lunes, 31 de marzo de 2014

Felices Fumando Opio


                Cuando más progresó Chile (fue en el último lustro del Gobierno Militar y el primero de sus sucesores civiles, mientras todavía éstos no lograban echar a perder “el modelo”), el impuesto a la renta de las empresas era diez por ciento y se acababa de crear el FUT, Fondo de Utilidades Tributables: si usted no retiraba utilidades sino que las invertía, no pagaba el impuesto personal (global complementario), progresivo y mucho más alto. La gente se puso a ahorrar e invertir y el crecimiento llegó a dos dígitos. Porque antes de eso, cuando la plata de los altos impuestos la recogía el Estado, la dilapidaba; en cambio, cuando quedó en manos de particulares, éstos la hicieron rendir. Paradójicamente, la recaudación fiscal aumentaba año a año, gracias al crecimiento. Era el “milagro chileno”.
                Algo similar sucedió a raíz del traspaso de fondos de jubilación y de la salud previsional, de manos estatales a la administración privada. Y también a raíz de las privatizaciones de empresas estatales. Los efectos de ese traspaso fueron tan espectaculares que casi todo el mundo trató de imitarnos.
                Pero hoy se hace y se anuncia todo lo contrario. Se traspasan cada vez más recursos de particulares a la burocracia estatal. Los gobiernos posteriores a 1990 se dedicaron a subir impuestos y a aumentar el tamaño del Estado. Entonces el país empezó a crecer cada vez menos. Menos bajo Frei que bajo Aylwin; menos bajo Lagos que bajo Frei; menos bajo Bachelet que bajo Lagos. Porque porciones cada vez mayores de recursos eran sustraídas de manos de los particulares, que las empleaban productivamente, y puestas en manos de la burocracia estatal, que las dilapidaba.
                Ahora acabo de ver en “La Segunda” la foto de la Presidenta y sus ministros riendo y aplaudiendo. ¡Cómo no van a estar felices, si han presentado un proyecto para hacer pasar otros ocho mil doscientos millones de dólares de los particulares a las manos de ellos, que encabezan la burocracia estatal!
                ¿Alguien seriamente cree que esos ocho mil doscientos millones de dólares van a tener un mejor rendimiento administrados por el Estado que por empresas y agentes privados? Supongo que nadie con algo de experiencia y sentido común. Habrá ahí una pérdida social neta.
                Pero no se puede negar que han vendido bien “su pomada”. He oído incluso a gente que no es de gobierno diciendo muy seriamente: “si esos recursos son empleados para mejorar la educación, estamos de acuerdo en los mayores impuestos”. Increíble, porque la Reforma Educacional que hará este gobierno será del mismo sesgo estatista que la Tributaria: sacar a gran parte de la enseñanza que está en manos de los municipios o de particulares subvencionados, y ponerla en manos estatales. Y para ello se creará otro monstruo centralizado estatal (siendo que ya existe el Ministerio de Educación), donde serán contratados muchos miles de correligionarios de los partidos de gobierno, que están esperando ansiosos para dilapidar los ocho mil doscientos millones de dólares.
                Y eso sucede en un país en que, comprobadamente, la educación municipal o estatal es la peor. La particular subvencionada es menos mala que la anterior y la particular pagada la mejor, pues logra niveles iguales o superiores a los de países desarrollados. La receta de sentido común sería instar por una generalización de la enseñanza particular pagada, pero se hará todo lo contrario: se generalizará la estatal centralizada.
                Porque los recursos para que todos los alumnos pudieran ir al colegio particular pagado de su elección están, pero se malgastan en burocracia: trece BILLONES de pesos anuales, en este momento.
                Camilo Escalona dijo de la Asamblea Constituyente (acuérdense de mí, en eso va a terminar la Reforma Constitucional de Bachelet) que era como fumar opio. La Reforma Tributaria y la Educacional serán otro tanto. Catarsis publicitaria, Presidenta y ministros aplaudiendo y riéndose al anunciar los respectivos proyectos. El éxtasis de las primeras "aspiraciones".
Pero los que fuman opio, pasados el efecto placentero, la catarsis y los aplausos, terminan sintiéndose y estando mucho peor. Lástima que sólo tendremos posibilidad de rehabilitación en cuatro años más.

