sábado, 30 de enero de 2016

Con Más Derecho a Llorar


          No tiene derecho Michelle Bachelet a aparecer, con lágrimas en los ojos, a decir que se está dando un testimonio de “igualdad ante la ley”, al ser formalizada su nuera por trasgredir la ley en actividades de aprovechamiento del poder de la Presidencia, para así lucrar y situar a su familia en condiciones de máxima desigualdad, entre el uno por ciento más rico del país.

          ¿Y de qué “igualdad ante la ley” habla, sabiendo que hay un sector al cual ni siquiera se le aplica la ley, como es el de los Presos Políticos Militares? Entre ellos hay personas que jamás han delinquido y, sin embargo, cumplen largas condenas a manos de los correligionarios de Michelle Bachelet, promovidos por la izquierda y enquistados en los Tribunales.

El teniente coronel (r) Pablo Rodríguez Márquez, cuya carrera fue truncada por la justicia de izquierda, lleva cinco meses de una condena a diez años de presidio, sin haber cometido delito alguno. Su madre y su señora tienen más derecho a derramar lágrimas que Michelle Bachelet, pues ésta no puede decir, como ellas sí de su hijo y marido, que su nuera no ha cometido delito.

En primera instancia aquel oficial fue condenado a tres años, con pena remitida. Ya era injusto, pero después cayó en manos de Carlos Cerda, que desde hace años confiesa públicamente no respetar las leyes que benefician a uniformados. Y entonces le sube a Rodríguez, de tres años remitidos, a diez años de presidio efectivo, por haber cumplido la orden, no constitutiva de delito, de trasladar al químico Berríos desde Punta Arenas a Río Gallegos, pasando por controles de Carabineros e Investigaciones, donde, evidentemente, si Berríos hubiera viajado contra su voluntad, podría haberlo denunciado. Lo dejó en Río Gallegos y regresó al país. En dos días.

Siguió su carrera, ascendió, hizo un magíster en Historia Militar y llegó a profesor de la respectiva Academia. Hasta caer en manos de Cerda, hoy juez supremo ¡gracias a votos de la derecha! La misma derecha que ahora busca reconciliarse con la “familia militar”, en vista de que Sebastián Piñera, que engañó a ésta una vez, ya compró la candidatura presidencial del sector (ver mi blog del 21.12.15) y necesita volver a engañar a dicha “familia”, como en 2009, para contar con sus votos. ¿Tropezará ésta de nuevo con la misma piedra?

          Cerda, el máximo vengador del extremismo de izquierda junto con Solís, le aumentó la pena al teniente coronel Rodríguez fundado en que, dos años después de haber viajado dos días con Berríos y haberlo dejado en Río Gallegos, éste fue asesinado en Uruguay. ¿Puede llamarse esto “justicia igual para todos”, como dice Michelle Bachelet? ¿Tiene derecho a decirlo ella, que encabeza el trío de mujeres odiosas, junto a Isabel Allende y Javiera Blanco, que se han propuesto volver a empeorar las condiciones carcelarias de los Presos Políticos Militares septuagenarios y octogenarios, trasladándolos a un penal peor, como lo hiciera Piñera en 2013 al cerrar “Cordillera” y hacinar Punta Peuco, provocando el suicidio de Odlanier Mena y el jolgorio comunista?

          Michelle Bachelet llora porque la justicia llegó al umbral de su casa, pero hay un delito efectivo en el que se investiga la participación de su nuera y su hijo. Sin embargo, no derrama una sola lágrima por la condena a diez años, sin ningún delito, de un oficial honorable. Ni tampoco por los numerosos confinados en virtud, no de delitos probados, sino de “ficciones judiciales”, como confesara tan campante Solís ante la TV.

          Michelle Bachelet llora con publicidad a causa de la justicia, pero muchas mujeres lloran por la injusticia, sin ninguna publicidad. Pues sus hijos y maridos no cometieron delito y han sido condenados. Sí fueron ingenuos, pero eso no constituye delito. Pues ante el llamado de auxilio de los políticos y civiles DC, de derecha y de izquierda democrática, que hoy miran para otro lado, enfrentaron la agresión armada (que Michelle Bachelet conoció bien) y salvaron al país de la esclavitud política (que ella conoció todavía mejor, aún admira y a la cual reconduce al país).

          Ella, además, sabe que ni su nuera ni su hijo pasarán un día en la cárcel. Llora sólo porque sus conductas (que dice haber conocido por la prensa) han quedado expuestas ante la opinión pública. Pero hay otras mujeres cuyos hijos y maridos están presos, muchos de por vida, siendo inocentes o por desconocérseles sus derechos legales, y cuya injusta condición actual la misma Michelle Bachelet se propone agravar.

          Tendrían más derecho que ella a que la sociedad supiera de sus lágrimas.

jueves, 28 de enero de 2016

¿Qué Me Está Haciendo Pedro Urdemales?


               Hace casi seis años inicié este blog. Al comienzo no lo leía casi nadie. Merecía dos o tres comentarios. Casi no tenía “seguidores”, que son, supongo, personas que se inscriben como tales, por sentirse interpretadas por el blog. Nunca he averiguado qué debe hacerse para ser “seguidor”, pero durante los casi seis años los he visto aumentar poco a poco, hasta que la semana pasada llegaron a 1.568. Entonces sucedió repentinamente algo que no había pasado nunca: de un día a otro disminuyeron a 1.550. Lo encontré curioso. Después, a 1.490. Y hoy día he visto que han caído a poco más de mil.

               ¿Qué está sucediendo? ¿Por qué repentinamente, después de tanto tiempo, se retiran en masa? ¿Qué va a suceder si no queda ninguno? Espero que eso no me impida escribir aquí ni impida a nadie leer lo que escribo. Pero no sé con certeza las consecuencias.

