"El que esté libre de culpa, que lance la primera piedra", dijo el Señor. Como en el tema que voy abordar no hay casi nadie libre de culpa, casi nadie debería decir nada; pero como eso sería muy inconveniente, me aventuro, lleno de culpa, a lanzar la primera piedra.
Pues durante semanas vino teniendo lugar en la prensa el debate acerca de si el voto debería ser o no voluntario entre nosotros. Partidarios y adversarios cruzaban espadas con mucho entusiasmo, hasta que apareció una persona debidamente informada del tema (el debate suele ser monopolizado por quienes no lo son), cuyo nombre es Andrés Tagle, especialista en el tema electoral, e hizo un aporte simple pero fundamental: desde 2009 rige una reforma constitucional, aprobada tras ser patrocinada por el gobierno de Michelle Bachelet, que estableció en Chile la inscripción automática y el voto voluntario. Confieso haberlo olvidado, así es que, al reírme de todos los demás por ello, me río también de mí mismo.
Esta voluntariedad ha sido una antigua aspiración de los partidarios de una sociedad libre, entre los cuales Michelle Bachelet no se contó nunca antes de ser Presidenta, pues era socialista extrema; pero, después del logro señalado, parece quedar perfectamente habilitada para presentar una solicitud de admisión al sector.
Pues los socialistas como ella, y los izquierdistas en general, son contrarios a la libre elección de las personas. En realidad, el socialismo consiste en imponerles a las personas casi todo lo que deben hacer. Y, según ellos, lo que las personas deben hacer es lo que ellos quieren que se haga.
Como siempre he sido partidario de la libertad de elegir, y por eso apoyé al Gobierno Militar, para que la instaurara firmemente en Chile, cosa que hizo en el más amplio sentido del término (aunque se tomó su tiempo), ya desde que fui candidato a senador, en 1989, elaboré un conjunto de proposiciones que pensaba impulsar si era elegido, entre las cuales se contaba la de establecer la inscripción automática y el voto voluntario.
Bueno, sorprendidos los propiciadores de la obligatoriedad máxima (inscripción automática y voto obligatorio; pues hoy la inscripción, al menos, de hecho es voluntaria, y quieren derogar sólo eso) por la noticia de la reforma constitucional, no por eso han dejado de argumentar en favor de la obligatoriedad del voto, y sus dos razones básicas, que fundan en estadísticas, son de que la abstención es mayor entre los más pobres y los menos letrados. Y como la izquierda cree obtener sus votos principalmente de esos sectores, hay una razón pragmática para que deseen el voto obligatorio.
Pero, en el fondo, su posición es insostenible, porque equivale a decir que los más pobres y menos instruidos carecen de la capacidad básica de poder decidir por sí mismos. Y si esto fuera así, querría decir que tampoco deberían tener los mismos derechos que los menos pobres y más instruidos, justamente por carecer del discernimiento suficiente. Entonces, con su argumentación, los izquierdistas no hacen otra cosa que desvalorizar el concepto básico y piedra angular de la democracia, de que cada persona tiene el mismo derecho a decidir acerca de los destinos del país que cualquier otra, y que entre nosotros no hay clase ni grupo privilegiados, como dice la Constitución.
La única solución compatible con una sociedad libre es que el voto sea voluntario. La inscripción automática no obsta a la libertad de las personas, porque sólo les brinda un derecho, y hoy están en libertad de ejercerlo o no.
Los partidarios del voto obligatorio deberían reconocer paladinamente que sólo lo son pensando en su conveniencia electoral y que su postura es incompatible con las bases de la democracia; o bien deberían confesar que, en su parecer, hay unos ciudadanos no suficientemente aptos para gozar de ciertas libertades, lo que conllevaría la conclusión lógica de que, entonces, tampoco estarían capacitados para resolver sobre otros, probablemente numerosos, asuntos que atañen al interés general. En tal caso, su voto debería, por consiguiente, valer menos que el de los demás.
Si los partidarios del voto obligatorio no están de acuerdo en eso, sin duda incurren en una gran inconsecuencia.