jueves, 27 de marzo de 2014

Por el Honor de la Izquierda


            Con la posible excepción de Alejandro Solís, Carlos Cerda ha sido, entre los jueces chilenos,  el  más caracterizado trasgresor de las leyes con tal de encarcelar militares y, en el caso del Presidente Pinochet, también a su familia. En el llamado “caso Riggs”, referente a una cuenta que el general abrió después de dejar la Presidencia y a instancias del presidente de ese banco norteamericano, gran admirador suyo y deseoso de evitar que sus enemigos políticos lo privaran de su patrimonio, el juez Cerda quebró algunos récords, pues inició un juicio tributario sin previo requerimiento de Impuestos Internos, como lo ordena la legislación, y ordenó encarcelar a la señora Lucía Hiriart de Pinochet en calidad de cómplice, siendo ésa la primera y única oportunidad en que se ha procesado a alguien por complicidad en un juicio tributario, pues éste siempre deriva de actuaciones personales de un contribuyente.
También Cerda ordenó la prisión de Lucía Pinochet, hija del procesado, que tuvo la mala idea de buscar refugio en los Estados Unidos, porque ese país dice ser “the land of the free”, pero los norteamericanos metieron ilegalmente en una celda a Lucía, que entonces les dijo que, para ser víctima de ilegalidades, prefería caer en manos de Cerda y estar presa en Chile. Por supuesto, era una persecución política escandalosa, y en definitiva todas las aprehensiones decretadas por Cerda quedaron sin efecto y la señora Lucía y su hija pudieron demostrar que no habían cometido delito alguno y fueron sobreseídas. Pero hasta hoy el tribunal tiene embargada “la fortuna de Pinochet”, dos millones de dólares. Todo el mundo habla mal de él por haber juntado esa plata, mientras rinden homenaje al ejemplar Nelson Mandela, que dejó una fortuna de 8.500 millones de dólares (6.200 millones de euros) según informa “El Mercurio” de 26.03.14, p. A7, al detallar que su viuda rechazó los 3.100 millones de euros que le correspondían, con tal de quedarse con joyas y propiedades que obraban en su poder.
            La falta de imparcialidad de Cerda fue siempre tan evidente que hasta Gonzalo Vial se escandalizaba en sus columnas de “La Segunda” del hecho de que, cuando el primero fue a interrogar al ex Presidente en su declaración indagatoria (pues, al revés de Solís, que procesaba a militares sin tomarles declaración indagatoria, Cerda sí hizo la diligencia), sin embargo la comenzara con estas palabras reveladoras de su falta de imparcialidad, criterio y apego a la juridicidad: “A ver, cuénteme sus diabluritas”. Por supuesto, el ex gobernante, ya muy anciano y enfermo, no podía entender las intencionadas “bromas” de Cerda.
            El politizado juez no gozaba de adhesión ni siquiera entre sus pares, pero a medida que la izquierda ha tomado el control de la judicatura y ésta, por consiguiente, se ha desentendido en sus fallos de lo que dicen las leyes, las posibilidades de aquél de ascender a la Suprema se multiplicaron. Finalmente, ha obtenido el mayor número de preferencias para integrar la quina presentada a la Presidenta, que con certeza lo va a elegir a él para ser propuesto al Senado. Pero en éste la Nueva Mayoría necesita los votos de la derecha para nombrarlo… y es aquí donde viene lo mejor: el senador Espina (RN) ha dicho que, cuando el Senado aprobó el nombre del ministro Aránguiz para la Suprema, hubo un “acuerdo de caballeros” en el sentido de que, cuando se propusiera a Cerda, la derecha lo apoyaría.
            Y digo que aquí viene lo mejor porque años atrás hubo otro “acuerdo de caballeros” entre la Concertación y la Alianza, en el Senado, en el sentido de que si esta última aprobaba el nombramiento del izquierdista Haroldo Brito (un verdadero activista en la persecución ilegal contra militares), después se propondría al ministro Alfredo Pfeiffer y la izquierda votaría por él. Pfeiffer se caracteriza por ceñirse a la legalidad en sus fallos y aplicar las normas sobre amnistía, prescripción, cosa juzgada, presunción de inocencia, irretroactividad de la ley penal y principio de legalidad, todas básicas del Derecho Penal, pero que los jueces de izquierda desconocen a los militares y trasgreden habitualmente. El hecho fue que, designado Brito y cumplida por la derecha su parte del “acuerdo de caballeros”, cuando después se propuso a Pfeiffer  la izquierda lo rechazó, incumpliendo el pacto, lo que era previsible, pues sólo había caballeros al lado derecho del acuerdo y no al otro.
            Pero como yo conozco bien el paño, varias veces he vaticinado que Cerda será nombrado en la Corte Suprema con votos de la derecha, cuyos senadores, como son caballeros, van a cumplir el acuerdo contraído cuando se nombró a Aránguiz. Por supuesto, lo que realmente correspondería sería que ellos demandaran ahora el cumplimiento del acuerdo de nombrar a Pfeiffer, que fue quebrantado a mucha deshonra de la Concertación. Pues ahora Pfeiffer también está en la quina sometida a S. E. la Presidenta de la República.
            Pero, pensándolo todo mejor, yo espero, consciente de la alta investidura moral que caracteriza a la Presidencia, que su actual titular les diga a los senadores de la Nueva Mayoría: “Miren, ustedes rompieron un acuerdo de caballeros cuando votaron contra Pfeiffer hace años, pero semejante conducta contraviene mi concepto de la ética política, así es que en esta oportunidad voy a proponer precisamente a Pfeiffer, para que ustedes puedan votar por él y así volver a dejar limpio el buen nombre de la izquierda y de la Concertación, cuya honorabilidad quedó en tela de juicio cuando ustedes faltaron a su palabra de caballeros”.
            Estoy seguro de que esto bien puede suceder como lo he señalado, porque lo más sagrado para los gobernantes y parlamentarios de izquierda chilenos debería ser su honor y la solidez de la palabra empeñada.  ¿O cree alguien que puedo estar siendo un poco iluso?

martes, 25 de marzo de 2014

Incendio del Local


            Un antiguo epigrama inglés describe las sucesivas etapas de una francachela de amigos muy regada, las cuales reproduzco de memoria y sin ninguna exactitud: 1) Aumento del volumen de las voces; 2) Cantos obscenos; 3) Discursos incoherentes, abrazos efusivos y algunas reyertas; 4) Quebrazón de vasos; 5) Destrucción del mobiliario; y 6) Incendio  del local.
El tránsito entre el socialismo moderado del quinto Gobierno de la Concertación (el de Sebastián Piñera), y el socialismo real del primero de la Nueva Mayoría está quemando etapas y llegando prematuramente al Incendio del local. La primera etapa iba a ser un “cambio de ciclo” y la implantación del “otro modelo”, pero ya se pasó a hablar de “la aplanadora” y, recién, sin mediar más que unos pocos días, se retiran los proyectos educacionales de Piñera y se anuncia el uso de “la retroexcavadora” que destruirá “hasta los cimientos” del modelo anterior.
El socialismo moderado de Piñera pretendía vaciar mil millones de dólares más de mayores impuestos en ese tonel sin fondo que se llama Ministerio de Educación (lo que se transformó en otra “piñericosa”, pues la recaudación del impuesto a la renta disminuyó); y también buscaba fundar más órganos burocráticos inútiles como la “Superintendencia de Educación” (¿para qué, si ya hay un Ministerio monstruoso? Además, había una Superintendencia de ese nombre ya en los años ’50. ¿Qué se hizo?); la “Agencia Nacional de Acreditación” y el “Sistema Único de Financiamiento Estudiantil”, amén de perseguir sin misericordia “el lucro”, para que nadie pudiera ganarse la vida como emprendedor de la enseñanza.
Cada vez más burocracia y menos libertades. Y ahora vienen nuevas iniciativas de ley que nadie ha dicho qué van a proponer, pero todos lo sabemos: la ENU, Escuela Nacional Unificada, el sueño inconcluso de Allende para formar al “hombre nuevo”, individuo llamado a repetir las “verdades” que le ordene el partido único brotado de la Asamblea Popular que, a su vez, va a surgir de la Asamblea Constituyente instalada “por las buenas o por las malas”. Se espera que a futuro la repetición de las “verdades populares” oficiales no tendrá otra interrupción que la necesaria para vocear periódicamente acusaciones atroces contra el Enemigo Público Número Uno, Augusto Pinochet. Y todos los programas de la Televisión de la Verdad Única van a ser como el de anoche de la Pamela Jiles: torturas, asesinatos, secuestros de nobles muchachos idealistas.
Por supuesto, de la receta de la libertad ya nadie se acuerda. Para que no se olvide, ella recomienda: disolución del Ministerio de Educación y entrega de los billones de pesos anuales que cuesta a las familias vulnerables para que elijan el colegio o la universidad de sus hijos, en un clima de libre creación de establecimientos con o sin fines de lucro y con  amplia libertad para elaborar sus programas y métodos de estudio.
En la sociedad libre la calidad de la enseñanza daría un gran salto adelante, pues la educación particular pagada chilena ha demostrado que alcanza resultados similares a la de los países más avanzados (pero esto siempre se silencia).
Pero olvidémonos de eso. Michelle 2.0 está muy empoderada. Cuando puso al hijo de los cuatro Lexus en La Moneda, con el agravante de que se llama Sebastián, supe que se había creído el cuento.  No olvidemos que su modelo es Fidel, el irreductible. Recuerdo que cuando vino en 1972 y vio el desastre que había, casi de los alcances del de su patria, declaró: “Me voy más duro, más convencido y más marxista-leninista que nunca”.
Entonces ¿qué va quedar después del incendio del local? Tal vez haya que partir otra vez, en cuatro años más, casi desde cero, como hace cuarenta. Pero ojalá sea para aplicar la receta de la libertad y sin que en La Moneda haya ningún Sebastián.

