lunes, 30 de mayo de 2022
No Fue Jaime Guzmán, Fui Yo
sábado, 28 de mayo de 2022
¿No Entienden Lo Que Leen?
La habladuría derrotista de cierta centroderecha sobre un "nuevo proceso constituyente", debido a que "el 80 % habría votado por una nueva Constitución", no es sólo entreguismo, sino ignorancia, porque no es verdad. Sólo revela que no han leído la Constitución o no entendieron lo que leyeron.
En el plebiscito de entrada, en que el Apruebo obtuvo el 78 % (no el 80 %) y el Rechazo el 22 %, también se aprobó el inciso final del art. 142 de la Constitución, que dice: "Si la cuestión planteada a la ciudadanía en el plebiscito ratificatorio fuere rechazada, continuará vigente la presente Constitución".
Por lo tanto, la Constitución de 1980 no está "muerta", como dice la izquierda y admiten los entreguistas, sino que está viva y plenamente vigente. Tanto que el próximo plebiscito del 4 de septiembre se regirá por ella. Y, si ahí vence el Rechazo, seguirá siendo indefinidamente la única vigente.
Eso lo aprobó el 78 % de los votantes y también el 22 % restante, que no era partidario ni siquiera de hacer un proceso constituyente. Así es que el 100 % estuvo de acuerdo en que, si ahora gana el Rechazo, no haya más que hablar.
Tampoco es verdad que el 78 % quería otra Constitución, como dicen una y otra vez la izquierda y los entreguistas. Lo que de verdad quiso ese 78 % fue comparar el texto que preparara la Convención con el que ya había. Es decir, aprobar o rechazar el primero. Y, en este último caso, seguir con la Constitución actual. Por todo eso se pronunció el 100% de los que votaron.
Por lo tanto, si vencen el Apruebo o el Rechazo el 4 de septiembre, será igualmente extemporáneo hablar de "otro proceso constituyente" o una "comisión de expertos", porque no es lo que quiso el 100 % de la gente.
A todo esto, el 4 de julio se termina la Convención Constitucional y se disuelve. Sus 154 miembros cobrarán los cuatro días de julio y se irán para sus casas. Ojalá, dicho sea con todo respeto, para siempre.
martes, 24 de mayo de 2022
Síndrome de Estocolmo
sábado, 21 de mayo de 2022
¡La Casa de Todos Ya Existía!
viernes, 20 de mayo de 2022
O Rechazo o Comunismo
En el último pleno del PC Guillermo Teiller les dijo a sus camaradas que el plebiscito del 4 de septiembre será "la batalla de las batallas" y que deben ganarla, porque Allende ganó un 4 de septiembre. En efecto, ganó y encabezó una tentativa de hacer de Chile un país comunista. Pero lo arruinó en el intento y lo dejó al borde de la guerra civil, que no se concretó. Le levantaron un monumento junto a La Moneda por eso. ¡Seremos entreguistas!
Desde 1973 civiles y militares reconstruimos, restablecimos una democracia protegida y devolvimos a una mayoría ingrata el mejor país de América Latina, pacificado y sirviendo de ejemplo al mundo. Nuestro principal enemigo se derrumbaba en todas partes con su "muro de la vergüenza" y su "telón de hierro".
Consagramos la libertad económica y por eso hasta los comunistas fundaron un colegio ("Latinoamericano de Integración") y una universidad ("Arcis", la que después arruinaron). Incluso había suficiente libertad como para que pudieran rendir homenaje a Allende en el Teatro Cariola, en 1987. Lo que no podemos hacer hoy los partidarios de Pinochet, porque nos agreden y golpean (Teatro Caupolicán).
Ahora el plebiscito de salida es definitorio, porque nuestra Constitución garantiza la libertad y el pluralismo y, en cambio, el proyecto de la Convención no, tanto que dice: "El Estado tendrá iniciativa pública en la actividad económica" y "podrá desarrollar actividades empresariales". Los particulares sólo podrán hacer lo que el Estado autorice. Al revés de hoy, en que el Estado sólo puede desarrollar actividades empresariales si "nosotros el pueblo" lo autorizamos expresamente. La "batalla de las batallas" de Teillier es para que el Estado (ellos) haga lo que quiera y nosotros sólo lo que ellos nos dejen hacer. Hoy, nosotros el pueblo hacemos libremente cualquier cosa y autorizamos al Estado a lo que expresamente le permitamos. Porque somos nosotros, el pueblo, los que mandamos al Estado y no al revés.
