En la última encuesta Adimark se reveló que el 82 por ciento de la gente evaluaba negativamente al Gobierno en relación al problema de la delincuencia. En la penúltima encuesta CEP ésta era el principal problema de los chilenos. En la última seguía al tope, aunque la educación pasó a sobrepasar levemente a la delincuencia como el peor. La baja evaluación del Gobierno y del gobernante se deben, seguramente, a que la gente considera que él no cumplió la promesa de poner fin a "la puerta giratoria" por la cual los delincuentes entran a los tribunales y salen casi inmediatamente. El candidato Piñera prometió que ella dejaría de girar, pero lo hace con más velocidad que antes y la gente le pasa la cuenta. Ha caído a los más bajos niveles de aprobación (26% en Adimark y 24% en CEP) y los más altos de rechazo (67% Adimark y 59% en CEP). Para explicarse por qué veamos dos casos de actualidad.
El autor del robo con homicidio del ejecutivo japonés Koh-Ichiro Morita en el barrio Suecia era ampliamente conocido en el sector como delincuente. Los de su "oficio" gozan de tantas garantías que, aunque son ampliamente conocidos en los barrios, siguen circulando impunemente. Lo apodaban "El Billete". Era igualmente conocido en los tribunales. En 2010 tuvo tres procesos, por hurto-falta, robo por sorpresa y hurto simple, pero la puerta giró rápido y en 2011 estaba libre, tanto que en enero ya concurrió tres veces al Centro de Justicia por los mismos delitos anteriores. Ese año tuvo cinco condenas, pero en sólo dos sufrió reclusión, de apenas 40 días cada una; y en el resto fue multado con 39 mil pesos cada vez. En 2012 "continuó visitando las salas de los juzgados penales al menos una vez por mes" ("La Segunda", 11.05.12, p.3). Ahora está en prisión preventiva por el robo con homicidio de Morita. ¿Cuánto demorará "El Billete" en volver a merodear por el barrio Suecia ejerciendo "su profesión"? Muy poco. Las reformas penales de la Concertación lo llenaron de beneficios.
El hecho es que bajo el gobierno del candidato que prometió trancar la puerta giratoria la misma ha seguido girando a gran velocidad. En todo el país. Camilo Tori Quireñao fue detenido la semana pasada por un robo a una escuela de Ercilla. Iba armado y portaba una motosierra. Estaba libre, pero había sido uno de los diez involucrados en el asalto incendiario al peaje de Quino, en octubre de 2009. Se encuentra, además, imputado por los delitos de incendio, asociación ilícita terrorista, homicidio frustrado y robo con intimidación. Pero había quedado libre después de una huelga de hambre ("El Mercurio, 11.05.12, p. C 18).
Muchos no se explican por qué el Gobierno cae en las encuestas cuando la situación económica está buena. De partida olvidan que el IPC de los alimentos ("el de los pobres") ha subido más del doble que el IPC general. Pero la principal respuesta está en que uno de los dos mayores problemas de la gente, el de la delincuencia, se ha agravado, en lugar de solucionarse. Y el que paga la cuenta es el que prometió arreglarlo. A lo mejor no tenía posibilidad de hacerlo. Pero es que entonces no debería haberlo prometido. Tal vez por eso la virtud que menos se le reconoce en las mismas encuestas es la credibilidad.
Trancar la puerta giratoria no será fácil. Menos para un gobernante populista. Pero más temprano que tarde alguno lo deberá hacer.
Quisiera referirme a la violencia imperante en este país, la cual nos afecta a TODOS, adultos, niños, ancianos, hombres y mujeres, y que ciertamente está directamente relacionada con la "puerta giratoria". Para esto les contaré dos ejemplos que demuestran la violencia existente y lo poco o nada que hacen las autoridades para contenerla y erradicarla.
