El nombramiento de monseñor Ezzati ha concitado generalizadas muestras de complacencia entre quienes han expresado opinión (exclusivamente políticos): desde Sebastián Piñera y Patricio Walker, por la izquierda, hasta Jacqueline Van Rysselberghe, por la derecha.
El cargo al que accede monseñor Ezzati tiene gran importancia política, sobre todo porque los peores enemigos de la Iglesia Católica (todos sabemos a quiénes me refiero) son expertos en usar de ella y allegar agua a su molino ateo y totalitario, atrayendo con el señuelo de la popularidad a los prelados, con eso de "Raúl, amigo, el pueblo está contigo", o consignas parecidas, que en el pasado hasta les han permitido utilizar a dependencias de la Iglesia como refugio y soporte logístico de actividades terroristas.
El Episcopado, como todas las instituciones en Chile (y supongo que en otras partes también) está rigurosamente dividido según sus simpatías políticas. Es un secreto a voces quiénes son de derecha, de centro y de izquierda. Pero, como es secreto, no se dice. Algunos desatinados como el padre Berríos o yo, a veces lo hacemos explícito. Recuerdo que él, poco antes de irse (pues nos ha dado un recreo a los católicos de derecha), estableció un veto contra un obispo de nuestro lado, al declarar que sería atroz, o algo así, que fuera designado Arzobispo de Santiago. El Papa respetó su veto.
En su tiempo el propio Papa actual estaba vetado por la izquierda, cuando todavía era Cardenal Ratzinger. Recuerdo que en los tiempos previos a la elección del Pontífice una amiga mía, muy de derecha, me llamó para preguntarme por cuál aspirante me inclinaba, y tuvo buen cuidado de advertirme, no sin un dejo de alarma: "¡Supongo que no estarás con Ratizenger!". Como buena derechista chilena, había comprado el balurdo propagandístico que la izquierda había elaborado contra ese Cardenal. Pero como a nivel de Papa parece que Dios usa más sus atribuciones que al de humanos como usted o yo, Ratzinger fue elegido. Y, por supuesto, sin similar injerencia divina no habría sido posible la elección de un Juan Pablo II, que tan decisivo fue para que cayera el Imperio del Mal.
La prensa dice que monseñor Ezzati pertenece al "centro-progresista". Bueno, es salesiano, así es que habría sido difícil esperar más de él. Pero, a la inversa de su predecesor (y confesor, según ha revelado) Silva Henríquez, parece no albergar predisposiciones políticas. Yo tuve desencuentros con don Raúl, cuando fui director de un vespertino que lo criticaba. A tanto llegaron que un día me convidó a almorzar a su casa, rodeado de sus colaboradores, y me retó bien retado, cosa que yo acepté con mucha humildad, sobre todo porque la comida estaba muy buena y los mostos mejores. Me despidió con un whisky de bajativo y tuve la impresión de que casi me había dado la absolución.
Monseñor Ezzati tiene la ventaja de que no es chileno de nacimiento, lo que lo pone a salvo de muchos prejuicios autóctonos que hacen difícil toda objetividad. Además, he leído una declaración suya donde calificaba una propuesta del Consejo Asesor para la Educación de Bachelet como de "escrita con lenguaje gramsciano", lo que revela que, al revés de otros pastores (me atrevería a decir que de la mayoría) es capaz de atajar los numerosos goles que siempre está intentando meterles la izquierda, que no cree en Dios pero tiene muy claro que el Espiscopado es políticamente muy útil.
En resumen, parece que los católicos de derecha podemos aspirar a algo de tranquilidad, sin perjuicio de lo cual yo, por mi parte, declaro que, en el plano político, por supuesto, pues en el religioso soy totalmente sumiso, voy a tener al nuevo Arzobispo, así como tuve a su antecesor, estrechamente vigilado.
Don Hermógenes,
ResponderEliminarCreo que cuando usted dice "El cargo al que accede monseñor Ezzati tiene gran importancia política, sobre todo porque los peores enemigos de la Iglesia Católica (todos sabemos a quiénes me refiero) ", es un discurso un poco añejo.
