Si ustedes tienen la paciencia de rastrear hacia atrás en este blog podrán comprobar que desde sus inicios, hace más de siete meses, comencé a mencionar la circunstancia de que el Presidente de la República y socio controlador del club Colo Colo deseaba tomar, a través de éste y en concierto con otros clubes, el control del fútbol profesional.
A eso obedecieron las reticencias de los primeros saludos de Marcelo Bielsa al Jefe del Estado, cuando éste acudía a protagonizar algún acto ante las cámaras junto al seleccionado nacional, protagonismo que deseaba en función de subir en las encuestas, que son la preocupación primaria de un régimen "encuestocrático" como éste.
La molestia de Bielsa y su consecuente reticencia a saludar con efusión al Presidente nacían de que el entrenador sabía, como toda persona bien informada, de los movimientos que estaban en curso para tomar el control de la ANFP, marginando a la directiva existente.
Esos movimientos dieron origen a que, en entrevista a "La Tercera", también citada y comentada en otro de mis blogs, Harold Mayne-Nicholls revelara que, en conversación con el Presidente Piñera, le había manifestado a éste su inquietud por el hecho de que el club Colo Colo estuviera tras los movimientos dirigidos a desplazarlo, a lo cual Piñera le replicó que desde su asunción del mando "no sabía nada de lo que pasaba en Colo Colo", explicación a raíz de la cual Mayne-Nicholls manifestó darse por satisfecho.
Entonces, en otro blog más, posterior, yo comenté que Harold era muy ingenuo si había creído que Piñera estaba completamente al margen de lo que hacía Colo Colo, porque creer eso equivalía a no conocerlo a él o a no tener idea de cómo se comportan los socios controladores respecto de sus empresas, o ambas cosas a la vez.
Por supuesto, yo creo que el Presidente estaba activamente al tanto de todo lo que hacía el club que controla. Cuando he afirmado que él intervino en la elección de la ANFP lo hago fundamentalmente porque es público y notorio que esa institución actúa en obedecimiento a la voluntad de su directorio y éste funciona con las personas nombradas en él por los accionistas controladores. Como en la vida de los negocios uno puede participar por sí o mediante un apoderado, en el hecho todos los movimientos de Colo Colo para preparar la salida de Harold eran realizados con plena aquiescencia de Sebastián Piñera, sobre todo desde que Harold le manifestara tempranamente su inquietud por el hecho de que Colo Colo formara parte del acuerdo en ciernes para sacarlo. A partir de ese momento ya no podía ni siquiera decir que "no sabía nada de lo que pasaba en Colo Colo", porque Harold se lo estaba diciendo.
De modo que cuando el senador y primo de S. E., Andrés Chadwick, con escasa originalidad, repite hoy en "El Mercurio" que la noción de que S. E. intervino en la elección de la ANFP es sólo la aplicación del dicho de Voltaire (no de Ribbentrop, como afirmó S. E. en una de sus características citas inexactas), "mentid, mentid, que algo queda", se equivoca igual que su primo y medio a medio, porque la intervención presidencial está acreditada por la conducta del directorio que lo representa y obedece a él en Colo Colo.
Más aún, habría bastado un solo llamado del accionista controlador al presidente del club, Guillermo Mackenna, para indicarle que se marginara de la conjura contra Mayne-Nicholls, y así hacerla fracasar, estimo yo, por completo.
De modo que aquí no se ha mentido a este respecto, sino que se ha dicho una verdad evidente por sí misma. Y cuando se dice la verdad, por supuesto, más de algo queda. La gente, que suele no darse cuenta de la mayoría de las cosas, no comulga, sin embargo, con ruedas de carreta, y por eso todas las mayorías sondeadas creen que S. E. intervino para remover a Mayne-Nicholls de la presidencia de la ANFP.
Ahora, otro punto, meramente adjetivo a estas alturas, es si ADEMÁS el Presidente intervino de otras maneras, ejerciendo su influencia personal. Cuando a mí una persona excepcionalmente veraz me dijo que S. E. había llamado tres veces a Antonio Bloise para que no retirara su candidatura a reemplazar a Harold Mayne-Nicholls, por supuesto que lo creí. Y cuando lo dí a conocer públicamente estuve cierto de estarle diciendo la verdad a la gente.
Pasaron semanas antes de que La Moneda desmintiera lo anterior. Cuando lo hizo y me llamaron periodistas para saber cuál era mi fuente, en un acto de nobleza que me es propio yo no quise revelar su nombre, aunque mi fuente no me había pedido expresamente reserva, porque era sabedor de que, si lo revelaba, lo pondría en una situación muy difícil. En otras oportunidades en mi vida he preferido dar la cara yo mismo antes que traspasar la responsabilidad a otro. Pero le pedí a mi fuente los detalles de cómo había sabido de los llamados presidenciales a Bloise. Y él me respondió que un amigo suyo, apoderado en el colegio La Maisonette, se lo había oído decir a la hermana de Bloise, igualmente apoderada en dicho colegio.
