¿Por qué se entrega la derecha? Nunca he podido explicármelo. ¿Es producto realmente de una "contradicción vital"? El último contagiado por ese virus ha sido el que menos se esperaba, José Antonio Kast. La contradicción queda de manifiesto en lo que declaró al Wall Street Journal, explicando su inesperado apoyo a una nueva Constitución. Fíjense bien en lo que dijo: "Chile tuvo éxito durante muchos años, con gobiernos a la izquierda del centro, porque sus sólidas instituciones lo proveyeron de estabilidad". Es decir, reconoció el mérito de la Constitución. Y, sin embargo, sorprendentemente, añadió en seguida: "'Ese es uno de los altos objetivos de una nueva Constitución". ¡Pero si ya dijo que se consiguió con la actual!
En otra parte afirma: "Es mejor resolver estas materias, porque si no lo hacemos el problema se arrastrará por mucho tiempo". ¿Cuál problema? Preguntémosle a la gente, como lo hace la última encuesta del CEP, la número 88: el tema de constitucional está en el 16° lugar de las preocupaciones de los chilenos, mencionado sólo por el 3%. Es decir, casi nadie. Está entre las tres cosas que menos importan a los chilenos, cuya principal preocupación es delincuencia y terrorismo, mencionados por el 60 %, y siguen salud, educación y doce otros temas más importantes.
¿Quiénes insisten en una nueva Constitución? Sólo los comunistas y sus antenas repetidoras. Una infaltable es Sebastián Piñera. Acaba de afirmar lo mismo que Kast en entrevista dominical de El Mercurio: tenemos que resolver el problema para que no siga arrastrándose. ¿A quién le importa ese supuesto "problema"? Al 97 % no.
La pregunta es por qué los políticos de derecha y la propia élite se convierten en antenas repetidoras. Para mí siempre ha sido un misterio. En mi juventud vi a la principal figura de la DC, que yo creía "nueva derecha", derivar también hacia la izquierda, convencido de que ahí "estaban los votos". Pero la única vez que la DC ganó fue en 1964 porque la apoyó la derecha, siempre en pánico, naturalmente, e incluso soportando ser vejada. Pues Frei le advirtió que "no cambiaría una coma de su programa" de izquierda. Y por eso fracasó, salió Allende y él pasó a ser "el Kerensky chileno".
Entonces, el primer elemento del entreguismo es la creencia de que hay que entregarse o si no "tendremos un problema". ¡Pero no es así! Porque el problema lo tendremos si hacemos lo que dicen los comunistas, que no es lo que le interesa a la gente. Al contrario, la mayoría vota contra ellos, como lo ha hecho el 7 de mayo al favorecer masivamente al único partido opuesto a hacer lo que ellos dicen. Pero ahora sale el jefe de ese partido queriendo hacer precisamente eso.
Otro síntoma del entreguismo de la derecha es ceder a los comunistas el derecho a determinar el significado de las palabras. Por ejemplo, el "borde" constitucional que establece que Chile es un "Estado social y democrático de derecho" está contenido en la actual Carta, como todos los demás, según he probado en mi blog del 11 de mayo. Pero los comunistas dicen que un "Estado social" es el que entrega gratuitamente bienes y derechos a las personas. ¿De dónde han sacado eso? El diccionario de la RAE dice que "social" es "perteneciente o relativo a la sociedad o a las contiendas entre unas y otras clases". En ninguna parte implica dar algo gratis. La actual Constitución define a nuestro Estado social en el inciso 4° del art. 1°: "El Estado está al servicio de la persona humana y su finalidad es promover el bien común, para lo cual debe contribuir a crear las condiciones sociales que permitan a todos y cada uno de los integrantes de la comunidad nacional su mayor realización espiritual y material, con pleno respeto a los derechos y garantías que esta Constitución establece". Ahí ya está el "Estado social".
"¡Pero es que los comunistas dicen que el Estado social permite tener cosas gratis!" Eso dirán, pero no funciona, porque "el almuerzo gratis" no existe. Por algo los países comunistas se cuentan con los dedos de una mano.
Cuando cambiemos el actual gobierno (ojalá cuanto antes) y no la actual Constitución, que otra vez ratificará el pueblo, nuestro Estado social y democrático de derecho, en su real significado, será restablecido y recuperaremos el sitial que la sumisión al comunismo nos ha hecho perder.