, aseveró: "Así fue como sucedieron las cosas".
No habiendo más que tratar, podemos volver al estado de recogimiento propio de la fecha y yo, en particular, al de incomunicación y lluvia que el destino me ha deparado en ella.
Dicho y hecho: me acordé del nombre del escritor junto con terminar el blog: se llamaba Ludwig von Brentano.
jueves, 21 de abril de 2011
Más Socialismo en la Educación
Cuando hace cuatro años estalló la absurda "revolución de los pingüinos", que todo lo que querían era pasajes gratis y otras prebendas similares, el PC se apoderó del movimiento. Este pasó a estar encabezado por una dirigente roja, estudiante secundaria, que hablaba marxismo de corrido, cuyo nombre ya nadie recuerda y yo menos, pero que dijo la verdad de la milanesa: se trataba de una revolución para poner fin a la educación particular y constituir el monopolio estatal de la misma.
Michelle Bachelet, que, como toda su vida, pensaba igual que la dirigenta pingüina comunista, pero se había dado cuenta de que había ganado respetabilidad no haciendo lo que pensaba, hizo lo que indica el manual del gobernante desorientado: nombró una comisión "transversal", pero con mayoría de izquierda, por supuesto.
En esa época, como seguramente el país no recuerda, yo escribí una columna en "El Mercurio" afirmando que lo único que podría surgir de esa comisión iba a ser más socialismo. Pues bien, cuatro años después, la Cámara de Diputados ha aprobado el proyecto recomendado por la comisión y que añade a la existencia del mega-monstruo burocrático llamado Ministerio de Educación, que insume unos tres billones (millones de millones, un tres seguido de doce ceros de pesos al año, que serían suficientes para que todos los niños pobres de Chile fueran a los mejores colegios pagados del país) tres nuevos monstruos estatales, que insumirán sólo 30 mil millones de pesos al año (un tres seguido de diez ceros): la Superintendencia de Educación, la Agencia de Calidad de la Educación y el Consejo de Educación.
Ya se ha iniciado, para felicidad de los partidos de gobierno, la tarea de llenar las mil nuevas plazas burocráticas con militantes y simpatizantes suyos y, lo más importante, los cargos superiores, con gente de su confianza y sueldos "reguleques". No hay nada que haga más feliz a la dirigencia de un partido que dar empleos a su clientela electoral.
La izquierda no está feliz, porque habría preferido que la tarea de introducir más socialismo en la educación hubiera estado a cargo de ella. Pero el más socialista de los diputados socialistas, Carlos Montes, se ha dado por satisfecho: le ha puesto al proyecto una nota de 4,5.
"La izquierda y la derecha unidas, jamás serán vencidas", sobre todo en la tarea de llevar a la práctica las ideas de la primera.
Se ha cumplido mi pronóstico de 2007: "los proyectos que saldrán de la comisión pretenderán remediar los males provocados por el socialismo en la educación con más socialismo".
Y, por cierto, se ha dado un paso más en la dirección contraria a la verdadera receta para remediar esos males, que es la plena libertad educacional, la disolución del mega-monstruo llamado Ministerio de Educación y la entrega a las familias pobres de los tres billones de pesos anuales que él gasta, para que cada una elija el colegio privado de excelencia que prefiera y mande allá a sus niños a recibir una enseñanza de la misma calidad que la de los países desarrollados, como es la que imparten esos colegios.
Al escribir lo anterior no he podido dejar de recordar a mi difunto amigo Álvaro Bardón, que decía: "Nunca ha habido quejas sobre la calidad ni el abastecimiento del pan, que en Chile cualquiera puede producir, está al alcance de todos y los extranjeros encuentran muy bueno. Es que nunca ha habido en Chile un Ministerio del Pan".
Michelle Bachelet, que, como toda su vida, pensaba igual que la dirigenta pingüina comunista, pero se había dado cuenta de que había ganado respetabilidad no haciendo lo que pensaba, hizo lo que indica el manual del gobernante desorientado: nombró una comisión "transversal", pero con mayoría de izquierda, por supuesto.
En esa época, como seguramente el país no recuerda, yo escribí una columna en "El Mercurio" afirmando que lo único que podría surgir de esa comisión iba a ser más socialismo. Pues bien, cuatro años después, la Cámara de Diputados ha aprobado el proyecto recomendado por la comisión y que añade a la existencia del mega-monstruo burocrático llamado Ministerio de Educación, que insume unos tres billones (millones de millones, un tres seguido de doce ceros de pesos al año, que serían suficientes para que todos los niños pobres de Chile fueran a los mejores colegios pagados del país) tres nuevos monstruos estatales, que insumirán sólo 30 mil millones de pesos al año (un tres seguido de diez ceros): la Superintendencia de Educación, la Agencia de Calidad de la Educación y el Consejo de Educación.
Ya se ha iniciado, para felicidad de los partidos de gobierno, la tarea de llenar las mil nuevas plazas burocráticas con militantes y simpatizantes suyos y, lo más importante, los cargos superiores, con gente de su confianza y sueldos "reguleques". No hay nada que haga más feliz a la dirigencia de un partido que dar empleos a su clientela electoral.
La izquierda no está feliz, porque habría preferido que la tarea de introducir más socialismo en la educación hubiera estado a cargo de ella. Pero el más socialista de los diputados socialistas, Carlos Montes, se ha dado por satisfecho: le ha puesto al proyecto una nota de 4,5.
"La izquierda y la derecha unidas, jamás serán vencidas", sobre todo en la tarea de llevar a la práctica las ideas de la primera.
Se ha cumplido mi pronóstico de 2007: "los proyectos que saldrán de la comisión pretenderán remediar los males provocados por el socialismo en la educación con más socialismo".
Y, por cierto, se ha dado un paso más en la dirección contraria a la verdadera receta para remediar esos males, que es la plena libertad educacional, la disolución del mega-monstruo llamado Ministerio de Educación y la entrega a las familias pobres de los tres billones de pesos anuales que él gasta, para que cada una elija el colegio privado de excelencia que prefiera y mande allá a sus niños a recibir una enseñanza de la misma calidad que la de los países desarrollados, como es la que imparten esos colegios.
Al escribir lo anterior no he podido dejar de recordar a mi difunto amigo Álvaro Bardón, que decía: "Nunca ha habido quejas sobre la calidad ni el abastecimiento del pan, que en Chile cualquiera puede producir, está al alcance de todos y los extranjeros encuentran muy bueno. Es que nunca ha habido en Chile un Ministerio del Pan".
miércoles, 20 de abril de 2011
¿Quién Paga los Lápices?
El Presidente checo, Vaclav Klaus, se llevó un lápiz perteneciente al Estado chileno, que había sido usado para firmar un acuerdo entre ambos países. La escena, que fue filmada, ha recibido más de un millón de visitas en YouTube y ha provocado comentarios críticos y burlescos contra Klaus en todo el mundo, y muy particularmente en la República Checa.
Él dijo haber creído que era un obsequio del gobierno chileno, pero nadie se lo había dado. Estaba ahí en la mesa, simplemente porque había sido utilizado para firmar un documento oficial.
Todo el mundo ha coincidido en que la imagen de Klaus guardándose el lápiz lo ha hecho desmerecer ante quienes vieron la escena.
En su descargo se podría decir que tal vez encontró el lápiz muy bonito y pensó llevárselo a su señora, como recuerdo del viaje a Chile. Porque estos lápices oficiales no son cualquier cosa. Por eso mismo, en Chile no era costumbre llevárselos. Hasta ahora.
Porque días después del episodio protagonizado por Vaclav Klaus, el Presidente chileno, tras la firma del decreto de nombramiento del nuevo Ministro de la Vivienda, Rodrigo Pérez, hizo lo mismo que aquél, es decir, se apropió del lápiz puesto a su disposición para firmar el decreto, y se lo regaló al nuevo ministro.
La prensa ha publicado el hecho con carácter festivo. Nadie ha pensado siquiera que el Presidente chileno haya incurrido en una apropiación indebida, como la que se imputó a Klaus por parte de sus críticos. Bueno, una vez más, qué importa.
Pero tan simpática encontró su propia idea el Jefe del Estado que al día siguiente, al firmar en pública ceremonia un proyecto de ley que el Ejecutivo enviará al Congreso, volvió a apropiarse del lápiz puesto a su disposición para cumplir esa tarea, y esta vez se lo ha obsequiado al ministro Cristián Larroulet.
¡Simpático, muy simpático! Pero más de algún contribuyente al cual el gobierno, para poder financiar su mayor gasto, le acaba de subir de nuevo el "arriendo" por vivir en su propia casa (contribuciones), probablemente preferiría que se volviera a la vieja costumbre de no regalar los lápices. Al menos como señal de que no se está botando la plata.
Él dijo haber creído que era un obsequio del gobierno chileno, pero nadie se lo había dado. Estaba ahí en la mesa, simplemente porque había sido utilizado para firmar un documento oficial.
Todo el mundo ha coincidido en que la imagen de Klaus guardándose el lápiz lo ha hecho desmerecer ante quienes vieron la escena.
En su descargo se podría decir que tal vez encontró el lápiz muy bonito y pensó llevárselo a su señora, como recuerdo del viaje a Chile. Porque estos lápices oficiales no son cualquier cosa. Por eso mismo, en Chile no era costumbre llevárselos. Hasta ahora.
Porque días después del episodio protagonizado por Vaclav Klaus, el Presidente chileno, tras la firma del decreto de nombramiento del nuevo Ministro de la Vivienda, Rodrigo Pérez, hizo lo mismo que aquél, es decir, se apropió del lápiz puesto a su disposición para firmar el decreto, y se lo regaló al nuevo ministro.
La prensa ha publicado el hecho con carácter festivo. Nadie ha pensado siquiera que el Presidente chileno haya incurrido en una apropiación indebida, como la que se imputó a Klaus por parte de sus críticos. Bueno, una vez más, qué importa.
Pero tan simpática encontró su propia idea el Jefe del Estado que al día siguiente, al firmar en pública ceremonia un proyecto de ley que el Ejecutivo enviará al Congreso, volvió a apropiarse del lápiz puesto a su disposición para cumplir esa tarea, y esta vez se lo ha obsequiado al ministro Cristián Larroulet.
¡Simpático, muy simpático! Pero más de algún contribuyente al cual el gobierno, para poder financiar su mayor gasto, le acaba de subir de nuevo el "arriendo" por vivir en su propia casa (contribuciones), probablemente preferiría que se volviera a la vieja costumbre de no regalar los lápices. Al menos como señal de que no se está botando la plata.
martes, 19 de abril de 2011
Un Tremendo Relato
Nunca he oído algo más alejado de la verdad que eso de que el gobierno no tiene "relato".
¿Les parece poco el "relato" de un gobernante que fue candidato eterno, que por veinte años hizo lo indecible por llegar a la Presidencia, sin lograrlo; que superó caídas como el episodio de la Kyoto, y sin embargo siguió luchando y luchando cuando otros lo superaban, una elección tras otra, en las encuestas, hasta por fin ganar?
¿Un candidato que, mientras era senador, y también después, como eterno aspirante a la Presidencia, se adueñaba de un partido, recorría el país alojando "en hoteles de quinta categoría" y, al mismo tiempo, se las arreglaba para levantar una fortuna de dos o tres mil millones de dólares?
¿Les parece poco "relato" que, finalmente, lograra el apoyo de un sector que lo repudiaba y del cual recibía casi tanto castigo como el que le daba, y con el cual ni siquiera se identificaba ideológicamente? ¿No es un tremendo "relato" el de haber amenazado electoralmente a los que tenía que amenazar, haber prometido todo lo que podía y no podía cumplir, a todo el que se le cruzaba o pasaba cerca de él; y el de haber ido a buscar a los que no se le acercaron, y haberles prometido lo que no habían podido conseguir? ¿No lo es haberse apoderado de las banderas de sus adversarios y hacerlas flamear como propias, el sonreír a todo el mundo todo el tiempo, hasta que las comisuras de los labios se le congelaran, sin que nadie lo notara?
¿No lo es el organizar a centenares de personas capacitadas para que le prepararan un programa de gobierno, en grupos a los que, reveladoramente, les puso el nombre de ¡su fundo!, "Tantauco"; y, finalmente, terminar ahora siendo el hombre más poderoso del país, el centro de todas las miradas, el objetivo de todos los reflectores, el protagonista de las principales noticias y el dueño del Premio Mayor, del Poder Máximo y, día a día, estar bebiendo hasta la última gota del cáliz de la figuración, del éxito y de la admiración general y, a ratos, mundial?
¿Me van a decir que eso es no tener "relato"? ¡Por favor! Difícilmente en Chile régimen alguno ha tenido más "relato" que éste, el gobierno de Sebastián Piñera, por Sebastián Piñera, para Sebastián Piñera y "ad maiorem gloriam" de Sebastián Piñera.
Que a algunos (entre los cuales me cuento) no les guste, es otra cosa.
¿Les parece poco el "relato" de un gobernante que fue candidato eterno, que por veinte años hizo lo indecible por llegar a la Presidencia, sin lograrlo; que superó caídas como el episodio de la Kyoto, y sin embargo siguió luchando y luchando cuando otros lo superaban, una elección tras otra, en las encuestas, hasta por fin ganar?
¿Un candidato que, mientras era senador, y también después, como eterno aspirante a la Presidencia, se adueñaba de un partido, recorría el país alojando "en hoteles de quinta categoría" y, al mismo tiempo, se las arreglaba para levantar una fortuna de dos o tres mil millones de dólares?
¿Les parece poco "relato" que, finalmente, lograra el apoyo de un sector que lo repudiaba y del cual recibía casi tanto castigo como el que le daba, y con el cual ni siquiera se identificaba ideológicamente? ¿No es un tremendo "relato" el de haber amenazado electoralmente a los que tenía que amenazar, haber prometido todo lo que podía y no podía cumplir, a todo el que se le cruzaba o pasaba cerca de él; y el de haber ido a buscar a los que no se le acercaron, y haberles prometido lo que no habían podido conseguir? ¿No lo es haberse apoderado de las banderas de sus adversarios y hacerlas flamear como propias, el sonreír a todo el mundo todo el tiempo, hasta que las comisuras de los labios se le congelaran, sin que nadie lo notara?
