Es
pintoresco el revuelo provocado porque “El Mercurio” ha informado de pagos por
más de cuatro millones de pesos para la campaña de Piñera en 2009, mediante
facturas que no correspondían a servicios prestados a SQM, siendo que hace poco más
de dos meses, el 6 de julio, “nadie dijo nada… nadie dijo nada”
cuando el mismo diario, en su página C 13, informaba de una
nueva formalización a Santiago Valdés, ex encargado electoral de Piñera y ex
representante legal de Bancorp y Vox Pópuli, empresas vinculadas a éste, “y
quien arriesga una pena de 4 años en el caso Penta”, añadiendo que “Valdés
ya enfrenta cargos por la facilitación de facturas ‘falsas’ a SQM que suman $366
millones; por haber solicitado a Jaime de Aguirre, ex director ejecutivo de
CHV, la emisión de facturas a la minera por $45 millones, cuando Bancard era la
controladora del canal y, además, por la suscripción de un forward con CB –a
través de Administradora Bancorp— por el que se obtuvo un traspaso de $49,9
millones a favor de la firma ligada a Piñera”.
Como soy
ingenuo y abogado “de los de antes”, pensé que “donde había la misma razón
debía haber la misma disposición”; y que si Rossi y Pizarro habían sido
formalizados por hacer similares operaciones por mucho menor monto, Piñera
también lo debía ser.
Pero me
olvidé de lo que escribió el rector Carlos Peña el 23 de agosto de 2015 en “El
Mercurio”, que ha resultado ser la pura verdad, aun a pesar del cambio de
posición posterior de Peña: “Mientras basta cualquier tímida vinculación entre Soquimich
o Penta y algún político para que el escándalo estalle, su prestigio resulte
dañado, su confiabilidad desmedrada y su palabra dudada… nada de eso ocurre con
el ex Presidente Piñera. En su caso nada parece resultar escandaloso. (…)
frente a un mismo hecho, el que posee el peor comportamiento previo es el que (…)
tiene menos riesgo de salir dañado”.
¿Cómo logra
su impunidad? ¿Tiene pacto con el Diablo, hace mandas a San Expedito, siempre encuentra
a alguien que “pague el pato” por él, formula ofertas que “nadie puede
rechazar” o todas las anteriores? El caso es que se ha erigido como “El Gran
Impune” de la política chilena, con una sonrisa permanente que revela su
absoluta tranquilidad de que, tal como en el caso del Banco de Talca hace 37
años, de la conspiración grabada en una Kyoto hace 25, de la negociación de las
tarjetas con los bancos bajo amenaza de una moción suya para que tuvieran que
pagar intereses en las cuentas corrientes, de su compra de acciones de LAN a
Corfo como parte de la “política de los acuerdos”, de su figuración en el
diario como presidente de una S. A. mientras era senador, que constitucionalmente
debería haber significado su cesación en este último cargo; de la compra de
acciones de LAN con información privilegiada, de sus presiones, ya como
Presidente, para sacar a Mayne-Nicholls por querer éste repartir igualitariamente
los beneficios del canal del fútbol (perjudicando al club de Piñera) y de sus
presiones, también como Presidente, para obligar a Ponce Lerou a fusionar las
Cascadas y un largo etcétera, hay dos cosas ciertas: que siempre lo pillan,
como recuerda hoy Beatriz Sánchez, pero siempre queda impune.
Si hubiera
un Premio Nacional a la Impunidad, la izquierda, que acapara todos los Premios
Nacionales, yo creo que se lo cedería voluntariamente a Piñera.
Por
contraste, la candidata a diputada Loreto Letelier, de la UDI, ha dicho una
verdad judicial y real: que “los quemados”, Carmen Gloria Quintana y Rodrigo
Rojas, lo fueron accidentalmente por el combustible altamente inflamable que
ambos portaban. Lo declaró así la sentencia judicial de hace treinta años del
ministro de la Corte de Apelaciones Alberto Echavarría Lorca, intachable
magistrado. Por añadidura, en el proceso ilegal por los mismos hechos abierto
por el magistrado de izquierda, Mario Carroza, uno de los ex conscriptos que
participaron en la detención de los extremistas, Leonardo Riquelme Alarcón –a quien he postulado como “Chileno del Año”
por decir la verdad en su propio perjuicio-- se ha autoinculpado y ha revelado
que en los momentos de la detención de la pareja, fue él quien, accidentalmente,
golpeó una botella altamente inflamable con su botín y les provocó quemaduras a
ambos, que se hallaban tendidos en el suelo tras ser detenidos.
Lo notable
del caso es que la UDI, partido de la candidata Loreto Letelier, que ha dicho
la verdad con extraordinario coraje político, pretende someterla a un castigo
por no alinearse con la versión falsa pero políticamente correcta que ha
instalado la izquierda, en este tema como en todos los demás.
Todo lo anterior se
aviene con el estado de coma moral que atraviesa el país del Gran Impune y de
la Gran Castigada por decir la Verdad.