La presentación de la cuarta edición de la biografía de Miguel Krassnoff, que escribió la historiadora Gisela Silva Encina, concitó unas tres o cuatro veces más público que los lanzamientos de las anteriores, además de hordas de terroristas cuyo número no sé cuantificar y que hirieron a personas de edad y a carabineros, lanzaron centenares de piedras contra el salón de actos y pusieron a prueba la solidez de los grandes vidrios de sus ventanales, que resultaron dañados pero, sorprendentemente, no dejaron pasar los proyectiles.
La concurrencia no pudo salir del recinto al final del acto porque sus potenciales asesinos (que, paradójica y rítmicamente gritaban "¡asesinos, asesinos!", obviamente con el propósito de identificarse) rodeó el inmueble por los cuatro costados.
Pero bajo la lluvia de piedras, la inspiración aportada por los gases lacrimógenos, el estruendo de los terroristas al golpear los cercos metálicos del contorno, los discursos se sucedieron sin interrupción durante dos horas y fueron coronados por las voces del millar de asistentes entonando el himno patrio con singular unción y hasta su mejor estrofa, la de los "valientes soldados". Nadie se movió de su sitio hasta el final, pero los primeros que intentaron salir para volver a sus casas regresaron pronto heridos, vejados y despojados por los terroristas de izquierda, que habían sobrepasado al piquete de carabineros que resguardaba el recinto.
Una señora de 77 años me pidió dejar constancia de que la habían golpeado con pies y manos y le habían vaciado sobre la cabeza un líquido avinagrado, lo que la obligó a regresar al interior. "Eran muy jóvenes", me dijo, "¿éste será el futuro de Chile?".
Hubo carabineros y civiles heridos de variada consideración. Estoy seguro de que no necesito leer el diario de mañana para saber que no hubo detenidos.
Finalmente, después de las once de la noche sucesivos buses blindados de Carabineros nos fueron liberando del secuestro por grupos, en medio de la agresión y el insulto terroristas. Un suboficial me dijo al pasar que extrañaba mucho mis columnas en el diario, así es que lo remití a este blog.
Todos decían que un secuestro colectivo como éste no se había visto nunca antes en Chile, ni siquiera bajo la UP.
Nos fueron a dejar más allá de la barbarie izquierdista, a un lugar desde el cual cada uno pudiera discurrir su respectivo regreso a casa o la forma de volver a recuperar su automóvil sin ser presa del terrorismo marxista.
Durante el tiempo que vivimos secuestrados varios me pidieron publicar en este blog mi discurso recién pronunciado. Les respondí que no sabía hacerlo, así es que me enseñaron. Si aprendí o no se sabrá si dicho discurso aparece o no en el blog siguiente.
Las hordas rojas, como en los mejores tiempos de la nefasta Unidad Popular, se ha apoderado de las calles y como en esos tiempos golpean, lesionan a quienes no piensen como ellos, no importándoles sexo ni edad de los agredidos. A lo mejor, más temprano que tarde, como decía el ebrio, igual que en esa época terminarán asesinando a alguien y la historia se repetirá y Piñera, más el sujeto que vive retratándose bajo la imagen de Allende los trataran de jóvenes idealistas que sólo reaccionaron a las provocaciones totalitarias.
ResponderEliminarPara mayor semejanza con ese negro período de nuestra historia, también ahora Carabineros es sobrepasado por los vándalos y delincuentes terroristas.
Don Hermogenes
ResponderEliminarPucha que es choro don Hermogenes.
Gracias
"Todos decían que un secuestro colectivo como éste no se había visto nunca antes en Chile, ni siquiera bajo la UP."
ResponderEliminarY los secuestrados en el estadio Chile , estadio Nacional , Villa Grimaldi , Londres 38 y un sin fin de centros de tortura? , es increíble pero cuando los escucho no entiendo tanta disparidad de pensamientos.
Hunter
ResponderEliminarCreo que esta cita intenta contrastar la visión de buena parte de la derecha hacia los jovenes marxistas.
"No considere a los colectivistas como 'idealistas sinceros pero engañados'. La propuesta de esclavizar a algunos hombres por el bien de otros no es un ideal; la brutalidad no es 'idealista', no importa cuál sea su propósito. Nunca diga que el deseo de 'hacer bien' por la fuerza es un buen motivo. Ni la impetuosidad ni la estupidez son buenos motivos."
Ayn Rand
Supongo que la horda de malolientes y vociferantes "infelices" habrá vuelto a su miseria con el dudoso orgullo de haberle hecho daño a los "barrios lindos de los ricos" y al "club pituco de los ricos". Anoche Pocuro era un desastre... no me quedó más que confirmar mi opinión anterior, de que a estos gorilas lo único que hay que darles, son palos en las nalgas. Y eso, siendo compasivo.
ResponderEliminarFacho Webon Tonto
ResponderEliminarMario Larie: Super inteligente tu argumento, profundo y elegante. ¿Me pregunto si entiendes lo que lees?....¡Estos mandriles sólo saben gruñir!...
ResponderEliminarCaballeros ( Uds. que lo son, sabrán a quien me dirijo ) lo mejor es ignorar a los que nos insultan. Esto les enoja aún mas, así que con un poco de suerte, tendrán ataques de apoplexia...
ResponderEliminarLo increíble es que al día siguiente se hace un programa especial en La Red en que se discute el actuar "descontrolado" de la policía uniformada.
ResponderEliminar¡Para no creerlo!
Y qué me dicen de Chilevisión donde en última mirada se justificó el accionar de los violentistas y se dijo que este no era solo un libro sino un homenaje y que los violentistas estaban practicamente en todo su derecho.
ResponderEliminar