lunes, 24 de marzo de 2014

El Maletín de von Mühlenbrock


Hermann von Mülehnbrock dijo que si suben los impuestos habrá menos inversiones, pues quienes estén en condiciones de hacerlas van a preferir otros países donde haya menos impuestos. Eso es obvio, pero en el Chile del “nuevo ciclo” (o sea, del “viejo socialismo”) usted ya no puede decir semejantes cosas, aunque sean evidentes, y Osvaldo Andrade se ha puesto furioso.
Entonces, que no vayan a contarle a él que si las dueñas de casa ven subir el pan en una panadería y en otra no, compran en esta última, pues las va a amenazar públicamente. Y yo me guardaré muy bien de que llegue a sus oídos que me preocupo de averiguar en cuál bomba la bencina está más cara y en cuál más barata, prefiriendo esta última, pues no sé qué cosa me podría pasar.
La naturaleza humana es racional, pero tipos como Maduro y Osvaldo Andrade, que son socialistas, no lo soportan. Porque no hay nada más opuesto a la naturaleza humana que el socialismo.
Por esa razón el segundo ha declarado a “El Mercurio” (22.03.14, p. C2): “Empezó la campaña del terror de la peor manera”… agregando: “La última vez que escuché esa frase fue por ahí por el año ‘72”. (¿No le dice eso algo?). Y, refiriéndose a von Mühlenbrock: “Cada vez que salga del país va a haber que empezar a mirar qué es lo que lleva en el maletín este caballero”. En fin, termina proclamando: “Aparece este caballero, que es del viejo momiaje, a decir esta locura. Yo pensé que se habían terminado los momios”.
¡Sorpresa! Quedaban algunos.
            Todo típico socialismo real, como el que ha vuelto y empieza a imponerse en Chile, deja como primera víctima a la libertad personal y, en particular, la libertad de elegir. Si usted pretende ejercitarla, le van a mirar “qué es lo que lleva en el maletín”.
            “No es casual –agrega Andrade—que los propios empresarios hayan salido a desmentirlo”. Y en eso tiene razón, no es casual, pues entre los empresarios hay de todo. Una vez hace años aplaudieron de pie a Eyzaguirre en Casapiedra porque, en medio de un discurso sobre el estado de la economía y pese a él (como supimos después) considerarlos a todos unos idiotas (o tal vez por eso), les confesó que había sido miembro de las Juventudes Comunistas. Éstas, en los ‘80 pasaron a integrar el FPMR y eran muy eficaces para asesinar militares. Pero los militares, al estilo norteamericano o israelí, también los mataban a ellos, y Eyzaguirre entonces se emocionó hasta las lágrimas al recordar que él también podría haber caído. Y a pesar de que los jóvenes idealistas del FPMR, aparte de asesinar uniformados, también secuestraban a hijos de empresarios (Cruzat, Edwards) los hombres de negocios de Casapiedra se conmovieron tanto que le brindaron la “standing ovation” referida. Es que, mal que mal, a los terroristas en Chile se les perdona todo, en particular si llegan a Ministros de Hacienda y no suben mucho los impuestos (pues Eyzaguirre hasta se resistió a crear el royalty). Y aunque los suban, como señala Andrade, siempre hay empresarios que aplauden y a veces “les quitan el piso” a quienes critican el alza, porque creen que se puede “rodear” a los socialistas o piensan que entregando la mano se puede salvar el brazo. Toda historia muy conocida en Chile porque ya la vivimos. Por algo Andrade se ha acordado de 1972. Los chilenos que vivimos la UP somos "gatos escaldados".
            En todo caso, distinguido inversionista nacional o extranjero, si cuando le suban el impuesto de 20 a 25% o, a través de la supresión del FUT, al 40%, usted encuentra más rentable invertir en otro país en que no hayan subido los tributos o los vayan a disminuir (por ejemplo, he oído en la TV española al Ministro de Hacienda de allá anunciar que los va a bajar), no se lleve la plata en un maletín, porque ahí va a estar Andrade para hacérselo revisar.

sábado, 22 de marzo de 2014

¿Señal de "Buen Corazón"?


            Veo un mal futuro para Chile. Todo lo que se está proyectando va dirigido a demoler lo bueno que queda del modelo que se construyó bajo el gobierno que “le cambió el chip al país”, hoy innombrable hasta en las Declaraciones de Principios de los partidos que lo apoyaron. Ese modelo fue posteriormente preservado por casi un cuarto de siglo con sólo daños secundarios, algunos “rayones en la pintura”. Y ése fue el verdadero “milagro chileno”: que los izquierdistas no lo echaran todo a perder durante casi un cuarto de siglo. Pero ahora está en curso una revolución de izquierda que, como todas las de esa índole, pretende cambiar el modelo por completo, cosa que traerá consigo mucho retraso y sufrimiento.
            Pues “la calle”, es decir, una masa primitiva e ignorante, está al mando. A su turno, las élites están ciegas o confundidas. Terriblemente confundidas. El otro día leí con interés en “La Tercera” una entrevista a un escritor e intelectual habitualmente lúcido, Arturo Fontaine Talavera, describiendo el tránsito de Chile hacia la izquierda y haciendo una afirmación inaudita: tras recordársele que alguna vez él había declarado que Sebastián Piñera era muy inteligente, pero debía demostrar que tenía corazón, se le pregunta si ahora ha demostrado que lo tiene, y contesta que sí, “con los derechos humanos, al hablar con ocasión de los 40 años del Golpe y al cerrar el Penal Cordillera”.
            Es decir, la jugada política fría, despiadada y cruel del ex Presidente, en el curso de la cual traicionó la palabra empeñada, falsificó la historia, denostó a quienes lo llevaron al poder y castigó y vejó a militares ancianos y enfermos (al costo del suicidio de uno y la muerte del más enfermo de todos), es descrita por este intelectual como prueba de que aquél “tiene corazón”. ¿Es que está la élite aún más ciega que “la calle”?
            Pues nadie tiene menos corazón que quien abusa para propio beneficio (remontar en las encuestas) a expensas de los más débiles de nuestra sociedad, como sabidamente lo son los soldados del ’73.
El abogado Adolfo Paúl Latorre, que ha escrito un libro sobre los atropellos al derecho cometidos por los jueces contra esos desventurados, me ha informado de algo que ellos mismos le revelaron: uno de los ministros sumariantes que los procesan ilegalmente les dijo con crudeza: “Ustedes no tienen cómo zafar, porque están solos, no los apoya nadie, ni los activos, ni los retirados, ni los políticos, ni los empresarios, ni las iglesias, ni nadie en Chile ni en el extranjero”. La verdad en toda su crudeza. El Chile de hoy.
Desde luego, se ve que ese ministro conoce a la justicia chilena, ésa que va a “cenas republicanas” bien servidas, en las cuales se hace un elevado recuento y elogio, sin el menor ánimo de rectificación, de las (malas) prácticas políticas y judiciales imperantes, muchas de ellas inconstitucionales, por cierto.
Se ha perdido tanto el sentido de la más elemental decencia y compasión que Teletrece ha exhibido tres veces el penoso y vejatorio traslado a un presidio peor de las desventuradas víctimas de la traición oficial. Familiares de éstas protestan en cartas al diario por la reiteración del vejamen. Pues les resulta doloroso el espectáculo de sus deudos, personas ancianas, algunas de ellas con dificultades para desplazarse (que en cualquier país civilizado habrían obtenido su libertad por razones de edad o salud) siendo sacadas del Penal Cordillera bajo las piedras e insultos de los comunistas oportunamente avisados para funarlos; y luego encerrados en un presidio bajo peores condiciones.
El diario digital “Chile Informa” ha revelado que esa filmación fue obra del gobierno de Piñera y no del Canal 13 que la exhibió, la voz de cuyo locutor fue posteriormente incorporada para presentar la pieza propagandística destinada a asegurar al calculador político, al inspirador de todo, mejoría en las encuestas gracias a la adhesión de los portaestandartes del odio, los adherentes del partido rojo (cuyo emblema de la hoz y el martillo Gendarmería, debidamente autorizada, naturalmente, admitió que se izara en el portón del Penal cuando salían los vehículos trasladando a los desventurados).
¿Qué se puede esperar de un país en que hasta las mentes más lúcidas confunden la perfidia y el cálculo con el buen corazón? ¿Y en que todo el mundo permanece impasible cuando se hace escarnio de la ley, la justicia y la compasión?