               Lo curioso es que el número de personas que lee el blog se mantiene, “un día con otro”, en más de mil. A veces algún blog llama la atención y pasa de dos mil. Para los 40 años del “11” publiqué un libro aquí, que ya tiene más de cinco mil lecturas, compitiendo con las librerías, donde se vende bajo el título de “Ni Verdad Ni Reconciliación” y creo que la edición de mil ejemplares se agotó.

Una vez el blog pasó de nueve mil visitas (“Máquinas Chilenas de Defraudar”) y otra pasó de once mil (“El Chile Que Queremos”) y fue “trending topic” en las redes sociales. Pero los seguidores siempre iban creciendo nada más que de a uno o dos a la semana. Hasta ahora último, en que han disminuido en casi cuatrocientos en pocos días.

No sé si voy a averiguar qué está pasando. No sabría cómo, así es que creo que no, pero lo expongo, porque es raro. Sospecho que no augura nada bueno para el blog. Y tiendo a pensar que el Pedro Urdemales chileno, un personaje que ya hace muchos años me ha tendido trampas (está en su naturaleza hacerlo) puede tener algo que ver. Yo, naturalmente, seguiré escribiendo igual, con o sin “seguidores” inscritos. Incluso lo haría con o sin lectores, porque lo importante es que las opiniones y las ideas queden escritas aquí, pues tarde o temprano les llega su tiempo. Y “no hay nada más poderoso que una idea a la que le ha llegado su tiempo” (Víctor Hugo). Ni siquiera Pedro Urdemales la puede suprimir.

martes, 26 de enero de 2016

Los Comunistas No Son Agradecidos


          Ni tampoco tienen votos, pues los parlamentarios que consiguen no han sido elegidos con sufragios propios, sino gracias a que los Kerensky, que siempre los han ayudado, en recientes elecciones “se han excluido” en ciertos lugares, no presentando candidatos, para permitir elegir a los comunistas.

Pero los rojos son malagradecidos y ahora están peleando con sus favorecedores DC y tratándolos de “corruptos y golpistas”, según se deduce de la última declaración de Guillermo Teillier dirigida al plexo de Jorge Pizarro.

Lo más grave es que mandan en Chile, pues aquí se hace lo que ellos quieren. Ahora advierten que si la reforma laboral no sale como la piden, paralizarán el país, según anuncio de la camarada Bárbara Figueroa, que preside la CUT. Este solo llamado es un delito penado en la Ley de Seguridad del Estado, pero esa ley se dejó de aplicar bajo la Concertación, incluido su V Gobierno, el de Piñera. Además, ya es sabido que, en general, a los comunistas no se les aplican las leyes que puedan sancionarlos.
          
          Ahora esa situación de ilicitud rampante me afecta personalmente, porque me ha vuelto a citar la Brigada de DD. HH. de la PDI para declarar en un proceso completamente ilegal iniciado por un abogado comunista, Eduardo Contreras, hace un par de años, para penalizar a los civiles que habrían incitado a los militares a tomarse el poder en 1973.
          
         Si tal incitación hubiera sido delito, habría prescrito en 1983, porque el Código Penal dice que los delitos prescriben en diez años. Si imperara el estado de derecho, el ministro sumariante ante quien se presentó la querella debería haberla desechado sin más, porque el art. 107 del Código de Procedimiento Penal antiguo, aplicable a este caso, le ordena “poner inmediato término al juicio” si hay una causal de extinción de responsabilidad, como lo es la prescripción. Ni siquiera cabe buscarle "la quinta pata al gato" por el lado de la "lesa humanidad" o del "secuestro permanente".

Pero acá los jueces de la mayoría de izquierda no se rigen por las leyes, y entonces el ministro Mario Carroza acogió a tramitación la querella de Contreras y ha molestado a mucha gente a la cual este último asigna la responsabilidad de haber incitado al Pronunciamiento. A mí pidió citarme a declarar ante la PDI el año pasado, porque leyó una entrevista en “La Segunda” donde yo decía que los militares habían sido llamados a poner término al gobierno de Allende en un documento oficial, y Contreras quería que yo precisara ante el Tribunal qué documento subversivo era éste. Obviamente, no había leído el Acuerdo de la Cámara de Diputados de 22 de agosto de 1973, que contenía la señalada convocatoria. Entonces yo, pacientemente y a través de un detective de la Brigada de DD. HH., procuré instruir a Contreras y ayudarle a llenar su vacío histórico-cultural, rememorando el contenido del Acuerdo y mencionando a los autores de la redacción del mismo, sometida y votada por la Cámara favorablemente. Dichos autores fueron Enrique Ortúzar Escobar, el principal, pues hizo el primer borrador; Francisco Bulnes Sanfuentes, que lo corrigió y complementó; Claudio Orrego Vicuña, que estudió concienzudamente el texto corregido y sugirió otros cambios; y Patricio Aylwin Azócar, que introdujo ésos y otros más y devolvió el original a Bulnes, para ser entregado a los diputados para su presentación y aprobación en la histórica sesión del 22 de agosto de 1973, que terminó en las primeras horas del día 23.

Todo esto lo supe porque fui convocado a la primera reunión preparatoria en la oficina de Bulnes, junto con Enrique Ortúzar, de la cual los tres salimos con la tarea de redactar sendos borradores y en la semana siguiente reunirnos a analizarlos y transformarlos en un solo texto, lo que no fue necesario, porque el único que hizo la tarea fue Ortúzar, que debe ser considerado, a mi juicio, el autor fundamental del Acuerdo.

          Ahora, gracias a que “no hice la tarea”, no he podido ser inculpado por el ministro Carroza, pero el abogado Contreras ha pedido que se me vuelva a citar por la PDI, porque quiere corroborar que el único redactor vivo del “llamado a delinquir”, es Patricio Aylwin. Pues el fallecimiento de los demás obliga a sobreseerlos, dado que, por el momento, los comunistas no han descubierto que se puede condenar a los muertos, pero no cabe desecharlo, así como han descubierto que se puede “anular” las leyes, barbaridad inconstitucional que están intentando con las de Pesca y de Amnistía.