Luego, si gana el Rechazo Chile seguirá siendo libre, con "democracia plena", como teníamos según el índice de The Economist, hasta 2019. Después nos degradó a "democracia defectuosa" porque los comunistas impusieron su violencia y el "parlamentarismo de facto", abusando de la debilidad de Piñera y después aprovechando la toma del poder por su compañero de ruta Boric.
Si la mayoría vota Apruebo y comunismo, acuérdense que cuando quede "harina para pocos días más" (Allende en "El Mercurio", 07.09.73), ya saben a quiénes vamos a llamar al rescate. Y más rápido que el 73, porque el caos será pronto, dado que el comunismo ha puesto al granero de Chile en llamas.
Pero... pero, la mayoría millenial votó Boric y probó no haber aprendido de la historia. Porque durante más de treinta años se la enseñaron profesores, baradites y periodistas comunistas o compañeros de ruta. Consecuencia: cerebros lavados pueden repetir la historia.
Los entreguistas de derecha se mueren de miedo e imploran: "No nombren a Pinochet, por favor... digan que de todas maneras queremos cambio de Constitución, aunque gane el Rechazo, por favor... hay que 'matar al padre' (Pinochet) o nos van a matar a nosotros... si gana el Rechazo, los rojos van a reanudar la insurrección." Por supuesto, lo harán. Es lo único que saben hacer: 1932, 1934, 1949, 1957, 1973 y 27 insurrecciones durante los '80, que duraban uno o dos días, pues no estaba Piñera, sino Pinochet; y la de 2019, que sigue hasta hoy porque estaba Piñera y no Pinochet. Nos pilló con un presidente analfabeto político, pusilánime y con una derecha entreguista.
Entonces, la "batalla de las batallas" del 4 de septiembre va a definir quién gana esta vez: Rechazo o Comunismo. Si éste vence ya sabemos: mil días después o antes no habrá pan. Y rogando por que Maya Fernández y Galo Edelstein no hayan alcanzado a hacer bien su pega, pues si la hacen, los comunistas se quedarán para siempre en el poder, ahora con el apoyo de los mismos que salvaron a Chile en 1973.
miércoles, 18 de mayo de 2022
Estoy en Desacuerdo
domingo, 15 de mayo de 2022
¡Váyanse a la Punta del Cerro!
Una amiga, otrora piñerista y actual entreguista, que ha dejado de leerme porque, dice, yo insisto en mencionar a Pinochet como un libertador y en decir que si gana el Rechazo hay que seguir con la Constitución del 80, me ha confesado que todos los taxistas con que habla, en sus diarios desplazamientos derivados de su trabajo, le dicen que se necesita otro Pinochet.
--Por supuesto-- le he replicado-- pues los taxistas son voceros del sentido común y saben que lo que más le urge a Chile hoy es recobrar el orden, restablecer la legalidad ("rule of law", mal traducido como "estado de derecho") y una economía libre, fundada en disminuir el tamaño del Estado, respetar el derecho de propiedad y la subsidiariedad.
Rasgos que caracterizaron al gobierno de Pinochet, el más exitoso de nuestra historia en términos de los cambios positivos que introdujo y de los desafíos económicos y armados internos y externos que superó. Y además procuró respetar y hacer respetar los derechos humanos, cosa que puedo probar fácilmente, pero por sostener la cual me echaron de un programa del Canal 13 (cuyo dueño pidió perdón a la audiencia por haberme convidado) y me aplicaron censura previa en la Revista del Abogado (usted puede leer el artículo censurado retrocediendo al 27 de marzo de 2015 en este blog).
Lo que yo sostengo lo repudia violentamente la izquierda, no lo comparte el centro y no se atreve a decirlo la derecha, parte de la cual, además, sobre todo la de menor edad, tampoco lo cree, pues ha comprado las consignas mentirosas de la izquierda.