ResponderEliminarEl primer caso ocurre diariamente en mi ciudad, Viña del Mar. Para los que son viñamarinos y también para los que han venido en más de una ocasión, les debe ser familiar la esquina de Jorge Montt -conocida como “recta Las Salinas”-, con 15 Norte -ahora Benidorm-, y San Martín. Bueno, en esa esquina abundan vendedores ambulantes, cesantes pidiendo limosna y los famosos “limpiadores de parabrisas”. Pues son estos últimos los que han sembrado un verdadero régimen del terror sobre los automovilistas que transitan por ahí, no dejándoles opción de elegir a éstos, si quieren o no que les limpien su parabrisas. Así llegan y te ponen su instrumento de limpieza sobre el vidrio -y de paso ensuciándolo si es que éste se encuentra limpio- a pesar de la insistente negativa de el(la) conductor(a), y si después dicho automovilista se niega a “pagarles” -porque no es precisamente una propina voluntaria lo que exigen-, lo llenan a insultos y en algunos casos, le dejan algún “cariñito” al vehículo con el mismo artefacto que usan para limpiar. Cabe destacar, que las víctimas favoritas de estos “limpiadores”, son las mujeres o ancianos(as) o cualquiera que se vea “más débil” que ellos, y por lo tanto puedan abusar sin problemas, en un digno “acto de hombría”.
Como les dije antes, esto ocurre DIARIAMENTE y así me ha tocado presenciarlo en innumerables ocasiones. Pues bien, también me ocurrió a mí hace unas semanas. Iba junto con mi polola, ella conduciendo y yo de copiloto, como a eso de las 8 de la noche cuando se aproxima un tipo de más de cuarenta años ofreciendo “su servicio”, para lo cual le decimos que no gracias en varias ocasiones, reforzando nuestra respuesta negando con el dedo, sin embargo a pesar de esto, el tipo comienza a pasar su artefacto de limpieza por el parabrisas, por lo que me asomo desde la ventana del copiloto y le digo: “oye, te dijimos que no gracias”, entonces el tipo me contesta “que eri’ mala onda flaco, sólo quería unas moneas’...”, entonces se va yendo y dejando el vidrio sucio “a mitad de faena” -lo más ridículo de todo esto, es que el parabrisas NO queda limpio- por lo que le digo: “pero déjalo como estaba”, entonces el tipo se da vuelta, empieza a limpiar de mala manera el vidrio y comienza a gritarme: “soi muy choro flaco cu****, vo’ no cachai’ con quien tai’ hablando...” -en ese momento se empieza a alejar del auto, pero continúa con su batería de insultos- “...yo ya me he piteao’ a 5 hueón, a 5!!! y lo pacos nunca me han metio’ en la cana... 5 hueón! así que ándate con cuidao’ flaco cu****, porque si te veo de nuevo, te mato...” por supuesto que siguió con un discurso similar hasta que dieron la luz verde, pero que no vale la pena reproducirlo, tampoco quedé preocupado con sus amenazas, porque primero, si me hubiera querido “matame”, lo habría hecho en ese mismo momento, y no esperar a “la próxima vez”, y segundo, porque el tipo estaba presumiblemente borracho y/o drogado, así que dudo que recuerde mi cara.
Mientras el tipo me insultaba y amenazaba, yo me limité a mirarlo fijamente; por algunos segundos, consideré bajarme del auto y agarrarme a los combos con él, pero claramente no iba a obtener nada, ya que aunque llegara a ganarle, el sujeto continuará posteriormente sometiendo a su “régimen” a los automovilistas que pasen por ahí, sin mencionar que si llegaba a bajarme, seguramente sus “compañeros” saldrían en su defensa -nunca están solos-.
¿Qué podemos concluir de este primer caso? 1) aunque existan o existamos algunos ciudadanos que nos opongamos estos sujetos, ellos continuarán con su régimen de impunidad en las esquinas; 2) las autoridades, me refiero desde la alcaldesa hacia abajo, como carabineros, saben muy bien que esto ocurre diariamente en esa esquina -y también en otras bocacalles-, pero ahí están, dejando que esta gente siga saliéndose con la suya, en vez de poner el orden necesario en la ciudad -de hecho a muchos de estos tipos, los tienen “fichados”, pero los dejan actuar libremente-; y 3) como estos sujetos, saben que tienen “chipe libre” con carabineros, continuarán haciendo lo que hacen.
ResponderEliminarEl segundo caso me ocurrió hace un par de semanas en la ciudad de Temuco y tiene que ver con la “violencia en los estadios”. Como buen viñamarino, soy hincha de Everton, y en esa ocasión viajé junto a mi polola a Temuco para conocer esa ciudad -sólo había estado de paso en un par de ocasiones- y para ver el partido de Unión Temuco-Everton que se jugó un sábado a las 19:00 hrs (también me interesaba conocer el nuevo estadio “bicentenario” Germán Becker, pues tengo una particular afición por conocer estadios y los diseños que tienen).