          Entonces se da la situación de que el abogado comunista se vea abocado a pedir el procesamiento y condena de Patricio Aylwin, el mayor favorecedor de los comunistas en el país a partir de 1990, cuando organizó una “Comisión Rettig” destinada a exculparlos de lo sucedido en Chile y a hacer recaer todas las responsabilidades y penalidades en los militares a los cuales él mismo convocó, junto con la mayoría democrática, a “poner término a la situaciones de hecho antes referidas”, es decir, las tropelías cometidas por el régimen de Allende. Tan exculpatoria de la extrema izquierda fue la Comisión Rettig, que calificó a los 423 muertos a manos de sus principales brazos armados entre 1973 y 1990, el MIR socialista y el FPMR comunista, como “víctimas de la violencia política”, un ente completamente innominado.

          Aylwin transformó así a los agresores en agredidos, a los victimarios en víctimas y a los totalitarios en demócratas. Y ahora los comunistas le pagan ese enorme servicio político-publicitario queriendo meterlo preso. Y, en medio del naufragio del estado de derecho, del cual el mismo Aylwin fue precursor con su famosa carta inconstitucional a la Corte Suprema para impedir aplicar la amnistía, en 1991, quieren usarme como testigo para materializar su desagradecimiento. 

domingo, 24 de enero de 2016

La Última Burla Judicial


          El principal brazo vengador del marxismo contra los militares que le impidieron tomarse el poder por las armas en 1973 ha sido la Sala Penal de la Corte Suprema. Y en días recientes ella se ha dado el gusto de, además, burlarse a sus anchas de los defensores del estado de derecho que la misma ha escarnecido durante años.

         En efecto, con motivo de un recurso de queja interpuesto por el frentista Enrique Villanueva Molina, contra la sentencia que lo condenaba a presidio perpetuo como autor del asesinato del senador Jaime Guzmán, condena basada en la confesión de otro frentista, preso en Brasil, Mauricio Hernández Norambuena (los terroristas chilenos sólo caen en otros países, porque aquí los perdonan e indemnizan a todos), dicha Sala Penal se ha dado el gusto de aplicar en favor de Villanueva la media prescripción defendida por el ministro Dolmestch para los militares y derrotada sistemáticamente en el caso de éstos por la mayoría izquierdista de esa sala. 

        Así, le han rebajado la condena recurriendo a los más alambicados argumentos para justificar la prescripción en su caso, en términos de que el frentista podrá cumplir la pena en libertad. ¡Por fin la doctrina Dolmestch ha gozado de mayoría… pero para favorecer a un terrorista! Obviamente, Dolmestch mismo no podía sino sumar su voto, aun evidentemente sabedor de que la mayoría se estaba riendo de él.

          Éste es también un palmo de narices al país y al mundo, en particular recordando la reciente condena de tres marinos, un oficial de Carabineros y uno de Investigaciones, por la muerte del mirista Rudy Cárcamo, ocurrida hace más de cuarenta años. Tal condena se basó en meras presunciones y el testimonio viciado y dudoso de un ex detective alcohólico. En ese caso los jueces de primera instancia y Apelaciones habían impuesto 541 días remitidos, que iban a cumplirse en libertad. Tanto querellantes como querellados se habían conformado con el fallo. Pero entonces el mayor perseguidor de militares, el gobierno de Sebastián Piñera, a través de su Ministerio del Interior, recurrió de casación para obtener la venganza marxista de la Sala Penal, que accedió gustosa a la pretensión de su “cómplice activo” Piñera, y aumentó a cinco años y un día la pena de los oficiales, hoy de avanzada edad, que han debido entrar a purgarla en Punta Peuco, incluyendo a un marino, José Osses, que ni siquiera estaba en el cuartel Ancla 2 cuando supuestamente murió el mirista Cárcamo. Cometió el delito de "no estar ahí".

          La connivencia de Piñera con la extrema izquierda vengativa tuvo múltiples manifestaciones, como la triplicación de las querellas contra militares con respecto a las iniciadas bajo la Concertación, y la confirmación del mirista Patricio Bustos como funcionario de su exclusiva confianza en el Instituto Médico Legal, cargo clave para mantener sin identificar restos de extremistas muertos y poder seguir así hablando de “detenidos desaparecidos”.

          Por eso resulta pintoresco el reciente “acercamiento” del partido Renovación Nacional a los uniformados pasivos, para procurar hacer olvidar la persecución de Piñera contra sus camaradas, en particular la de su ministro de Defensa, Allamand, dedicado a exonerar a asesores que hubieran formado parte de la DINA o la CNI, aunque no hubieran sido procesados por temas de DD. HH. Incluso llegó al extremo odioso de haber cesado a un general (r) por el solo hecho de haber sido yerno de un Director de la DINA, aunque nunca hubiera pertenecido a ésta o la CNI ni hubiera sido procesado.

          El “acercamiento” de RN a los militares (r), evidentemente motivado en el rechazo de éstos a Piñera y ante la nueva candidatura suya, ha sido debidamente ponderado por el almirante (r), Miguel Ángel Vergara con las siguientes palabras, en carta a “La Tercera” (19.01.16): “Quisiera aclarar que muchos ex uniformados, más que una ‘desafección’ hacia el gobierno del ex presidente Piñera, nos sentimos traicionados y burdamente utilizados con fines meramente electorales. No vislumbro qué podría cambiar en un nuevo gobierno de esa tendencia, cuando todos guardaron discreto silencio ante el manifiesto incumplimiento de las promesas hechas por su candidato”.