Hoy, los principales enemigos de la izquierda, son quienes ocultan y protegen a aquellos curas que abusan de menores de edad. Ellos son los verdaderos enemigos de la Iglesia.
Oiga Phillipo, ¿se ha fijado que no hay curas de izquierda que sean pedófilos?
ResponderEliminarNinguno ha pasado por la inquisición progresista; ni siquiera el cura Jolo que tuvo relaciones con una mujer menor que él, mientras era sacerdote, y ahora se gana vida como buitre de una funeraria.
¿Cómo lo hacen?
Ezzati, qué no había algún chileno a quien pudieran nombrar? Bueno, para más salesiano y discipulo del nefasto Silva Henriquez. Con esos antecedentes es bien poco lo que se puede esperar del nuevo arzobispo de Santiago. Los que estarán de pláceme serán los curas rojos como el Baeza, Precht, etc., a lo mejor más de alguno podrá soñar ahora con la mitra obispal. Si su maestro llenó de rojos el obispado chileno, por qué no podría hacerlo él?
ResponderEliminarEstimado jupiter, si su comentario es para prestarle ropa a los curas pedofilos por ser de derecha, muy mala defensa. Si es para decir que es lo mismo meterse con una mujer menor que uno, a meterse con una menor de edad...peor.
ResponderEliminarLa verdad encuentro aberrante el celibato tanto de curas zurdos o fachos, por lo que en verdad me da lo mismo que un cura tenga su minita por ahi e incluso que tenga hijos. Lo que es inaceptable (y de pasada ilegal) es que esa minita sea un(a) menor de edad.
Amigo Luchito, hace tiempo que no comentaba, pero hoy no aguante. Gracias por alegrarme la mañana, notable su intervencion.
¡No hay saleciano bueno!...
ResponderEliminarBuena columna, pero creo que eso de:
ResponderEliminar"Bueno, es salesiano, así es que habría sido difícil esperar más de él"
, estuvo de más.
¿Cuál fue la idea, Don Hermógenes?
Pablo Villarroel: Reconozco que la frase no fue afortunada, porque la crítica implícita de monseñor era bastante categórica. Gracias por la oportunidad de precisarlo.
ResponderEliminarSin ofender, don Hermógenes, pero nunca he visto a un marxista tan disciplinado como usted. Nunca lo he visto comentar un miserable aspecto de la vida sin su correspondiente interpretación política, ¿no será demasiado? Me recuerda a esos viejos carcamales del Kremlin (hoy extintos, a Dios gracias) que con una mirada glacial nos espetaban: "TODO ES POLÍTICA"
ResponderEliminaratentamente,
un admirador de su pluma
don Hermógenes, en su artículo ud. afirma lo siguiente: "desde Sebastián Piñera y Patricio Walker, por la izquierda, hasta Jacqueline Van Rysselberghe, por la derecha"¿ Por qué Ud. considera al presidente de ese bando? Yo estaba segura que es de derecha...
ResponderEliminarsaludos,
Valentina
Oiga Valentina, la derecha no sube impuestos, no crea Sernacs financieros, no decreta feriados irrenunciables, no ofrece bonos y reajustes a funcionarios en huelgas ilegales; no crea ministerios; no rechaza proyectos energéticos etc.
ResponderEliminarAhora, si usted vive en Venezuela, le acepto que esté bajo la ilusión que Piñera es de derecha.
Valentina, el Presidente se va a molestar con usted, porque él mismo ha asegurado no ser de derecha. Saludos.
ResponderEliminarBueno no se enoje sr. revistajúpiter: I just asking =)
ResponderEliminarsaludos!
Que comentario mas Lacayo y lamebotas empresarial de Revista Jupiter. Piñera no puede gobernar como un furher. Das miedo totalitario.
ResponderEliminarDon Hermógenes siendo como soy lector antiguo de su columnas,lamento decir que Ud. no tiene idea de que va la cosa con la Iglesia Católica. La división que indica entre izquierda y derecha es del todo artifical, todos se comportan del mismo modo respecto al estado, la política y fé
ResponderEliminarGramsci llegó con el frente amplio ! y UD lo dice el 2010 !!!! vaya columna, debería resubirla. Felicitaciones.
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