Casi me parecía en algún momento ser hoy el único partidario de mantener la Constitución, pues hasta Sergio Muñoz Riveros, que había opinado eso, en su último aporte a El Mercurio pareció ceder terreno y apoyar el "proceso constituyente", es decir, "la última locura de Mel Brooks" abrazada por el tout-monde. Pero ayer Axel Kaiser en Las Últimas Noticias rescató también el sentido común y opinó que es preferible mantener la Carta actual.
Recordé otra época en que también me sentí igual de solo, hace 18 años, cuando el CJE general Juan Emilio Cheyre hizo su famosa declaración culpando al Ejército "de todos los hechos punibles y moralmente reprochables del pasado". Yo solía escribir la Semana Política y allí acusé a Cheyre de "tibieza" en la defensa de sus camaradas y sobre todo de los "caídos tras las líneas enemigas" ("mis camaradas y las víctimas", decía él). A raíz de eso el general mandó una severa réplica al diario preguntándole si promovía un golpe militar o algo así. El diario, contra mi opinión, no quiso duplicarle y absorbió el castigo. Entonces Cheyre seguramente pensó que no debía dejar las cosas ahí y convidó a la plana periodística mayor a un almuerzo para sanar heridas, en el Club Militar de Lo Curro, donde expuso largamente. Su autosatisfacción ya no le cabía en el asiento y, paseándose por la sala, describía las ventajas de este "nuevo Ejército" que había confesado todos sus pecados y ahora podía ir al centro de uniforme sin que los comunistas lo insultaran. La periodista Paula Escobar le lanzaba un elogioso maní tras otro y él a su turno contestaba complacido tras devolverle a su vez un dulce diciendo "¡qué buena pregunta!"
Entonces yo aproveché un breve silencio para intervenir: "General, quiero agradecer al Ejército a través de su persona por haber salvado a Chile de convertirse en un satélite soviético en 1973." Se produjo un pesado silencio de espanto y estupefacción, sólo interrumpido por un grito de horror de Blanca Arthur, periodista de nuestro lado pero no por eso menos espantada. Sin embargo Cheyre sonrió, dijo "sí, sí, sí" y "salió jugando" muy canchero y añadiendo cosas intrascendentes, para finalmente tirar la pelota al córner.
Juan Pablo Illanes, de derecha sólida también y entonces director responsable del diario, cuando nos paramos de la mesa me dijo, sonriéndose: "Muy bueno tu agradecimiento al Ejército, Hermógenes".
He recordado todo eso hoy, cuando estoy también aparentemente aislado y, sin embargo, con el apoyo de 4 millones 200 mil sujetos que salieron de la nada el 4 de septiembre para resolver, junto a otros 3 millones 600 mil que ya había antes, imponer el art. 142 de la Carta, que dice: "Continuará vigente la actual Constitución".
Lo cual es bastante claro y, gozando de un 62 % de apoyo mayoritario, no deja de ser, creo yo.