ResponderEliminarComo el hotel quedaba sólo a seis cuadras del estadio, decidí ir caminando con mi polola al partido; el barrio se veía bastante decente, eran las 6 de la tarde -hora antigua- así que me parecía una agradable tarde de otoño para caminarla. Un dato importante a mencionar es que llevaba puesta mi camiseta de Everton, es importante porque ésta sería la casual del incidente que tuve ¿provocación? Cuando ya estábamos a dos cuadras del estadio, escuchamos que me empezaron a gritar unos sujetos “ruletero, ruletero conc***... ándate de acá, etc.”, pero los gritos no se escuchaban tan cerca, no sé que tan lejos estaban, pero debe haber sido a unos cincuenta metros. Tampoco quise mirar, ni mucho menos responderles, porque no tenía intensión de provocarlos y por un momento, ingenuamente pensé que sólo iba a quedar en esos gritos iniciales. Así que les di “bombín malo” y seguimos nuestro camino al estadio. Pero cuando ya estábamos a menos de una cuadra, yo calculo que a unos sesenta metros del estadio, escuché los mismos gritos e insultos, preocupantemente más cerca y entonces escuché pasos de gente que venía corriendo. Instintivamente me doy vuelta y veo a seis sujetos corriendo como estampida en dirección a nosotros y con claras intensiones de atacarnos. Como suele ocurrir en estas situaciones adrenalínicas, no logro recordar exactamente las caras de todos, pero sí algunas mejores que otras; sí les puedo decir que “al ojo” eran “niñitos” entre 16 y 20 años, por cierto ya todos bastante creciditos, y todos con alguna vestimenta relacionada con el club Unión Temuco.
El primero que llegó logré frenarlo con una patada en la guata, mientras que otro se fue directo a la cartera de mi polola, y un tercero al polerón que yo llevaba amarrado a la cintura. ¿Qué tenemos aquí? ya no es sólo una agresión por “rivalidades” entre barras de equipos de fútbol, claramente esto era un robo con violencia. El tipo que trató de sacarme el polerón de la cintura, nunca lo logró y yo rápidamente logré sacarle de encima a mi polola al tipo que le tironeaba la cartera. Así las cosas, quedamos con una reja de un edificio a nuestras espaldas, mi polola detrás mío (entre la reja y yo), y rodeados en un semicírculo por estos seis sujetos. Como dato, mido 1,80 m., peso unos 75 kg., tengo 32 años y NO tengo instrucción alguna en boxeo o artes marciales, y no es primera vez que peleo a combos -yo creo que a todos los hombres nos ha tocado alguna vez-, teniendo resultados diversos. Pero NUNCA me había tocado por un “problema de estadio”, en que me intenten asaltar, que además tenga que proteger a alguien -mi polola-, y que me toque con tal desventaja, 6 contra 1, o menos que uno si consideramos que tenía que proteger a mi polola.
No me fue tan mal, a punta de combos y patadas logré neutralizar la mayoría de los ataques me llegaron, y lo más importante: a mi polola no le pasó nada, ningún rasguño; creo que fue clave el hecho de que nunca pudieron botarme al suelo, sino la historia habría sido distinta. El único daño que recibí, fue que uno de los sujetos portaba una especie de tubo hueco metálico y me llegaron dos “tubazos” en la cabeza, dejándome toda la sien derecha, arriba de la oreja, bastante inflamada y con sangre - yo pensé que era un corte, pero el médico de la posta de Temuco me dijo que “sólo era una erosión” -perdonen mi ignorancia, pero es primera vez que escucho ese término, así que si alguien me puede explicar lo que es una “erosión”, se lo agradeceré-. ¿Cómo nos salvamos de ésta? Salieron unos residentes del edificio que estaba a nuestras espaldas y lograron espantar a nuestros atacantes. Sólo entonces me di cuenta que en la vereda de enfrente habían más hinchas de Unión Temuco -más viejitos-, los cuales estaban arengando a nuestro atacantes, y que luego empezaron a gritarles a nuestros “salvadores” cosas como: “soi sapo conch***”.