¿No lo es el organizar a centenares de personas capacitadas para que le prepararan un programa de gobierno, en grupos a los que, reveladoramente, les puso el nombre de ¡su fundo!, "Tantauco"; y, finalmente, terminar ahora siendo el hombre más poderoso del país, el centro de todas las miradas, el objetivo de todos los reflectores, el protagonista de las principales noticias y el dueño del Premio Mayor, del Poder Máximo y, día a día, estar bebiendo hasta la última gota del cáliz de la figuración, del éxito y de la admiración general y, a ratos, mundial?
¿Me van a decir que eso es no tener "relato"? ¡Por favor! Difícilmente en Chile régimen alguno ha tenido más "relato" que éste, el gobierno de Sebastián Piñera, por Sebastián Piñera, para Sebastián Piñera y "ad maiorem gloriam" de Sebastián Piñera.
Que a algunos (entre los cuales me cuento) no les guste, es otra cosa.
lunes, 18 de abril de 2011
Entre Gente de Derecha
Esta mañana me fue a entrevistar un trío de rusos de la TV estatal de su país, que viajaron a Chile a enterarse de la situación del brigadier (r) Miguel Krassnoff, hijo de padre y madre rusos (cosacos), actualmente preso político por el delito de haber contribuido a salvar a Chile del comunismo.
Ellos me dijeron no comprender por qué tal cosa puede suceder, cuando en Rusia el comunismo causó cincuenta millones de muertos y Krassnoff había contribuido a salvarnos de él. Yo les informé que acá su compatriota (que si bien es chileno, tiene sangre rusa y, por tanto, le ha sido ofrecida esa nacionalidad) y sus camaradas uniformados nos liberaron de esa atrocidad con mínimas bajas (3.197 muertos, 2.774 caídos de las bandas terroristas marxistas y 423 víctimas de ellas), comprobados por dos comisiones sucesivas que hicieron lo posible por encontrar más casos y no pudieron. Pero ahora los jueces de izquierda, que dominan en el Poder Judicial, están logrando abrir otras 700 y tantas causas que los propios interesados nunca presentaron ante dichas comisiones. Es que hay un señuelo económico en el horizonte, y fabricando las "pruebas adecuadas" se puede, además de mantener vivo el tema de "los derechos humanos", que vende bien, obtener un premio millonario.
Me filmaron mientras les explicaba que los tribunales chilenos, y en particular un juez muy afín al MIR desde los años del Gobierno Militar, se habían preocupado de condenar ilegalmente a Miguel Krassnoff, sobre la base de "presunciones", testigos falsos (algunos traídos del extranjero) y calificándolo como miembro de la "cúpula de la DINA", en circunstancias de que era sólo un joven teniente y entre él y dicha cúpula mediaban centenares de otros oficiales de superior rango.
Después de la entrevista me preguntaron si la gente en Chile sabía de las atrocidades del comunismo y les dije que sí, que por eso el PC era electoralmente insignificante acá, pero que tenía armas y "encapuchados" muy violentos, capaces de sembrar el terror, poner bombas, agitar a los indígenas, promover incendios intencionales y causar abundantes destrozos urbanos. Por eso los gobernantes y los políticos le temen y también por eso le regalaron tres parlamentarios y el Presidente los recibe en La Moneda, se retrata con ellos y, en general, hace lo que ellos dicen.
Los periodistas rusos se despidieron asegurándome que la publicación de la biografía de Krassnoff en Moscú había despertado mucho interés y que el programa de televisión de ellos se especializaba en buscar la verdad sobre hechos que la opinión pública masiva no conocía muy bien.
Al jefe del grupo le dediqué mi libro "Terapia para Cerebros Lavados", sin muchas esperanzas de que también vaya a ser traducido al ruso. Luego se fueron de mi oficina a tomar el avión de vuelta.
No fue mi primera experiencia con rusos que están políticamente a mi derecha. Ciertamente, son muchos más que los chilenos de igual condición.
Ellos me dijeron no comprender por qué tal cosa puede suceder, cuando en Rusia el comunismo causó cincuenta millones de muertos y Krassnoff había contribuido a salvarnos de él. Yo les informé que acá su compatriota (que si bien es chileno, tiene sangre rusa y, por tanto, le ha sido ofrecida esa nacionalidad) y sus camaradas uniformados nos liberaron de esa atrocidad con mínimas bajas (3.197 muertos, 2.774 caídos de las bandas terroristas marxistas y 423 víctimas de ellas), comprobados por dos comisiones sucesivas que hicieron lo posible por encontrar más casos y no pudieron. Pero ahora los jueces de izquierda, que dominan en el Poder Judicial, están logrando abrir otras 700 y tantas causas que los propios interesados nunca presentaron ante dichas comisiones. Es que hay un señuelo económico en el horizonte, y fabricando las "pruebas adecuadas" se puede, además de mantener vivo el tema de "los derechos humanos", que vende bien, obtener un premio millonario.
Me filmaron mientras les explicaba que los tribunales chilenos, y en particular un juez muy afín al MIR desde los años del Gobierno Militar, se habían preocupado de condenar ilegalmente a Miguel Krassnoff, sobre la base de "presunciones", testigos falsos (algunos traídos del extranjero) y calificándolo como miembro de la "cúpula de la DINA", en circunstancias de que era sólo un joven teniente y entre él y dicha cúpula mediaban centenares de otros oficiales de superior rango.
Después de la entrevista me preguntaron si la gente en Chile sabía de las atrocidades del comunismo y les dije que sí, que por eso el PC era electoralmente insignificante acá, pero que tenía armas y "encapuchados" muy violentos, capaces de sembrar el terror, poner bombas, agitar a los indígenas, promover incendios intencionales y causar abundantes destrozos urbanos. Por eso los gobernantes y los políticos le temen y también por eso le regalaron tres parlamentarios y el Presidente los recibe en La Moneda, se retrata con ellos y, en general, hace lo que ellos dicen.
Los periodistas rusos se despidieron asegurándome que la publicación de la biografía de Krassnoff en Moscú había despertado mucho interés y que el programa de televisión de ellos se especializaba en buscar la verdad sobre hechos que la opinión pública masiva no conocía muy bien.
Al jefe del grupo le dediqué mi libro "Terapia para Cerebros Lavados", sin muchas esperanzas de que también vaya a ser traducido al ruso. Luego se fueron de mi oficina a tomar el avión de vuelta.
No fue mi primera experiencia con rusos que están políticamente a mi derecha. Ciertamente, son muchos más que los chilenos de igual condición.
domingo, 17 de abril de 2011
¡Por Favor, No Miren Para Acá!
El abogado Pablo Ruiz-Tagle sacó su Blackberry en Providencia y un delincuente se lo arrebató y huyó. El abogado lo persiguió y vio que lo acompañaba un número creciente de personas en la tarea. El delincuente subió a un bus para huir, pero la gente le indicó al chofer que se detuviera. Entonces las personas que se habían juntado y las que iban en el bus, comenzaron a hacer justicia por su propia mano, golpeando al asaltante. El abogado Ruiz-Tagle detuvo esa acción, para evitar un "linchamiento" del ladrón, y consiguió que el bus permaneciera sólo con el individuo, él y el chofer dentro, hasta que llegó Carabineros y procedió a su detención.
Requerido por la prensa el abogado, dijo que el asaltante había llorado, como lo hacen todos cuando son atrapados, y había dicho que necesitaba dinero para un hijo enfermo. Y el mismo abogado aludió (exculpatoriamente) a que el verdadero problema detrás del delito era la desigualdad. Entonces toda la gente que oyó, vió o leyó lo anterior miró hacia este lado. Pues bien, yo sostengo que deberían mirar para el otro lado.
Pero antes de explicar por qué digo esto último quiero precisar las siguientes cosas: 1) El hecho de que el público tome parte en la captura del delincuente dice algo, y eso es que la gente ya está aburrida de la impunidad de los asaltantes y por eso tiende a hacer justicia por su propia mano, porque si no, piensa que no habrá sanción alguna para aquél; 2) En eso la gente tiene razón: de acuerdo con la legislación favorable al delincuente que se ha consagrado en las dos últimas décadas, usted puede estar cierto o cierta de que ese asaltante está libre a estas horas; 3) Además, el Estado le va a procurar un defensor gratuito, y habrá un juez de garantía preocupado de que él tenga toda clase de posibilidades de defensa y de que cualquier falla de procedimiento al detenerlo opere en su favor; 4) Habrá un juicio abreviado en que una sola cosa es absolutamente segura: que ese asaltante quedará definitivamente libre, probablemente "con firma semanal" (si es que) para seguir ganándose la vida arrebatando celulares, billeteras, gargantillas, carteras o lo que fuere a otras personas, porque ésa es una actividad rentable y segura, en el sentido de que no trae consigo ninguna sanción efectiva, salvo que alguna vez "la gente" lo atrape antes de que llegue la policía y que no haya ningún abogado Ruiz-Tagle para protegerlo.
Dicho lo anterior, paso a explicar por qué no deben mirar "para acá", donde estamos los partidarios de la economía libre, la propiedad privada, el respeto a la ley, la moral y las buenas costumbres, cuando se hace alusión a "la desigualdad".
La desigualdad que supuestamente impide al ladrón tener dinero para comprar remedios para su supuesto hijo supuestamente enfermo, excusa que siempre dan los que asaltan en cualquier parte, no nace del modelo de libre mercado, sino precisamente de la intervención estatal en la economía.
Porque, primero, si la plata de los contribuyentes destinada al llamado "gasto social" fuera a los más pobres efectivamente (lo que no sucede, porque ella va a manos de la burocracia socialista estatal, que se queda con parte de ella), el ladrón tendría un "ingreso ético" dado por el Estado (aunque posiblemente no debería llamarse "ético") de unos 500 mil pesos mensuales, resultantes de dividir el gasto social por el número de pobres; y por tanto podría perfectamente comprar los supuestos remedios que necesita para su supuesto hijo supuestamente enfermo. Y si la familia del ladrón fuera de cuatro personas pobres y recibiera directamente su parte del gasto social, tendría dos millones de pesos mensuales para cubrir todas sus necesidades con holgura, sin subir ni un solo impuesto, sino sólo evitando que la recaudación tributaria sea en gran parte retenida por la burocracia socialista.
Así es que hacia ella es a donde tenemos que mirar cuando se habla de "desigualdad", porque es ella la que se está quedando con parte de la plata para los pobres.
Por supuesto, todo eso sin hablar de que las leyes socialistas han privado de libertad a los pobres para encontrar trabajo, consagrando gabelas como el salario mínimo obligatorio y otras que encarecen la contratación, de modo que entre esos más pobres las tasas de desempleo son de 25, 30 y hasta 50 por ciento (dependiendo del grupo que se elija, pues en el de los jóvenes indigentes de campamentos que no han ido a la escuela es el último porcentaje anotado), mientras que entre los más ricos hay pleno empleo, pues las leyes laborales no los afectan, debido a su mayor productividad. ¡Las leyes socialistas dejan cesantes a los más pobres!
Entonces, cuando hablen de "desigualdad", por favor, miren a los DC, a los PS, a los PPD, PRSD, PC y similares, que han provocado, con la legislación socialista que han impulsado, las grandes desigualdades que existen hoy, y no miren para acá.
Requerido por la prensa el abogado, dijo que el asaltante había llorado, como lo hacen todos cuando son atrapados, y había dicho que necesitaba dinero para un hijo enfermo. Y el mismo abogado aludió (exculpatoriamente) a que el verdadero problema detrás del delito era la desigualdad. Entonces toda la gente que oyó, vió o leyó lo anterior miró hacia este lado. Pues bien, yo sostengo que deberían mirar para el otro lado.
Pero antes de explicar por qué digo esto último quiero precisar las siguientes cosas: 1) El hecho de que el público tome parte en la captura del delincuente dice algo, y eso es que la gente ya está aburrida de la impunidad de los asaltantes y por eso tiende a hacer justicia por su propia mano, porque si no, piensa que no habrá sanción alguna para aquél; 2) En eso la gente tiene razón: de acuerdo con la legislación favorable al delincuente que se ha consagrado en las dos últimas décadas, usted puede estar cierto o cierta de que ese asaltante está libre a estas horas; 3) Además, el Estado le va a procurar un defensor gratuito, y habrá un juez de garantía preocupado de que él tenga toda clase de posibilidades de defensa y de que cualquier falla de procedimiento al detenerlo opere en su favor; 4) Habrá un juicio abreviado en que una sola cosa es absolutamente segura: que ese asaltante quedará definitivamente libre, probablemente "con firma semanal" (si es que) para seguir ganándose la vida arrebatando celulares, billeteras, gargantillas, carteras o lo que fuere a otras personas, porque ésa es una actividad rentable y segura, en el sentido de que no trae consigo ninguna sanción efectiva, salvo que alguna vez "la gente" lo atrape antes de que llegue la policía y que no haya ningún abogado Ruiz-Tagle para protegerlo.
Dicho lo anterior, paso a explicar por qué no deben mirar "para acá", donde estamos los partidarios de la economía libre, la propiedad privada, el respeto a la ley, la moral y las buenas costumbres, cuando se hace alusión a "la desigualdad".
La desigualdad que supuestamente impide al ladrón tener dinero para comprar remedios para su supuesto hijo supuestamente enfermo, excusa que siempre dan los que asaltan en cualquier parte, no nace del modelo de libre mercado, sino precisamente de la intervención estatal en la economía.
Porque, primero, si la plata de los contribuyentes destinada al llamado "gasto social" fuera a los más pobres efectivamente (lo que no sucede, porque ella va a manos de la burocracia socialista estatal, que se queda con parte de ella), el ladrón tendría un "ingreso ético" dado por el Estado (aunque posiblemente no debería llamarse "ético") de unos 500 mil pesos mensuales, resultantes de dividir el gasto social por el número de pobres; y por tanto podría perfectamente comprar los supuestos remedios que necesita para su supuesto hijo supuestamente enfermo. Y si la familia del ladrón fuera de cuatro personas pobres y recibiera directamente su parte del gasto social, tendría dos millones de pesos mensuales para cubrir todas sus necesidades con holgura, sin subir ni un solo impuesto, sino sólo evitando que la recaudación tributaria sea en gran parte retenida por la burocracia socialista.
