Como Echó a Bielsa Echará a Carlitos

Quería el fútbol para él. Los éxitos de la selección debían festejarse en La Moneda. Si se ganaba la copa (si no la mayor, cualquier copa) quería levantarla él. Pero había un tipo díscolo, llamado Bielsa, que echaba a perder todas a las escenas ante las cámaras, con sus saludos elusivos y a desgano. Con ése no se podía trabajar. ¿Qué éxito iba a cosechar para las encuestas si todas las cámaras se centraban en los desaires de Bielsa, al cual (y eso era lo peor) la gente lo quería más que a él? Había que echarlo. Colo Colo, el club suyo, empezó a "moverse".
Mayne-Nicholls, que tenía la reelección asegurada (gracias a Bielsa) sintió que le temblaba el piso. Supo que el Presidente había llamado a Bloise (una hermana de éste se lo contó a un amigo de aquél) para que levantara su candidatura y compitiera con Mayne-Nicholls.
Éste, entonces, fue a La Moneda y le representó su inquietud al Presidente, pero recibió como respuesta que este último no sabía nada del asunto. Era Colo Colo, que actuaba por su cuenta. Pero Mayne-Nicholls sabía que el Subsecretario de Deportes también se estaba moviendo y que los clubes grandes, con la perspectiva de controlar el Canal del Fútbol (US$600 millones), habían enganchado con la idea. El dinero no les daba asco.
El desenlace es conocido: Mayne-Nicholls perdió la reelección y se fue Bielsa. No llegó ninguna copa, pero ahora, si alguna vez la hay, sabemos quién la va a levantar en pantalla, y sin que nadie esté rayándole la pintura ni que las cámaras se queden pegadas a ningún desaire. Una inyección a la vena en las encuestas.
Lo anterior fue el 2010. Pasemos al 2011. Ahora está este otro tipo, Carlitos Larraín, independiente, valórico, crítico. Y también le está rayando la pintura. El colmo fue cuando se logró el Acuerdo de Vida en Pareja: los homosexuales y lesbianas estaban felices y dispuestos a contestar a favor en las encuestas, y ahí tenía que salir Carlitos, crítico y blandiendo sus principios. ¡Qué tipo más incómodo! Así no se puede gobernar. Pues también otras veces criticó, que al Gobierno le falta autoridad, que esto y lo otro.
Carlos Zepeda, abogado y amigo del Presidente, empieza a moverse, igual que Colo Colo el 2010. El Presidente no sabía nada de Colo Colo, como le dijo a Mayne-Nicholls, pero "eppur si muove", sin embargo Colo Colo se estaba moviendo. Y ahora Zepeda se estaba moviendo contra la mesa de RN.
"A pesar de la molestia, Larraín decidió guardar silencio hasta el lunes", dice "La Tercera" de hoy. "Ese día enfrentó al Presidente en un acto público en La Moneda; el Jefe del Estado, según cercanos al timonel RN, le dijo que no estaba al tanto y que le había molestado la presencia de algunos de sus colaboradores en la cita del sábado" (cita que había sido obviamente convocada para conspirar contra la mesa de Larraín).
Pues el grupo liberal de RN, bajo el lema "Aquí Estamos", estima que "el partido no puede estar en manos de una dirigencia que no tiene mucha sintonía con el Ejecutivo" ("La Tercera"). Entonces, a instancias de Zepeda, se reunieron unos 300 militantes de RN un sábado. Asistieron la jefa de asesores del "segundo piso", María Luisa Brahm, asesores y personas próximas al ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, y a su subsecretario, Rodrigo Ubilla.
Carlos Larraín decidió, entonces, postular a su reelección como presidente de RN. Antes no lo había resuelto, pero, dice "La Tercera", "el cambio de opinión se fundamenta en un hecho claro: se dio cuenta de que estaba en medio de lo que, considera, es una emboscada del piñerismo".
Al final, en 2010, Mayne-Nicholls perdió la reelección, a raíz de lo cual se fueron él y Bielsa. El Presidente aseguró que no había tenido nada que ver. Ahora, en 2011, Carlos Larraín procurará no perder la reelección, pese a que hay una confabulación en marcha en contra suya, en la cual el Presidente, por supuesto, le ha asegurado no tener nada que ver.