Pero Bloise y su hermana, cuando yo dije eso, desmintieron que el uno o la otra hubieren dicho lo que se les atribuía. El amigo de mi fuente se convirtió, entonces, en pieza clave, pero su nombre fue mantenido en secreto. Pero, por supuesto, Paola y Antonio Bloise deben saberlo, salvo que la primera haya perdido la memoria próxima; y si lo saben ellos, también lo supo alguien muy importante.
Frente a la amenaza del poder el común de las personas busca refugio. La senadora Alvear, que había dicho públicamente tener varios testimonios de la intervención gubernativa en la elección de la ANFP, señaló que "consultaría a sus fuentes" a ver si la autorizaban para dar sus nombres y testimonios, pero a estas alturas las fuentes también estaban aterrorizadas, con toda certeza, y le dijeron que no.
El periodista Felipe Bianchi, a quien mi fuente me remitió cuando le pregunté por el nombre del apoderado que había conversado con Paola Bloise, cuando se lo requerí me respondió que no le parecía oportuno dármelo. Bianchi había prometido entregar los antecedentes de las injerencias que él conocía, pero después visiblemente cambió de tema en sus columnas.
Pero yo no cambié de tema, pese a insistentes peticiones de todos los niveles en el sentido de que lo hiciera. Y hoy mantengo mi posición: uno, he escrito y dicho siempre la verdad sobre este tema; dos, sigo creyendo que Paola Bloise le dijo a otro apoderado de La Maisonette que el Presidente llamó tres veces a su hermano para que no retirara su candidatura a la ANFP; tres, sigo considerando que habría sido muy bueno que una comisión de la Cámara o la justicia ordinaria hubieran investigado todo este asunto y que ante ellos Paola Bloise y el apoderado que ha logrado mantenerse fuera del foco público de la polémica explicaran, tanto en declaraciones como en careos, qué hablaron realmente entre sí cuando Antonio Bloise era mencionado como candidato a presidir la ANFP; cuatro, me gustaría que Antonio Bloise hubiera declarado ante esas mismas instancias si recibió alguno petición presidencial directa o indirecta en el sentido de no bajar su candidatura; quinto, el Presidente de la República-accionista controlador de Colo Colo participó a través de mandatarios suyos en las elecciones de la ANFP, de modo que es una verdad inconcusa que él tuvo intervención en las mismas y que si no la hubiera tenido, le habría bastado un llamado telefónico a Guillermo Mackenna, presidente de Colo Colo, para que se hubiera abstenido de votar en dicha elección y para que le hubiera comunicado a todos cuantos él hubiere ya contactado que la posición de Colo Colo, por determinación de su accionista-controlador Sebastián Piñera, era la de total prescindencia.
Como nada de eso sucedió, si "algo queda", como afirma el senador Chadwick, no es una mentira, sino una cosa que tiene un inconfundible olor a verdad. Y es lo que piensa la gente: que el Presidente tuvo una intervención determinante en el resultado de la elección de la ANFP; que a raíz de ese resultado el entrenador del seleccionado, Marcelo Bielsa, ha presentado su renuncia y que, por consiguiente, el Primer Mandatario es con toda justicia responsabilizado por la opinión pública de dicho desenlace y con igual justicia ello se ha reflejado en una caída de la adhesión a su persona en los sondeos de opinión.
Por tanto, la receta de Chadwick al Gobierno en el sentido de que haga lo imposible con tal de retener a Marcelo Bielsa, como remedio al mal causado, es, como reza el dicho, "demasiado poco y demasiado tarde".
No estará muy repetitivo el tema don Hermógenes? Es entendible, hay odiosidades recíprocas, pero Ud. es excelente periodista, no puede quedarse pegado en un tema, un poco de alternancia temática vendría bien creo yo.
ResponderEliminarDe acuerdo con Hunter. El tema no da para más. Ganó Hermógenes por paliza
ResponderEliminar1. Se dio que la última bolita rompìó el saco.
2. Por primera vez SP está comprando algo caro
3. La opinión pública recibió el mensaje clarito
4. La Concertación está tan perdida que HPdA tiene que prestarle ideas.
5. Nada de querellas
Lo que se llama una victoria rotunda y cumplimiento absoluto de lo pronosticado.
Disiento de aquello de una victoria hermogénica. Habiéndolo leido miércoles a miércoles tantos años, el hecho que ahora haya procedido con información de oidas me hace dudar de que él mismo sea "una persona excepcionalmente veraz". Por lo menos en este tópico repetido, ser me ha caido...
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con Eric y de algún modo con Hunter, en consecuencia propongo dos temas jugosos. El caso de LAN en Argentina, que en Chile explicablemente no se le ha dado bola, y el caso del tema de la pobreza y su posible tergiversación de los resultados puesta en escena incluida. Esto último al menos da para una acusación constitucional y acaso a un "impeachement"...
ResponderEliminarMe inclino frente a la inspiración de don Hermógenes, incomoda, pero la cosa es no andar con "santos tapados". A veces incluso asusta pensar la forma en que los adversarios del gobierno tratan estos asuntos y aprovechan las circunstancias.
ResponderEliminarMas ante todo ¿no es preferible brindar espacio a la verdad y la transparencia, por duro que resulte hacerlo?
Atentamente