Así es que hacia ella es a donde tenemos que mirar cuando se habla de "desigualdad", porque es ella la que se está quedando con parte de la plata para los pobres.
Por supuesto, todo eso sin hablar de que las leyes socialistas han privado de libertad a los pobres para encontrar trabajo, consagrando gabelas como el salario mínimo obligatorio y otras que encarecen la contratación, de modo que entre esos más pobres las tasas de desempleo son de 25, 30 y hasta 50 por ciento (dependiendo del grupo que se elija, pues en el de los jóvenes indigentes de campamentos que no han ido a la escuela es el último porcentaje anotado), mientras que entre los más ricos hay pleno empleo, pues las leyes laborales no los afectan, debido a su mayor productividad. ¡Las leyes socialistas dejan cesantes a los más pobres!
Entonces, cuando hablen de "desigualdad", por favor, miren a los DC, a los PS, a los PPD, PRSD, PC y similares, que han provocado, con la legislación socialista que han impulsado, las grandes desigualdades que existen hoy, y no miren para acá.
sábado, 16 de abril de 2011
Bochorno Para el V Gobierno de la Concertación
"Las Últimas Noticias" de hoy da cuenta del mal rato que pasó la ministra Matte cuando, durante un acto de entrega de subsidios, y tras anunciarse que se interpretaría el Himno Nacional y cantarlo todos en coro, la melodía siguió su curso imprevistamente con la estrofa "Vuestros nombres valientes soldados..."
El malestar de la ministra parece haber sido grande. Añade el diario, en su crónica sobre el acto: "Matte ya no canta, se nota molesta". Pero la concurrencia siguió cantando.
Los organizadores tuvieron que pedirle disculpas a la autoridad. No pudieron encontrar al reponsable del desaguisado. ¡Cómo se le pudo ocurrir a alguien que bajo el gobierno que colabora con los comunistas a través de su oficina de derechos humanos del Ministerio del Interior; que acaba de avalar, a través del propio ministro, la investigación de la muerte de Salvador Allende "para despejar dudas"; mismo ministro que se ufana retratándose bajo el retrato del mismo Allende, que mantiene en su despacho; y que ha ordenado investigar a un obispo evangélico, porque fue denunciado de haber trabajado en 1979 para la CNI (que ejercía la repudiable actividad de combatir el terrorismo); el propio ministro cuyo gobierno sigue patrocinando el Museo de la Memoria marxista, que presenta un solo lado de la guerra declarada por el terrorismo a la democracia chilena (el único lado políticamente correcto); ministro que sigue entregando gratuitamente para su uso, al Partido Comunista, la casona ubicada en Vicuña Mackenna con Plaza Italia, que le fuera dada generosamente en comodato por un régimen antecesor del actual, el I Gobierno de la Concertación, va a tolerar que se cante la estrofa de los "valientes soldados"! ¿Están locos?
Cantar esa estrofa hoy día es casi un delito subversivo ¡y muchos concurrentes y pobladores la vocearon delante de la ministra! ¿Cabrá aplicar la Ley de Seguridad Interior del Estado?
Seguramente se va a resolver en el Comité Político de los días lunes en La Moneda.
El malestar de la ministra parece haber sido grande. Añade el diario, en su crónica sobre el acto: "Matte ya no canta, se nota molesta". Pero la concurrencia siguió cantando.
Los organizadores tuvieron que pedirle disculpas a la autoridad. No pudieron encontrar al reponsable del desaguisado. ¡Cómo se le pudo ocurrir a alguien que bajo el gobierno que colabora con los comunistas a través de su oficina de derechos humanos del Ministerio del Interior; que acaba de avalar, a través del propio ministro, la investigación de la muerte de Salvador Allende "para despejar dudas"; mismo ministro que se ufana retratándose bajo el retrato del mismo Allende, que mantiene en su despacho; y que ha ordenado investigar a un obispo evangélico, porque fue denunciado de haber trabajado en 1979 para la CNI (que ejercía la repudiable actividad de combatir el terrorismo); el propio ministro cuyo gobierno sigue patrocinando el Museo de la Memoria marxista, que presenta un solo lado de la guerra declarada por el terrorismo a la democracia chilena (el único lado políticamente correcto); ministro que sigue entregando gratuitamente para su uso, al Partido Comunista, la casona ubicada en Vicuña Mackenna con Plaza Italia, que le fuera dada generosamente en comodato por un régimen antecesor del actual, el I Gobierno de la Concertación, va a tolerar que se cante la estrofa de los "valientes soldados"! ¿Están locos?
Cantar esa estrofa hoy día es casi un delito subversivo ¡y muchos concurrentes y pobladores la vocearon delante de la ministra! ¿Cabrá aplicar la Ley de Seguridad Interior del Estado?
Seguramente se va a resolver en el Comité Político de los días lunes en La Moneda.
viernes, 15 de abril de 2011
El Costo de Perder los Multiruts
La ministra Matthei está estudiando cómo terminar con los multiruts. No me consta, pero yo apostaría dos contra uno a que ella tiene multiruts, porque son muy buenos. Por eso el Presidente tiene multiruts, que también son muy buenos para él. Si todas sus acciones estuvieran a nombre de él, pagaría unos impuestos tremendos. Entonces forma sociedades que se llaman Santa Cecilia o Tantauco y que tienen ruts distintos del suyo (multiruts), pone las acciones a nombre de ellas y paga menos impuestos. Yo tengo multiruts por el mismo motivo, pero no voy a decir cuántos, por supuesto.
Entonces, cuando un empresario se da cuenta de que si su empresa tiene un solo rut tendrá costos más altos que si la divide en varias empresas con distintos ruts, obviamente lo hace. Así soporta costos menores, puede contratar más trabajadores y puede cobrar precios más bajos. Y él y toda la gente se hacen más ricos, porque él vende más (pues cobra menos) y gana más (pues tiene costos más bajos) y la gente compra más cosas por el mismo dinero.
Como la izquierda siempre ha usado la fuerza para todo (desde luego, para tomarse el gobierno ¿o ya se olvidaron de los acuerdos de los congresos socialistas y de los plenos comunistas?), con la misma mentalidad pretende hacer que los trabajadores ganen más por la fuerza e impone una legislación laboral que, bajo la amenaza de la fuerza (huelga) consigue "mejoras" para los trabajadores ("conquistas sociales"), mejoras que no tienen que ver con la productividad.
Pero la izquierda sabe que si se hiciera extensiva esa política de fuerza a las empresas chicas, quebrarían todas por la competencia externa. Entonces las libera de las gabelas laborales que la ley impone a las grandes. Por consiguiente, las empresas grandes buscan dividirse en empresas menores y de ahí salen los multiruts.
Con ellos quiere terminar la ministra Matthei, pero hasta el momento se ha limitado a anunciarlo. Pero no ha podido proponer un proyecto ¡porque los multiruts son buenos! Con ellos las empresas se hacen más productivas, hay más empleos, los costos de producción son menores y los precios más bajos.
La persecución contra los multiruts es una idea de la izquierda y, por tanto, ejerce un atractivo magnético sobre Sebastián Piñera, a quien siempre han encandilado las ideas de izquierda.
Por eso incluyó ese anuncio el 21 de mayo del año pasado. Pero está incómodo porque va a llegar el 21 de mayo de este año y no ha hecho nada respecto de los multiruts. Entonces le encargó a la ministra Matthei hacerle la tarea.
Si ella cumple, Chile va a tener costos de producción más altos, precios más altos, menos empleos y menos bienestar popular.
Pero Sebastián Piñera va a proclamar, feliz, el 21 de mayo próximo, que consagró otra "conquista social" y cumplió con suprimir los multiruts. Así va a concretar una vez más su ideal de llevar a la práctica otra idea de izquierda.
Entonces, cuando un empresario se da cuenta de que si su empresa tiene un solo rut tendrá costos más altos que si la divide en varias empresas con distintos ruts, obviamente lo hace. Así soporta costos menores, puede contratar más trabajadores y puede cobrar precios más bajos. Y él y toda la gente se hacen más ricos, porque él vende más (pues cobra menos) y gana más (pues tiene costos más bajos) y la gente compra más cosas por el mismo dinero.
Como la izquierda siempre ha usado la fuerza para todo (desde luego, para tomarse el gobierno ¿o ya se olvidaron de los acuerdos de los congresos socialistas y de los plenos comunistas?), con la misma mentalidad pretende hacer que los trabajadores ganen más por la fuerza e impone una legislación laboral que, bajo la amenaza de la fuerza (huelga) consigue "mejoras" para los trabajadores ("conquistas sociales"), mejoras que no tienen que ver con la productividad.
Pero la izquierda sabe que si se hiciera extensiva esa política de fuerza a las empresas chicas, quebrarían todas por la competencia externa. Entonces las libera de las gabelas laborales que la ley impone a las grandes. Por consiguiente, las empresas grandes buscan dividirse en empresas menores y de ahí salen los multiruts.
Con ellos quiere terminar la ministra Matthei, pero hasta el momento se ha limitado a anunciarlo. Pero no ha podido proponer un proyecto ¡porque los multiruts son buenos! Con ellos las empresas se hacen más productivas, hay más empleos, los costos de producción son menores y los precios más bajos.
La persecución contra los multiruts es una idea de la izquierda y, por tanto, ejerce un atractivo magnético sobre Sebastián Piñera, a quien siempre han encandilado las ideas de izquierda.
Por eso incluyó ese anuncio el 21 de mayo del año pasado. Pero está incómodo porque va a llegar el 21 de mayo de este año y no ha hecho nada respecto de los multiruts. Entonces le encargó a la ministra Matthei hacerle la tarea.
Si ella cumple, Chile va a tener costos de producción más altos, precios más altos, menos empleos y menos bienestar popular.
Pero Sebastián Piñera va a proclamar, feliz, el 21 de mayo próximo, que consagró otra "conquista social" y cumplió con suprimir los multiruts. Así va a concretar una vez más su ideal de llevar a la práctica otra idea de izquierda.
jueves, 14 de abril de 2011
¿Puede Haber un Humala en Chile?
Humala estaba muy abajo en las encuestas cuando empezó la campaña presidencial en el Perú. Lourdes Flores, Castañeda o Toledo las encabezaban. Pasó el tiempo, avanzó la campaña y Humala comenzó a crecer. Al final encabezó las encuestas y ganó la elección.
Quiero relacionar todo esto con otro dato que se dio al final de la campaña: mientras el gasto electoral de los restantes candidatos rondaba los dos millones de dólares, el de Humala sobrepasaba los siete millones, es decir, era tres veces mayor.
Hay una frase muy famosa de Lincoln que ha sido aterrizada por un comentarista de la actualidad. La frase es: "Se puede engañar a unos pocos todo el tiempo; se puede engañar a todos por poco tiempo; pero no se puede engañar a todos todo el tiempo". El añadido del comentarista de la actualidad dice: "Se puede engañar a todos todo el tiempo con un presupuesto publicitario suficientemente grande".
Hoy día en Chile el senador Alejandro Navarro está abajo en las encuestas presidenciales. Nadie le presta mucha consideración. Como sucedía con Humala antes y al comienzo de la campaña peruana. ¿Pero qué sucedería si, avanzada la campaña presidencial chilena de 2013 (quedan menos de dos años para que comience) el senador Navarro pudiera gastar tres veces más que cualquier otro candidato?
Pero ¿por qué él podría estar en condiciones de hacerlo? Por la misma razón que Humala estuvo en condiciones de hacerlo. Pues ¿qué tienen en común Humala y el senador Navarro? Una cosa: ambos son amigos de Hugo Chávez.
Ya el senador Navarro obtuvo la primera mayoría en la elección senatorial de la VIII Región, posibilitando el único doblaje senatorial de la Concertación en el país. ¿Se debió eso a su carisma personal, su oratoria, sus ideas o la superioridad de recursos con que contó? No tengo la respuesta, pero la sospecho.
Entonces, termino contestando la pregunta planteada en el título: ¿Puede haber un Humala en Chile? Claro que puede haberlo. Y yo pienso que va a haberlo.
Sólo dentro de dos años, o tal vez un poco más, se podrá saber si estoy o no equivocado.
Quiero relacionar todo esto con otro dato que se dio al final de la campaña: mientras el gasto electoral de los restantes candidatos rondaba los dos millones de dólares, el de Humala sobrepasaba los siete millones, es decir, era tres veces mayor.
Hay una frase muy famosa de Lincoln que ha sido aterrizada por un comentarista de la actualidad. La frase es: "Se puede engañar a unos pocos todo el tiempo; se puede engañar a todos por poco tiempo; pero no se puede engañar a todos todo el tiempo". El añadido del comentarista de la actualidad dice: "Se puede engañar a todos todo el tiempo con un presupuesto publicitario suficientemente grande".
Hoy día en Chile el senador Alejandro Navarro está abajo en las encuestas presidenciales. Nadie le presta mucha consideración. Como sucedía con Humala antes y al comienzo de la campaña peruana. ¿Pero qué sucedería si, avanzada la campaña presidencial chilena de 2013 (quedan menos de dos años para que comience) el senador Navarro pudiera gastar tres veces más que cualquier otro candidato?
Pero ¿por qué él podría estar en condiciones de hacerlo? Por la misma razón que Humala estuvo en condiciones de hacerlo. Pues ¿qué tienen en común Humala y el senador Navarro? Una cosa: ambos son amigos de Hugo Chávez.
Ya el senador Navarro obtuvo la primera mayoría en la elección senatorial de la VIII Región, posibilitando el único doblaje senatorial de la Concertación en el país. ¿Se debió eso a su carisma personal, su oratoria, sus ideas o la superioridad de recursos con que contó? No tengo la respuesta, pero la sospecho.