miércoles, 19 de marzo de 2014

No Fue Porque Yo lo Dijera, Pero...


           El 5 de junio del año pasado publiqué una columna en “Estrategia”, donde decía que seguramente los economistas encargados de evaluar los proyectos de inversión en Chile, hallándose “en presencia del proyecto de Asamblea Constituyente que, por definición, trae todo el tema de los derechos básicos, entre ellos el de propiedad de esas inversiones, a fojas uno” iniciativa surgida “en el seno de la candidatura que, según las encuestas, lleva la delantera en la elección presidencial, y (habiendo) uno de sus juristas diseñado un resquicio legal para establecer tal Asamblea por decreto, lo cual hoy por hoy es inconstitucional, ¿qué les estarán diciendo los evaluadores de futuras inversiones a sus clientes?” Mi columna concluía que, seguramente, les recomendarían “no invierta por el momento”.
            Al día siguiente el entonces Ministro de Hacienda, Felipe Larraín, por una de esas coincidencias que  veces se producen en la vida pública, declaró lo mismo respecto al futuro de la inversión, y sus palabras levantaron una gran polvareda. Recibió la crítica inmisericorde de los políticos de la Concertación, que lo acusaron de provocar una “campaña del terror”, en circunstancias que tal campaña la estaban haciendo ellos, al anunciar que harían tabla rasa de la garantía al derecho de propiedad en Chile.
            Bueno, hoy día “El Mercurio”, pág. B6, informa que la inversión  en Chile cayó en 1,5% en el tercer trimestre de 2013 y 12,3% en el cuarto, lo que redujo el crecimiento de la economía a 4,1% en el año.
            No sucedió porque yo lo dijera, sino porque el sentido común lo anticipaba así. Y la situación no ha cambiado. Hoy es un hecho que nadie puede predecir qué va a ser del derecho de propiedad en Chile, pero una cosa es segura: se va a debilitar. Porque justamente la coalición gobernante ha señalado como principal crítica a la Constitución de 1980 la de que ella es muy difícil de reformar y establece quórums muy altos. Y el más alto de todos es el que protege, entre otras garantías individuales, a la del derecho de propiedad: dos tercios de los diputados y senadores en ejercicio.
            La Nueva Mayoría no tiene ese quórum y probablemente no lo podrá conseguir jamás, así es que el derecho de propiedad estaría a salvo en Chile, a menos que la actual Constitución fuera burlada. Pero los chilenos vemos que actualmente la Constitución es burlada con enorme facilidad. Sin ir más lejos, hay 57 presos políticos uniformados en Punta Peuco, y algunos más presos en otros recintos, que constitucionalmente y si se respetaran el debido proceso, el texto de la Carta y el de la ley penal no podrían estarlo. Sin embargo lo están. Desde el Presidente y la Presidenta de la República para abajo, pasando por el Presidente de la Corte Suprema y las mayorías parlamentarias, y, podríamos añadir, casi toda la prensa y la opinión pública, han cohonestado esa inconstitucionalidad. ¿Por qué, entonces, no van a cohonestar esa otra, consistente en desconocer el derecho de propiedad sin respetar el quórum constitucional que lo ampara? Puro sentido común.
            Escribí el 5 de junio del año pasado lo que iba a suceder y sucedió. No porque yo lo dijera, sino por su propio sentido común, el Ministro de Hacienda de la época advirtió que sobrevendría lo mismo. Y sobrevino. Lo cubrieron de críticas, pero el tiempo ha probado que tenía razón.
            Entonces, el titular de hoy de “El Mercurio”, revelando la caída en la inversión, implícitamente lo anuncié yo el 5 de junio del año pasado, en mi columna de “Estrategia”. ¿No sería hora de que los chilenos empezaran a hacerme algún caso?

           

domingo, 16 de marzo de 2014

La Derecha de Groucho Marx

El candidato supuestamente situado más a la derecha en la competencia para presidir la UDI, Ernesto Silva, ha declarado (“La Tercera”, 16.03.14, p. 3) que revisará la declaración de principios del partido, en particular el punto referido al Pronunciamiento Militar. En su texto actual éste “destaca el patriotismo y espíritu de servicio de las Fuerzas Armadas y de Orden … incluida su acción libertadora del 11 de septiembre de 1973, que salvó al país de la inminente amenaza de un totalitarismo irreversible y de la dominación extranjera, culminando así una valiente resistencia civil y recogiendo un clamor popular abrumadoramente mayoritario”. El sello de la retórica de Jaime Guzmán sentado frente a su máquina de escribir ante una ventana que daba a la plaza Las Lilas está impreso en ese párrafo, que por lo demás expresa verdades históricas irrefutables.

Pero, ustedes saben, ni la más irrefutable de las verdades históricas resiste el martilleo de una mentira mil veces repetida, que, como enseñara Goebbels a los totalitarios de todos los tiempos, indefectiblemente pasa a ser verdad. En Chile el presidente elegido con el apoyo de la UDI en 2009 se convirtió en septiembre pasado en estación repetidora de las  falsedades mil veces proclamadas de la izquierda acerca del Pronunciamiento Militar. Implícitamente imprimió un sello delictivo al mismo, al declarar que quienes lo apoyaron fueron “cómplices pasivos” de actos supuestamente repudiables. Así Piñera se hizo, por su parte, cómplice activo de la campaña de deformación histórica de la izquierda, que ha sido de una efectividad devastadora y ha travestido a los agresores en agredidos, a los totalitarios en demócratas y a los victimarios en víctimas.

Confirmando el postulado goebbeliano, la mentira ha pasado a ser verdad y entonces la UDI se encuentra incómoda, porque sus cerebros lavados (dirigentes y militantes) han pasado a creer que ella es como la cuentan la Nueva Mayoría y Piñera y no como la versión que escribió su fundador, Jaime Guzmán.