ResponderEliminarNuestros rescatadores, nos ofrecieron entrar un rato al edificio y esperar a que se fueran los agresores, pero al final les dimos las gracias y esperamos un par de minutos y retomamos nuestra marcha, ya que el estadio estaba al lado y se veían carabineros en la entrada. Llegamos a las puertas del estadio y uno de los carabineros me llama y me pregunta: “¿es usted el agredido?”... Quedé “plop” con esa pregunta. No creo que los que nos atacaron se hayan jactado delante de carabineros de su “hazaña”, por lo que me hace suponer que al menos uno de ellos, carabineros, pudo ver el incidente, pues como señalé antes, fue a unos sesenta metros del estadio, y no hicieron NADA!!! El carabinero casi que me rogó para que denunciara a los tipos, y así lo hice, claro que pude reconocer a tres de los seis, los otros simplemente no estaban ahí en la entrada del estadio o no pude retener sus caras (posteriormente el carabinero me felicitaba por “valiente” al haberlos denunciado). Y detuvieron a los tres, ¿por cuánto tiempo? “eso depende del fiscal” me respondió un carabinero. Por supuesto que tuve que constatar lesiones en el SAPU de Temuco, y el carabinero estaba casi decepcionado porque mi polola NO tenía lesiones, y por lo tanto no podía declarar. Yo pensé que el trámite en la posta iba a ser eterno y me iba a perder todo el partido, que era el propósito principal de mi viaje a la Araucanía, pero por suerte fue bastante rápido y en el minuto 35 del primer tiempo ya estaba en la tribuna. Lamentablemente el resultado fue 1-0 a favor del local, y por supuesto el regreso al hotel no fue caminando, sino en taxi.
¿Qué podemos concluir de mi “experiencia” en Temuco? 1) el nivel de violencia ya llega a tal punto de que te pueden atacar por no estar vestido como les gusta estos “dictadores” de la calle; 2) estoy en desacuerdo con gran parte de la forma -no del fondo- del plan “estadio seguro” porque están prohibiendo lienzos y banderas, porque pueden ocultar “cosas” en ellos y porque pueden ser considerados “provocadores” para el equipo rival; bajo es misma lógica, debieran prohibir que uno vista la camiseta de su equipo para no “provocar” a otros, pero eso sería una estupidez del “porte de un buque”, porque eso “valida” a los delincuentes y nos restringe a nosotros, las personas decentes; 3) tirón orejas para carabineros, por no intervenir en mi incidente, siendo que se enteraron de éste; 4) me llamó la atención que mi polola no pudiera denunciar porque no tenía lesiones, ¿significa esto que si yo no hubiera tenido lesiones no habría podido denunciarlos?, ¿o qué pasaría si por esas cosas de la vida yo logro darle una paliza a mis atacantes, no puedo denunciarlos, a pesar de que fueron ellos los que nos atacaron e intentaron de robar? creo que aquí hay algo que no está funcionado bien, pero dejo esta reflexión a los expertos en derecho; 5) el plan “estadio seguro” contempla que no pueden ingresar al estadio todas las personas que hayan participado en riñas antes y durante el partido, adentro del estadio o en sus cercanías... según esto por un lado, mis atacantes no debieron haber ingresado al estadio, pero lo habrían hecho si yo no los hubiera denunciado, y por otra parte yo tampoco debería haber entrado “por haber participado en una riña”, a pesar de NO haberla provocado, por suerte no ocurrió así y no viajé desde Viña por las puras; 6) detuvieron a tres sujetos, ¿cuántas “horas” habrán estado detenidos?; 7) proteger a alguien, especialmente a un ser querido es más difícil de lo que pensaba, ver su cara de desesperación, de miedo, verla llorar y uno tratando de consolarla diciéndole “tranquila”, mientras el delincuente te pega con un tubo en la cabeza, preguntarte cien veces “cómo vamos a salir de ésta” y “que no le hagan nada a ella”... no se lo deseo a nadie; y 8) he ido al Monumental contra Colo-Colo, al Nacional contra la U, incluso contra nuestros clásicos rivales S. Wanderers en Playa Ancha y nunca me había pasado algo, y me pasa con el equipo más chico y cagón de Chile: Unión Temuco, fundado en 2008... son las cosas tragicómicas de la vida.
ResponderEliminarUf...se agradece tu relato.
EliminarMe da pena la situación que viviste tú y tu polola..
me da pena también esas PERSONAS que te atacaron. No los exculpo, pero muchas veces viven porque no se les ha propuesto otra cosa.