Entonces, termino contestando la pregunta planteada en el título: ¿Puede haber un Humala en Chile? Claro que puede haberlo. Y yo pienso que va a haberlo.
Sólo dentro de dos años, o tal vez un poco más, se podrá saber si estoy o no equivocado.
miércoles, 13 de abril de 2011
Es Incómodo, Pero Girardi Tiene Algo de Razón
Los socialistas persiguen básicamente tres cosas: primera, privar a la gente de su libertad de elegir, obligándola a hacer lo que ellos dicen; segunda, dañar al capital y a la empresa, porque quieren que todo lo haga el Estado; y, tercero, aparecer defendiendo el interés de la mayoría de la gente, para conseguir sus votos y así manejar el Estado.
El proyecto de ley patrocinado por el senador Girardi, que regula la venta y prohíbe la publicidad de alimentos envasados, cumple el primer propósito, pues pretende controlar las decisiones de consumo de las personas; también cumple el segundo, porque dañará gravemente a las empresas que producen los bienes afectados; y, asimismo, satisface el tercer anhelo socialista, que es aparecer defendiendo el interés de la mayoría.
El problema está en que es verdad que un 40,2 por ciento de los alumnos de 8° básico tiene sobrepeso y que en la población adulta existe igual problema. Pero la causa principal del sobrepeso no es la ingesta de alimentos envasados, sino, primero, el consumo excesivo de todos los alimentos, pues el 70 por ciento de la alimentación diaria de los chilenos proviene de los que no son envasados; y, segunda causa principal del sobrepeso, los hábitos de vida sedentarios de niños y adultos.
Antes uno veía a pobladores de campamentos, que son los más pobres, de aspecto famélico; ahora aparecen esas personas muy pobres, especialmente mujeres, sorprendentemente obesas. El mejoramiento del ingreso ha permitido disponer de más dinero para alimentación y ésta se ha tornado excesiva. Al mismo tiempo, los hábitos del ejercicio físico y la vida activa y no sedentaria no parecen haberse incorporado a las costumbres diarias, en la misma medida en que ha mejorado la alimentación.
El hecho es que si bien la iniciativa de Girardi no apunta ni a todas ni a las principales causas de la obesidad y de las enfermedades derivadas de una alimentación inadecuada, sí se dirige a evitar UNA de ellas, como lo es la ingesta de alimentos envasados que contienen altos niveles de sal, azúcar o grasas.
Entonces, en este aspecto, no cabe duda de que es una iniciativa favorable al interés general.
Puede ser lamentable que Girardi tenga razón, aunque sea sólo parcialmente, porque él, como buen socialista (los PPD son socialistas) dispara con el propósito de mermar la libertad de elegir de las personas y dañar al capital y al emprendimiento, pero no puede desconocerse que también su iniciativa es favorable para una mejor salud de los chilenos.
Más vale que lo reconozcamos y actuemos para que, en este aspecto, y respetando los derechos a elegir de las personas y a producir de las empresas, se dicten normas que contribuyan a una mejor y más sana alimentación de la gente.
El proyecto de ley patrocinado por el senador Girardi, que regula la venta y prohíbe la publicidad de alimentos envasados, cumple el primer propósito, pues pretende controlar las decisiones de consumo de las personas; también cumple el segundo, porque dañará gravemente a las empresas que producen los bienes afectados; y, asimismo, satisface el tercer anhelo socialista, que es aparecer defendiendo el interés de la mayoría.
El problema está en que es verdad que un 40,2 por ciento de los alumnos de 8° básico tiene sobrepeso y que en la población adulta existe igual problema. Pero la causa principal del sobrepeso no es la ingesta de alimentos envasados, sino, primero, el consumo excesivo de todos los alimentos, pues el 70 por ciento de la alimentación diaria de los chilenos proviene de los que no son envasados; y, segunda causa principal del sobrepeso, los hábitos de vida sedentarios de niños y adultos.
Antes uno veía a pobladores de campamentos, que son los más pobres, de aspecto famélico; ahora aparecen esas personas muy pobres, especialmente mujeres, sorprendentemente obesas. El mejoramiento del ingreso ha permitido disponer de más dinero para alimentación y ésta se ha tornado excesiva. Al mismo tiempo, los hábitos del ejercicio físico y la vida activa y no sedentaria no parecen haberse incorporado a las costumbres diarias, en la misma medida en que ha mejorado la alimentación.
El hecho es que si bien la iniciativa de Girardi no apunta ni a todas ni a las principales causas de la obesidad y de las enfermedades derivadas de una alimentación inadecuada, sí se dirige a evitar UNA de ellas, como lo es la ingesta de alimentos envasados que contienen altos niveles de sal, azúcar o grasas.
Entonces, en este aspecto, no cabe duda de que es una iniciativa favorable al interés general.
Puede ser lamentable que Girardi tenga razón, aunque sea sólo parcialmente, porque él, como buen socialista (los PPD son socialistas) dispara con el propósito de mermar la libertad de elegir de las personas y dañar al capital y al emprendimiento, pero no puede desconocerse que también su iniciativa es favorable para una mejor salud de los chilenos.
Más vale que lo reconozcamos y actuemos para que, en este aspecto, y respetando los derechos a elegir de las personas y a producir de las empresas, se dicten normas que contribuyan a una mejor y más sana alimentación de la gente.
martes, 12 de abril de 2011
La Señora Victoria Salió Perdiendo
Escribe la señora Victoria Ormeño a "El Mercurio" (hoy, sección "Voz del Lector"): "Con estupor recibí el primer cobro de bienes raíces de 2011, reajustado en un 14,5%. Tener una vivienda decente es un derecho y no un lujo. Mi casa tiene más de 65 años y fue sobreevaluada con saña en el gobierno de Lagos. Debido a esto prescindo de mis remedios cuatro meses al año. Tampoco he podido vender el inmueble, porque me ofrecen valores miserables".
Es el caso de las personas que tienen casas buenas o amplias, a quienes los gobiernos de la Concertación se esmeraron en castigar. Seguramente doña Victoria no esperó que el gobierno siguiente, por el cual con certeza ella votó, iba a ahondar en esa estrategia de la Concertación, pero así fue. "Abrazamos las banderas de la Concertación", confesó Hinzpeter a "Qué Pasa", el año pasado. Y entonces éste que es, por tantos conceptos, el "V Gobierno de la Concertación", acentuó el castigo a la afligida señora Victoria y subió las contribuciones de las casas como la de ella, buenas y amplias.
Nosotros somos tres familias, que vivimos en una de esas casas. Después de la embestida de Lagos, hacíamos bromas amargas porque le estábamos pagando al Estado quinientos mil pesos mensuales de arriendo por vivir en nuestra propia casa, dada el alza de los avalúos. Ahora, tras la embestida de Piñera, el Estado nos ha subido el arriendo por vivir en nuestra propia casa a 567 mil pesos mensuales.
Como nuestros vecinos son, al parecer, más listos que nosotros, el del costado poniente ya vendió su casa, bastante nueva y bonita, estilo chileno, a una constructora a la cual le ha costado mucho demolerla, porque nos tuvo sufriendo temblores grado 6 durante diez días. Parece que ahí van a hacer varias casas DFL 2, si bien ahora tienen menos salida, porque el V Gobierno de la Concertación les suprimió las exenciones tributarias a quienes tuvieran más de un par de ellas, de modo que esos inversionistas ya no se interesan por adquirirlas.
Y el vecino del lado oriente tiene en venta hace un mes su propiedad, cuya casa también es bonita y amplia, y tiene menos de quince años. Temo que en breve también una empresa constructora la demuela y debamos sufrir otros diez días de temblores grado 6.
Entonces nosotros, en vista de todo lo anterior, también estamos analizando la posibilidad de irnos, porque, al revés de la señora Victoria Ormeño, parece que la posibilidad de construir viviendas económicas, aunque nadie pueda tener más de dos, ha valorizado nuestro terreno. Y supongo que nos vamos a tener que ir a vivir a sendas casas DFL 2 para escapar del arriendo expropiatorio que nos sube y sube el Estado.
Los políticos populistas son especialistas en "matar la gallina de los huevos de oro". Subieron tanto las contribuciones a las tres casas buenas antes referidas, que van a desaparecer todas y sus propietarios se van a ir a vivir a otras que no pagan contribuciones. El Estado se quedará sin pan ni pedazo.
Los barrios buenos se van a afear, claro, pues irán desapareciendo las casas bonitas y amplias. Y el Estado deberá buscar a otros giles a quienes propinarles el guadañazo.
De paso, la curva de Laffer, según la cual los impuestos empiezan a rendir menos si su tasa se va tornando demasiado alta, está recibiendo un nuevo espaldarazo.
Es el caso de las personas que tienen casas buenas o amplias, a quienes los gobiernos de la Concertación se esmeraron en castigar. Seguramente doña Victoria no esperó que el gobierno siguiente, por el cual con certeza ella votó, iba a ahondar en esa estrategia de la Concertación, pero así fue. "Abrazamos las banderas de la Concertación", confesó Hinzpeter a "Qué Pasa", el año pasado. Y entonces éste que es, por tantos conceptos, el "V Gobierno de la Concertación", acentuó el castigo a la afligida señora Victoria y subió las contribuciones de las casas como la de ella, buenas y amplias.
Nosotros somos tres familias, que vivimos en una de esas casas. Después de la embestida de Lagos, hacíamos bromas amargas porque le estábamos pagando al Estado quinientos mil pesos mensuales de arriendo por vivir en nuestra propia casa, dada el alza de los avalúos. Ahora, tras la embestida de Piñera, el Estado nos ha subido el arriendo por vivir en nuestra propia casa a 567 mil pesos mensuales.
Como nuestros vecinos son, al parecer, más listos que nosotros, el del costado poniente ya vendió su casa, bastante nueva y bonita, estilo chileno, a una constructora a la cual le ha costado mucho demolerla, porque nos tuvo sufriendo temblores grado 6 durante diez días. Parece que ahí van a hacer varias casas DFL 2, si bien ahora tienen menos salida, porque el V Gobierno de la Concertación les suprimió las exenciones tributarias a quienes tuvieran más de un par de ellas, de modo que esos inversionistas ya no se interesan por adquirirlas.
Y el vecino del lado oriente tiene en venta hace un mes su propiedad, cuya casa también es bonita y amplia, y tiene menos de quince años. Temo que en breve también una empresa constructora la demuela y debamos sufrir otros diez días de temblores grado 6.
Entonces nosotros, en vista de todo lo anterior, también estamos analizando la posibilidad de irnos, porque, al revés de la señora Victoria Ormeño, parece que la posibilidad de construir viviendas económicas, aunque nadie pueda tener más de dos, ha valorizado nuestro terreno. Y supongo que nos vamos a tener que ir a vivir a sendas casas DFL 2 para escapar del arriendo expropiatorio que nos sube y sube el Estado.
Los políticos populistas son especialistas en "matar la gallina de los huevos de oro". Subieron tanto las contribuciones a las tres casas buenas antes referidas, que van a desaparecer todas y sus propietarios se van a ir a vivir a otras que no pagan contribuciones. El Estado se quedará sin pan ni pedazo.
Los barrios buenos se van a afear, claro, pues irán desapareciendo las casas bonitas y amplias. Y el Estado deberá buscar a otros giles a quienes propinarles el guadañazo.
De paso, la curva de Laffer, según la cual los impuestos empiezan a rendir menos si su tasa se va tornando demasiado alta, está recibiendo un nuevo espaldarazo.
lunes, 11 de abril de 2011
¡Le Quieren Robar el Elefante Blanco a Ricardo!
Ricardo I quería pasar a la posteridad legando cuatro obras monumentales, para perpetua memoria suya: el Puente sobre el Canal de Chacao, el Tren al Sur, el Transantiago y la Costanera Norte.
Yo siempre le he dado crédito por la última, pero también siempre he hecho presentes tanto el despilfarro como el fracaso de las otras tres iniciativas; despilfarro y fracaso que fueron decisivos para que Ricardo I desistiera de presentarse a la elección de 2009.
Ahora un sucesor suyo quiere revivir el abortado plan de construir el Puente sobre el Canal de Chacao. El ex ministro de OO. PP., Eduardo Bitrán, nos libró de él, en un acto que condujo a que yo escribiera mi primera y última columna de elogio a Michelle Bachelet. Ese puente implicaría una pérdida de quinientos millones de dólares, si se construyera hoy. Pero el actual Presidente, que busca con desesperación dejar algún hito memorable, visible y enorme como huella suya indeleble en la historia, se ha lanzado a concretarlo. Por supuesto, como la gente de su gobierno es eficiente y proba, le van a aconsejar que no lo emprenda, y ojalá lo convenzan, pero en otros casos ya se ha salido con la suya.
Lo más notable es que una empresa canadiense, Blue Energy, presentó en 2005 un completo proyecto de puente en el canal de Chacao que habría costado la sexta parte del "elefante blanco", habría demandado un peaje de la mitad del de éste, habría podido estar en funciones en tres años (es decir, en 2008) y, por añadidura, habría tenido bajo él turbinas generadoras mareomotrices capaces de aportar 2.600 megawatts, es decir, más que la Central Castilla, pero energía limpia y barata.
El detalle del proyecto se publicó el viernes 15 de abril de 2005 en "El Mercurio", y pese a que el diseñador del puente era un prestigiado ingeniero de obras públicas chileno, René Fischmann ¡nunca nadie siquiera le contestó a Blue Energy, ni lo ha hecho hasta la fecha! Típica burocracia chilena.
He aquí una oportunidad para que Sebastián Piñera haga algo bueno: que estudie y analice el referido proyecto, presentado hace seis años y respecto del cual el MOP nunca se pronunció.
Y así podría optar a un premio tan valioso como el que consiguió Michelle cuando detuvo el del "elefante blanco": una columna de elogio firmada por mí.
Yo siempre le he dado crédito por la última, pero también siempre he hecho presentes tanto el despilfarro como el fracaso de las otras tres iniciativas; despilfarro y fracaso que fueron decisivos para que Ricardo I desistiera de presentarse a la elección de 2009.