Para ejemplificar mejor el proceso que ha tenido lugar en nuestro país, nada sirve tanto como la interminable teleserie de desfiguraciones históricas titulada “Archivos del Cardenal”, que, para comenzar, no son “del Cardenal” (Silva Henríquez), que no llevaba ningún archivo, sino del archivero de la Vicaría de la Solidaridad, José Manuel Parada. Éste era militante comunista y alto jefe del grupo terrorista de la colectividad, el FPMR. Así lo prueba el testimonio de Alfredo Malbrich, quien reveló en declaración publicada en “El Mercurio” de 28.08.86, p. A1, haber sido reclutado para el FPMR por Parada cuando la Vicaría interpuso un recurso de amparo en su favor tras ser detenido el 1° de mayo de 1979 en desórdenes callejeros, recurso gracias al cual fue liberado (lo que de paso desmiente otra falsedad, la de que en ese tiempo los tribunales no acogían recursos de amparo). Pero, claro, un canal de TV dedicado a difundir mentiras históricas sabe que no es políticamente rentable titular una teleserie como “Los Archivos de Un Jefe Guerrillero Camuflado como Archivero en la Vicaría”.

En fin, los cerebros lavados por las campañas de Piñera y la Nueva Mayoría, que son casi todos, lamentablemente incluyen a los de los directivos de la UDI, que consideran entonces indispensable “adaptar” los principios de la colectividad a estas “nuevas verdades” goebbelianas mil veces repetidas. Así nuestra derecha hace recordar al inolvidable Groucho Marx, una de cuyas citas emblemáticas era: “Estos son mis principios; pero si no le agradan, tengo otros”.

Anteayer un distinguido académico y escritor chileno residente en Australia, Claudio Véliz, autor del exitoso libro que contrasta al exitoso “zorro gótico” con el “erizo hispano”, me escribió diciéndome lo espantado que estaba de lo que le sucede a la derecha chilena, y me hacía ver la necesidad de fundar en Chile un nuevo Partido Conservador, en vista de las defecciones políticas de RN y la UDI. Efectivamente, “hay que” refundar un Partido Conservador. Pero éste es el país del “hay que”. Los poquísimos que todavía tenemos claras ideas de derecha y no hemos renunciado a defender la verdad histórica carecemos del dinamismo en la acción y de los recursos cuantiosos de otros grupos dedicados, por ejemplo, al culto de la personalidad de algún audaz caudillo populista. Y a quienes sospechen que me estoy refiriendo de una manera oblicua a “Amplitud” les respondo que tienen toda la razón.

Alguna vez la derecha tuvo menos votos y parlamentarios que ahora, pero nunca había tenido menos convicciones propias ni más vocación por abrazar las versiones de sus adversarios. Tal vez algunos repliquen que es la única manera de recuperar las votaciones perdidas. Pero si para lograrlo hay que renunciar al propio ideario y plegarse a la desfiguración histórica, es preferible dejar esa tarea a gente sin escrúpulos y permanecer en una honesta condición minoritaria, sin otro bagaje que el de los principios y la verdad y en la confianza de que tarde o temprano los unos y la otra van a prevalecer.

jueves, 13 de marzo de 2014

Del Gobierno Encuestocrático al Ineptocrático


                A través de más de un correo me llegó ayer la foto de una polera con una lectura en inglés, que se vende por e-Bay y cuya traducción dice: “Ineptocracia: Un sistema de gobierno donde los líderes menos capaces son elegidos por los individuos menos aptos para producir, y en el cual los miembros de la sociedad menos dotados para sustentarse a sí mismos o para triunfar, son remunerados con bienes  y servicios financiados por la riqueza confiscada a un decreciente número de productores.”
                ¡Sabio impresor de poleras! Pues es una definición muy acertada y que se sostiene a través de la historia de la Humanidad. Asimismo, explica las crisis actuales, recientes y pretéritas de diferentes países y continentes. En fin, predice el devenir chileno durante el “nuevo ciclo” iniciado anteayer. No es poco mérito intelectual.
                Pues en Chile venimos saliendo de un gobierno encuestocrático, cuyo único norte era permitir que quien lo encabezaba remontara en las encuestas, propósito que finalmente logró, dejando agradecidos a sus adversarios y sembrado el camino de partidarios muertos y heridos, entre ellos las colectividades que lo apoyaron y los militares que creyeron en sus promesas de debido proceso.
                Como no podía menos de suceder, por su falta de decisión en temas “impopulares” el gobernante encuestocrático dejó al país en decadencia productiva, escaso de energía y con regiones asoladas por el violentismo; y, lo peor de todo, debió entregar el poder a los mismos adversarios ineptocráticos a los cuales tanto se esforzó por complacer, algunos de los cuales se han mostrado bastante malagradecidos.
El programa fundamental de estos últimos lo dicta “la calle”, es decir, la enorme mayoría que quiere para si los frutos generados por la minoría que produce. “La calle” quiere esa riqueza y para ello necesita destruir el derecho de propiedad firmemente garantizado en la Constitución. Para eso, a su turno, necesita cambiar la Constitución por otra sin los quórums especiales propios de la democracia protegida, y en la cual todo se decida por mayoría. Además, quiere recibir gratis e inmediatamente un costoso bien de capital, que se llama “educación”. Y, por último, quiere “la plata”, es decir, “el FUT”, el gran pozo de los ahorros acumulados por la clase productiva incentivada por la exención de impuesto a la renta sobre las ganancias ahorradas y no consumidas.
El nuevo gobierno ineptocrático tiene mayoría parlamentaria y puede dar pronto los grandes zarpazos proyectados a la educación y al FUT. Los empresarios, que siempre están dispuestos a vender a sus verdugos la soga con que los van a ahorcar (Lenin), han declarado que no se van a cortar las venas por el FUT. O sea, para eso no hay problema. Pero en lo de la Constitución la Presidenta está un poco confundida, porque, para empezar, no tiene pensado nada al respecto y no sabe dónde puede ir a parar el país si la nueva Constitución la hace “la calle”. Pues el régimen ineptocrático no lo es tanto como para no darse cuenta de que toda su autoridad proviene, precisamente, de la actual Constitución, y de que si “la calle” barre con ésta también puede barrer con él.
Entonces, dando un gran suspiro, ha dicho que este tema no es para los primeros cien días, sino para, por lo menos, seis meses. Y ya para entonces puede resolverse por su receta favorita: formar una comisión.
Pero, le digo yo, ¡cuidado!, porque se ha oído de pocas lunas de miel que duren seis meses.

martes, 11 de marzo de 2014

...Y las Últimas Piñericosas...