Desde hace un tiempo me pregunto por que si pedimos tantos requisitos para por ejemplo conducir, tantos papeles para un kiosco de diarios, o ejercer el más humilde de los oficios, ¿por qué para votar solo pedimos que tenga una edad determinada y que no este condenado por delitos graves?, el voto es el elemento fundamental del sistema político, es con el que se determina el futuro de la sociedad, siempre nos quejamos de los políticos que tenemos (como el evasor de impuestos, obstructor de la justicia, traficante de influencias, violador del código de ética médica, defraudador del fisco etc. que tenemos como presidente del Senado y el coimero que hay de vice), pero ¿no estará mal dirigida la critica y los culpables somos los votantes? o mejor dicho ¿no deberíamos exigir a los votantes un mínimo de requisitos?, y siendo rudo, pero a la vez super claro, ¿no es extraño que gente con la que no estaríamos 5 minutos en una mesa, tenga derecho al voto?, el voto es un arma, por lo que ¿por qué es tan fácil tenerlo?, si fuera difícil, si fuera no un regalo, sino algo que necesitara esfuerzo, el voto sería valorado, los votantes serían de verdad votantes informados, ¿por qué quien no cuida lo que le costo conseguir?, y ya los políticos no podrían tratarnos como tarados y subnormales, en efecto creo además, en una realidad así, ratas de cola “pela” como Guirardi, nunca tendrían oportunidad. Sobre el tema de la obligatoriedad, es algo que he dicho una y otra vez, los zurdos se dieron cuenta que se dispararon en los pies y no saben como zafar.
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ResponderEliminarMuy de acuerdo con Don Hermogenes y Marco Enriquez-Ominami(hijo de mirista y principal promotor de esta medida). ¿Quién lo diría Don Hermogenes?
ResponderEliminarSeñorito Hetai. ¿Y qué paso con la Diputada Nogueira?, tan pilla ella y nadie se acuerda.
Por quien votaste sagredo? apuesto que por Humala.. pobeshito.. esta nervioso el zurdito y por eso borra lo que escribe, o Lima no se conecta?
ResponderEliminarUna vez más estoy en completo desacuerdo. Usted don Hermo muchas veces ha reclamado porque en este país se ha ido perdiendo el sentido de responsabilidad y del deber. Bueno, el votar y elegir a las autoridades que rigen los destinos de este país es un derecho que nos corresponde, pero también es un deber. Todos los ciudadanos tenemos el deber de elegir, responsablemente, a nuestras a nuestras autoridades.
ResponderEliminarEs una bonita discusión filosófica entorno a los derechos y las obligaciones como ciudadano que somos. Y le saco toda la carga ideológica con la cual usted quiso llenar su argumentación.
Heitai te suguiero que busques en la historia de chile ¿que paso cuando el voto era censitario? especialmente el periodo conocido como parlamentarismo, como adelanto.
ResponderEliminarEn ese periodo y en los anteriores no se produjo un alza en el numero de votantes informados, sino todo lo contrario, los burgueses monopolizaban el conocimiento y a educacion era unprivilegio de los mas ricos, y cada vez tenian que hacer menos esfuerzos para robarse, ¡si! robarse la plata, los conflictos de intereses eran pan de cada dia habia parlamentarios banqueros y se consideraba al chileno promedio similar a un animal, esto llevaba a los parlamentarios a estar mas interesados en congraciarse con los europeos que en satisfacer las necesidades de su gente.
Finalmente yo creo que girardi defensor de causas populares no tendria tantos problemas para ser electo como por ejemplo Novoa.
por que? Girardi es un bocon, e igual botan por el a sabiendas de que realmente sabe poco, SE IMAGINA A Novoa exponiendo las ventajas de regalarles codelco a los gringos, o impidiendole a la gente lavar su auto en la calle (eso es ley, me imagino que en su momento voto a favor)O mejor aun sobre las ventajas de aumentar el control de los padres sobre los hijos, o de expulsar a los inmigrantes y quisas eliminar los sindicatos y los derechos laborales, pues como dice don hermogenes causan desempleo.
Votantes informados no le conviene a ningun politico, por que lo obliga a esforzarse mas.
Ahora ya sabe por que el voto al pincipio era censitario (si no saBE LEA LA HISTORIA DE chile encina y castedo)
Hola: Si nuestro país desea ser un país crecido y maduro (y no una especie de kindergarten donde "papá Estado" regula, prohibe, administra y autoriza solo lo que "le parece")la fórmula inscripción automática y voto voluntario es la mejor.
ResponderEliminarSolo la abstención estimula a los partidos a mejorar su oferta, hacer una política "con altura de miras" y lograr que la persona vaya a votar por las ideas que mejor lo representan(en el libre juego democrático).
El voto obligatorio estimula lo peor de este sistema: el clientelismo político, la demagogia y los "electores cautivos" (como la izquierda lo hace con sus bases y con los que simpatizan con sus ideas a través del ya mencionado clientelismo:"pegas" futuras si ganamos)
MUZICPROG