Ahora un sucesor suyo quiere revivir el abortado plan de construir el Puente sobre el Canal de Chacao. El ex ministro de OO. PP., Eduardo Bitrán, nos libró de él, en un acto que condujo a que yo escribiera mi primera y última columna de elogio a Michelle Bachelet. Ese puente implicaría una pérdida de quinientos millones de dólares, si se construyera hoy. Pero el actual Presidente, que busca con desesperación dejar algún hito memorable, visible y enorme como huella suya indeleble en la historia, se ha lanzado a concretarlo. Por supuesto, como la gente de su gobierno es eficiente y proba, le van a aconsejar que no lo emprenda, y ojalá lo convenzan, pero en otros casos ya se ha salido con la suya.
Lo más notable es que una empresa canadiense, Blue Energy, presentó en 2005 un completo proyecto de puente en el canal de Chacao que habría costado la sexta parte del "elefante blanco", habría demandado un peaje de la mitad del de éste, habría podido estar en funciones en tres años (es decir, en 2008) y, por añadidura, habría tenido bajo él turbinas generadoras mareomotrices capaces de aportar 2.600 megawatts, es decir, más que la Central Castilla, pero energía limpia y barata.
El detalle del proyecto se publicó el viernes 15 de abril de 2005 en "El Mercurio", y pese a que el diseñador del puente era un prestigiado ingeniero de obras públicas chileno, René Fischmann ¡nunca nadie siquiera le contestó a Blue Energy, ni lo ha hecho hasta la fecha! Típica burocracia chilena.
He aquí una oportunidad para que Sebastián Piñera haga algo bueno: que estudie y analice el referido proyecto, presentado hace seis años y respecto del cual el MOP nunca se pronunció.
Y así podría optar a un premio tan valioso como el que consiguió Michelle cuando detuvo el del "elefante blanco": una columna de elogio firmada por mí.
domingo, 10 de abril de 2011
¡Y el Voto Era Voluntario!
"El que esté libre de culpa, que lance la primera piedra", dijo el Señor. Como en el tema que voy abordar no hay casi nadie libre de culpa, casi nadie debería decir nada; pero como eso sería muy inconveniente, me aventuro, lleno de culpa, a lanzar la primera piedra.
Pues durante semanas vino teniendo lugar en la prensa el debate acerca de si el voto debería ser o no voluntario entre nosotros. Partidarios y adversarios cruzaban espadas con mucho entusiasmo, hasta que apareció una persona debidamente informada del tema (el debate suele ser monopolizado por quienes no lo son), cuyo nombre es Andrés Tagle, especialista en el tema electoral, e hizo un aporte simple pero fundamental: desde 2009 rige una reforma constitucional, aprobada tras ser patrocinada por el gobierno de Michelle Bachelet, que estableció en Chile la inscripción automática y el voto voluntario. Confieso haberlo olvidado, así es que, al reírme de todos los demás por ello, me río también de mí mismo.
Esta voluntariedad ha sido una antigua aspiración de los partidarios de una sociedad libre, entre los cuales Michelle Bachelet no se contó nunca antes de ser Presidenta, pues era socialista extrema; pero, después del logro señalado, parece quedar perfectamente habilitada para presentar una solicitud de admisión al sector.
Pues los socialistas como ella, y los izquierdistas en general, son contrarios a la libre elección de las personas. En realidad, el socialismo consiste en imponerles a las personas casi todo lo que deben hacer. Y, según ellos, lo que las personas deben hacer es lo que ellos quieren que se haga.
Como siempre he sido partidario de la libertad de elegir, y por eso apoyé al Gobierno Militar, para que la instaurara firmemente en Chile, cosa que hizo en el más amplio sentido del término (aunque se tomó su tiempo), ya desde que fui candidato a senador, en 1989, elaboré un conjunto de proposiciones que pensaba impulsar si era elegido, entre las cuales se contaba la de establecer la inscripción automática y el voto voluntario.
Bueno, sorprendidos los propiciadores de la obligatoriedad máxima (inscripción automática y voto obligatorio; pues hoy la inscripción, al menos, de hecho es voluntaria, y quieren derogar sólo eso) por la noticia de la reforma constitucional, no por eso han dejado de argumentar en favor de la obligatoriedad del voto, y sus dos razones básicas, que fundan en estadísticas, son de que la abstención es mayor entre los más pobres y los menos letrados. Y como la izquierda cree obtener sus votos principalmente de esos sectores, hay una razón pragmática para que deseen el voto obligatorio.
Pero, en el fondo, su posición es insostenible, porque equivale a decir que los más pobres y menos instruidos carecen de la capacidad básica de poder decidir por sí mismos. Y si esto fuera así, querría decir que tampoco deberían tener los mismos derechos que los menos pobres y más instruidos, justamente por carecer del discernimiento suficiente. Entonces, con su argumentación, los izquierdistas no hacen otra cosa que desvalorizar el concepto básico y piedra angular de la democracia, de que cada persona tiene el mismo derecho a decidir acerca de los destinos del país que cualquier otra, y que entre nosotros no hay clase ni grupo privilegiados, como dice la Constitución.
La única solución compatible con una sociedad libre es que el voto sea voluntario. La inscripción automática no obsta a la libertad de las personas, porque sólo les brinda un derecho, y hoy están en libertad de ejercerlo o no.
Los partidarios del voto obligatorio deberían reconocer paladinamente que sólo lo son pensando en su conveniencia electoral y que su postura es incompatible con las bases de la democracia; o bien deberían confesar que, en su parecer, hay unos ciudadanos no suficientemente aptos para gozar de ciertas libertades, lo que conllevaría la conclusión lógica de que, entonces, tampoco estarían capacitados para resolver sobre otros, probablemente numerosos, asuntos que atañen al interés general. En tal caso, su voto debería, por consiguiente, valer menos que el de los demás.
Si los partidarios del voto obligatorio no están de acuerdo en eso, sin duda incurren en una gran inconsecuencia.
Pues durante semanas vino teniendo lugar en la prensa el debate acerca de si el voto debería ser o no voluntario entre nosotros. Partidarios y adversarios cruzaban espadas con mucho entusiasmo, hasta que apareció una persona debidamente informada del tema (el debate suele ser monopolizado por quienes no lo son), cuyo nombre es Andrés Tagle, especialista en el tema electoral, e hizo un aporte simple pero fundamental: desde 2009 rige una reforma constitucional, aprobada tras ser patrocinada por el gobierno de Michelle Bachelet, que estableció en Chile la inscripción automática y el voto voluntario. Confieso haberlo olvidado, así es que, al reírme de todos los demás por ello, me río también de mí mismo.
Esta voluntariedad ha sido una antigua aspiración de los partidarios de una sociedad libre, entre los cuales Michelle Bachelet no se contó nunca antes de ser Presidenta, pues era socialista extrema; pero, después del logro señalado, parece quedar perfectamente habilitada para presentar una solicitud de admisión al sector.
Pues los socialistas como ella, y los izquierdistas en general, son contrarios a la libre elección de las personas. En realidad, el socialismo consiste en imponerles a las personas casi todo lo que deben hacer. Y, según ellos, lo que las personas deben hacer es lo que ellos quieren que se haga.
Como siempre he sido partidario de la libertad de elegir, y por eso apoyé al Gobierno Militar, para que la instaurara firmemente en Chile, cosa que hizo en el más amplio sentido del término (aunque se tomó su tiempo), ya desde que fui candidato a senador, en 1989, elaboré un conjunto de proposiciones que pensaba impulsar si era elegido, entre las cuales se contaba la de establecer la inscripción automática y el voto voluntario.
Bueno, sorprendidos los propiciadores de la obligatoriedad máxima (inscripción automática y voto obligatorio; pues hoy la inscripción, al menos, de hecho es voluntaria, y quieren derogar sólo eso) por la noticia de la reforma constitucional, no por eso han dejado de argumentar en favor de la obligatoriedad del voto, y sus dos razones básicas, que fundan en estadísticas, son de que la abstención es mayor entre los más pobres y los menos letrados. Y como la izquierda cree obtener sus votos principalmente de esos sectores, hay una razón pragmática para que deseen el voto obligatorio.
Pero, en el fondo, su posición es insostenible, porque equivale a decir que los más pobres y menos instruidos carecen de la capacidad básica de poder decidir por sí mismos. Y si esto fuera así, querría decir que tampoco deberían tener los mismos derechos que los menos pobres y más instruidos, justamente por carecer del discernimiento suficiente. Entonces, con su argumentación, los izquierdistas no hacen otra cosa que desvalorizar el concepto básico y piedra angular de la democracia, de que cada persona tiene el mismo derecho a decidir acerca de los destinos del país que cualquier otra, y que entre nosotros no hay clase ni grupo privilegiados, como dice la Constitución.
La única solución compatible con una sociedad libre es que el voto sea voluntario. La inscripción automática no obsta a la libertad de las personas, porque sólo les brinda un derecho, y hoy están en libertad de ejercerlo o no.
Los partidarios del voto obligatorio deberían reconocer paladinamente que sólo lo son pensando en su conveniencia electoral y que su postura es incompatible con las bases de la democracia; o bien deberían confesar que, en su parecer, hay unos ciudadanos no suficientemente aptos para gozar de ciertas libertades, lo que conllevaría la conclusión lógica de que, entonces, tampoco estarían capacitados para resolver sobre otros, probablemente numerosos, asuntos que atañen al interés general. En tal caso, su voto debería, por consiguiente, valer menos que el de los demás.
Si los partidarios del voto obligatorio no están de acuerdo en eso, sin duda incurren en una gran inconsecuencia.
viernes, 8 de abril de 2011
¿Son los Obispos los Únicos Culpables?
Gran parte del escándalo que afecta a la Iglesia de Santiago, a raíz de las denuncias de abusos por parte de un sacerdote y una religiosa, deriva de la supuesta indiferencia de los superiores eclesiásticos de ambos en la arquidiócesis.
Pero ayer el senador y ex Presidente de la República, Eduardo Frei Ruiz Tagle, dio a conocer una actitud que explica por qué esas situaciones, que hoy son consideradas inaceptables y cuya impunidad aparece como inexplicable, pudieron permanecer en el tiempo y no ser contrarrestadas ni sancionadas oportunamente.
Declaró Frei al canal 24 Horas, sobre el caso del colegio de las Monjas Ursulinas: "Desde el año 90 ya se hablaba del tema. Lo he chequeado con mis hijas y ellas han conversado con sus compañeras y había muchos de estos conflictos. Eran los comentarios que yo escuchaba en el colegio".
¿Un padre de familia que oye, en el colegio al que van sus hijas, que ahí tienen lugar acciones indebidas de connotación sexual contra las alumnas, y no hace ni dice nada? ¿Todas las alumnas comentaban lo mismo y nada decían a sus padres ni a la superioridad eclesiástica? ¿Con qué autoridad, entonces, se hace escándalo porque un arzobispo tampoco reaccionó oportunamente ante similares versiones, si quienes estaban más inmediatamente afectados, primero que nadie supieron de los abusos y cuyas hijas estaban más expuestas a sus consecuencias, tampoco nada hicieron, y siguieron enviándolas al colegio como testimonio de que, en su parecer, nada anormal sucedía ahí?
El senador Frei también dice haber sabido de la situación en la parroquia de El Bosque: "Yo vivo muy cerca de El Bosque y a veces iba a Misa. Ya en esa época (el año 90) se hablaba del tema". Un católico se entera de que en esa parroquia se cometen abusos de connotación sexual en el año 90. No es un católico cualquiera: ese año 90 ya era senador, y precisamente por la circunscripción en que se encuentra la referida parroquia. Pero no dijo ni hizo nada. Posteriormente fue electo Presidente de la República, y tampoco dijo ni hizo nada.
¿No habría sido una obligación moral suya haber usado la autoridad y la influencia que le daban los cargos para los cuales habían sido elegido, para haberse acercado a las autoridades eclesiásticas y haberles manifestado su preocupación, como católico y senador, primero, y como Presidente, después?
Que los laicos, entonces, no descarguen sobre la autoridad religiosa toda su ira por haber demostrado una indiferencia inexcusable, porque ellos se comportaron exactamente de la misma manera.
Pero ayer el senador y ex Presidente de la República, Eduardo Frei Ruiz Tagle, dio a conocer una actitud que explica por qué esas situaciones, que hoy son consideradas inaceptables y cuya impunidad aparece como inexplicable, pudieron permanecer en el tiempo y no ser contrarrestadas ni sancionadas oportunamente.
Declaró Frei al canal 24 Horas, sobre el caso del colegio de las Monjas Ursulinas: "Desde el año 90 ya se hablaba del tema. Lo he chequeado con mis hijas y ellas han conversado con sus compañeras y había muchos de estos conflictos. Eran los comentarios que yo escuchaba en el colegio".
¿Un padre de familia que oye, en el colegio al que van sus hijas, que ahí tienen lugar acciones indebidas de connotación sexual contra las alumnas, y no hace ni dice nada? ¿Todas las alumnas comentaban lo mismo y nada decían a sus padres ni a la superioridad eclesiástica? ¿Con qué autoridad, entonces, se hace escándalo porque un arzobispo tampoco reaccionó oportunamente ante similares versiones, si quienes estaban más inmediatamente afectados, primero que nadie supieron de los abusos y cuyas hijas estaban más expuestas a sus consecuencias, tampoco nada hicieron, y siguieron enviándolas al colegio como testimonio de que, en su parecer, nada anormal sucedía ahí?
El senador Frei también dice haber sabido de la situación en la parroquia de El Bosque: "Yo vivo muy cerca de El Bosque y a veces iba a Misa. Ya en esa época (el año 90) se hablaba del tema". Un católico se entera de que en esa parroquia se cometen abusos de connotación sexual en el año 90. No es un católico cualquiera: ese año 90 ya era senador, y precisamente por la circunscripción en que se encuentra la referida parroquia. Pero no dijo ni hizo nada. Posteriormente fue electo Presidente de la República, y tampoco dijo ni hizo nada.