Este blog, donde he mantenido siempre la misma línea, últimamente ha disminuido su número de lectores a la mitad, en la cual, sin embargo, se han quedado los más opuestos a mis ideas, supongo que para poder seguir contradiciéndome y/o insultándome en sus comentarios. Pero yo nunca he condicionado lo que escribo al número de seguidores, sino sólo a lo que realmente opino.
Y opino que Chile nunca ha sido más libre y democrático que bajo la Constitución actual. Mientras ella rigió sin cortapisas The Economist situó al país entre las "democracias plenas". Cuando sobrevino el actual "parlamentarismo de facto", nos rebajó a "democracia defectuosa". Luego, hay que restablecer la normalidad legal para recobrar nuestra democracia, perseguir la delincuencia y garantizar el orden. Y pese a que los contribuyentes financiamos caras y bien equipadas fuerzas para mantener la paz interna, los políticos actuales no se atreven a usarlas y reina el delito. ¡Que nos devuelvan la plata!
Chile nunca ha mejorado más en términos de orden interno, riqueza material, estabilidad política y superación de la pobreza que bajo la Constitución de 1980. Esto es objetivo y perfectamente comprobable. ¿Cómo podría yo estar de acuerdo en reemplazarla, sólo porque me amenazan con la violencia si no lo hago? ¿O porque dejan de leer este blog?
¿Por qué si, a través de la violencia ilegal y el parlamentarismo de facto, se ha llegado a un "plebiscito de salida" que (¡sorpresa general!) el Rechazo va a ganar, yo debería, sin embargo, opinar que hay que cambiar la Carta de todas maneras? La mayoría popular va a decir que no y yo, partidario de esa Carta ¿debo insistir en cambiarla? ¿Me creen imbécil? Porque sólo los imbéciles se meten a "arreglar" lo que anda bien. Sobre todo si la mayoría tampoco quiere "arreglarlo".
¡Váyanse a la punta del cerro!
viernes, 13 de mayo de 2022
Incertezas 2, Incertidumbre 1
Iba a escribir acerca de cómo miente la Corte Suprema, cómo atropella las leyes y condena a inocentes, pero leí "El Mercurio" y resolví cambiar de tema.
Hernán Büchi ha hecho enormes contribuciones al país y de alguna manera comparte con Augusto Pinochet, la Junta y Sergio de Castro la honra de ser padres de nuestra actual (todavía) sociedad libre. Pero también ha hecho contribuciones al idioma: hace muchos años (1989) incorporó el concepto de "contradicción vital", representado por la incompatibilidad de personalidades como la suya con la de Sebastián Piñera; y el año pasado incorporó el término "incerteza" al dar las razones por las cuales se iba a vivir a su ancestral Suiza. Todos los que habíamos dicho siempre "incertidumbre" fuimos inmediatamente al diccionario a ver si "incerteza" estaba dentro del idioma y comprobamos que sí, que está aceptada por la Academia. Y la innovación de Büchi prendió tanto que hoy el primer editorial de "El Mercurio" dice dos veces "incerteza" y una sola "incertidumbre", para describir lo que sucede en Chile.
Si ustedes retroceden una página desde el primer editorial de hoy se encontrarán con un artículo del gerente de la Clínica Alemana, Cristián Piera, donde dice que las listas de espera en la salud pública son las más largas de la historia, "según reconoce la autoridad." Y añade que en EE. UU. el gasto por persona en salud es de 9 mil dólares al año, mientras en Chile es de mil 402 dólares, es decir, menos de la sexta parte. Pero allá el promedio de vida ha retrocedido a 77 años y acá ha aumentado a 80 años. Entonces, ¡tres hurras por el sistema privado chileno de salud, que no tiene listas de espera y aumenta la expectativa de vida! Pero no, la nueva Constitución va a suprimir el sistema privado y todos sa van a tener que ir al público para alargar más sus listas de espera ya más largas de la historia. ¿Están locos los chilenos? La mayoría sí, pero están cambiando, volviendo en sí, según veremos.
Precisamente el Rechazo a la nueva Constitución y su estatización de la salud, entre otras razones, se explica porque la mayoría está volviendo en sí.
No obstante, hasta la UDI, como señala el primer editorial citado, dice que la actual Constitución "está muerta". Pero ¿qué le pasa a la UDI? Que desde el asesinato de Jaime Guzmán ya nunca volvió a ser la misma. Ahora es entreguista.
