Hoy 27F hago, contrito, un recuerdo adicional a los que en general se hacen, muy justificadamente, a raíz del aniversario del terremoto.
En efecto, una desgracia más que nos traen estas catástrofes es la de que casi siempre nos dejan más socialistas de lo que estábamos.
Tras el de 1939 el nuevo gobierno del Frente Popular encontró en el terremoto de ese año el pretexto que necesitaba para hacer crecer desmesuradamente al Estado. De ahí nació la CORFO, un elefante blanco estatal cuyo enorme lastre para la economía chilena nadie se ha preocupado de pesar o medir. El aumento del gasto público de entonces mucho tuvo que ver con la aparición de la inflación galopante en Chile y con la mediocridad de nuestro crecimiento en las décadas de los '40 y los '50.
Después nuestra mala fortuna quiso que hubiera otro gran terremoto en 1960, justo cuando estaban surtiendo sus mejores frutos las reformas privatizadoras y liberalizadoras del gobierno de Jorge Alessandri. La enormidad de los daños condujo a aumentos del gasto público que minaron la disciplina monetaria y fiscal y barrenaron el sistema de cambio libre y fluctuante, que había operado muy bien desde 1959. En el campo político las aflicciones del terremoto condujeron a que el Gobierno perdiera el tercio de los parlamentarios en el Congreso, en 1961, tercio que le permitía al Presidente vetar las iniciativas demagógicas, por lo cual tuvo que renunciar a la política de cambio libre y fluctuante, porque los radicales que lo apoyaron y a los cuales necesitaba para mantener ese tercio, sostenían que si el dólar subía iba a aumentar la inflación (que había sido controlada). Pero la consecuencia de mantener artificialmente fijo el precio del dólar fue que "se acabaron los dólares" un fatídico 28 de diciembre de 1962. De ahí en adelante el gobierno de Jorge Alessandri, de haber tenido un inicio excelente, pasó a ser "uno más" de los que tenían crecimientos del 3 por ciento, no obstante lo cual, dado el carácter austero y la rectitud del Presidente, éste dejó el cargo rodeado de gran popularidad.
Y, en fin, este último terremoto se ha prestado para que toda la vocación DC del Presidente elegido el año pasado se pusiera de manifiesto y, no obstante que el Estado tenía sobradamente los ocho mil millones de dólares necesarios para cubrir los daños a la infraestructura pública (pues con anterioridad se había ahorrado más que eso justamente para emergencias), subió los impuestos a diestra y siniestra: el royalty a la minería, que llevará a que haya menos inversiones en el sector; el impuesto a la renta de las empresas, con igual efecto en todos los sectores; las contribuciones de bienes raíces, subiéndoles a sus dueños "el arriendo" que le deben pagar cuatro veces al año al Estado, lo que desalienta la inversión en inmuebles; los nuevos impuestos al ahorro, que por definición financia la inversión privada, de modo que también termina castigándola. Y todo esto sin hablar de la creación de nuevos organismos y ministerios burocráticos. El hecho es que hemos terminado con un gasto público de 54 mil millones de dólares, cerca de un tercio del PIB, y que el terremoto ha logrado, entonces, hacer más rico al más rico de todos, el Estado, que nos ha hecho pagar a nosotros sus daños, "sin moverse de su escritorio" ni vender una sola de las 17 mil propiedades inmuebles que tiene, mientras nos ha subido "el arriendo" que nos cobra por las nuestras.
Entonces, derramemos también una lágrima por el sufrimiento de que el 27F nos haya dejado con un Estado más grande y nos haya hecho, como casi todos los terremotos (pues el de 1985 no; otro día les explico por qué) más socialistas de lo que éramos.
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ResponderEliminarHace un rato una réplica muy fue rte, me quitó el poco sueño que tenía, así que Sr. Hermógenes, me encontré de los primeros su post. Sin embargo, no puedo pensar en factores económicos, este asunto para mi es demasiado visceral, por eso cosas como este párrafo de la revista Reportajes de la Tercera, “Las primeras horas de incertidumbre presidencial”, sobre el decreto de catástrofe, por el Terremoto, me parece relevante:
ResponderEliminar“Según fuentes castrenses, los asesores del segundo de la Moneda no deseaban que el jefe de plaza tuviera más autoridad que el intendente. Recién pasadas las 15 horas el decreto se hizo público, cuando la mayoría de los supermercados de Concepción ya habían sido saqueados.”