¿No habría sido una obligación moral suya haber usado la autoridad y la influencia que le daban los cargos para los cuales habían sido elegido, para haberse acercado a las autoridades eclesiásticas y haberles manifestado su preocupación, como católico y senador, primero, y como Presidente, después?
Que los laicos, entonces, no descarguen sobre la autoridad religiosa toda su ira por haber demostrado una indiferencia inexcusable, porque ellos se comportaron exactamente de la misma manera.
jueves, 7 de abril de 2011
La Prueba SIMCE Que Falta
Se han dado a conocer leves progresos en los niveles educacionales en Lenguaje y Matemática. No guardan proporción con los enormes aumentos de recursos destinados a la educación. Ni tampoco guardan relación con lo que es realmente importante para que las personas sean mejor educadas.
Está bien y es útil dominar mejor el lenguaje y los números, pero ¿quién mide si los chilenos de las nuevas generaciones son mejores personas?
No hay un SIMCE para saber si son más veraces, considerados con los demás, honestos, puntuales, cumplidores de sus obligaciones, respetuosos de las leyes, de los contratos y de la palabra empeñada.
¿Son más íntegros los alumnos de los segundos medios de hoy que los del año pasado? No lo sabemos. ¿Dicen más la verdad? ¿Son más cumplidores? ¿Más respetuosos de las leyes, el orden público, la moral y las buenas costumbres? No lo sabemos.
Hay que hacer un SIMCE para medir esas cosas. No estoy seguro de si mostraría que los chilenos estamos cada día "más caballeros" o "más rotos".
Está bien y es útil dominar mejor el lenguaje y los números, pero ¿quién mide si los chilenos de las nuevas generaciones son mejores personas?
No hay un SIMCE para saber si son más veraces, considerados con los demás, honestos, puntuales, cumplidores de sus obligaciones, respetuosos de las leyes, de los contratos y de la palabra empeñada.
¿Son más íntegros los alumnos de los segundos medios de hoy que los del año pasado? No lo sabemos. ¿Dicen más la verdad? ¿Son más cumplidores? ¿Más respetuosos de las leyes, el orden público, la moral y las buenas costumbres? No lo sabemos.
Hay que hacer un SIMCE para medir esas cosas. No estoy seguro de si mostraría que los chilenos estamos cada día "más caballeros" o "más rotos".
miércoles, 6 de abril de 2011
Estrategia Comunicacional
Todos los gobiernos "pautean" a los medios, o procuran hacerlo, para que éstos digan lo que ellos quieren y no digan lo que ellos no quieren... o lo digan apenas. Es una tarea difícil para los gobiernos en democracia, porque hay demasiados canales informativos: radios, emisoras de TV, diarios, revistas, periódicos digitales e infinitos blogs. Pero los medios realmente masivos son pocos: algunas estaciones de TV y algunos diarios. Las estrategias comunicacionales de los gobiernos se dirigen a controlar éstos, pero sólo mediante la "persuasión amigable", como debe ser en democracia.
El otro día, en el tráfago de informaciones que oigo, veo y leo diriamente, me enteré de que el gobierno "sabía" que la próxima encuesta Admimark-GFK, que es mensual, "venía mala" para él. Dicho sondeo suele ser la noticia más esperada del día en que aparece.
Entonces me mantuve a la expectativa, para ver cómo el gobierno iba a manejar la situación. Ayer apareció la encuesta y, una vez más, era obvio que iba a ser "la noticia del día" para la gente informada, porque dos personas con las cuales me encontré al ir a almorzar me dijeron espontánemanete, con toda precisión: "Piñera de nuevo tuvo 49 % de rechazo y 42% de aceptación".
Hasta ese momento pensé que el gobierno no iba a poder "manejar la situación", pero en la tarde compré "La Segunda" y vi que aquél sí había puesto en marcha un "control de daños" bastante eficaz: el gran titular en rojo decía que habia disminuido la victimización de los delitos en 2010 con respecto a 2009. Noticia importante y buena para el gobierno, pero no la que más interesaba a la gente. Sospeché que había habido un cuidadoso cálculo para dar a conocer en el momento oportuno los resultados de la encuesta sobre delincuencia y, posiblemente, un llamado al diario de por medio. Pero, de todas maneras, la encuesta Adimark-GFK venía mencionada en primera plana, eso sí que con titular más pequeño. Y en páginas interiores venía el detalle del sondeo.
Hoy en la mañana leí, como siempre, el principal diario, cuyo titular principal se refería también a la disminución de la victimización. Busqué en vano la noticia de más interés, la encuesta Adimark-GFK y no la encontré. ¡Imposible un "control de daños" más exitoso! Después, leyendo las páginas de crónica, hallé una breve nota de la sección "Política de Perfil", donde se decía que las ministras Evelyn Matthei y Carolina Schmidt habían ido a celebrar a La Moneda su ascenso en la encuesta, pues ambas habían mejorado respecto de la anterior. Aquí resultaba ineludible mencionar la noticia del día, de modo que en cuatro líneas se decía que el gobierno tenía un rechazo de 50 % y una aprobación de 43 %, y el Presidente 49% y 42 %, respectivamente.
Otro matutino, competidor del principal, también daba fe de que había recibido el llamado oficial y titulaba con la "noticia buena para el gobierno", la disminución de la victimización, pero por lo menos llevaba un gráfico de la encuesta Adimark-GFK en páginas interiores.
Que yo sepa, nadie ha comentado lo anterior, que pone de manifiesto la injerencia oficial sobre los principales medios y la forma cómo las noticias llegan (o no llegan) al grueso de la gente.
Este blog, que tiene 621 seguidores a esta fecha, y es visitado diariamente por 472 personas, según ayer me enteré en el sitio "sitemeter.com", el cual, además, me reveló que no menos de diez personas lo estaban leyendo en ese momento en Chicago, Illinois, garantizadamente no recibe llamados oficiales, se da cuenta de cosas como las anteriores y las comenta.
Tal vez su única gracia consista en eso.
El otro día, en el tráfago de informaciones que oigo, veo y leo diriamente, me enteré de que el gobierno "sabía" que la próxima encuesta Admimark-GFK, que es mensual, "venía mala" para él. Dicho sondeo suele ser la noticia más esperada del día en que aparece.
Entonces me mantuve a la expectativa, para ver cómo el gobierno iba a manejar la situación. Ayer apareció la encuesta y, una vez más, era obvio que iba a ser "la noticia del día" para la gente informada, porque dos personas con las cuales me encontré al ir a almorzar me dijeron espontánemanete, con toda precisión: "Piñera de nuevo tuvo 49 % de rechazo y 42% de aceptación".
Hasta ese momento pensé que el gobierno no iba a poder "manejar la situación", pero en la tarde compré "La Segunda" y vi que aquél sí había puesto en marcha un "control de daños" bastante eficaz: el gran titular en rojo decía que habia disminuido la victimización de los delitos en 2010 con respecto a 2009. Noticia importante y buena para el gobierno, pero no la que más interesaba a la gente. Sospeché que había habido un cuidadoso cálculo para dar a conocer en el momento oportuno los resultados de la encuesta sobre delincuencia y, posiblemente, un llamado al diario de por medio. Pero, de todas maneras, la encuesta Adimark-GFK venía mencionada en primera plana, eso sí que con titular más pequeño. Y en páginas interiores venía el detalle del sondeo.
Hoy en la mañana leí, como siempre, el principal diario, cuyo titular principal se refería también a la disminución de la victimización. Busqué en vano la noticia de más interés, la encuesta Adimark-GFK y no la encontré. ¡Imposible un "control de daños" más exitoso! Después, leyendo las páginas de crónica, hallé una breve nota de la sección "Política de Perfil", donde se decía que las ministras Evelyn Matthei y Carolina Schmidt habían ido a celebrar a La Moneda su ascenso en la encuesta, pues ambas habían mejorado respecto de la anterior. Aquí resultaba ineludible mencionar la noticia del día, de modo que en cuatro líneas se decía que el gobierno tenía un rechazo de 50 % y una aprobación de 43 %, y el Presidente 49% y 42 %, respectivamente.
Otro matutino, competidor del principal, también daba fe de que había recibido el llamado oficial y titulaba con la "noticia buena para el gobierno", la disminución de la victimización, pero por lo menos llevaba un gráfico de la encuesta Adimark-GFK en páginas interiores.
Que yo sepa, nadie ha comentado lo anterior, que pone de manifiesto la injerencia oficial sobre los principales medios y la forma cómo las noticias llegan (o no llegan) al grueso de la gente.
Este blog, que tiene 621 seguidores a esta fecha, y es visitado diariamente por 472 personas, según ayer me enteré en el sitio "sitemeter.com", el cual, además, me reveló que no menos de diez personas lo estaban leyendo en ese momento en Chicago, Illinois, garantizadamente no recibe llamados oficiales, se da cuenta de cosas como las anteriores y las comenta.
Tal vez su única gracia consista en eso.
martes, 5 de abril de 2011
Un Cuarto de Siglo de Silencio e Impunidad
La muy justificada conmemoración del vigésimo aniversario del asesinato de Jaime Guzmán contrastó con el silencio en que transcurrió, sólo un día antes, el 25° aniversario del asesinato de un líder poblacional de la UDI, Simón Yévenes, también a los 40 años de edad, como Jaime Guzmán, ambos víctimas del comunismo.
El abogado Marcelo Elissalde ha escrito sobre este cuarto de siglo de desmemoria e iniquidad. Ha recordado que Yévenes había sido amenazado por el brazo armado comunista, el FPMR, pero el dirigente UDI había dicho que no dejaría por temor la población en que vivía. En consecuencia, un grupo de terroristas del FPMR se apersonó en su pequeño almacén, a plena luz del día, y disparó contra él, asesinándolo a sangre fría, delante de sus hijos pequeños y de su mujer, el 1° de abril de 1986.
Poco después repitieron su procedimiento, asesinando, también a sangre fría, al joven carabinero Miguel Ángel Vásquez Tobar, de 21 años de edad, tras tenderle una celada. Pero la investigación de este asesinato permitió la captura de los terroristas, Hugo Gómez Peña, José Marín Correa y Belinda Zubicueta. Su persecución dio lugar a que se descubriera que la Vicaría de la Solidaridad financiaba la atención médica de los frentistas, mediante convenios con clínicas, y también la defensa judicial de los mismos. Fueron encargados reos un médico y un abogado de la Vicaría por este encubrimiento del terrorismo. El Episcopado nunca ha pedido perdón por esto. Ciertamente, todavía es tiempo de que lo haga, como en otros casos de delitos de religiosos ocurridos en los mismos años.
Y cuando llegó 1990, el inefable Patricio Aylwin, tan severo para poner en la picota pública a quienes salvaron al país del comunismo, indultó a los asesinos de Simón Yévenes y de Miguel Ángel Vásquez Tobar, conmutándoles la pena por extrañamiento, de modo que desde entonces están libres, pues abandonaron el país, dirigiéndose a Bélgica, donde la izquierda internacional les había conseguido trabajo.
El abogado encubridor de los terroristas después fue nombrado Director de la ANI, la oficina de inteligencia del gobierno de Aylwin ¡cuya misión era perseguir a los terroristas!
El resultado de los esfuerzos de la ANI quedó a la vista y se ha recordado en estos días: están también ¡todos! libres e impunes los autores del asesinato de Jaime Guzmán. Uno de los frentistas reside en Con Con y está en libertad, por supuesto. Otro, el jefe del Frente, goza de asilo político en Argentina.
¡Qué contraste! Se inventan leyes inexistentes para meter presos a los uniformados que combatieron a los terroristas, pero no se hace nada y ni siquiera se aplican las leyes existentes para que estos últimos paguen por sus crímenes. Y, peor aún, cuando algo se ha hecho, después el gobierno los ha indultado.
Gracias al abogado Elissalde, por enviar su "samiszdat" (diario clandestino en la URSS) para remover la triste, acomodaticia y lavada memoria de los chilenos.
El abogado Marcelo Elissalde ha escrito sobre este cuarto de siglo de desmemoria e iniquidad. Ha recordado que Yévenes había sido amenazado por el brazo armado comunista, el FPMR, pero el dirigente UDI había dicho que no dejaría por temor la población en que vivía. En consecuencia, un grupo de terroristas del FPMR se apersonó en su pequeño almacén, a plena luz del día, y disparó contra él, asesinándolo a sangre fría, delante de sus hijos pequeños y de su mujer, el 1° de abril de 1986.
Poco después repitieron su procedimiento, asesinando, también a sangre fría, al joven carabinero Miguel Ángel Vásquez Tobar, de 21 años de edad, tras tenderle una celada. Pero la investigación de este asesinato permitió la captura de los terroristas, Hugo Gómez Peña, José Marín Correa y Belinda Zubicueta. Su persecución dio lugar a que se descubriera que la Vicaría de la Solidaridad financiaba la atención médica de los frentistas, mediante convenios con clínicas, y también la defensa judicial de los mismos. Fueron encargados reos un médico y un abogado de la Vicaría por este encubrimiento del terrorismo. El Episcopado nunca ha pedido perdón por esto. Ciertamente, todavía es tiempo de que lo haga, como en otros casos de delitos de religiosos ocurridos en los mismos años.
Y cuando llegó 1990, el inefable Patricio Aylwin, tan severo para poner en la picota pública a quienes salvaron al país del comunismo, indultó a los asesinos de Simón Yévenes y de Miguel Ángel Vásquez Tobar, conmutándoles la pena por extrañamiento, de modo que desde entonces están libres, pues abandonaron el país, dirigiéndose a Bélgica, donde la izquierda internacional les había conseguido trabajo.
El abogado encubridor de los terroristas después fue nombrado Director de la ANI, la oficina de inteligencia del gobierno de Aylwin ¡cuya misión era perseguir a los terroristas!
El resultado de los esfuerzos de la ANI quedó a la vista y se ha recordado en estos días: están también ¡todos! libres e impunes los autores del asesinato de Jaime Guzmán. Uno de los frentistas reside en Con Con y está en libertad, por supuesto. Otro, el jefe del Frente, goza de asilo político en Argentina.
