Cuando llegué a "El Mercurio", en 1962, había entre los redactores un periodista muy culto, Rafael Cabrera Méndez, de larga trayectoria y que tenía una colección de anécdotas notables sobre el periodismo chileno. Una de sus favoritas era la referida a un diario nacional que, después de una de las frecuentes catástrofes que nos afligen, había resuelto reanimar a la población llevando un gran titular motivador: "Volvamos en Sí", expresión entusiasta que envolvía, sin embargo, un manifiesto error de sintaxis.
En estos días he recordado ese titular porque el país debe volver en sí (ahí corresponde esa expresión) tras el entusiasmo patriótico provocado por el exitoso rescate de los mineros, que ha llevado incluso a cambiar completamente el sentido de nuestra conocida frase: "hacer las cosas a la chilena". Ahora eso quiere decir hacerlas bien y nuestro Presidente ha llevado el entusiasmo al punto de recomendar a otros países hacer las cosas "a la chilena".
Por favor, "volvamos en sí". Hoy estuve en una propiedad agrícola que está a mi cargo y el empleado que trabaja en ella me expresaba su temor porque se ha instalado un grupo de delincuentes armados en una parte de ella y no ha podido conseguir que se marche. Recurrió a Carabineros, pero éstos sólo consiguieron que los maleantes se trasladaran unos metros, hacia una propiedad vecina, pero siguen exhibiendo sus armas, amenazando y, se presume, viviendo del delito a vista y paciencia (o presencia, pues, creo, puede decirse de las dos maneras) de la gente de trabajo y de las autoridades. Todos saben que viven del delito, que están armados, que ocupan ilegalmente un terreno y nadie hace nada. Muy chileno.
La misma propiedad está junto a una carretera y un cauce de aguas, que fue cerrado con una costosa verja de reja gruesa y fierro, que se extendía por mas de un kilómetro. "Se extendía", porque ¡se la robaron completa! Toneladas de fierro y reja robadas con camiones. Es obvio que se sospecha de los mismos que la instalaron, pues procedieron a transitar por el cauce que se trataba de aislar, en varios camiones, hasta robar ¡un kilómetro de costosa reja! Y ahí están las bases de los pilares limpiamente cortadas "a la chilena"... y nadie hizo nada ni dijo nada ni ha hecho nada.
En mi familia tenemos una casa desde hace ocho años, fuera de Santiago, en la cual nunca hemos podido tener luz eléctrica ni teléfono "normales". Siempre que vamos están malos, si es que no se cortan. De nada sirven los reclamos. Lo único normal (y puntual) son las respectivas cuentas. La luz titila y el teléfono tiene toda suerte de ruidos. Ambos se cortan frecuentemente. Yo solía decir que estaban instalados y mantenidos "a la chilena", pero ya no me atrevo, pues parece que eso quiere decir todo lo contrario.
El otro día el diario venía, editorial e informativamente, ufanándose de la eficiencia chilena acreditada en el rescate. Pero en la misma edición un periodista extranjero venido a Copiapó a cubrir la noticia daba documentada cuenta de todas las situaciones incómodas, absurdas y deficientes que debió afrontar para poder hacer algo tan sencillo como llegar al hotel que había contratado. Fue una odisea protagonizada por varios chilenos que no eran capaces de algo tan sencillo como llevarlo al principal hotel de la ciudad. No obraban, ciertamente, "a la chilena" (en el nuevo sentido).
La frase de estos días, "si es chileno, es bueno", no es nueva, porque hace décadas la usaba una industria nacional para acreditar sus productos.
Hace unas semanas, también antes del rescate de los mineros, un afamado (internacionalmente) intelectual chileno fue interrogado por un canal de TV acerca de si sentía orgullo de ser chileno. Se desconcertó visiblemente. No quería parecer "políticamente incorrecto", pero tampoco faltar a la verdad. Entonces optó por contestar (o no contestar): "Soy chileno", negándose a decir que eso lo hacía sentirse orgulloso. Y lo comprendí perfectamente, porque sé las cosas que le pueden haber sucedido por ser chileno, entre ellas algunas que me han sucedido a mí, como la de que en un hotel londinense, en que a ningún pasajero le exigían pagar por adelantado, salvo que, como era mi caso, llevara pasaporte chileno. La cajera me dijo, algo compadecida por la vergüenza que me estaba haciendo pasar: "I'm afraid you must pay in advance, sir". ("Me temo que debe pagar por adelantado, señor"). Y yo comprendí inmediatamente que muchos que habían mostrado un pasaporte igual al mío se habían marchado sin pagar.