Yo había dicho que no iba a escribir hasta después del cambio de mando, pero, perdónenme, no he podido resistir. Las piñericosas de estas últimas horas me sobrepasan. No puedo dejar de comentarlas. ¿Qué voy a hacer sin Piñera? Me dicen que no me preocupe, porque va a seguir en el centro de la escena, pues tiene los recursos y las ganas. Pero yo creo que, ya fuera del Gobierno, no va a tener la influencia de hoy. Pensé en eso  cuando Canal 13 informaba que, fuera del Congreso, había una manifestación violenta contra el Presidente saliente. Constanza Santa María y Polo Ramírez anunciaban que las cámaras darían cuenta del hecho. ¡Qué ingenuidad! ¿Ustedes creen que un canal de TV chileno, en el día de la transmisión del mando, día todavía monitoreado por La Moneda, alguna cámara se va a atrever a enfocar una manifestación contra el Presidente? Por supuesto, las cámaras enfocaron una manifestación, sí, pero ¡a favor de Pïñera!, de un grupito que, haciéndose pasar por “pueblo de izquierda”, voceaba: “¡Piñera, amigo, el pueblo está contigo!”. ¡Qué astucia! El grupito les “robó cámara” a los comunistas, que eran mucho más numerosos, pero, como insultaban al Presidente, no consiguieron que nadie los enfocara.
Otra piñericosa que disfruté fue una respuesta en la entrevista de tres páginas que ayer “La Segunda” le hiciera al todavía Presidente. Reproduzco la pregunta y la respuesta, sin poner ni quitar nada, y confío en que ustedes disfrutarán tanto como yo: “¿Pueden florecer todas las flores bajo la sombra de un ex Presidente que sigue en la vida pública como candidato?”. Respuesta: “Por supuesto que sí. Los Presidentes de la Concertación, ninguno se repitió salvo Michelle Bachelet, aunque algunos lo intentaron. No quiero mencionar nombres, pero hubo algunos ex Presidentes de Chile que quisieron reelegirse y no pudieron. Algunos no lo lograron porque no los nombraron candidatos, y a otros los designaron candidatos, pero perdieron la elección. Y no me estoy refiriendo ni al Presidente Aylwin ni a la Presidenta Bachelet”.
¿Cómo diablos vamos a saber de quiénes se trata?
Bueno, pero por algo en “El Mercurio” de hoy el columnista de izquierda, Eugenio Tironi, titula su comentario sobre el gobierno que termina con una sola palabra: “Aplaudo”. Y lo concluye así: “Por todo eso, yo aplaudo al Presidente Piñera en su despedida”.
Se ha ganado a la izquierda. E Isabel Allende dice hoy en “La Segunda”: “Le hago un reconocimiento porque fue capaz de cerrar el Penal Cordillera”.
Si es un “gambler”, como ha dicho otro izquierdista, es un “gambler” exitoso. Claro, algunos irredentos nos hemos acordado del general Odlanier Mena. Y de “House of Cards”. El fin justifica los medios y, como la derecha está clínicamente muerta y carece de candidato propio, bueno, ahí tiene un “gambler” exitoso. ¡Qué bajo hemos caído!
También en “La Segunda” viene una encuesta de ese diario con la Universidad del Desarrollo, donde aparece Piñera saliente con un 51% de aprobación ciudadana. Parece que la Adimark, en la cual yo no creía, al fin de cuentas tenía razón.
¿Receta para remontar? Cada vez más a la izquierda. Hoy me llega un mail indignado de un amigo marino, porque un grupo de “ex uniformados constitucionalistas” declara a “The Clinic que debe demolerse una estatua del Almirante Merino que se levanta en una dependencia de la Armada. Y que debe cambiarse el nombre de un buque bautizado en su honor. Pero ¿de dónde proviene semejante odiosa iniciativa? Adivinen ustedes: en el mismo “The Clinic” la patrocinó ya en enero pasado la diputada piñerista de RN, Karla Rubilar, hoy en “Amplitud”, el grupo escindido de partidarios del Presidente saliente. “Derechos humanos, lesa humanidad”, argumenta. Y he visto a la senadora del mismo grupo, Lily Pérez, también ex RN, proclamar en la TV su decidido apoyo a las reformas del gobierno de Michelle Bachelet.
Piñericosas aparte, ¿irá a quedar alguien en la derecha?

domingo, 9 de marzo de 2014

Legado del Segundo Kerensky Chileno


La próxima vez que escriba en este blog ya habrá otro gobierno. Con seguridad será peor que el actual, salvo en un aspecto: el de su eficacia para destruir a la derecha. Pues sólo Eduardo Frei Montalva le ha hecho más daño a ésta que su émulo Sebastián Piñera. Realmente, éste la ha demolido. A la hora de los balances, una comentarista de la Concertación, María de los Ángeles Fernández, ha reconocido piadosamente que él “fue iconoclasta frente al ideario tradicional de la derecha”, añadiendo: “La situación fue bien recogida por quien afirmó que se trataba del quinto gobierno de la Concertación”. A su turno y ahí mismo, un columnista de derecha, Axel Buchheister, hablando de la obvia ambición reelectoral del gobernante, anticipa: “Por mi parte, al menos, en ningún caso contará con mi voto, no importa lo que suceda” (”La Tercera”, 09.03.14, p. 42).
Como ha precisado otro analista de izquierda, Ernesto Ottone, Piñera es un jugador, un “gambler” de la política. Él hace “pasadas” que le dejan beneficios exclusivamente a él y poco o nada le importa a quiénes perjudican. Ahora su gobierno exhibe una encuesta según la cual termina su período con el 50% de aprobación ciudadana. Sobre la base de la misma sus panegiristas ya dan inicio a la campaña para la reelección, encabezada, por supuesto, por el mismo Piñera, que ha designado un “comando” cuya primera reunión está contemplada para el lunes 17 en su oficina de Apoquindo 3000 (“El Mercurio”, 09.03 14, C6).
Pero la misma encuesta que le da 50% a él dice que la Alianza, el pacto de gobierno, tiene una aprobación de apenas 22% y un rechazo del 64%. ¿Cómo se entiende que él tenga más del doble de aprobación que su propio gobierno? No se entiende, por supuesto, sabiéndose, como todo el mundo ya sabe, que éste es el gobierno de, por y para Sebastián Piñera. Yo creo más en otra encuesta de enero, de CERC, donde la aprobación al presidente es 36%, acusando un aumento de tres puntos con respecto a la encuesta anterior de junio. Y, muy importante, esos tres puntos porcentuales coinciden exactamente con los tres puntos que representan los que consideran como “lo mejor del gobierno de Piñera” el cierre del penal Cordillera, es decir, la tarea de denigración del Gobierno Militar y de la derecha que apoyó a este último. Obvio: ganó tres puntos mediante una jugada o pasada que le granjeó las simpatías comunistas y de la más extrema izquierda. Oportunamente en este blog destaqué los elogios que, con ese motivo, le prodigó Javiera Parada, la irreductible y más combativa representante de ese sector extremo.
Pero hubo todavía otra encuesta mucho más representativa: la elección presidencial de diciembre, donde el 62% de los chilenos dijo que no quería otro gobierno como el de Piñera (pues Evelyn Matthei se presentó como su continuadora).
Sea como fuere, los efectos de la “pasada” de septiembre en el ideario colectivo fueron devastadores. “Los 40 años del 11” constituyeron un “asesinato de la imagen” del Gobierno Militar, sobre la base de la falsificación  histórica. En los cerebros lavados chilenos se proyectó como una “película de horror” lo que concernió a dicho régimen. Todo el mundo sabe, por desinformado que esté, que la derecha y el Gobierno Militar fueron una misma cosa, pues este último recogió completo el ideario de la libertad personal, libertad política incluida, como que la misma está garantizada precisamente por la Constitución de 1980 que nos legó el referido régimen. Ergo, estigmatizarlo era destructivo para la derecha y el “lavado cerebral drástico y masivo” de septiembre la redujo a la mínima expresión que es hoy, y de la cual todos se esmeran por apartarse.
A la vez, estos cuatro años de culto a la personalidad de Piñera se caracterizaron por sus incesantes esfuerzos para congraciarse con los comunistas, retratándose sonriente con ellos en La Moneda (Teillier, Carmona y Gutiérrez), convidándolos a sus viajes internacionales, conservando el retrato de Allende en Inte rior, bajo el cual gustaba de retratarse a su brazo izquierdo, Hinzpeter, sonriente; la parafernalia de derechos humanos financiada por el gobierno (Museo de la Memoria marxista, Instituto de Derechos Humanos de la Lorena Fries, que públicamente repudio hace poco al 20% de opinión pública que todavía sostiene que el Gobierno Militar fue necesario para salvar la democracia; la Oficina de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, que triplicó el número de querellas contra militares y fue, por tanto, “cómplice activa” de la prevaricación de los jueces que desconocen la legislación y las bases ancestrales del derecho penal con tal de encarcelar uniformados); y, “last but not least”, tener a un mirista confeso como funcionario de su exclusiva confianza en el estratégico Instituto Médico Legal para que recientemente  “descubriera”, tras 40 años, que el general Bachelet murió por torturas, cuando sabidamente cayó fulminado por jugar básquetbol teniendo una condición cardíaca. 
         Finalmente, Piñera, tras haber proclamado en 2011 que el movimiento comunista de “la calle” (que gobernará desde el martes) era “grande, noble, hermoso” (con tal de usar tres sinónimos es capaz de decir cualquier barbaridad), nos ha conducido al segundo acceso del comunismo al poder, tras 43 años desde que el primer Kerensky chileno, Frei Montalva, posibilitara el primero. Y recogió inmediatamente una de las propuestas de "la calle" comunista: subir el impuesto a las empresas para mejorar la enseñanza estatal, lo que no estaba en su programa y contraviene un precepto fundamental de la derecha. Pero le resultó otra "piñericosa", pues al año siguiente cayó la recaudación del impuesto a la renta en 6,1% ("El Mercurio", 17.02.14, p. B4).