          La burla de la mayoría izquierdista de la Sala Penal, al dejar en libertad al único frentista que estaba preso como autor del asesinato del senador Guzmán, aplicando la prescripción a hechos de los años ’90 cuando la deniega a los del ’73, sobre todo si en este último caso lo hizo recurriendo a una mentira flagrante, como la de que los oficiales todavía mantienen secuestrado al mirista apresado y muerto más de cuarenta años atrás, agrega el escarnio al politizado manejo de la ley que consuma, una vez más, la mayoría de dicha Sala de nuestro más alto, pero todavía más desprestigiado, Tribunal.

          

viernes, 22 de enero de 2016

Todo Huele Mal en Chile


          Hoy viene una carta de Luis Bates en “El Mercurio” felicitándose de que el diferendo entre la ANFP y Sampaoli haya terminado en una negociación. Normalmente yo debería haber escrito otra refutándolo, pues estimo que nada podía ser peor a que este diferendo terminara con una negociación. Pero desde que no me publicaron anteriores cartas, dejé de mandarlas y hago las aclaraciones que considero del caso en este blog.

Pues, reitero, el hecho de que el episodio terminara en una negociación huele muy mal.

En efecto, Sampaoli era un entrenador exitoso y que hacía bien su trabajo. Pero un día, sorpresivamente, dio a conocer que se iba. Cualquiera puede irse de un trabajo. Él tenía una cláusula de salida de US$6.300.000, pagando los cuales podía marcharse. Pero tampoco quería pagar. Quería hacer “perro muerto”, como tantos pasajeros del Transantiago y otros chilenos en general. Entonces recurrió a un expediente vergonzoso: “iba a la oficina” en Pinto Durán, pero no hacía el trabajo, truco de tantos que quieren forzar su despido para cobrar su indemnización por años de servicio. Buscan “hacerse echar”, porque si se van voluntariamente no les corresponde la indemnización. Otra corruptela nacional, derivada, como casi todas, de la legislación socialista que rige el mercado del trabajo. En ella se asiló Sampaoli.

          Además, se declaró en el exterior “rehén” del país. Chile lo tenía “secuestrado”, decía. A todo esto, suponíamos que lo que lo movía a irse era una muy buena oferta del exterior. Pero tampoco era verdad. No tenía ninguna. Tanto que ahora, tras el acuerdo negociado que Bates celebra, se ha ido a su  casa a “descansar” por largos meses.

¿Por qué se quería ir inmediatamente, entonces? Sólo cabe concluir que porque el directivo con quien había tratado las condiciones de su trabajo había debido dejar el cargo por corrupción y se había marchado a los EE. UU. para aprovechar una delación compensada: confesar todo y recibir una penalidad baja.

Después fueron saliendo “trapitos al sol” que corroboraron lo anterior: había un contrato con cláusulas “confidenciales” ilegales, porque implicaban evasión de impuestos (depósito de parte de la remuneración en un paraíso fiscal). Y ahora ha aparecido un pago de US$200.000 por una asesoría inexistente del mismo Sampaoli al Instituto Nacional del Fútbol. Sólo mandó un mail de tres palabras al INAF y cobró. Entonces así queda en evidencia la verdadera razón de la renuncia.

De modo que la “exitosa negociación” de la cual se felicita el abogado Bates no viene a ser sino un “cover-up”, un manto de impunidad para echar al olvido cosas en las cuales no convenía hurgar y para ahorrarle a Sampaoli la mayor parte de lo que debía pagar como indemnización por el abandono extemporáneo del trabajo para el cual había sido contratado. Claro, si hubiera habido juicio, también cabía la posibilidad de un fallo judicial aberrante, de aquellos a los cuales nos tiene acostumbrados nuestra judicatura, que hubiera condenado a la ANFP. En esa línea, en estos días la Corte Suprema se apresta a dejar libre, mediante pena remitida, al único asesino del senador Jaime Guzmán al cual había logrado alcanzar el débil y tembloroso brazo de nuestra justicia de izquierda, que sólo recupera su vigor para someter a indebido proceso a militares (r) ya ancianos.

Todo huele mal en Chile, y la negociación ANFP- Sampaoli sólo lo confirma. Es tan así que encabeza los pronósticos presidenciales, para volver al poder, según las encuestas, el candidato de más oscuro prontuario entre todos, confirmando la conocida regla según la cual los países se dan los gobernantes que se merecen.

miércoles, 20 de enero de 2016

Sin Plata, Sin Futuro y Sin Entrenador


          El déficit fiscal este año va a llegar al 4% del PIB y ahí se van a encender las alarmas. El Gobierno gasta como si el país estuviera creciendo, pero el país casi no crece. Vamos en la ruta de Brasil, donde los socialistas recibieron el gobierno con 20% del PIB en gasto público, y ahora lo han llevado sobre el 40% del PIB y no tienen cómo financiarlo. Y, por coincidencia, también tienen a una ex extremista de izquierda en el poder. Por eso los inversionistas prevén que Chile será el próximo Brasil.

          El país está tan mal que pone sus esperanzas en Piñera, cuyo gobierno nos hizo caer en manos del socialismo revolucionario actual y ahora se pasea como candidato a rescatarnos de él. Fue a la Araucanía a fotografiarse con Jorge Luchsinger, pero éste, que es un tipo serio, cuyos padres fueron asesinados por terroristas favorecidos por el suavizamiento que Piñera hizo de la Ley Antiterrorista, no quiso fotografiarse con él.

          Las dos credenciales de Piñera como candidato favorito son: que tiene plata, cuando ninguno de los demás la tiene, y que el gobierno de la Nueva Mayoría ha resultado peor que el suyo. En efecto, él subió menos los impuestos y creó menos ministerios que Bachelet (dos vs. cuatro de ésta). Por supuesto, un buen gobierno habría bajado los impuestos y suprimido ministerios; y si hubiera sido óptimo, habría comenzado por el de Educación, un monstruo burocrático que gasta más de lo que requeriría mandar a todos los alumnos pobres de Chile a colegios particulares pagados de excelencia y a universidades de primer nivel, en un clima de plena libertad de enseñanza. Éste se ha perdido bajo las administraciones de Piñera y Bachelet, blandas ante la asonada revolucionaria y que desataron la persecución contra el lucro que está destruyendo la libre educación particular.