Anoche vi en el canal nacional a Matías del Río entrevistando a un economista de izquierda, Sebastián Edwards, que también vive fuera, en los EE. UU., diciendo también que la Constitución y el sistema neoliberal, que nos da más años de vida que allá y todo, "están muertos". Pero ¡cómo lo mata también, si gastamos un sexto que los norteamericanos en salud y vivimos más!
¿Esta entregada la UDI? ¿Está perdido Edwards? Both. A lo primero sí y a lo segundo también. Es que la UDI perdió su temple, es decir, se rinde ante un adversario al que va a ganar. Y Edwards es de izquierda, usted sabe, esa receta que no ha funcionado en ninguna parte.
Lo peor es que en la derecha hoy casi todos son entreguistas, porque creen que hay que cambiar el país más exitoso de América Latina y uno de los más exitosos del mundo porque la izquierda, y en particular los comunistas, que mataron a Guzmán, lo piden. ¿O será que "better red than dead"?
En todo caso, "Imbéciles", como titulé un blog muy leído del 28 de abril de 2020, que les recomiendo consultar o volver a leer.
martes, 10 de mayo de 2022
Entregarse Hasta Que Duela
sábado, 7 de mayo de 2022
Ejemplo de Ex Comunista
El entreguismo de Piñera le dio el triunfo a la insurrección de extrema izquierda y el país está pagando y pagará las consecuencias. Por suerte la gente se ha ido dando cuenta de que el gobierno y su Convención conducen a Chile a un desastre, llevado a su máxima peligrosidad por la propuesta de nueva Constitución, que en caso de aplicarse desmantelaría la nación que bajo el imperio de la Constitución de la Libertad llegó al primer lugar de América Latina y consumó el "milagro chileno", mundialmente admirado.
La experiencia indica que si hubo un Piñera fue porque toda una clase dirigente se entregó al adversario ideológico y, por cobardía, rindió culto a las concesiones hacia la izquierda. Y sobrevino el suicidio colectivo.
Ahora, pese a que el pueblo aparece en todas las encuestas mayoritariamente consciente y convencido de que la Covención Constitucional llevaría a la patria al despeñadero, los entreguistas de siempre insisten en no parar de entregarse y ¡ni siquiera quieren aceptar el triunfo inminente!. Proponen toda suerte de martingalas para apaciguar al adversario derrotado: "rechazar para reformar", "reconocer que la Constitución de 1980 está muerta", "elegir un nueva Convención de hombres (y mujeres, por cierto) 'buenos'", "buscar una tercera vía"...
Hoy quiero destacar que nos da un ejemplo de claridad, definición y firmeza un intelectual ex comunista, que escribe frecuentemente en "El Mercurio" y "La Tercera". Se llama Sergio Muñoz Riveros y hoy dice en el primero: "Como está a la vista, Chile no se dejará refundar. (...) No hay que elegir otra Convención. Ya fue suficiente con una. Y será mejor no alentar malentendidos con la afirmación de que la Constitución vigente quedó superada o 'murió' en el plebiscito de entrada. Es como decir que no tenemos Constitución. O que el Presidente y el Congreso recién elegidos son ilegítimos. El texto vigente no ha sido derogado en el terreno firme que pisamos. Tenemos que actuar de acuerdo a esa legalidad incluso para cambiarla".
No es la extrema derecha, no es un duro, no es un pinochetista ultra: es uno que fue comunista y "ha visto la luz", por lo cual ha quedado, sin proponérselo, a la derecha de los entreguistas, cuya tradicional miopía y/o cobardía les impide ver esa misma realidad.
viernes, 6 de mayo de 2022
Estamos Bien los Duros
Los de la derecha dura pinochetista y partidaria del Rechazo, a la que pertenezco, estamos bien, porque la opinión pública, según todas las encuestas, está por mantener la Constitución de 1980, lo que representa un triunfo para nosotros.