Esa tarde los supermercados de Talcahuano, San Pedro, Coronel, Lota, Curanilahue y Arauco, ya estaban saqueados, en esta última el dueño de uno de los 2 que había, se metió un tiro en la cabeza, pues perdió el trabajo de toda su vida, igual cosa postas, pequeños negocios, bencineras, panaderias incluso TIENDAS DE ALIMENTO DE MASCOTAS!!. ¿Bachelet una santa? mis narices, ese muerto es su culpa. Al mediodía del domingo 28, en los pueblos chicos, que rodean la zona afectada, como Santa Juana, Yumbel, Florida, etc, no dejaban entrar gente sospechosa, como en una película de guerra, tenían miedo de los saqueadores, en algunos pueblos del sur de la provincia de Concepción, con daños y todo, como no se veía preocupación de las autoridades centrales, los vecinos derribaron árboles en los caminos de acceso para que nadie entrará.
Sobre le decreto de catástrofe, por fuentes MUY confiables, sé que los militares tenían el decreto para la firma en la tarde del sábado 27 y fue Bachelet quien se negó a firmarlo. Pero el 1 de marzo, recuerdo los aplausos y alegría de las personas cuando el lunes las tropas llegaron… claro, pudieron estar antes, pero Cheyre y compañía se olvidó que este país sufre terremotos, y cerró muchos de los regimientos de la zona.
Veritates:
proditionem
furtum
ignorantia
Comprenderás, Hermógenes, que la iniciativa privada por si y sólo por sí misma tiende a generar estrategias egoístas más que altruistas, en la terminología del análisis de teoría de juegos. Lo que criticas es solamente rezago del monetarismo extremista de Milton Friedman, que la realidad demostró que es un gran fracaso. Las estrategias privadas (que suelen ser competitivas) no sirven en momentos donde la media de pérdidas es alta para todos. Ahí se requiere cooperación, y un organismo suprasocial como el Estado nacional ha demostrado gran eficiencia, a pesar de todo.
ResponderEliminarSiempre leo su blog, y antes lo hacía con sus columnas en "El Mercurio". Gustando, en general, de su estilo de prosa y de algunas de sus argumentaciones, debo añadir, no obstante, un problema "no menor", como dicen ahora: la tendencia al reduccionismo de raíz ideológica. Ejemplo de ello es su alusión a la Corfo. Decir que ésta no es más que un "...enorme lastre para la economía chilena", es deconocer la importancia que tuvieron este organismo y, en general, los gobiernos radicales en la ampliación de la infraestructura productiva y de servicios. Sin algunos "elefantes blancos", un grueso de la población chilena no hubiese tenido acceso a servicios básicos que, hasta 1930, no existían. Y la "iniciativa privada" no llegaba hasta ahí...
ResponderEliminarPaís Real:
ResponderEliminarLo que dice don Hermógenes Pérez de Arce acerca de la Corfo es cierto. El propio Estado era el que tenía vetado a los privados varias áreas de la economía. Por eso, los privados no pudieron meterse.
Además, Corfo en aquellos años prestaba plata que las personas no devolvía.
Senor del Pais no tan Real, Javier tiene toda la razon, a eso hay que agregar que no existia la seguridad juridica suficiente para efectuar inversiones de ese monto, tampoco existia libertad para importar, y las industrias en que se permitia la inversion privada estaban reguladas totalmente, razon por la que quebraron cuando se permitio la competencia. Hasta los anos "80 si usted queria comprar una casa, existian dos tipos, con telefono y sin el, demas estara decirle que la primera costaba mucho mas cara, tambien existia el mercado informal de telefonos, cosa que termino en el momento que la compania se privatizo y se pudo invertir libremente de acuerdo a las necesidades de las personas. A la tarde les contare una historia sobre este mismo tema que parece absurda pero es real.
ResponderEliminarEn el paraíso liberal el Estado, que es de todos, es en realidad de unos pocos empresarios; en el paraíso socialista el Estado, que es de todos, es en realidad del partido; en el paraíso democrático, que es de todos, el Estado es del gobierno de turno... Ergo, o no hay paraíso alguno o casi todos nos quedamos afuera.
ResponderEliminarDon Máximo: ¿a qué "seguridad jurídica" se refiere exactamente? Es un punto de viva discusión hoy. De hecho, cada vez que la autoridad anuncia alguna normativa a actividad productiva cualquiera, los empresarios cuestionan dicha "seguridad jurídica". Lo que sugiere que el concepto de esta seguridad es muy variable, de acuerdo a quién la invoque. Por ejemplo, los economistas y empresarios consideran, en general, que la legislación laboral chilena es "rígida"; empero, si nos ponemos en la vereda opuesta, los trabajadores perciben que es sumamente "flexible". Finalmente, si los empresarios chilenos no hicieron inversiones que sí hizo Corfo en las décadas de 1940 y 1950, y aun después, tal vez se deba a que sólo el Estado disponía de capitales de inversión, por medio de créditos externos. Hoy, ese papel lo ejerce la inversión de capitales extranjeros. En suma: la realidad no es tan dicotómica; esto no es "Estado o privados". En Chile, suelen ser ambos.