          Pero hubo una cosa peor bajo Piñera que bajo su sucesora: durante dos años el primero no ajustó las tarifas eléctricas, frenando el abastecimiento de energía (eso sumado al úkase demagógico con que suprimió el proyecto Barrancones). El actual ministro Pacheco ha tenido el coraje de actualizar las tarifas y de hacer a su gobierno pagar el costo del retraso de Piñera, este último exclusivamente motivado por su afán de no seguir cayendo en las encuestas. En aras de eso, hasta consumó su enésima traición a los militares, cerrando el penal “Cordillera”, servicio a la venganza comunista que hoy en RN están tratando de hacer olvidar.

          Entonces, un país ante la inminencia de otro gobierno de Piñera es un país sin futuro. Como las encuestas indican que ésa es una posibilidad cierta, yo he sugerido que las eminencias grises de la Concertación discurran algo menos malo y lo ofrezcan a la ciudadanía. Y no les debería resultar difícil encontrarlo.

          El estado de descomposición presente es tal que se extiende, como todos sabemos, al fútbol profesional, medio en el cual ha prosperado una extorsión increíble de un entrenador que ha dejado botada a la selección nacional en medio de la eliminatoria mundialista y al  cual, increíblemente, ha sido preciso perdonarle gran parte de la “cláusula de salida” de US$6.300.000 llamada a impedir eso, en nombre de que, en un eventual juicio, el mismo entrenador que ha hecho “perro muerto” yéndose sin pagar ¡podría obtener de tribunales un monto de US$10.000.000, en los cuales se incluirían hasta los servicios que en estos meses se ha negado a prestar!

          Si en un sedicente “estado de derecho” suceden cosas como ésa, quiere decir que la ilegalidad manifiesta reinante en los juicios contra militares (r) ya se ha hecho extensiva a todos los ámbitos.

          Sin plata, sin futuro, sin derecho. Es el país que nos ha legado la política partidista, que además por ley nos obliga a financiarle generosamente no sólo sus nocivas y costosas actividades, sino también los gastos electorales en que debe incurrir para ejercer el poder en nuestro perjuicio general.

          

sábado, 16 de enero de 2016

De Cómo Bachelet Ayuda a Piñera


          Doy la respuesta desde la partida: aplicando su programa. Éste implica una revolución de izquierda que la gente no quiere. Los “barones” socialistas se dan cuenta. Un sector creciente de la DC lo mismo. Insulza hoy en “El Mercurio” dice claramente que hay que frenar o la Nueva Mayoría se desarma, porque sin la DC no hay Nueva Mayoría y la amenaza del cisma DC, derivado de la aplicación del programa de reformas revolucionarias, está ad portas.

          Por otra parte, Francisco Vidal, también en “El Mercurio” de hoy, lanza una impresionante batería de resultados de una encuesta que demostraría que la gente mayoritariamente “quiere” la reforma tributaria, “quiere” la reforma educacional, “quiere” la reforma laboral y “quiere” la reforma constitucional, es decir, todo lo que está haciendo el Gobierno. Pero debe reconocer que el Gobierno y la Presidenta sufren un rechazo mayoritario en ésa y todas las demás encuestas. Porque eso ni siquiera “la suya” logra cambiarlo.

          ¿Qué sucede? La verdad es que la gente, preguntada acerca de los proyectos concretos del Gobierno, se pronuncia mayoritariamente en contra de ellos. Pero si a mí me encuestaran, yo votaría, junto con la mayoría, a favor de una reforma tributaria, pero para bajar los impuestos; y sin embargo también voto en contra de la reforma tributaria en curso, como lo hace la mayoría de la gente, porque nos damos cuenta de que es negativa para el crecimiento, y lo que nos puso a la cabeza de América Latina en 1990 y hasta hoy, tras haber estado a la zaga hasta 1973, fue el crecimiento. Ésa es la fatal confusión de Vidal.

          En la más reciente encuesta de Marta Lagos aparecen encabezando las preferencias presidenciales ME-O y Piñera, empatados, pero el primero tras caer cinco puntos y el segundo tras subir cinco puntos. A ME-O lo ha castigado el haber pasado facturas “ideológicamente falsas” a SQM. A Piñera no lo ha castigado haber hecho lo mismo. ¿Por qué? Porque lo de ME-O se publica mucho más que lo de Piñera; porque Piñera sostiene, a través de su abogado, que su firma prestó efectiva asesoría a SQM, pese a que el gerente de finanzas de esta última dice que nunca pidió esa asesoría; y porque Piñera dice que “no sabía nada” porque “estaba entregado en cuerpo y alma a la campaña”. Ossandón le ha retrucado que ahora lo sabe todo y, sin embargo, no se ha querellado contra los ejecutivos que habrían abusado de su confianza, obrado a sus espaldas y pedido dineros a SQM, que usaron para pagar a los ejecutivos de Chilevisión, del mismo Piñera, pero eso se publica muy poco. Como tampoco se publica mayormente que la secretaria de SQM encargada de recibir a los políticos que pedían financiamiento para sus campañas vio a Piñera trasponer la misma puerta que los demás para hacer lo propio. El hecho es que a Piñera, a diferencia de ME-O, el caso SQM no lo afecta, ninguna fiscalía lo cita y sube cinco puntos.

          ¿Y la masa ciudadana opinante, qué piensa? Algo obvio: que cuando gobernaba Piñera subían menos los impuestos, la educación particular subvencionada no estaba amenazada, los dueños de las empresas no tenían temor de invertir por la amenaza de quedar en manos de los sindicatos manejados por el PC; y los derechos constitucionales de todos estaban muy bien garantizados por una Constitución que, si algo tiene de bueno, es que garantiza los derechos personales. 