PIÑERICOSAS.
ResponderEliminarQuerrá los votos de los delincuentes que cada vez son más, pueden llegar a decidir elecciones.
Es probable que sea así BillyandG
ResponderEliminarUno de los problemas es que los seis tipos que describe Cristobal, atacándolo, son humanoides. No personas. ¿Debemos tratarlos como personas o como lo que son?
ResponderEliminarSon humanoides, su cultura esta invadiendo nuestra sociedad. Sin darse cuenta los chilenos adoptan los hábitos de ellos. Son cada día mas. Cree Ud. que con proyectos de educación se podrá hacerles entender algo? No tienen la capacidad. Lo que le espera a nuestro país es muy duro.
EliminarNo, creo que no es posible.
EliminarUsted sabe que el hombre ha tenido a lo largo de los últimos siglos una curva ascendente de progreso cognitivo, acompañado por un fuerte desarrollo científico y tecnológico.
Esa curva de progreso parece haber entrado en fase inversa en lo social -no porque no se siga progresando en la ciencia y en la tecnología- sino debido a que el rápido incremento poblacional del último siglo ha significado una rápida disminución de los niveles de calidad de la integración social de grandes grupos de individuos, extraordinariamente ausentes de ese progreso, que, además, dada su marginalidad, carecen de los aspectos formativos y valóricos propios de una persona humana.
Si se pudiese describir ese fenómeno,se diría que esos grupos tienden a ser semejantes a nuestros más primitidos ancestros y, como ellos, forman tribus que salen a cazar a quienes les pueden proveer, poniendo en peligro la vida y los bienes de quien esté en su camino.
Son humanoides que buscan diariamente su presa dentro de su territorio, el que, gracias al cada vez más frecuente desorden social, se extiende a zonas "burguesas", fijando nuevos territorios para buscar la pieza de caza, con una velocidad mayor a la que podemos prever.
Gestión. Muy cierto lo que dices.
EliminarInteresante lo que dice,me aclara el concepto primitivo mental de esta gente.Donde se puede encontrar mas información de esto? Ud, cree que es posible hacer algo en Chile, así como se ven las actitudes de los políticos no es fácil ser optimista.
EliminarSon personas.
ResponderEliminarDeben tratarse y juzgarse considerando los causales de la delincuencia.
Ahora, es extraño que Piñera, siendo lo populista que es, no haya fortalecido penas o terminado con la puerta giratoria.
Me pregunto si en algún gobierno alguien enfrentará el problema de la delincuencia de raíz (aunque no es algo que se pueda lograr en un gobierno).
Saludos.
Cristian
EliminarNo son personas.
El problema es que parecen personas por su estructura física, análoga a la de un ser humano.
Para no entrar en un diálogo que no conducirá a nada, ya que yo estoy seguro que son humanoides y no personas como usted cree, haga uisted el ejercicio de caracterizar a una persona humana.
Cuando lo haga, identifique las características de los humnanoides, compare, y vea la diferencia que existe entre las que posee quien si es una persona humana y quien es un humanoide.
mmm, no sé si me estará hablando en serio o es una tomadura de pelo, pero son personas fisiológicamente, psicológicamente, filosóficamente y también en el derecho.
EliminarBueno, eso, la verdad es que tampoco quiero entrar en diálogo con algo tan absurdo.
Saludos.
Una ley de porte oculto de armas, disminuiría notoriamente el crimen violento. La experiencia en la mayoría de los estados de EEUU lo demuestra. En cambio en países dirigidos por ignorantes, vamos para el otro lado: convertir a la gente decente en simples víctimas del criminal.
EliminarPor ej. esos 6 en lugar de atacar, habrían huído como ratas se haberseles encañonado.
La policía simplemente no hace su pega... así que al menos se le debe respetar a la gente decente su derecho a la defensa con lo medios que sean necesarios para garantizar no verse sobrepasado por turbas violentas y a veces armadas.
Puerta giratoria para los delincuentes pero cárcel para los libertadores de Chile.
ResponderEliminarBoletín n° 5 del "Plan Ahora", de hoy 14 de mayo:
http://planahora.blogspot.com
Estimado don Hermógenes:
ResponderEliminarLo que Ud. expone es verdad. Sus contertulios... una soberana lata. Por favor escriba otro blog a la brevedad.