        Dicho sea de paso, tan preponderantes son los comunistas en el gobierno entrante que su poder de veto prevalece por sobre la opinión de la propia Michelle Bachelet (caso de la subsecretaria Echeverría). Lo que no es de extrañar, pues ella misma, en 1989, pertenecía al PAIS, pacto encabezado por el PC, y no a la Concertación. Y antes, también en los ’80, ella había convivido con el vocero oficial del FPMR, brazo armado comunista, Alex Vojcovich, cuando dicha asociación ilícita terrorista estaba más activa en la tarea de asesinar a uniformados. En fin, por algo varios frentistas han reafirmado públicamente que ella también era militante activa.

         Entonces, no en vano los tres ejes fundamentales del régimen que se inicia pasado mañana son dictados por “la calle”, brazo urbano del comunismo: nueva Constitución, mayores impuestos y educación estatal gratuita, “sin lucro”.

          Frei Montalva, el primer “Kerensky Chileno”, se arrepintió profundamente de haberle pavimentado el camino al comunismo y, probablemente, también de haber sido tan funcional a la transitoria desaparición de la derecha. Es posible que, asimismo, tardíamente se haya arrepentido de su famosa frase: “Hay algo peor que el comunismo, que es el anticomunismo”. Pues ya en 1973, en medio de su desesperación, decía a quien quería oírle: “Esto se arregla sólo con fusiles” y enviaba a los que iban a manifestarle su desesperación por el destino del país a hablar con los comandantes en jefe (“Acta Rivera”).

          ¿Cómo irá a ser el Acto de Contrición del Segundo Kerensky Chileno, y cuándo irá a tener lugar?

jueves, 6 de marzo de 2014

Últimos Logros del Estado Subsidiario


Siempre trato de no meterme con el Estado, porque, si uno lo hace, de todas maneras sale perdiendo. Supongo que desde el martes 11 va a ser peor, pues la gente votó por más poder para el Estado, es decir, por un mayor predominio de “lo público” , y entonces uno, que es “privado”, va a tener todavía menos caso, pues, aquél, de ser "subsidiario", pasará a protagonista principal.
            Ayer probé unos sorbos de lo que es el poder del Estado hoy, sin los aditamentos que vienen. En efecto, ya el año pasado el fisco le había expropiado a mi mujer el terreno para una calle. Una “Comisión de Hombres Buenos”, como dice la ley, había fijado el valor de la expropiación, pero en este caso era, yo pienso,  de “Mujeres Malas”, pues determinaron una indemnización mucho menor que el valor comercial del retazo. Bueno, nos resignamos, porque en un caso anterior habíamos metido juicio y después de ya no recuerdo cuántos años se obtuvo un reajuste irrisorio, que se fue casi todo en honorarios y gastos. Entonces esta vez nos resignamos y el fisco consignó el magro valor en un Juzgado, en marzo del año pasado. El Juzgado se demoró entre marzo y agosto en girarle el cheque a la dueña, pidiendo los más variados certificados y para asegurarse, me dijo la jueza, de que no le volvieran a robar, porque varias veces antes le habían sustraído plata de la cuenta del tribunal mediante engaños.
Superada esa parte, el Estado entonces dijo que debía plantificar una torre de electricidad en otra parte del terreno y quería que le diéramos autorización. Como eso iba a destruir las siembras de un arrendatario e iba a ocupar el terreno por dos meses, solicitamos una indemnización, modesta a nuestro entender. Hubo acuerdo y entonces el Estado entró y plantificó la torre. Al final se tomó más tiempo del previsto ocupando el terreno, pero no pagó más, y tampoco pagó la indemnización prometida. Era diciembre y reclamamos ante el Ministerio. Entonces nos dijo que iba a depositar el cheque en una notaría y que fuéramos a retirarlo. Pero sólo lo depositó en febrero. Sin embargo, pasados unos días retiró el cheque antes de que mi mujer lo retirara, porque nos demoramos unos días debido a que estábamos fuera de Santiago. Cuando reclamamos, nos recomendó firmar el finiquito en la notaría diciendo que se recibía el cheque aunque no fuera verdad, y ahí lo entregarían. “Peor es ná, dijo una vieja mascando lauchas”, reflexionamos, y entonces, previo cerciorarnos por teléfono de que la notaría atendía a las 3 p. m., partimos caminando con 33° de calor, porque no había estacionamiento cerca, y llegamos a esa hora, con una carta donde se nos decía que  la señorita Kathryn recibiría la firma para que la autorizara el notario.
Pero la señorita Kathryn no estaba para esas bromas y me dijo que era su hora de colación y no podía atendernos hasta las tres y media. Entonces fui donde la funcionaria del lado de la señorita Kathryn y le pedí a ella, que no estaba en colación, que recibiera la firma del finiquito, pero nos dijo que debíamos sacar número, pues el resto de la gente ya lo había sacado y estaba esperando turno. Entonces saqué el número 103 cuando iban en el 85. Por suerte la fila corrió rápido y cuando llegó el 103 la funcionaria me atendió, pero no encontró el finiquito y me dijo que debía esperar a que la señorita Kathryn completara su hora de colación. Entonces yo proclamé ante los presentes que todo esto se debía al abuso del oligopolio de los notarios y le pedí a la señorita que no estaba en colación conseguirme una audiencia con el notario, la cual obtuve a los diez minutos. El ministro de fe me recibió muy amable y yo le dije que si la señorita Kathryn estaba en colación, el finiquito no lo estaba, y que por favor le dijera a la señorita del lado de ella que lo buscara para que mi mujer lo firmara. Entonces el notario me dijo: “El problema está solucionado”. Y, en efecto, pero tras otros diez minutos de espera, y mientras yo sentía que la señorita Kathryn me miraba con cara de “no te vas a salir con la tuya”, efectivamente pudo firmarse el finiquito, dándose mi mujer por recibida del cheque, pero sin que se lo hubieran entregado, y ante la misma señorita Kathryn que no había querido recibir la firma por estar en colación, pero que ahora, todavía en colación, la recibió por habérselo, supongo, ordenado el notario. Al final no nos cobraron nada y nos dieron el finiquito donde el notario da plena fe de que retiramos el cheque, pero sin haberlo retirado. El Estado nos promete que, presentando ese finiquito, entregará el cheque que, nadie sabe por qué, retiró de la notaría. Yo siempre pregunto: “¿qui bono?”, “¿quién se beneficia?” Supongo que alguien usa la plata mientras no cobremos el cheque.
Después, con una copia del finiquito y sin cheque, hicimos la caminata de vuelta de veinte minutos con 33° a la sombra, que nos hizo mucho bien para terminar de “bajar el almuerzo”, con la satisfacción de haber cumplido trámites perfectamente inútiles, como, presumo, los de la mayor parte de la multitud que había en la notaría, y sin haber recibido el pago que el documento ante notario, que hace plena fe, acredita que habíamos recibido, de modo que no sé para qué hicieron a mi mujer mentir ante notario, cuando cualquiera puede perfectamente hacerlo sin necesidad de un ministro de fe. Por ahora dependemos de la promesa del Estado de que, contra el documento “ideológicamente falso” que obligó a firmar, va a entregar el cheque. Y si no lo hace, no podremos hacer nada, porque ya quedó declarado ante notario que fue retirado.
            Todo lo cual es nada en comparación con los atropellos que sufren a manos del Estado los presos políticos militares, pero tal vez ayude a explicar por qué hace años en el país no aumenta la productividad.