          Pues bien, ahora todo eso Bachelet lo ha puesto en tela de juicio. Y la masa de la gente se dice, dentro de la simplicidad de su raciocinio, que bajo Piñera las bases de sustentación del país no estaban en tela de juicio y por eso éste encabeza la encuesta presidencial de Marta Lagos.

          El hecho es que si la Nueva Mayoría sigue en su actual “curso de colisión” contra la “Verdadera Mayoría”, tiene perdida la próxima elección. De eso se da cuenta todo el mundo, menos Francisco Vidal y Michelle Bachelet, pues si el primero cree en sus propias encuestas, la segunda cree en las frases cariñosas que le dicen en la calle, y ambos piensan que todo eso equivale a un apoyo a su revolución.

Pero el país cuyas expectativas ésta ha descoyuntado, desarticulado y descuajeringado quiere que venga alguien y la detenga. Y José Miguel Insulza dice que hay que detenerla. Y Ricardo Lagos sostiene que la gente le pide ir a La Moneda “a poner orden aquí”. Y ellos y todos los demás, salvo Francisco Vidal, Michelle Bachelet y posiblemente Guillermo Teillier, se dan cuenta de que el desastre electoral se viene y con ello la pérdida masiva de pegas de seis palos que tiene lugar cuando cambia de manos el poder. Entonces proclaman, muy a la chilena, “¡hay que hacer algo!”, y si ustedes me han leído últimamente con atención, verán que yo les anticipé exactamente lo que los “barones” se proponen hacer para que Piñera no siga siendo tan eficazmente ayudado por Bachelet.

jueves, 14 de enero de 2016

Un Hombre de Izquierda


          Cada vez que se le dio la ocasión de hablar de algo que no fuera fútbol, Sampaoli se presentó como un hombre de izquierda. Sabemos la definición de “hombre de izquierda”: es el partidario de que todos sean iguales, aunque no lo quieran. Por eso era simpatizante de los Kirchner en su país y de la revolución de izquierda, la de “lo público”, que está teniendo lugar en Chile. Se cuidaba de no ser demasiado explícito, pero su postura ideológica siempre quedaba implícita en sus declaraciones.

          Ahora, es preciso aclarar que los hombres de izquierda son en un sentido, aunque pretendan no serlo, iguales a todos los demás, es decir, lo primero que les importa es su propio interés. Entre ganar menos y ganar más, prefieren lo segundo, tal como los de derecha y los de centro, pero, a diferencia de los primeros (nunca se sabe si también o no de los segundos), repudian el lucro, la iniciativa privada y la libertad de emprender. Creen que todo lo debe manejar el Estado, gobernado por ellos, por supuesto.

          Pero eso es lo que creen, no lo que hacen. Son como esos padres que les dicen a sus hijos: “No hagas lo que yo hago, sino lo que yo digo”. Porque lo que ellos hacen es afiliarse a las isapres, mandar a sus hijos a un colegio particular pagado y comprar en un mall, pero lo que dicen es que la salud debe ser pública, la educación debe estar en manos del Estado y que “nunca pisarán un mall”.

          Sampaoli siempre fue igualitario, pero apenas pudo cobró una remuneración que lo situó automáticamente dentro del uno por ciento más desigual y más rico de Chile. Siendo partidario de impuestos más altos para los más ricos, convino con su empleador que parte de su remuneración fuera depositada en la cuenta de una sociedad suya radicada en las Islas Vírgenes Británicas, donde quedaría exenta de todo impuesto. Y exigió una cláusula de confidencialidad, porque un buen izquierdista puede ser muy aficionado al lucro, pero nunca debe parecerlo.

          Una mayoría de chilenos ha votado por que los izquierdistas manejen el poder y lleven a cabo su revolución igualitaria, pero sin darnos cuenta ellos se han subido los sueldos en términos de que ya ninguno de los que deben salir a la luz pública a explicar sus manejos gana menos de seis palos al mes, lo que los sitúa entre el diez por ciento más rico del país, al cual la izquierda (apenas sus militantes se embolsan sus seis palos o más) vitupera por ganar 26 veces más que el diez por ciento más pobre y dice que el programa revolucionario debe terminar con eso. Pero ya entre exonerados y supuestos torturados le han extraído más de mil millones de dólares al Estado, a título de indemnizaciones por habérseles inferido el enorme daño de impedirles completar su revolución armada “la otra vez”, para establecer acá una sociedad parecida a las ejemplarmente conducidas por los beneméritos Erich Hönecker, Fidel Castro, Kim Il Sung, Kim Yong Il y Kim Yong Un.

          También, como buen izquierdista, Sampaoli se topó con “la letra de la ley”. Tenía una “cláusula de salida de US$6 millones 300 mil”, pero se le presentó una oportunidad mejor y quiere salirse sin pagar. Algo así como querer una nueva Constitución porque la actual obliga a expropiar pagando el valor comercial, y la izquierda quiere expropiar sin pago. Si la ANFP lo hubiera despedido, él habría cobrado religiosamente la indemnización pactada. Pero el hombre de izquierda es un religioso observante de la regla de oro de la izquierda: “haz a otros lo que no quieres que te hagan a ti”.

          Y ahora se ha erigido en problema nacional y discutido en todos los ámbitos de la opinión pública chilena y del exterior algo indiscutible: si Sampaoli abandona extemporáneamente su trabajo debe pagar los US$6 millones 300 mil dólares. Y como no quiere cumplir el contrato ni pagar, se ha declarado “rehén”, víctima de “secuestro permanente” por parte de la ANFP.

