En nuestra sociedad ya se está llegando a un grado de atropello sin precedentes a los valores sociales. Uno de éstos es el de la inocencia preestablecida de la izquierda, concomitante con el de la culpabilidad igualmente preestablecida del régimen militar. El otro día oí reafirmar ese sólido principio al eminente abogado José Zalaquett, en el programa de Checho Hirane en Agricultura, donde explicó con sus habituales elegancia y parsimonia que si un militar mata a un terrorista, estamos ante una violación de los derechos humanos; pero si un terrorista mata a un militar, eso no lo es, pues se trata de una figura distinta, a la cual los juristas de izquierda le han dado otro nombre que no recuerdo, pues no tiene la menor importancia, dado que nadie persigue a los terroristas que matan a militares, y tampoco a los que matan a civiles.
Debido a esos altos valores preestablecidos en nuestra sociedad, que hoy la caracterizan, entonces, como democrática y civilizada, los militares que les han hecho algo a los terroristas (y también algunos que no les han hecho nada, pero que cargan con la presunción de culpabilidad de todo uniformado que caracteriza al derecho penal de izquierda, que es el que aplica la mayoría de nuestros jueces), están todos presos, mientras los terroristas que les han hecho algo a los militares están todos libres, pues no han violado los derechos humanos.
Pero ahora resulta que un país completamente incivilizado, como Brasil, ha metido preso a un terrorista chileno del FPMR, el brazo armado comunista, Mauricio Hernández Norambuena, por la sola circunstancia de haber secuestrado al industrial Washington Olivetto. En el civilizado Chile jamás habrían hecho víctima a Hernández de semejante atropello. Acá los terroristas han sido recibidos en La Moneda (César Bunster, asesino indultado de cuatro guardias del ex Presidente Pinochet, convidado a un cóctel por el (la) mejor Presidente(a) de la historia de Chile, según la encuesta Ipsos). Y el fundador del FPMR (junto a Gladys Marín y Orlando Millas, según las memorias de este último) Volodia Teitelboim, quien fuera declarado "un gran hombre de la historia de Chile" por el actual Presidente, Sebastián Piñera, quien ha tenido fructíferos contactos con el actual diputado y ex encargado militar del PC, es decir, nexo con el FPMR, Guillermo Teillier.
A toda esta gente se la pretende someter ahora a una persecución repudiable, pues los correligionarios del extinto senador Jaime Guzmán, a raíz de que Hernández Norambuena ha identificado a otros de quienes participaron en el asesinato del senador, pretenden que se reabra el proceso que se cerró, como corresponde al derecho chileno aplicado por los jueces de izquierda, sin ningún preso. Es un rasgo de fanatismo integrista propio de la UDI. Pues los que, en una muy injusta persecución, habían sido encerrados en los '90 en la Cárcel de Alta Seguridad, se fugaron en 1996 en un helicóptero sin recibir un solo balazo de la nutrida guardia del penal, en el cual trabajó asesorando a los guerrilleros abusivamente presos una guerrillera extranjera que, con sueldo del Estado, les ayudó a preparar la fuga.
Ahora Hernández Norambuena da nombres y resulta que uno de los asesinos ¡trabajaba para la Agencia Nacional de Inteligencia! creada por el ínclito Presidente Aylwin para luchar contra el terrorismo. Muy justo. Don Patricio indultó a todos los terroristas y se preocupó de perseguir a los militares (carta a la Corte Suprema para que no se les aplicara la amnistía, pues ya los terroristas habían sido perdonados gracias a ella), entonces no era sino coherente con su polìtica el designar a uno de éstos en su agencia de lucha contra el terrorismo. Y puso a la cabeza de la ANI a un abogado que había estado procesado en los años '80 por encubrir a terroristas que habían asesinado a un carabinero. En estas condiciones, el eficiente aparato de seguridad, cuando se supo que otro de los presuntos asesinos del senador, Jorge Gutiérrez Fischmann ("El Chele"), había sido ubicado por unos policías completamente inconscientes de la respetabilidad que se merecía el FPMR, hizo lo necesario para proteger al susodicho "Chele", permitiéndole escapar, y acto seguido separó del servicio policial a los desubicados detectives que atropellaban tan gravemente el libre desplazamiento de la guerrilla comunista.
Ahora, como parte de la disolución de las costumbres internas y contrariando el derecho chileno, según el cual, como hemos visto, el comunismo y su brazo armado jamás violaron derecho humano alguno, se pretende tomar pie de las declaraciones de Hernández Norambuena en Brasil para llevar la antedicha persecución inicua contra otro digno miembro del FPMR que se desplaza libremente en Chile, Enrique Villanueva Molina, ciudadano respetable que seguramente cobra varias pensiones e indemnizaciones por los atropellos sufridos durante el régimen castrense. ¿A dónde se quiere llegar? ¿Hasta el extremo de que se lo cite a declarar, y no sólo a él, sino a un parlamentario respetable por el solo hecho de haber sido encargado militar del PC, que organizó el FPMR que asesinò a Guzmán?
Todo esto contradice las bases mismas de la moral vigente y es una falta de respeto por la institucionalidad establecida a partir de la "doctrina Aylwin", aplicada y acentuada por la judicatura de izquierda. ¿Es que pretenden darle al FPMR el mismo trato que a los militares? Esto remece las bases mismas del "derecho" chileno actual.
No me canso de decirlo....solo en Chile
ResponderEliminarPor una parte la UDI está formada por una tropa de ilusos, pretender que una justicia zurda procese y condene a terroristas de izquierdas es de una ingenuidad sin límite.
ResponderEliminarDe todas maneras, que tengamos la justicia que tenemos se debe en gran parte a la responsabilidad que tuvieron dicho partido y RN al apoyar todas las aberrantes modificaciones que permitieron a la concertación tomar por asalto las C. de Apelaciones y especialmente la C. Suprema-
Por otra parte, repitiendo el tango, que falta de respeto, que atropello a la razón pretender alterar la institucionalidad creada por la concertación y que el país ha asumido como la única ajustada a derecho.
Fué Renovación Nacional, justamente el Partido que apoyó una ley de indulto a los terroristas. El senador Jaime Guzmán Errázuriz fué asesinado por oponerse a esas leyes que beneficiaban a violentistas.
ResponderEliminarLe costó la vida.
¿Son responsables aquellos que votaron por liberar a todos los terroristas?