Como
estamos en Chile, celebramos la Independencia el 18 de septiembre, fecha en que
no tuvo lugar la Independencia. Lo afirmo no sólo porque en ese día de 1810 de
hecho se proclamara nuestra dependencia (que es lo contrario de independencia)
de la corona de Fernando VII, sino porque después hubo un acta explícita de
proclamación de la Independencia, con fecha 1° de enero de 1818, que expresó haber
sido firmada en Concepción. Claro, nunca hemos celebrado el aniversario de
nuestra Independencia el 1° de enero, que sería lo que correspondería. Tal vez
porque entonces, al igual que ahora, estaba de por medio lo que he llamado “la
cosa chilena”: pues, como éste es un país en que las cosas se hacen “a la
chilena”, el Acta de la Independencia no fue verdaderamente firmada en
Concepción el 1° de enero de 1818, como rezaba su texto original, que ya no
existe, pues el conocido investigador y jurista Marcelo Elissalde Martel afirma
que se quemó en el Palacio de La Moneda el 11 de septiembre de 1973. En
realidad, ella se firmó el 12 de febrero de 1818, y no en Concepción, sino en
Talca. Pero el Acta decía “Concepción”. Obvio, era un tremendo trabajo (cosa
que todos los chilenos eludimos) caligrafiarla de nuevo y poner al pie “Talca”
en lugar de “Concepción”.
En todo
caso, este 204° aniversario nos encuentra en plena “desarticulación nacional”,
como titulé en un blog reciente. Todavía este 18 los chilenos podrán comer toda la
carne en exceso capaces de financiar y regarla con cuantos “terremotos” sean
capaces de ingerir. Pero nada de eso va a remediar la penosa situación que vive el
país.
Como he
escrito en otro medio en esta misma fecha, ante el retroceso de la economía
provocado principalmente por la Reforma Tributaria el Gobierno ha acordado
destinar US$500 millones extraordinarios a reactivarla, los cuales provendrán
de muy sospechosas “reasignaciones presupuestarias” por US$250 millones y ¡de
la propia Reforma Tributaria!, otros US$250 millones. Es decir, si he entendido
bien, dicha Reforma frena a la actividad y para contrarrestar eso el fisco usa
US$250 millones que provienen de la misma Reforma. “Lógica chilena”, sin duda.
También me
llamó la atención que en el “emblemático” Instituto Nacional, que la ingeniería
educacional socialista va a liquidar mediante el ”ranking” de notas y la
prohibición de seleccionar alumnos, tuvo lugar una conferencia patrocinada por
la asociación ilícita terrorista del Partido Comunista, el FPMR, que tantos
asesinatos impunes ha perpetrado en Chile. Y no sólo impunes: muchos, si es que no todos, sus autores cobran pensiones
indemnizatorias y gozan de variadas franquicias de cargo estatal (salud,
educación) para repararles el enorme daño infligido por el Gobierno Militar al
impedirles tomar el poder por las armas e instaurar un gobierno totalitario.
Lo
notable de la conferencia del FPMR en el Instituto fue que el orador principal fue su militante
César Quiroz, que si ustedes han leído con atención este blog de dos ediciones
atrás, titulado “Podemos Estar Tranquilos”, es el mismo que apareció diciendo
en “El Mercurio” de 19 de junio de 2003, junto a cinco “compañeros del Frente”,
que Michelle Bachelet fue una activa militante del mismo en los años ’80.
Antes, en los ’70, de acuerdo con su biografía, obra de los periodistas Andrea
Insunza y Javier Ortega, ella había colaborado con el MIR en calidad de
“ayudista”. Bueno, el
emblemático Instituto Nacional sirve para que el FPMR divulgue sus nobles
propósitos entre la élite de la enseñanza estatal chilena.
Otra cosa
que me llamó la atención en días pasados fue la asistencia del ex Presidente
Piñera a un acto patriótico en la Escuela Militar. Llegó, tomó asiento,
permaneció un rato sentado y luego se puso de pie y abandonó el recinto antes
de comenzar la ceremonia, de todo lo cual informó la prensa sin dar una razón
para esa extraña conducta. ¿Habrá oído voces que le decían reiteradamente algo?
Seguramente
lo que le dijeron era relacionado con los juicios contra los soldados del ’73
que su gobierno multiplicó por tres. Las escandalosas ilegalidades cometidas
por la mayoría de jueces de izquierda en esos procesos, detalladas en el libro
más importante publicado en el país en 2013, “Procesos Sobre Violación de
Derechos Humanos”, del abogado Adolfo Paúl Latorre, han quedado impunes y no
sólo eso: han sido validadas por nuestra sociedad. Pues el ciudadano medio
dictamina: “la justicia ha hablado”. Es que no lee sino titulares.
Pero esa
ciudadanía ya está pagando el precio. “Primero fueron los militares, pero yo no
era militar, así es que no me importó”, podría decirse, parodiando al pastor
Niemöller en la Alemania nazi. Bueno, pues el caso es que la prevaricación
ahora alcanza a los civiles. En otro blog anterior comenté el ”caso Cascadas”, en que también hay un proceso
“tramitado en papel de diario”.