Todos los chilenos sabemos que los más numerosos ladrones callejeros en España y otros países de Europa son chilenos. Y yo recordaba perfectamente cuando un grupo de chilenos, en el Mundial de 1998, en Francia, entró portando sus banderas a un supermercado de Montepellier y oyó que la administración advertía por los parlantes: "Rogamos a nuestros clientes cuidar sus pertenencias, porque ha ingresado al establecimiento un grupo de chilenos".
¿Cambió todo eso el exitoso rescate? No. Sólo mejoró la imagen, por ahora. Pero "volvamos en sí", no creo que todo acá haya cambiado tanto y para bien. No creo que todo lo que no funciona haya empezado a funcionar, no creo que todos los que roban hayan dejado de hacerlo ni creo que todos los chilenos que hacen "perro muerto" alrededor del mundo hayan resuelto pagar sus hospedajes, comidas o lo que fuere.
"Volvamos en sí" (frase hecha, por supuesto, a la chilena). Todavía seguimos siendo los mismos. Ojalá cambiemos. Ojalá el rescate haya sido un primer paso. Pero es sólo eso.
Cuando no habla de DD.HH o del gobierno militar sus columnas son un agrado. Saludos.
ResponderEliminarLo mismo digo
ResponderEliminarAlgunas veces no estoy de acuerdo, pero siempre sus comentarios son un agrado.
ResponderEliminarA la chilena.
ResponderEliminarDespués de 12 días hábiles el taller mecánico me entrega mi auto ingresado por el seguro (tras sufrir daños por intento de robo), con un piquete y pequeño abollón en la puerta que venía recién pintada y desabollada.
Cabe destacar que pude recibir el auto en este plazo luego de presionar insistentemente al corredor de seguros, liquidador del seguro y al encargado del taller mecánico, teniendo que presentarme en el local para encontrar solución definitiva y plazo de entrega fatal. Bien a la chilena, porque de lo contrario aún estaría esperando.
Pero estas malas experiencias las he vivido con empresas internacionales como HP, donde el servicio, demora de atención y mala calidad es realmente impresionante.
Es bueno volver en sí para evitar que los que se encuentran viviendo en las nubes con la actual situación se peguen un porrazo tan fuerte, pero claramente se debe aprovechar esta oportunidad de la buena imagen generada en el extranjero para situar a Chile de mejor manera como destino turístico, porque pese a lo espectacular de muchos de nuestros paisajes, el conocimiento como destino turístico afuera es poco.
Saludos,
Don Hermógenes:
ResponderEliminarEstuvimos en Londres.
En uno de los peores momentos que ha vivido la historia de nuestro país.
El secuestro de un ex Presidente de Chile de manos de la monarquía inglesa.
Podemos decirlo con suficiewnte propiedad.
Inglaterra no es mejor que Chile.
Nuestra experiencia con los ingleses, en el hotel se tradujo en "no creemos ya nunca más en ustedes".
Al momento de cancelar nuestra estadía el dueño del hotal nos dijo (como algo definitivo) que no iba a hacer factura, so pretexto de que nosotros no la necesitábamos. En seguida, nos dijo que nos recibiría los dólares. y que estos serían cancelados al cambio que él había calculado.
Entonces, le indicamos que necesitámos la factura porque temíamos que en el aeropuerto o en otra parte nos la requirieran.
No confiábamos en los ingleses. Pagábamos contra factura.
Años antes habíamos visitado Inglaterra sin mayores problemas.
Ahora era distinto.
Inglaterra nos había producido una de las mayores heridas. Secuestrar a quién nos lberara del castro comunismo y traicionado a quién había salvado vidas inglesas en el conflicto con Argentina.
NUNCA MÁS VOLVEREMOS A CONFIAR EN L9S PIRATAS INGLESES.
¡NUNCA MÁS1