Pero el entreguismo, que es un mal endémico en la derecha, está desorientado y discurre las más variadas fórmulas para complacer a la izquierda, inminentemente derrotada, a la cual pese a ello teme y rinde culto. Pues ésta no se resigna a su derrota. Así, muertos de miedo, los entreguistas discurren mil y una fórmulas para complacer al adversario: una "tercera vía" en el plebiscito, abrir una opción al proyecto de Bachelet, crear una instancia obligatoria de nueva Constitución, redactada esta vez por una "comisión de hombres buenos" o estipular que el Congreso reciba un mandato plebiscitario de forjar una nueva Carta.
No se resignan a continuar tranquilos, por voluntad electoral, bajo la Constitución más exitosa y más popularmente ratificada de nuestra vida independiente (90,25% obtuvo en el plebiscito ratificatorio de 1989). Y además consolidada en la práctica, pues nos ha dado reales libertad y democracia y brindado los mejores años de la historia de Chile en términos de progreso material y paz social (hasta la insurrección de 2019). Según el escalafón de The Economist, éramos "democracia plena". Obviamente, después del 18 de octubre de ese año nos degradaron a "democracia defectuosa".
No sé dónde nos situará ahora ese escalafón, dada la revolución violenta que se ha agudizado en el país, la cual Boric, en un twit de anteayer, declaró encabezar, invitando a los inmigrantes a sumarse al alzamiento. Pero él mismo bajó abruptamente ese twit a media mañana, lo que algunos atribuyen a que se tomó la primera pastilla de las que le tienen prescrita para tratar su condición.
En general, en la derecha dura y no entreguista siempre nos ha ido bien, pese a lo cual el grueso del "sector" no nos sigue. Recuerdo, bajo el gobierno militar, cuando el general Leigh, ni más ni menos, se entregó al otro bando y declaró en 1977 que la Junta debía irse cuanto antes. Eso sirvió para generar una consulta popular en que el gobierno recibió el apoyo del 77,47% y el que debió irse cuanto antes fue el entreguista.
Después, en 1982 y bajo "la crisis de la deuda" y la insurrección comunista del FPMR, iban a almorzar a El Mercurio ex parlamentarios entreguistas del Partido Nacional, a decirnos que debíamos preparar una "cancha de aterrizaje" para el caso de que cayera el gobierno militar, porque en ese caso nos iban a "colgar de los faroles". Esta expresión de pánico era muy usada por el entreguismo de entonces.
Más adelante, cuando el FPMR comunista desató el grueso de su violencia armada, perpetró más de 27 estallidos insurreccionales (que Pinochet sofocaba en un día o dos) y oscurecía al país con sus bombas a torres de alta tensión, los entreguistas entraron en aún mayor pánico y se organizaron, reclutando al Cardenal Fresno y prepararando un "Acuerdo Nacional" para la salida de los militares antes de tiempo. "Supongo que estarás con el Acuerdo", me decía una distinguida periodista de derecha que no me conocía bien. Pero Pinochet sólo recibió al Cardenal tres años después, en 1985, y cuando éste quiso pasarle el texto, aquel se lo volvió a introducir, con una sonrisa, en la bocamanga de su sotana, junto con darle un regalo navideño. Y del Acuerdo Nacional nunca más se supo.
Después los opositores, unidos en la Concertación y ensoberbecidos, dijeron que no aceptaban la Constitución de 1980, pero el gobierno simplemente abrió los registros electorales para el plebiscito presidencial y las elecciones consiguientes y la gente fue masivamente a inscribirse. Entonces la Concertación humildemente negoció, aceptó la Constitución y también mandó a su gente a inscribirse.
Y después no sólo se resignaron a la Carta Fundamental, sino al modelo de economía libre que había hecho famoso en el mundo al "milagro chileno". Eran los tiempos en que Joaquín Lavín, todavía en la derecha, escribía "Adiós, América Latina" y la UDI superaba electoralmente en los 90 a la RN entreguista de Piñera y Allamand.