¡Qué contraste! Se inventan leyes inexistentes para meter presos a los uniformados que combatieron a los terroristas, pero no se hace nada y ni siquiera se aplican las leyes existentes para que estos últimos paguen por sus crímenes. Y, peor aún, cuando algo se ha hecho, después el gobierno los ha indultado.
Gracias al abogado Elissalde, por enviar su "samiszdat" (diario clandestino en la URSS) para remover la triste, acomodaticia y lavada memoria de los chilenos.
lunes, 4 de abril de 2011
¿Por Qué Somos el País que Somos?
Fui a un matrimonio el sábado y en la fiesta un vecino de mesa me preguntó cómo era posible que la izquierda, representativa de las cosas que más daño han hecho al país, comande el debate público, fije la agenda y sea el sector al cual todos quieren complacer.
No sé si pude explicarme claramente al responderle, pero le dije que siempre ha sido así. Por miedo. Éste forma parte del ADN de la chilenidad. Allende, que dejó al país al borde de irse al tarro de la basura, sembró el odio entre chilenos y amparó el armamentismo de unos para matar a otros y hacerse del poder, es un "gran héroe nacional" y tiene una estatua junto a La Moneda. Mientras tanto Pinochet, que nos salvó de todo aquello y lo evitó; que erradicó el terrorismo y "le cambió el chip a la economía", convirtiéndonos, como reconoció Clinton (nada de amigo de Pinochet) en 1991, en "la joya más preciada de la corona latinoamericana", es repudiado y denostado por la gran mayoría.
Parece ser una ley de la política chilena.
Jacqueline van Rysselberghe es defenestrada por hacer a un grupo de pobladores un ofrecimiento que tal vez no podía cumplir y que ni siquiera era ilegal (según el decreto exento 2.186), pocos días después de que Guido Girardi es elevado a la Presidencia del Senado, la segunda mayor dignidad del país; y todos sabemos todo lo que ha hecho Guido Girardi. Pero el Presidente Piñera le pidió a "El Mercurio" fotografiarlo junto a aquél, obviamente para que esa imagen apareciera en el diario (y apareció). Quería compartir algo de la dignidad de Girardi.
Pablo Longueira dijo hace unos años que se le había aparecido Jaime Guzmán y todo el mundo se rió e hizo escarnio de él. Gabriel Valdés dijo que se le había aparecido Jaime Guzmán en plena sesión del Senado y no perdió un ápice de respetabilidad ni nadie dijo absolutamente nada.
Los terroristas de izquierda se organizaron para tomar el poder por las armas, mataron, secuestraron, incendiaron, lanzaron bombas incendiarias a los buses, pusieron explosivos en el metro, hicieron estallar autos-bombas en las calles y provocaron muertes con sus atentados. Los militares, llamados para impedirles culminar su tarea, lo consiguieron y los derrotaron. Y, además de pacificar el país, lo devolvieron reconstruido y democrático a los civiles. Pero los primeros fueron perdonados e indemnizados generosamente, mientras los segundos fueron y son perseguidos judicialmente y convertidos en presos políticos, pues están tras las rejas contra toda legalidad, sirviendo larguísimas penas y en varios casos cadena perpetua.
¿Por qué sucede todo eso?, me preguntaba mi vecino de mesa. Mi respuesta siempre ha sido la misma, pedestre, tal vez poco convincente, pero estoy seguro de que profundamente real: por miedo a la izquierda, porque es violenta, agrede, insulta, "funa", ejecuta, atemoriza y vocifera. Así impone sus términos en la sociedad. Sus adversarios la temen y procuran amigarse con ella. Y por eso el país termina diciendo lo que quiere la izquierda, aunque ésta, fracasados su doctrina, su sistema y el modo de vida que pretendía imponer por la fuerza, deba conformarse con lo único que le queda: ser temida, respetada y no contradicha por nadie... mientras recibe mucho dinero, y cargos parlamentarios regalados al PC, ya que no tiene votos, de yapa.
Y por miedo terminamos como estamos, con Allende como Gran Héroe Nacional y Pinochet como Enemigo Público Número Uno; con la Intendenta destituida y Girardi a la cabeza de un Poder Público; con Longueira recibiendo burlas y Valdés reverencias; con los terroristas libres y cobrando indemnizaciones millonarias, mientras los militares siguen presos y deben ir engrillados a recibir atención hospitalaria.
Por eso, y muchas cosas más, la izquierda impone sus términos y el resto somos el país cobarde que somos.
No sé si pude explicarme claramente al responderle, pero le dije que siempre ha sido así. Por miedo. Éste forma parte del ADN de la chilenidad. Allende, que dejó al país al borde de irse al tarro de la basura, sembró el odio entre chilenos y amparó el armamentismo de unos para matar a otros y hacerse del poder, es un "gran héroe nacional" y tiene una estatua junto a La Moneda. Mientras tanto Pinochet, que nos salvó de todo aquello y lo evitó; que erradicó el terrorismo y "le cambió el chip a la economía", convirtiéndonos, como reconoció Clinton (nada de amigo de Pinochet) en 1991, en "la joya más preciada de la corona latinoamericana", es repudiado y denostado por la gran mayoría.
Parece ser una ley de la política chilena.
Jacqueline van Rysselberghe es defenestrada por hacer a un grupo de pobladores un ofrecimiento que tal vez no podía cumplir y que ni siquiera era ilegal (según el decreto exento 2.186), pocos días después de que Guido Girardi es elevado a la Presidencia del Senado, la segunda mayor dignidad del país; y todos sabemos todo lo que ha hecho Guido Girardi. Pero el Presidente Piñera le pidió a "El Mercurio" fotografiarlo junto a aquél, obviamente para que esa imagen apareciera en el diario (y apareció). Quería compartir algo de la dignidad de Girardi.
Pablo Longueira dijo hace unos años que se le había aparecido Jaime Guzmán y todo el mundo se rió e hizo escarnio de él. Gabriel Valdés dijo que se le había aparecido Jaime Guzmán en plena sesión del Senado y no perdió un ápice de respetabilidad ni nadie dijo absolutamente nada.
Los terroristas de izquierda se organizaron para tomar el poder por las armas, mataron, secuestraron, incendiaron, lanzaron bombas incendiarias a los buses, pusieron explosivos en el metro, hicieron estallar autos-bombas en las calles y provocaron muertes con sus atentados. Los militares, llamados para impedirles culminar su tarea, lo consiguieron y los derrotaron. Y, además de pacificar el país, lo devolvieron reconstruido y democrático a los civiles. Pero los primeros fueron perdonados e indemnizados generosamente, mientras los segundos fueron y son perseguidos judicialmente y convertidos en presos políticos, pues están tras las rejas contra toda legalidad, sirviendo larguísimas penas y en varios casos cadena perpetua.
¿Por qué sucede todo eso?, me preguntaba mi vecino de mesa. Mi respuesta siempre ha sido la misma, pedestre, tal vez poco convincente, pero estoy seguro de que profundamente real: por miedo a la izquierda, porque es violenta, agrede, insulta, "funa", ejecuta, atemoriza y vocifera. Así impone sus términos en la sociedad. Sus adversarios la temen y procuran amigarse con ella. Y por eso el país termina diciendo lo que quiere la izquierda, aunque ésta, fracasados su doctrina, su sistema y el modo de vida que pretendía imponer por la fuerza, deba conformarse con lo único que le queda: ser temida, respetada y no contradicha por nadie... mientras recibe mucho dinero, y cargos parlamentarios regalados al PC, ya que no tiene votos, de yapa.
Y por miedo terminamos como estamos, con Allende como Gran Héroe Nacional y Pinochet como Enemigo Público Número Uno; con la Intendenta destituida y Girardi a la cabeza de un Poder Público; con Longueira recibiendo burlas y Valdés reverencias; con los terroristas libres y cobrando indemnizaciones millonarias, mientras los militares siguen presos y deben ir engrillados a recibir atención hospitalaria.
Por eso, y muchas cosas más, la izquierda impone sus términos y el resto somos el país cobarde que somos.
domingo, 3 de abril de 2011
Mi Lectura de la Renuncia de la Intendenta
Bueno, cuando hasta había aparecido una justificación legal para el ofrecimiento supuestamente ilegal de la Intendenta de la VIII Región a los allegados de Nueva Aurora (la resolución exenta 2.186, que permitía incluir entre los damnificados a un porcentaje de quienes, en rigor, no lo fueran) ella ha renunciado al cargo.
¿Por qué lo ha hecho ahora y no antes? Yo no lo sé, pero tengo razones para suponerlo: lo ha hecho porque la acusación constitucional se iba a aprobar. Y se iba a aprobar porque existe ya certeza de las deserciones que se iban a producir en las propias filas de la Alianza.
Las fuerzas estaban muy equilibradas: la Concertación y la Alianza tenían 57 votos cada una. Los votos del PRI estaban divididos ingualitariamente, pero había tres indecisos; y el voto restante, del PRO, estaba indeciso.
El único factor en contra de la Intendenta era que en la Alianza había más indecisos que en la Concertación. Es decir, la Intendenta corría el riesgo de perder la votación de la acusación víctima del "fuego amigo". Una manera de describir un rasgo no infrecuente en nuestro medio y en particular en la centro-derecha: el de "darse vuelta la chaqueta".
Ella sabía que estaba bajo el "fuego amigo" (si es que puede llamarse "amigo") de RN. Pero, además, algunos hacían labor de zapa en su contra dentro de su propio partido. Y así nadie puede.
La gente cree que, ahora, la Concertación se desistirá de la acusación, pero a ésta no le conviene ni tiene por qué hacerlo. Pues la renuncia de la Intendenta no inhibe la prosecución de la acusación, así es que podría ser aprobada de todas maneras y con ello se conseguiría el alejamiento de Jacqueline van Rysselberghe de todo cargo público por cinco años, lo cual políticamente le convendría a sus adversarios, porque ella ha venido obteniendo cada vez más votos en sucesivas elecciones de alcalde (la última vez casi consiguió los dos tercios de los sufragios).
De modo que si la Concertación retira la acusación, la ex Intendenta podrá presentarse como candidata a senadora, y si la prosigue y aprueba, no.
En este momento, aun con toda la campaña en contra que ha sufrido Jacqueline van Rysselberghe, su apoyo ronda el 50 por ciento en la región.
Por consiguiente, predigo: 1) Que la oposición va a persistir en la acusación, pese a la renuncia, porque su objetivo es impedir la candidatura senatorial de la ex Intendenta, que sería ciertamente segura si no hubiera o no se aprobara el libelo. 2) Que la acusación se va a aprobar, por las deserciones y "vueltas de chaqueta" de sus compañeros de coalición, que también, por intereses políticos propios (algunos UDI) y también de su partido (todos los de RN) quieren ver desaparecer de la región a esta mujer que consigue tantos votos.
Por supuesto que puedo equivocarme, porque he hecho un análisis lógico, y con frecuencia la política nacional discurre por vericuetos ajenos a la lógica u obedientes a razones, si bien dotadas de su propia lógica, inconfesables.
¿Por qué lo ha hecho ahora y no antes? Yo no lo sé, pero tengo razones para suponerlo: lo ha hecho porque la acusación constitucional se iba a aprobar. Y se iba a aprobar porque existe ya certeza de las deserciones que se iban a producir en las propias filas de la Alianza.
Las fuerzas estaban muy equilibradas: la Concertación y la Alianza tenían 57 votos cada una. Los votos del PRI estaban divididos ingualitariamente, pero había tres indecisos; y el voto restante, del PRO, estaba indeciso.
El único factor en contra de la Intendenta era que en la Alianza había más indecisos que en la Concertación. Es decir, la Intendenta corría el riesgo de perder la votación de la acusación víctima del "fuego amigo". Una manera de describir un rasgo no infrecuente en nuestro medio y en particular en la centro-derecha: el de "darse vuelta la chaqueta".
Ella sabía que estaba bajo el "fuego amigo" (si es que puede llamarse "amigo") de RN. Pero, además, algunos hacían labor de zapa en su contra dentro de su propio partido. Y así nadie puede.
La gente cree que, ahora, la Concertación se desistirá de la acusación, pero a ésta no le conviene ni tiene por qué hacerlo. Pues la renuncia de la Intendenta no inhibe la prosecución de la acusación, así es que podría ser aprobada de todas maneras y con ello se conseguiría el alejamiento de Jacqueline van Rysselberghe de todo cargo público por cinco años, lo cual políticamente le convendría a sus adversarios, porque ella ha venido obteniendo cada vez más votos en sucesivas elecciones de alcalde (la última vez casi consiguió los dos tercios de los sufragios).
De modo que si la Concertación retira la acusación, la ex Intendenta podrá presentarse como candidata a senadora, y si la prosigue y aprueba, no.
En este momento, aun con toda la campaña en contra que ha sufrido Jacqueline van Rysselberghe, su apoyo ronda el 50 por ciento en la región.
Por consiguiente, predigo: 1) Que la oposición va a persistir en la acusación, pese a la renuncia, porque su objetivo es impedir la candidatura senatorial de la ex Intendenta, que sería ciertamente segura si no hubiera o no se aprobara el libelo. 2) Que la acusación se va a aprobar, por las deserciones y "vueltas de chaqueta" de sus compañeros de coalición, que también, por intereses políticos propios (algunos UDI) y también de su partido (todos los de RN) quieren ver desaparecer de la región a esta mujer que consigue tantos votos.
Por supuesto que puedo equivocarme, porque he hecho un análisis lógico, y con frecuencia la política nacional discurre por vericuetos ajenos a la lógica u obedientes a razones, si bien dotadas de su propia lógica, inconfesables.
sábado, 2 de abril de 2011
A Cualquiera Puede Pasarle
Juristas, analistas, opinólogos, políticos, espcialistas y generalistas han opinado sobre la acusación constitucional a la Intendenta de la VIII Región, junto a una especie que también lo ha hecho y a la cual yo pertenezco: la de los blogueros. Y, que yo sepa, nadie ha dicho lo esencial del caso, con una sola excepción: la Intendenta.