Leí completo el informe de
la presidenta del Colegio de Abogados, Olga Feliú, sobre ese proceso incoado
por la Superintendencia de Valores y Seguros contra varias personas que operan
en el mercado bursátil. Lo hice porque, en particular, me extrañó la magnitud
de las multas, por ocho millones de dólares, impuestas a dos gerentes de
Larraín Vial que no hicieron ninguna operación bursátil personal ni obtuvieron beneficio
pecuniario alguno. Me pareció una monstruosidad y, efectivamente, el informe de
la abogada Feliú concluye que la Superintendencia inició una investigación sin
notificar a los investigados, citándolos para interrogarlos como testigos
cuando se proponía formularles cargos, sin fijarles puntos de prueba para que
se defendieran y condenándolos como si estuvieran prohibidas operaciones que
ella misma había permitido.
Por eso la
abogada Feliú informa:
“En el
caso del presente informe, la superintendencia realizó una investigación que no
fue notificada a los señores Manuel Bulnes Muzard y Felipe Errázuriz Amenábar. …
Haber empleado las declaraciones prestadas por los señores Manuel Bulnes Muzard
y Felipe Errázuriz Amenábar, en calidad de testigos, para fundamentar la
formulación de cargos en su contra, constituye una grave vulneración del
derecho al debido proceso de los formulados de cargo, y vicia, por
consiguiente, el procedimiento administrativo sancionatorio seguido por la
Superintendencia. … En el presente caso, la Superintendencia, que tiene la
calidad de órgano acusador e instructor del procedimiento, no fijó los puntos
(de prueba) relevantes, poniendo de cargo de los imputados hacerlo y sin
embargo, cuando éstos cumplieron tal exigencia, resolvió rechazar una parte
importante de los hechos y medios de prueba propuestos por los formulados de
cargo. Lo anterior constituye un acto ilegal y arbitrario, por cuanto sin que exista
una resolución que fije los puntos de prueba, y que sirva de antecedente para
contrastar la pertinencia y necesidad de los medios de prueba propuestos, se
resolvió rechazar una parte de ellos …. Dicha actuación afecta gravemente el
principio de contradictoriedad establecido en el artículo 10 de la Ley N°
19.880. … La regulación específica de las operaciones que la Superintendencia
ha considerado como contrarias a derecho, y que, por tanto han motivado la formulación
de cargos, se encuentra contenida en Norma de Carácter General (NCG) N° 131, de
12 de marzo de 2002. De acuerdo con dicha regulación, las actuaciones cuestionadas
por la Superintendencia no se encuentran prohibidas. La Superintendencia
solamente hubiera podido formular cargos por las operaciones cuestionadas, sin
vulnerar los principios de confianza legítima y certeza jurídica, si en forma
previa a la realización de las operaciones de que se trata hubiera, por medio
de una norma de carácter general, modificado la regulación correspondiente. Al no
haber actuado en la forma señalada, ha violentado los principios señalados,
actuando por tanto, en forma contraria a derecho”.
Y pasando
por todas esas ilegalidades propias de un indebido proceso, la SVS ha condenado
a Bulnes y Errázuriz a diez años y un día de trabajos forzados, porque en no menos
de ese término van a tener que producir dinero para pagar los cuatro mil y tantos
millones de pesos que la Superintendencia les ha impuesto como multa.
Mismo
plazo de presidio sin beneficios que el juez de izquierda Alejandro Solís Muñoz
y sus tribunales superiores impusieron a quien el 18 de septiembre de 1973 era
el teniente de Carabineros Juan Abello Vildózola, que en esa fecha detuvo
legalmente a Arturo Villegas Villagrán, en Penco, tras haber sido denunciado
éste por tenencia de armas. Lo dejó en perfectas condiciones en la Comisaría de
Penco y nunca más supo de esta persona. Pero el ministro sumariante de derechos
humanos Alejandro Solís Muñoz ha condenado a Abello a diez años y un día de
presidio sin beneficios por, sostiene, mantener hasta la fecha secuestrado a Villegas
Villagrán, sin ninguna prueba de que así lo mantenga, pasando por sobre las
normas de la competencia judicial, la cosa juzgada de sentencias del juzgado
natural del caso, que lo sobreseyeron; la presunción de inocencia, el sentido
común, las pruebas rendidas, la amnistía, la prescripción y todos los demás requerimientos
de un debido proceso, manteniéndose la atrocidad jurídica a través de todas las
instancias de la presente justicia de izquierda chilena, que ante cada recurso
ha descartado las 58 páginas de argumentos y pruebas de la defensa hecha por el
abogado Juan Eduardo Iturriaga Osses (que son las últimas 58 páginas del libro
antes citado de Adolfo Paúl Latorre) con sólo dos palabras cada vez: “Vistos: Confírmase”.
Pues así procede habitualmente la dictadura judicial chilena, que, como escribió
Tocqueville, “es la peor de todas, porque es la única que no tiene remedio”.
Y ahora esa dictadura les llega a los civiles, y la ejerce la Superintendencia de Valores y Seguros,
a la cual sirven de altavoces los diarios, las radios y la televisión. Y el
ciudadano medio, que lee sólo titulares y a veces hasta los entiende, dice “amén”.
Por eso
nunca hay que olvidar la advertencia del pastor Niemöller ni preguntar “por
quién doblan las campanas”, porque, como advertía el poeta John Donne, siempre “están
doblando por ti”.
¡Vivan en este 18 Chile
y el nuevo lema impuesto por su actual revolución: “por la fuerza de la
sinrazón”!