Hoy ni siquiera un triunfo del Apruebo nos arredraría a los duros de derecha, porque sabemos que "más temprano que tarde", como decía Allende, el propio pueblo se va a poner duro y va llamar, mil días después o incluso antes si hay peligro de hambre ("queda harina para pocos días más" decía el mismo Allende en El Mercurio del 07.09.73) a que Alguien ponga orden, como en 1973. Y Alguien lo oirá.
martes, 3 de mayo de 2022
+ AFP
¡Entreguistas de derecha, por favor dejen de hacer concesiones, porque vamos ganando! Es el colmo: hasta el Rojo Edwards, del Partido Republicano, que era el más firme, propone una "tercera vía" para que el derrotado Apruebo salve la cara. Parece un entreguista más de Chile Vamos. ¿Para qué? ¡Si el Rechazo a secas va a ganar lejos, dicen todas las encuestas! Y, en el peor de los casos, si no ganara y triunfara el Apruebo, eso desataría tal caos en el país que igualmente las mayorías pedirían, como el '73, echarlos a todos. Por favor no hagan más concesiones.
Lo que antes sucedía era que estábamos tan perdidos que una mayoría clamaba "¡No + AFP!" y era creída por casi todos. Pero de pronto, milagrosmente, la mayoría vio la luz y se convenció de que lo mejor que habían tenido los trabajadores eran las AFP. Pues hasta la China Comunista, que es económicamente capitalista, está instalando el régimen de AFP. Su sistema de reparto, como el que el Apruebo quiere reinstalar acá, está en crisis debido a que los viejos pasivos son cada vez más y los jóvenes activos cada vez menos, por lo que han decidido permitir cuentas individuales de ahorro previsional, como el chileno. Seguramente se han enterado de que en nuestro país, por cada peso que uno cotiza en su cuenta individual, la AFP le ha depositado dos a lo largo de los años, provenientes de una buena rentabilidad.
Por supuesto, hasta hace poco casi ningún chileno se había dado cuenta de ello, pues acá la mayoría carece de buena información y sólo oye y repite consignas socialistas y comunistas falsas. Ellas sostenían que las AFP "se robaban la plata", siendo que no era así. Aunque hubieran querido robársela, no habrían podido, porque la Superintendencia de AFP las habría pillado.
La actual ministra del Trabajo, Jeanette Jara, le dijo el otro día a Constanza Santa María, en TVN, que la razón por la cual los chilenos querían retirar sus fondos previsionales era para impedir que las AFP se los robaran, cuando todo el mundo sabe que es el temor a que el gobierno de la sita Jeanette se los escamotee. Pues por algo la Convención Constitucional, dominada por partidarios del gobierno de la sita Jeanette, rechazó en comisiones la propuesta que garantizaba la no expropiación de esos fondos.
Verdaderamente notable es la paradoja de que la masa de población que apoyaba 78 % a 22% el Apruebo, entre otras razones, por creer la consigna "NO + AFP" (que todavía adorna los pupitres de los parlamentarios de izquierda en el Congreso), ahora se ha percatado de que los fondos de los trabajadores no sólo están ahí y son de ellos, sino que se han multiplicado.
El país se lo debe a Pamela Jiles y su idea inmensamente popular, pero socialmente nefasta, de que los trabajadores pudieran retirar fondos de las AFP.. Con eso Pamela llegó a estar transitoriamente a la cabeza de los presidenciables. Matar la gallina de los huevos de oro parecía una excelente idea y, además. era un trampolín para llegar a La Moneda. Tanto que el retiro de fondos tenía el apoyo del 86 % de la opinión pública, según las encuestas.
Pero eso produjo un vuelco inesperado: los trabajadores se preguntaron "pero ¿no nos habían convencido de que las AFP se habían robado la plata?" ¡Y resultaba que estaba ahí, la consigna no era verdad! Más aún, por cada peso que ellos habán cotizado, las AFP les habían abonado otros dos en sus cuentas. Y entonces vinieron uno, dos y tres retiros. Muchos se quedaron sin fondos, pero aquellos que todavía los tenían vieron que la buena administración ¡recuperaba! buena parte de lo retirado, en poco tiempo. Y ahora, tal como los comunistas chinos, la mayoría de los trabajadores chilenos quieren "+ AFP" y no quieren saber nada del Apruebo ni de su representante Boric, ambos en caída libre en las encuestas.
Los únicos que no se han dado cuenta de nada son los millenials, que siguen votando por ambos. Pero el resto del país comprende que la juventud es una enfermedad que se quita con el tiempo. Y además, afortunadamente, los más jóvenes solos ya no deciden elecciones ni plebiscitos.
Díganme si no hay razones para pensar que todo ha sido otro milagro de la Patrona de Chile.