Hace un par de semanas vi una inserción de media página en "El Mercurio" de GlaxoSmithKline (GSK) revelando que se presentó a una licitación de vacuna antineumococo en el Ministerio de Salud, las ofreció a un precio inferior al predeterminado por el Ministerio, con un ahorro de $2.600 millones, ganó la licitación y, sin embargo, ésta después se declaró desierta, por lo cual hacía ver su protesta. No obstante ello, el Ministerio colocó un pedido del diez por ciento del medio millón de vacunas originalmente licitadas.
Como vivo en Chile hace muchos años y "conozco el paño", yo dije que esa denuncia de irregularidad no iba a tener ningún eco significativo. Cuando en nuestro medio hay un "negocio raro", lo normal es que nadie se atreva a denunciarlo. Pero si alguien lo denuncia, como hizo GSK, que es una firma extranjera y, por tanto, "no conoce tan bien el paño", lo normal es que todo se cubra con un manto de silencio, tras muchos llamados telefónicos entre gente importante (porque sólo gente importante puede conseguir que se anule una licitación legítima sin expresión de causa).
Bueno, yo busqué información periodística al día siguiente de la inserción de GSK y, tal como preveía, no encontré nada en ningún diario. Típico. Pero venía una cosa, a propósito de otra noticia: se había destituido al jefe de compras de abastecimientos de salud y la funcionaria encargada del tema de las vacunas había sido enviada a otro servicio, tras saberse que había sido asesora de la firma que perdió la licitación de las vacunas.
Luego se ha sabido que el Ministerio va a llamar a otra licitación. ¿Por qué, si ya hubo una, la ganó GSK, sus vacunas son más baratas que lo previsto por el Ministerio y hay cientos de miles de niños pobres que las necesitan? Yo les voy a decir por qué: porque estamos en Chile. Pero, cuidado. Una persona de GSK me contactó a raíz del blog que escribí cuando publicaron la inserción. Junto con hacerme llegar mayores antecedentes, me dijo una cosa significativa: en el país de origen de esa firma se castiga como delito que un funcionario de ella o cualquier otra pague alguna comisión ilícita para ganar una licitación. Luego, están obligados a proceder transparentemente. Y por eso defienden con tanto denuedo su punto de vista cuando sucede algo irregular, como lo es arrebatarles una licitación que ganaron con todas las de la ley.
A falta de noticias en la prensa, en la radio ha habido anuncios de parlamentarios de oposición que hablan, incluso, de una acusación constitucional contra el Ministro de Salud por no haber contratado las vacunas tras una licitación clara y conveniente.
Supongo que todo seguirá como hasta ahora, es decir, nada saldrá en los diarios, aparte de las inserciones indignadas de GSK; las autoridades seguirán tratando de "hacer ñuco" con la licitación cuyo resultado no les gustó; continuarán los llamados telefónicos de alto nivel "en busca de algún arreglo" (traduzco: que la firma de los que llaman se adjudique al menos una parte de las vacunas); y una parte de los niños pobres que todavía no se pueden vacunar contra el neumococo se enfermarán de neumococo.
Desenlace raro de un negocio raro, pero nada de raro en el país en que vivimos.
Yo no veo que sea un desenlace raro, más bien diría que es lo normal, los negociados, las licitaciones brujas, se llaman sólo para cumplir con la ley, lo mismo cuando se llama a concurso para un cargo público, ya el postulante está designado de antemano.
ResponderEliminarEn México es la mordida, en Chile es el compadrazgo y la coima. Quien tiene un amigo en el cargo preciso, está listo, logrará lo que quiera dntro del ámbito de acción de su amigo o compadre y si no lo tiene, viene la "coimisión".
Soy pesimista, esto no tiene arreglo, es un establo de Augias y no hay un Hércules que lo pueda limpiar.