ResponderEliminarLa historia es la siguiente. Yo tengo unos parientes que tienen panaderia y un tio me conto que durante la UP o antes, cuando el precio del pan estaba fijado por el gobierno como todas las cosas, se le ocurrio a algun agil de mente del gobierno que no se podia seguir vendiendo pan caliente a los "pobres" porque pesaba mas que cuando se enfriaba, en todo caso son unos pocos gramos de diferencia, y ademas en el precio se consideraba el venderlo caliente porque asi es como los clientes lo preferian, por lo tanto habia que sacarlo del horno y dejarlo que se enfriara antes de venderlo, a todo esto, los clientes no querian el pan frio y las viejitas pasaban a preguntar a que hora salia el pan caliente para esperarlo. La tarea mas titanica era explicarle a la gente que no se les podia vender lo que ellos querian comprar y que los inspectores rondaban al acecho para pillarlos in fraganti cuando segun ellos le robaban al pueblo. No conformes con esto se les ocurrio que los panaderos capitalistas podian enganar a los clientes en el peso del pan, por lo que implementaron la genial idea de obligar a las panaderias a vender un pan gigante que pesara exactamente 1 Kg., que por supuesto los clientes tenian que comprar frio, ustedes se podran imaginar que si en una panaderia le dan 9 panes en un kilo y en la otra 10 panes se cambia de local y listo, pero para los socialistas eso pareciera ser muy dificil de entender. Como los burocratas del gobierno no habian sido nunca panaderos no sabian que un pan de ese tamano y con la tecnologia de la epoca no quedaba bien cocido, generalmente quedaba crudo por dentro o tostado por fuera, era muy dificil encontrar el punto exacto, y ustedes se imaginaran que los clientes no lo compraban y exigian a veces "a chuchada limpia" que les vendieran hallullas o marraquetas calientes porque segun ellos "para eso tenian plata". En consecuencia el oficio de panadero se transformo en un trabajo de alto riesgo, casi tanto como los trotes matutinos de Don Hermogenes. Como la cosa no daba para mas, se recurrio al mercado, que para los que no lo tienen claro no es mas que personas llegando a acuerdos aceptados por todos los interesados, se hacian 5 o 6 panes de 1Kg para ponerlos en la vitrina y el gobierno quedaba contento. El inspector se llevaba 2 o 3 Kg de pan para la casa, obviamente que calentiiiiito porque no lo iba a comer frio si el era empleado publico, eso era para los pobres nomas. Las viejitas pagaban exactamente por lo que querian comprar, como debe ser, y los panaderos podian vivir tranquilos sin que se acordaran todos los dias de su parentela hasta la tercera generacion. Esto me lo contaron cuando era chico y me sirvio para confirmar cosas que ya intuia, que el mercado no lo puede controlar ningun gobierno salvo que use la cohersion, que la gente no es tonta solo se hace la tonta.... a veces, que nadie sabe mejor que uno mismo lo que nos conviene y que el ser libre para elegir vale mucho mas que unos pocos gramos de pan.
ResponderEliminarSenor del Pais no tan real, no se de tantas vueltas, la seguridad juridica significa que ni el gobierno ni nadie te robe lo que es tuyo, punto, eso es todo. Si usted tiene una plata y la quiere guardar en un Pais extranjero, donde la guarda.
ResponderEliminara] en Suiza o en Libia
b] en USA o en Iran
c] en Alemania o en Argentina
d] en Canada o El Congo
Y veamos si le gusta esta, si usted hubiese sido extranjero, en que Chile hubiese invertido.
a] en el Chile de Allende
b] en el Chile de Pinochet hasta hoy.
Las otras inquietudes ya se las respondimos entre Javier y Yo.
Lo que dice Maximo es cierto. Y de hecho, don Hermógenes Pérez de Arce también ha dado varios ejemplos de porqué los inversionistas terminaban huyendo del país en esa época, antes de que llegara la UP. Un ejemplo de ello, es una juguetería a la que don Hermógenes le gustaba cuando chico. Lo mismo que el fallecido Álvaro Bardón.
ResponderEliminarA Maximo se le olvidó mencionar Venezuela.
País Real: ¿Invertiría en la Venezuela de Chávez, si fuese un gran empresario?
Es lo lamentable de la visión de trinchera de la economía que tiene tanto Hermógenes como algún marxista estalinista. Bendito será el día cuando la economía sea vista como ciencia.
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