De las cosas que critiqué al Gobierno Militar en su tiempo fue no haber modernizado y saneado el Poder Judicial, no haber privatizado el Banco del Estado y no haber hecho una real y buena reingeniería en la Universidad de Chile. Esas tres instituciones son grandes lastres tradicionales del progreso chileno.
Ayer un grupo de violentistas de izquierda (valga la redundancia) fue a pifiar a Sebastián Piñera a la Universidad de Chile, pero por las razones equivocadas.
En efecto, el Gobierno se propone hacer algo bueno y justo: poner en pie de igualdad (de aportes de recursos estatales y de exigencias) a todas las universidades del país. Y con ocasión de la asunción del rector Víctor Pérez por un segundo período, éste consideró oportuno cohonestar dicha violencia izquierdista protestando porque la fuerza pública ingresó al recinto para ponerle término (pese a que ésa es la misión de la fuerza pública) y criticando al Gobierno porque, dijo, "hay instituciones que aparecen en las páginas de negocios porque se compran y venden en cifras millonarias, y otras, en las págtinas judiciales, en estos días, por una gran negocio con becas. Pretender que las universidades con tradición son iguales a ese tipo de instituciones y, por tanto, iguales al ser consideradas por el Estado es impensable y supone una afrenta para nosotros".
Pocas veces he leído una frase más farisaica que ésa. Por supuesto que es impensable que la Universidad de Chile, dada su realidad actual, llegue alguna vez a valer "cifras millonarias", porque es un hoyo negro que absorbe recursos estatales sin tasa ni medida ni justificación desde hace muchos años, y se mantiene alejada de las más elementales normas de buena administración. Cuando su rector José Luis Federici intentó poner orden en ella, bajo el gobierno modernizador y rectificador, hace más de un cuarto de siglo, los intereses heridos que medraban del desorden general propio de ese monstruo burocrático lograron derrotarlo, en la que se llamó "revolución de los decanos". Tengo a mucha honra haber sido la única voz que pública y resueltamente defendió el intento rectificador de Federici.
Por supuesto, entonces, que ni soñarse puede que alguna vez alguien se interese por pagar "cifras millonarias" por un tonel sin fondo. Eso acusa una falta de criterios mínimos sobre valorización de entidades, sean éstas productoras de bienes o de servicios educacionales.
Pero donde el fariseísmo rectorial desborda todo límite es cuando alude a una universidad de izquierda que ha hecho su agosto con la simulación de "becas Valech" para cobrar millonarias sumas de manera indebida, pues la Universidad de Chile no hace mucho se prestó para lo mismo, simulando servicios para obtener pagos indebidos del Ministerio de Obras Públicas, como consta en los procesos llevados adelante por la ministra sumariante Gloria Ana Chévesich.
Si algo cabe observar respecto de los planes de gobierno para la educación superior es que no pongan énfasis en el principio de subsidiariedad, de acuerdo con el cual nada tiene que hacer el Estado en la educación superior, porque desde la revolución modernizadora de los años 80, cuando se liberó el acceso a esta actividad de una manera democrática y para todos los chilenos, se han fundado decenas de universidades que entregan, muchas de ellas, servicios educacionales de excelencia.
Lo que un gobieno realmente resuelto a velar por el bien común debería hacer es sanear al más breve plazo y con el máximo rigor la estructura administrativa y burocrática gigantesca en que se ha convertido la Universidad de Chile y licitarla para que ella sea adquirida por particulares aptos para la actividad de impartir educación superior. Y, después, destinar los ingentes recursos que así obtendría a ofrecer a las familias chilenas de pocos recursos becas para que libremente elijan la universidad a la cual deseen enviar a sus hijos, con todos los gastos de la respectiva enseñanza completamente pagados.
La quejumbrosa protesta del rector Pérez por lo que considera un atentado contra la majestad de las instituciones tradicionales de educación superior no es otra cosa que una disimulada defensa de intereses corporativos impresentables, que desde hace muchos años han ocultado un dispendio vergonzoso de recursos de todos los chilenos, recursos que mucho mejor servirían a quienes más los necesitan. Los años han pasado sin que ningún gobierno haya logrado ponerle el cascabel al gato de su incontrolada dilapidación.
Triste y patético sus ideas respecto a lo que es Chile en términos de su mejor Universidad. Pareciera que Usted no vive acá y no es capáz de ver la realidad de la educación en términos no-monetarios. La Educación no es un negocio para pocos estimado, si no lo sabía es la única inversion social que realmente garantiza el desarrollo social. Vea Usted senor HPDA HDP, valga la redundancia, que esta Universidad y todos los profesionales que hemos creado a esta institución somos bastante más coherentes y dispuestos a aportar al desarrollo de nuetstro pais que cualquiera de sus escualidos y pauperrimos productos de la educación privada. Gracias por su comentario, es sin duda un reflejo gratis de quien es usted en esta sociedad.
ResponderEliminarSin olvidar que la propia Universidad de Chile arrendó al mejor postor "apareciendo en las páginas de negocios" la concesión de la señal de Chilevisión hasta el año 2018. Fue precisamente este singular arriendo el que frustró la reciente venta a un grupo económico. Supongo que qerrán tener la propiedad de la concesión ad eternum. Nuevamente el Presidente Piñera como propietario de este canal y beneficiario temporal de la señal universitaria debe regular una empresa propia. En este caso el rector guarda "respetuoso" silencio frente a esta negociación que tuerce el sentido de la ley.
ResponderEliminarLas Universidades "estatales" son un grupo de poder que defiende sus privilegios eludiendo que su mejor defensa es la excelencia, esa es su unica defensa legítima.
ResponderEliminarLas únicas que requieren apoyo del Estado, casi como intervención, son las "pedagógicas". Es tan grave la situación de tales casas de estudio que la Universidad de Playa Ancha tiene nada menos que un Rector que no tiene posgrados, ni investigaciones ni publicaciones. ¿Con ese liderazgo sin ningún perfil de excelencia académica qué podemos esperar de ese tipo de universidades?.
La Universidad de Chile es un absoluto desastre. Se quejan de que no tienen plata, pero sus aranceles son casi igual de altos que los de la Católica, sin embargo, las diferencias entre una y otra, sobre todo en infraestructura son abismantes.
ResponderEliminarTampoco es verdad que la U de Chile sea la mejor y más plural universidad del país. Los mejores alumnos hace mucho rato que prefierren la PUC y para varios sectores de la sociedad la Chile ni siquiera es opción, ya que los alumnos no están dispuestos a convivir con grupos violentistas que impiden un normal desarrolla de las clases.
Si la U de Chile quiere recibir dineros del Estado tiene que, al menos, presentar una solución a los grandes problemas disciplinarios y financieros que le aquejan.
Que manera de hablar leseras esta gente.
ResponderEliminarTambién rechazo completamente la manifestación que se hizo en contra del presidente, independiente si es Piñera o no.
Pero de ahí a hablar webadas como: “la Chile es un gran hoyo negro que consume recursos y las estatales…” la Chile genera la mayor parte de sus recursos por fondos concursables, por venta de servicios y por aranceles. Solo el 11% es aporte fiscal directo.
Además está amarrada LEGALMENTE con burocracia innecesaria, lo que no le impide ser la universidad mejor evaluada internacionalmente de este país (estoy muy deacuerdo que esas marras debiesen quitarse) y más encima compite contra privadas que también reciben aportes basales del estado como la citada Universidad Católica la cual no tiene amarras legales y que a diferencia de la Chile cuyos dineros pasan por controlaría general de la república, esta no rinde cuenta alguna respecto de los dineros que recibe de parte de todos los chilenos.