Como suele suceder, la información más importante del día hoy no ganó titulares. Se encuentra en la carta a "El Mercurio" de la pediatra Verónica Valdés, de la Universidad Católica, donde afirma que un post natal de seis meses, que permitiera a la madre el cuidado y la lactancia de sus hijos, "aumentará en promedio, al menos, cuatro puntos de coeficiente intelectual de toda la futura generación de chilenos y chilenas".
¿Se dan cuenta ustedes del efecto que eso produciría? Mucho mayor, por cierto que el de la más ingeniosa reforma educacional, incluida la que yo he propuesto, consistente en suprimir el Ministerio de Educación y la regulación socialista de ésta y dar directamente a los padres el dinero que consume aquel monstruo burocrático, para que financien directamente ellos y a su libre elección la enseñanza de sus hijos en establecimientos privados dueños de diseñar sus propios programas. Con todos los beneficios que esta excelente propuesta acarrearía, no creo que pudiera aumentar en cuatro puntos el c. i. de toda una generación.
De partida, si esto se consiguiera, dentro de una generación desaparecería uno de los mayores peligros que acecha a nuestra sociedad, que es el del retorno al socialismo. Pues un electorado con cuatro puntos más de c.i. jamás lo permitiría.
Los recursos para financiar un post natal de seis meses, subsidiado por el Estado, existen actualmente, pero gran parte de ellos se dilapida en organismos burocráticos destinados a dar "pegas" a clientelas electorales. Repartir esos subsidios directamente a sus beneficiarios costaría el 0,5 por ciento de ellos; en cambio entregarlos a la burocracia para que los administre puede absorber hasta el 60 por ciento de los mismos, caso del Instituto de la Juventud, citado hace unas semanas por el ministro Felipe Kast.
El post natal de seis meses, aunque sea pagado por el Estado, representa un costo para las empresas y eso explica que beneficios similares a ése y el propio post natal que ya existe conduzcan a que las mujeres tengan sueldos líquidos menores que los hombres para una misma labor. Por eso la medida requiere un subsidio adicional.
El antecedente expuesto por la doctora Valdés justifica ampliamente dicho subsidio, que yo he recomendado también para todos los matrimonios bien constituidos, mientras ellos se mantengan. El beneficio social que representan, consistente en ser unidades formadoras de los niños, que los educan con el ejemplo y los sacan de la delincuencia y el vicio al que hoy está expuesta la mayoría de ellos (pues esa mayoría nace fuera del matrimonio), nos permitiría superar la actual situación social y moral crítica prevaleciente en nuestro medio.
Además, el referido incentivo para el matrimonio podría representar una manera de aumentar la tasa de natalidad, que hoy se encuentra bajo la llamada "tasa de reposición", cosa que significa que, con el tiempo, los chilenos vamos a desaparecer. Si bien algunos podrían estimar que eso sería para beneficio de la Humanidad, los que amamos a nuestra Patria (cuyo número no me atrevo a aventurar, pero a juzgar por conductas prevalecientes en el medio parece exiguo) debemos velar por que, cualesquiera fueren nuestros defectos, no desaparezcamos del todo de la faz de la Tierra. Sobre todo si existe la expectativa de que nos volvamos cuatro puntos más inteligentes que hoy y dejemos de perpetrar las barbaridades que tienen a nuestra moral social por los suelos.
Es clave ese incentivo para contratar a las mujeres jóvenes, especialmente ahora que hay más mujeres que hombres estudiando en la universidad.
ResponderEliminarLa verdad que a mi me gustaría saber en que se basa, cual es el fundamento de la afirmación de la doctora Valdés.
ResponderEliminarSi fuera tan cierto, por que ningún país del mundo, según entiendo, tiene un postnatal de 6 meses?
Creo además que a pesar de algún subsidio, siempre para el empresario, el empleador, será engorroso estar rotando personal femenino por un postnatal excesivo