Todos nos hemos constreñido a debatir si hay "infracción de la Constitución" o "delitos de traición, sedición, malversación de fondos públicos y concusión", que son las causales por las cuales puede ser acusado un Intendente. Y a esta altura del debate parecía que la única causal sobreviviente era la "infracción a la Constitución", pues todo el mundo estaba concorde en que "traición" no era lo que había hecho la Intendenta; tampoco "sedición", pues no pretendía alzarse contra ninguna otra autoridad; ni "malversación de fondos públicos", porque no los había manejado en el caso (a lo más podía decirse que había propuesto destinar fondos para personas que habían perdido sus casas en el terremoto, sin que las hubieran perdido; pero, en definitiva, no lo hizo); ni, en fin, "concusión", pues nadie ha dicho siquiera que hubiera ofrecido o recibido un cohecho.
En consecuencia, sólo quedaba en pie que la promesa podría ser una "infracción a la Constitución". Por cierto, el sentido común dice que no, que una infracción a la Constitución sancionable con un "juicio político", como se llama el procedimiento de una acusación constitucional, es otra cosa y de otro nivel. Pasar con luz roja también es, en último término, una "infracción a la Constitución", pero nadie diría que se puede acusar constitucionalmente al Presidente, a un Ministro o a un Intendente por pasar con luz roja. Es de sentido común.
No obstante, un senador del mismo partido de la Intendenta dijo en un diario que, si él hubiera estado en el cargo, visto lo sucedido, habría renunciado en febrero.
Hasta aquí el debate.
Yo, que leo varios diarios, varias revistas, oigo espacios políticos en la radio y los veo en la televisión (no todos, por supuesto) creía que los anteriores eran los términos del debate.
Hasta que ayer, en "La Segunda", leí una entrevista a la Intendenta de la VIII Región. Le consultan por la opinión del senador de su partido, que habría renunciado en febrero, y ella dice algo que hace toda la diferencia: está de acuerdo en que si él hubiera sido el Intendente, habría renunciado. Y explica: "por cómo es él". Pero ella es distinta, y por eso no habría renunciado en febrero ni lo ha hecho hasta hoy.
Pero eso no fue lo más importante de la entrevista. Lo más importante es de la esencia del problema y nadie lo había dicho hasta ahora (al menos, nadie entre todas las versiones y opiniones que he leído): hay una resolución exenta de Vivienda, la número 2.186, que permite a personas postular a proyectos colectivos en favor de damnificados, con un 80 por ciento de damificados. Es decir, permite postular también a personas que no hayan resultado directamente damnificadas, si forman parte del "colectivo" que ha resultado damnificado.
De acuerdo con esa resolución, lo que ofreció la Intendenta no fue "hacer una trampita", como todos (me incluyo) creíamos, sino acogerse a un procedimiento excepcional, pero perfectamente legal.
Nos hemos encontrado con una mujer fuerte, qué duda cabe. Por algo sus adversarios quieren sacarla de la escena durante cinco años y sus aliados (con algunas excepciones) la defienden a brazo partido. Pero resulta que, además, tenía una sustento legal para actuar como actuó.
Al parecer, a quienes formularon la acusación constitucional les faltó leer todas las leyes que tenían que leer antes de presentarla. "La letra chica", la resolución exenta 2.186.
A cualquiera puede pasarle.
Todos nos hemos constreñido a debatir si hay "infracción de la Constitución" o "delitos de traición, sedición, malversación de fondos públicos y concusión", que son las causales por las cuales puede ser acusado un Intendente. Y a esta altura del debate parecía que la única causal sobreviviente era la "infracción a la Constitución", pues todo el mundo estaba concorde en que "traición" no era lo que había hecho la Intendenta; tampoco "sedición", pues no pretendía alzarse contra ninguna otra autoridad; ni "malversación de fondos públicos", porque no los había manejado en el caso (a lo más podía decirse que había propuesto destinar fondos para personas que habían perdido sus casas en el terremoto, sin que las hubieran perdido; pero, en definitiva, no lo hizo); ni, en fin, "concusión", pues nadie ha dicho siquiera que hubiera ofrecido o recibido un cohecho.
En consecuencia, sólo quedaba en pie que la promesa podría ser una "infracción a la Constitución". Por cierto, el sentido común dice que no, que una infracción a la Constitución sancionable con un "juicio político", como se llama el procedimiento de una acusación constitucional, es otra cosa y de otro nivel. Pasar con luz roja también es, en último término, una "infracción a la Constitución", pero nadie diría que se puede acusar constitucionalmente al Presidente, a un Ministro o a un Intendente por pasar con luz roja. Es de sentido común.
No obstante, un senador del mismo partido de la Intendenta dijo en un diario que, si él hubiera estado en el cargo, visto lo sucedido, habría renunciado en febrero.
Hasta aquí el debate.
Yo, que leo varios diarios, varias revistas, oigo espacios políticos en la radio y los veo en la televisión (no todos, por supuesto) creía que los anteriores eran los términos del debate.
Hasta que ayer, en "La Segunda", leí una entrevista a la Intendenta de la VIII Región. Le consultan por la opinión del senador de su partido, que habría renunciado en febrero, y ella dice algo que hace toda la diferencia: está de acuerdo en que si él hubiera sido el Intendente, habría renunciado. Y explica: "por cómo es él". Pero ella es distinta, y por eso no habría renunciado en febrero ni lo ha hecho hasta hoy.
Pero eso no fue lo más importante de la entrevista. Lo más importante es de la esencia del problema y nadie lo había dicho hasta ahora (al menos, nadie entre todas las versiones y opiniones que he leído): hay una resolución exenta de Vivienda, la número 2.186, que permite a personas postular a proyectos colectivos en favor de damnificados, con un 80 por ciento de damificados. Es decir, permite postular también a personas que no hayan resultado directamente damnificadas, si forman parte del "colectivo" que ha resultado damnificado.
De acuerdo con esa resolución, lo que ofreció la Intendenta no fue "hacer una trampita", como todos (me incluyo) creíamos, sino acogerse a un procedimiento excepcional, pero perfectamente legal.
Nos hemos encontrado con una mujer fuerte, qué duda cabe. Por algo sus adversarios quieren sacarla de la escena durante cinco años y sus aliados (con algunas excepciones) la defienden a brazo partido. Pero resulta que, además, tenía una sustento legal para actuar como actuó.
Al parecer, a quienes formularon la acusación constitucional les faltó leer todas las leyes que tenían que leer antes de presentarla. "La letra chica", la resolución exenta 2.186.
A cualquiera puede pasarle.
viernes, 1 de abril de 2011
Aniversario de la Muerte de Jaime Guzmán
Fui a la Misa de aniversario obedeciendo a un impulso personal. Conocí a Jaime Guzmán, pero sólo fui un "amigo distante" suyo. Sólo una vez fui a una comida en su departamento y me llamó la atención lo bien servida, la autoridad que tenía sobre él una "nana" bastante mayor y, durante "la tour de propietaire" que varios concurrentes le pidieron que nos hiciera, la sorpresa de ver en su dormitorio un reclinatorio negro de fina factura, digno de una catedral gótica; y el hecho de que tuviera una calavera sobre el velador. Le pregunté por qué dormía cerca de ese objeto macabro y me respondió: "Para tener siempre presente la cercanía de la muerte".
Trabajamos juntos, a fines de los '60 y durante los '70, en el grupo Portada, que producía la revista de ese nombre y luego fundó "Qué Pasa". Cuando buscábamos un nombre para esta última, en enero de 1971, Jaime sugirió el que finalmente se adoptó. Era el de una revista española de la época.
En 1974, en uno de los almuerzos de la revista, al que asistía un escritor inglés de derecha, interesado en saber por qué no se evitaban los atropellos a los derechos humanos, Jaime dijo: "Cada vez que estoy con el general Pinochet yo le digo que debe controlar lo que hace la DINA, que se ha convertido en un Estado dentro del Estado". Creo que la cita es bastante textual. Yo en ese momento me sorprendí, porque no sabía que él tuviera tanta cercanía con el general Pinochet.
Pocos años después, en las cercanías de la consulta popular de 1978, que el Gobierno Militar ganó ampliamente, pero que después no ha sido tomada en serio y ni siquiera consignada (la consulta era bastante abrupta, pues la ciudadanía debía elegir entre la confirmación del gobierno o el retorno al estado de cosas que había antes del 11 de septiembre de 1973), me encontré con Jaime en la entrada del edificio de gobierno. el Diego Portales, encuentro del cual sólo conservo dos recuerdos: uno, personal, pues me trató de "muy apreciado amigo", de lo cual deduje que yo habría tenido posiciones de su completo agrado en el tiempo precedente (yo era, a la sazón, director de "La Segunda"); y el otro, que me dijo que la consulta popular era un expediente indispensable, "pues el Gobierno Militar estaba prácticamente caído", cosa que me sorprendió sobremanera, pues no me había percatado en lo más mínimo de ella y creo que el 99 % de los chilenos tampoco.
Años después, al presentar Hernán Büchi su renuncia como candidato presidencial representativo de las fuerzas que apoyaban al Gobierno Militar, un grupo de amigos insistió en que yo debía tomar esa bandera. En el hecho, tomé la bandera, pero casi nadie, fuera del referido grupo de amigos, me siguió en la gesta, con dos excepciones: el Presidente Pinochet, que declaró públicamente ante la prensa que apoyaba mi postulación, cosa que la prensa se preocupó de mantener bastante oculta, posiblemente con buenas razones; y Jaime Guzmán, que llegó a arriesgarse a expresar en un programa político de televisión que veía con buenos ojos la posibilidad de que yo sucediera a Hernán Büchi, porque apreciaba similitud de puntos de vista entre ambos.
Recordé lo anterior mientras esperaba que comenzara la ceremonia de esta mañana. A la entrada saludé al presidente de la UDI, senador Coloma, a quien pregunté si me iba a permitir el ingreso, a lo cual contestó afirmativamente, con bastante generosidad. Observé cuando entró Joaquín Lavín por el pasillo central de la Catedral; luego hubo una explosión de aplausos y transitó Pablo Longueira. Finalmente hubo un aplauso tibio y cortés e hizo su ingreso el Presidente de la República, a quien Jaime ciertamente no admiraba, como se encargó de hacerme saber reiteradamente, cuando me instaba a aceptar ser candidato a senador por Santiago Oriente junto con Piñera, con la precisa misión de derrotarlo, encargo que estuve muy lejos de cumplir.
Este país habría sido muy diferente, y por cierto peor, si no hubiera existido Jaime Guzmán. Y también ha sido muy distinto, y también ciertamente peor, por el hecho de que el brazo armado comunista lo haya asesinado.
Trabajamos juntos, a fines de los '60 y durante los '70, en el grupo Portada, que producía la revista de ese nombre y luego fundó "Qué Pasa". Cuando buscábamos un nombre para esta última, en enero de 1971, Jaime sugirió el que finalmente se adoptó. Era el de una revista española de la época.
En 1974, en uno de los almuerzos de la revista, al que asistía un escritor inglés de derecha, interesado en saber por qué no se evitaban los atropellos a los derechos humanos, Jaime dijo: "Cada vez que estoy con el general Pinochet yo le digo que debe controlar lo que hace la DINA, que se ha convertido en un Estado dentro del Estado". Creo que la cita es bastante textual. Yo en ese momento me sorprendí, porque no sabía que él tuviera tanta cercanía con el general Pinochet.
Pocos años después, en las cercanías de la consulta popular de 1978, que el Gobierno Militar ganó ampliamente, pero que después no ha sido tomada en serio y ni siquiera consignada (la consulta era bastante abrupta, pues la ciudadanía debía elegir entre la confirmación del gobierno o el retorno al estado de cosas que había antes del 11 de septiembre de 1973), me encontré con Jaime en la entrada del edificio de gobierno. el Diego Portales, encuentro del cual sólo conservo dos recuerdos: uno, personal, pues me trató de "muy apreciado amigo", de lo cual deduje que yo habría tenido posiciones de su completo agrado en el tiempo precedente (yo era, a la sazón, director de "La Segunda"); y el otro, que me dijo que la consulta popular era un expediente indispensable, "pues el Gobierno Militar estaba prácticamente caído", cosa que me sorprendió sobremanera, pues no me había percatado en lo más mínimo de ella y creo que el 99 % de los chilenos tampoco.
Años después, al presentar Hernán Büchi su renuncia como candidato presidencial representativo de las fuerzas que apoyaban al Gobierno Militar, un grupo de amigos insistió en que yo debía tomar esa bandera. En el hecho, tomé la bandera, pero casi nadie, fuera del referido grupo de amigos, me siguió en la gesta, con dos excepciones: el Presidente Pinochet, que declaró públicamente ante la prensa que apoyaba mi postulación, cosa que la prensa se preocupó de mantener bastante oculta, posiblemente con buenas razones; y Jaime Guzmán, que llegó a arriesgarse a expresar en un programa político de televisión que veía con buenos ojos la posibilidad de que yo sucediera a Hernán Büchi, porque apreciaba similitud de puntos de vista entre ambos.
Recordé lo anterior mientras esperaba que comenzara la ceremonia de esta mañana. A la entrada saludé al presidente de la UDI, senador Coloma, a quien pregunté si me iba a permitir el ingreso, a lo cual contestó afirmativamente, con bastante generosidad. Observé cuando entró Joaquín Lavín por el pasillo central de la Catedral; luego hubo una explosión de aplausos y transitó Pablo Longueira. Finalmente hubo un aplauso tibio y cortés e hizo su ingreso el Presidente de la República, a quien Jaime ciertamente no admiraba, como se encargó de hacerme saber reiteradamente, cuando me instaba a aceptar ser candidato a senador por Santiago Oriente junto con Piñera, con la precisa misión de derrotarlo, encargo que estuve muy lejos de cumplir.
Este país habría sido muy diferente, y por cierto peor, si no hubiera existido Jaime Guzmán. Y también ha sido muy distinto, y también ciertamente peor, por el hecho de que el brazo armado comunista lo haya asesinado.