Chile es dos países en uno. Están enfrentados y no pueden reconciliarse. Ése es el problema. Hoy lo deja patente una columna del izquierdista Ricardo Brodsky en El Mercurio. En ella no puede menos que condolerse de una barbaridad inhumana: la existencia de no menos de 400 presos políticos, ancianos exmilitares, entre ellos no pocas mujeres, sin derecho a debido proceso y arbitrariamente apresados.
Pero Brodsky sabe el terreno que pisa y por eso se resguarda, reconociendo todo lo que se le ha dado a la guerrilla marxista derrotada el 73: "Diversas leyes dan cuenta de esa política sostenida a lo largo de 20 años, aunque, por cierto, no satisface a las víctimas".
Traducción al idioma de la verdad: "las víctimas" son los guerrilleros que, matando chilenos, se quisieron tomar el poder por las armas, dado que no podían alcanzarlo mediante elecciones. Fracasaron sólo porque los militares, convocados por una mayoría civil, los derrotaron completamente.
Claro, como es sabido, la DC y parte de la centroderecha traicionaron después a los militares, en particular Piñera los persiguió ilegalmente más que nadie, y antes Aylwin había indultado y llenado de plata a los agresores marxistas, lo cual sigue sucediendo hoy, en que están en el gobierno.
Lo reconoce Brodsky: "También se otorgaron beneficios a cerca de 150 mil personas exoneradas de sus empleos y se adoptaron medidas para facilitar el retorno de los miles de exiliados". Mintiendo un poco, porque el gobierno militar no "exilió" a "miles". Expulsó ocasionalmente a no más de diez dirigentes políticos adversos en 16,5 años. A lo que sí accedió fue a permitir la salida al exterior de extremistas asilados en embajadas --entre ellos a los miristas que asesinaron al Intendente Carol Urzua, por ejemplo-- o procesados por terrorismo que conseguían apoyo externo para que se les conmutaran condenas a presidio por "extrañamiento", consistente en cumplir la pena en el exterior. O canje por presos políticos del comunismo, como en el intercambio del secretario general comunista Luis Corvalán por el disidente ruso Wladimir Bukovski en 1976.
Pero la frase clave de Brodsky es la siguiente: "Dicho lo anterior, hay que reconocer que ninguna justicia ni ninguna reparación es suficiente para equilibrar el dolor causado". Esto es como oír a Hitler culpando a Churchill y Roosevelt por bombardear ciudades alemanas. Es el "gran cambiazo" registrado en Chile. De agresores a víctimas. De totalitarios a demócratas. De avanzar sin transar y "la momia al colchón y el momio al paredón" a "Hermanitas de los Pobres" que, como Sheila Cassidy, daban refugio y atendían a guerrilleros heridos y defendidos por la Vicaría de la Solidaridad del Arzobispado, con jefe del archivo comunista, claro.
"El dolor causado" entre septiembre y diciembre de 1973, en que cayó el 57 % de todos los muertos en la lucha contra la guerrilla en 16,5 años. Justo fue el período en que Aylwin defendía a los militares y los aplaudía por salvarnos de una "tiranía comunista o una guerra civil". Todo lo cual, el primero en olvidarlo fue Patricio Aylwin, que en 1991, sostenía jamás haberlo dicho ni hecho y les pedía perdón a los marxistas, con lágrimas en los ojos, por la derrota que los "militares malos" les habían infligido, olvidando que los había convocado él e incitado él.
Reconozcamos que el gobierno militar y sus partidarios civiles de la derecha política que inspiró económica, social y constitucionalmente al régimen militar y lo continúa defendiendo, salvamos a Chile y ganamos la guerra contra el marxismo, pero somos minoría y perdimos la posguerra publicitaria, a raíz de lo cual la mayoría adoptó el "relato" de la izquierda, bajo el cual vivimos hoy, que es el que expresa la columna de Brodsky.
El único que puede reeditar la unidad, la seguridad y la prosperidad que nos legó Pinochet es el candidato que no ha renegado de él, Johannes Kaiser. Con cualquier otro, vamos a seguir siendo dos países. Pero con el peor de ambos al mando, como hoy. O con otro que conduzca a que el peor vuelva al poder, como ya lo fue Piñera y lo sería su clon político actual, Evelyn Matthei..
Cada voto que se entregue a Kaiser, es un voto que se resta a Kast.
ResponderEliminarY cada voto que se resta a Kast, es transforma en una posibilidad mayor de que Matthei pase a segunda vuelta
¿Que prefieren?
a.- Kast vs Jara
b.- Matthei vs Jara
No hay más...
Prefiero Kaiser vs. Jara, porque es el único que sé que no se va a cambiar de bando y no ha renegado de Pinochet. Porque la solución hoy, como cuando se iniciaron los mejores 30 años, es mantener la línea de Pinochet.
ResponderEliminarEso no va a pasar, don Hermógenes, todos lo sabemos.
EliminarLa trampa de Chile Vamos funcionó, parte de la derecha se la compró y beneficiarán a Matthei.
Después no se quejen si gana ella. Negar la realidad no es recomendable.
Es más, si el milagro existiera, Jara arrasa a Kaiser en esa hipotética segunda vuelta, porque la gente no quiere a la "ultraderecha", se ha demostrado una y otra vez.
Una elección entre una mujer tipo Bachelet pero versión poblacional que ofrece cosas gratis, frente a un furibundo que se descontrola cada dos por tres, sería una derrota asegurada para la derecha.
Además, la izquierda tiene miles de horas de YouTube con las aberraciones y disparates mas grandes de Kaiser que harían temblar al más valiente. Festinarían con los desvaríos de Kaiser presentándolo al público como un desquiciado. Pueden demolerlo y dejarlo en el suelo en una semana.
En fin..., hagan lo que quieran con su super candidato para barras bravas.
El momento de la decisión donde la mano del electorado deposita su voto en el buzón es lo que cuenta. Mucho ha pasado en estos dos últimos años que probablemente cambie el "histórico 1/3 , 1/3 y 1/3..." porque esa mano no hay encuesta que la anticipe.
EliminarHermogenes hola- Si Kaiser es inteligente, y es estadista, y entiende como es la política de la gente grande -se dará cuenta que ahora puede negociar su bajada con éxito y obtener un buen Ministerio de Kast, porque ya no prendió- fue solo una estrella fugaz- y arriesga quedar si nada, sin congreso, sin pega y sin ministerio, sin plata y ser una mala copia de MEO o Parisi-
ResponderEliminarJauajajajajajaja kaiser a segunda vuelta? Como sueñan estos tipos
ResponderEliminarDon Hermógenes: ¿qué editorial publica el libro "prevaricato" de Latorre? Muchas gracias.
ResponderEliminarLa nueva edición por salir está a cargo de la Editorial Conservadora. La primera fue con el sello de Editorial El Roble y se vendió en Antártica y Feria del Libro.
EliminarInteresante Don Hermógenes, que el mismo autor del libro "prevaricato" haya dedicado un libro complementario con documentos a su libro Historia de la Revolución Militar Chilena 1973-1990.
EliminarEstá en la misma editorial que usted nombra. Se llama Gesta Heroica de 1973