          Los hombres de izquierda siempre se salen con la suya. Sampaoli no va a ser la excepción. Se va a ir sin pagar US$6 millones 300 mil. Eso lo apuesto doble contra sencillo. Y más de alguien le va a pedir perdón.

jueves, 7 de enero de 2016

La Historia Como Delito


          Por supuesto que la gente sin sentido del humor no entendió la moción de los diputados UDI Hasbún, Ulloa y Urrutia, proponiendo tipificar como delito cualquier elogio al gobierno de Salvador Allende. Pues no era sino una réplica llena de ironía a la moción de la diputada comunista Karol Cariola, que crea el delito de emitir cualquier expresión favorable al Gobierno Militar.

          La iniciativa de Karol era, en realidad, una suavización de otra anterior en el mismo sentido y que castigaba con presidio hasta de 20 años cualquier reconocimiento a ese régimen. La más reciente rebaja la pena a cinco años. Es inevitable recordar que el propio Ejército de Chile fue sorprendido suprimiendo en sus regimientos testimonios enaltecedores del régimen militar ¡en obedecimiento anticipado a la moción, antes de ser ley! ¡Qué país! Está teniendo el destino que se merece.

          Un comentarista de este blog ha señalado que dicha moción está dirigida contra mi persona casi con nombre y apellido, pues cree, no sin razón, que soy el único que se atreve a precisar la verdad histórica del período 1973-90. Apreciación del comentarista que no se aleja mucho de la verdad, habiendo uno de los partidos que apoyaron al Gobierno Militar, RN, hasta modificado su declaración de principios para eliminar de ella el reconocimiento a la obra liberadora y salvadora de dicho régimen, lo que le ganó en este blog la denominación de “Renegación Nacional”, mucho más exacta y realista que la oficial. Y en cuanto a la UDI, el paso revisionista de la historia exigido por el comunismo forma parte del programa de los aspirantes a presidirla, aunque lo disimulan. Desde luego, el diputado Jaime Bellolio, el candidato más explícito a conducir la colectividad, se retiró airado del homenaje que su colega Ignacio Urrutia (un verdadero héroe de nuestro tiempo) rindió en la Cámara al aniversario de la muerte de Augusto Pinochet, twiteando airado que él era un “defensor de los derechos humanos” y revelando con esa sola frase haber comprado la más repetida consigna comunista.

          La moción Cariola, con todo, no es broma, pues uno no puede confiar en los kerenskys, que se proclaman partidarios de la libertad pero siempre terminan votando contra ella y junto a los comunistas. De modo que no estamos lejos de transformar el ejercicio de la investigación histórica objetiva en un delito grave.

          Quien lea los comentarios de este blog, lo que no es, en general, una experiencia tranquilizadora, se habrá percatado de que sus detractores, voluntarios o remunerados por todos sabemos quién, coinciden en anunciar un destino carcelario para mi persona, por el hecho de opinar como lo hago, rectificando constantemente las falsificaciones históricas.

          En ese sentido, el Partido Comunista es la fuerza más poderosa en nuestro medio en materia de influencia y creación de opinión. Maneja todos los resortes del poder y de lo único de que carece es de suficientes votos. Sin embargo, sin tenerlos, sus amenazas y dicterios le permiten ganar los ministerios y parlamentarios que la voluntad popular le niega. Hasta las encuestas de opinión lo reflejan: los más altos niveles de rechazo popular los consiguen Guillermo Teillier y Camila Vallejo, sólo superados por el casi siempre odioso presidente de la DC, senador Jorge Pizarro, y el inefable presidente de la UDI, Hernán Larraín, al cual su papel de repetidor de consignas comunistas sólo le ha valido el repudio de sus partidarios naturales, sin ganarle el apoyo del marxismo. Su última actuación, pidiendo perdón a una guerrillera que resultara quemada hace 29 años por las propias bombas incendiarias que portaba para lanzarlas a vehículos de locomoción, y su anterior actitud de votar en favor de indultar a terroristas de izquierda, advirtiendo que ello “no debía ser moneda de cambio para aprobar después similar beneficio a los militares”, sólo anticiparon el proceso de destructivo alejamiento de la UDI del carácter que le imprimió Jaime Guzmán.

          En un país en que se ha barrido con las bases fundamentales del estado de derecho, castigando como delitos hechos confesamente ficticios o inexistentes, lo cual no sólo viola la Constitución sino el derecho penal ancestral, la creación comunista y con apoyo socialista y posiblemente DC, de una figura que convierte en delito la versión no comunista de los hechos históricos recientes, es sólo un jalón más en la sucesión de pasos que conducen a la paulatina pérdida de libertades del pueblo chileno, en el curso de la revolución marxista encabezada por la Nueva Mayoría.

lunes, 4 de enero de 2016

"Para Mentiras, el Tiempo"


          Hoy aparece en “El Mercurio” una carta de la hermana de un fusilado en Antofagasta en octubre de 1973, donde se felicita de que se haya dictado sentencia y por fin se sepa la verdad de los hechos. Atribuye la muerte de su hermano al delegado del general Pinochet, el general Arellano y su “Caravana de la Muerte”, como la llama, y deja como “general bueno” al comandante del regimiento local, general Lagos Osorio, que habría defendido la vida de su hermano y por eso habría sido marginado del Ejército.

          Supongo que eso es lo que cree la mayoría de los chilenos que se preocupan de este tema, que a estas alturas son muy pocos. Y la impresión  general de los demás debe ser esa misma, supongo. Pero es una versión falsa.

          Si en algo soy especialista es en ese juicio. Escribí un libro al respecto en 2001, “La Verdad del Juicio a Pinochet”, basado en las piezas fundamentales del proceso.

          ¿Cuál fue la verdad? Fue que mientras los generales Lagos y Arellano dormían en la casa del primero, oficiales medios del regimiento local y de la comitiva del segundo, sin orden de sus superiores, sacaron de la cárcel a catorce personas, las llevaron a un lugar cercano en el desierto y les dieron muerte.

          Arellano sólo lo supo al anochecer del día siguiente, encontrándose en Calama, e inmediatamente volvió a Antofagasta y puso a disposición de Lagos Osorio, que era Juez Militar por delegación de la Junta, al subordinado suyo co-responsable de los fusilamientos. Lagos Osorio se negó a recibirlo y a procesarlo. Su única preocupación a partir de ese momento fue la de eludir responsabilidades y achacarlas a otros, llegando a publicar un aviso en la prensa diciendo que los fusilamientos habían tenido lugar por orden de la Junta de Gobierno “para acelerar el proceso de depuración marxista” (“La Estrella” de Arica, 22.10.73).

Antes había culpado a Arellano, sabiendo que era tan ajeno a los hechos como él mismo. A raíz de ello, Arellano se querelló en su contra, y entonces Lagos Osorio se retractó. Arellano, de hecho, fue más inocente que Lagos Osorio, pues puso a disposición de éste, que era el juez militar, al principal responsable de su comitiva, pero el segundo se negó a procesarlo y tampoco procesó a los oficiales bajo su mando que fueron co-responsables.

          Lo que se presenta hoy como su marginación del Ejército por haberse opuesto a los fusilamientos es también falso, pues su carrera militar terminó por no haber cumplido sus deberes como comandante de la I División, el primero de los cuales era haber abierto un proceso por esos fusilamientos ilegales en su jurisdicción, en lugar de culpar a la Junta, diciendo que había procedido por orden de ella.

          La leyenda falsa sobre los fusilamientos del norte ha sido alimentada durante años por la prensa, la radio y la televisión, esta última con programas como “Contacto” del canal católico (al cual oportunamente refuté en mi columna de “El Mercurio”) y “Ecos del Desierto”, de Chilevisión, al cumplirse los 40 años del 11, y otros que han propalado la versión falsa.

          Hay un antiguo refrán que dice, “para verdades, el tiempo”. En Chile y respecto al caso de los fusilamientos del norte no rige. Tal vez la versión adecuada sería la opuesta: "para mentiras, el tiempo”. 

domingo, 3 de enero de 2016

Avatares de un Tipo Decente


          Jorge Burgos se ha visto lanzado, sin proponérselo, a la condición de precandidato presidencial. En la encuesta CEP, el oráculo de la política chilena, es el único DC que entró al “top ten” en la evaluación neta de los personajes públicos (porcentaje de aprobación menos el de rechazo; el único medio que lo calculó fue este blog). Los hay en su partido que tienen más ambiciones presidenciales que él, pero “marcan” mucho menos.

         Es un tipo tan decente que cuando el país sorprendió a los gobiernos de la Concertación llevándose para la casa los gastos reservados en sobres con billetes, Burgos, que los había recibido como Subsecretario del Interior, no sólo devolvió la totalidad del importe sino que pagó impuestos sobre eso, cosa que, yo creo, no hizo nadie más y que el Director socialista de Impuestos Internos no pretendía conseguir, pues declaró que tales gastos reservados eran “no investigables”.

          La vida política le ha deparado sorpresas desagradables a Burgos, como cuando presidió la comisión investigadora de la Cámara sobre la compra, por parte de Sebastián Piñera, de acciones de LAN aprovechándose de información privilegiada. Burgos sometió a votación la iniciativa de pedir a la Bolsa la grabación con la voz que ordenaba la compra, veinte minutos después que el directorio de LAN hubiera informado una ganancia inesperada y no divulgada, voz que todo el mundo iba a reconocer. Pero entonces sucedió que la mayoría de la Concertación en la comisión “se dio vuelta”, votó junto con la Alianza para rechazar el pedido de la grabación y dejó a Burgos con un palmo de narices.

          Pero el asunto no terminó ahí, porque algún inadvertido del entorno del entonces Presidente Piñera extendió a Burgos una invitación a una extensa y atractiva gira presidencial al exterior, y encontrándose éste ya en su asiento del avión, vio parado a su lado al mismísimo Presidente, que le preguntaba, con voz de pocos amigos:

          “¿Usted cree que merece estar sentado en este avión?”

          Al parecer, en el sentir presidencial nadie que hubiera pedido la grabación de la voz ordenando la compra de LAN merecía estar en ese avión.

          El hecho fue que, tras el caso Caval, cuando se trató de encontrar a un tipo decente y que fuera DC, para reemplazar a Peñailillo, el nombre de Burgos venía como anillo al dedo y fue designado.

Su aceptación del cargo fue una prueba de coraje, porque hasta en este país de tradicional mala memoria pocos han olvidado el trato que Michelle Bachelet acostumbra dispensar a sus Ministros del Interior democratacristianos, a los cuales ya ha mandado cambiar sin aviso o, cuando ha estado de buenas, se ha limitado a no contestarles el teléfono ni darles audiencia hasta que renuncian.

          Bueno, a Burgos, hasta ahora, se ha limitado a no convidarlo a una gira para ver temas de seguridad interior propios de la cartera de aquél. Ante lo insólito del hecho, éste se ha constituido en “trending topic” nacional y los columnistas semanales se lo han disputado para viviseccionarlo.

          Burgos, pese al desaire, no renunció, lo que se aviene con su modestia personal, pero se atrevió a decir que le había advertido a la Presidenta que la situación no podía repetirse. Y, cuando todos esperaban, a raíz de ello, la petición de renuncia, ésta no ha sido cursada, interregno durante el cual varios DC de fuste han salido a decir que ven a Burgos con buenos ojos como figura presidencial, incluyendo entre aquellos a un hermano Walker que no es el ostensiblemente deseoso de ser candidato, Ignacio, y al propio Claudio Orrego, siempre listo, pero que esta vez, con mucha gracia, se ha declarado “burguista”. Por cierto, ha añadido que está disponible para alguna oportunidad posterior a 2017.

          ¿Un tipo decente a la Presidencia? ¿Por qué no? En política, “la segunda profesión más antigua del mundo” (Reagan), todo puede suceder.