martes, 4 de marzo de 2014

La Insinuación de Mariana


            Piñera se cree su propia encuesta, que le da 50% de aprobación, pero yo creo más en la CERC de enero, que le dio 36%, subiendo eso sí tres puntos desde junio, gracias a denigración del Gobierno Militar y al traslado de los presos políticos militares de un penal digno a otro hacinado. Pues justamente un 3% de los encuestados dice que la mejor medida de Piñera fue decidir ese inhumano traslado, que causó dos bajas de presos ancianos y enfermos. Satisfizo el odio izquierdista y ganó tres puntos.

            Ahora ha hecho un balance autocomplaciente en La Moneda frente a sus más adeptos. Su principal logro es, dice, haber creado un millón de empleos. Pero no dice que la mitad fueron creados en 2010, cuando todavía no había tenido efecto ninguna medida suya. Y si se logró esa cifra fue porque el gobierno anterior había aumentado mucho el gasto público en 2009 y porque sobrevino la superación de la crisis subprime, que había hecho caer el producto y el empleo en el mismo 2009, los cuales no podían sino recuperarse en 2010. Él prometió crear 200 mil nuevos empleos anuales, pero entre 2011 y 2013 no pasó de 160 mil. Al contrario, la última cifra ocupacional señala que el desempleo aumentó en el trimestre noviembre-enero con respecto a la cifra anterior y también con respecto a un año atrás ("El Mercurio", 01.03.14, B4).

            Pues la verdad es que Piñera nos ha entregado un país con crecimiento decreciente: tras superarse el  5% entre 2010 y 2012, caímos a 4 % en 2013 y este año será entre 3,5% y 3,8%. Pero complació a sus adversarios políticos, aumentando el tamaño del Estado, creando nuevos ministerios, subsecretarías y superintendencias y subiendo los impuestos, en 2010 y 2012: resultado, menos crecimiento y más desempleo. Aplausos comunistas para él, sobre todo cuando aumentó el royalty a la minería. Lástima que el país ha caído 22 lugares este año entre los mejores destinos para la inversión minera . Y lástima que tras haber subido el impuesto a las empresas, la recaudación del gravamen sobre la renta disminuyo 6,1% ("El Mercurio", 17.02.14, B4). Salió el tiro por la culata.

            También nos va a dejar sin luz, porque, para no perder popularidad, logró anular la central eléctrica de Barrancones. Y por el mismo motivo ha “chuteado para adelante” Hydroaysén. Que no le vengan a él con iniciativas que lo puedan hacer bajar en las encuestas. Total, la luz va a escasear bajo el gobierno de su sucesora.

            Crecimiento decreciente, energía cara y escasa, desempleo que vuelve a subir. No importa, él está libre de crítica. Sus partidarios no la formulan porque les da vergüenza poner en evidencia la manera en que fueron “pasados por el aro”. Y sus adversarios tampoco, porque hizo lo que ellos querían, y, en particular, lo que más anhelaban: sembrar nacionalmente el odio hacia el Gobierno Militar. Lo expresan de diferentes maneras, como la de Mariana Aylwin en “La Segunda” de hoy: “su mayor logro (de Piñera): haber roto con la indiferencia o complicidad de la centroderecha frente a las violaciones a los derechos humanos”. En realidad, Mariana no puede sino elogiar a Piñera por eso, porque fue muy similar a lo que hizo su padre al respecto. Ambos ofrecieron su respaldo a los militares cuando los necesitaron y, una vez jugados estos y obtenido de ellos lo que esperaban (Aylwin el derrocamiento de Allende y Piñera la votación de la “familia militar”), los denostaron y crucificaron.

            Supongo que alguien incorporará al pasivo del balance de Piñera el “derby de demolición” de los partidos de derecha que lo llevaron al poder y que él encabezó.  Aprovechando su transitoria adhesión al “No” de 1988 (porque ya en 1989 él se había trasladado al “Sí” como generalísimo del candidato presidencial gobiernista de entonces), se sumó a la hemorragia publicitaria desatada por la izquierda con motivo de los 40 años del 11. Hemorragia que ya nada puede detener, pues esta mañana oí  a un actor marxista de la teleserie “Los Archivos del Cardenal” (archivos que no fueron del cardenal, sino confeccionados por un alto jefe del FPMR que era a la vez archivero de la Vicaría de la Solidaridad –complicidad por la cual la Iglesia de Santiago nunca ha dado la menor explicación— y ese actor decía que la nueva entrega de los “Archivos…” se basará en (cita no textual) “la enfermiza dedicación de la DINA a exterminar al FPMR”. ¡Qué enfermiza vocación para un servicio de seguridad, la de querer exterminar a la principal banda criminal terrorista del país!

            La relación causal entre la campaña publicitaria anti-Gobierno Militar instrumentada por la izquierda y encabezada por Piñera en septiembre y el rotundo fracaso electoral de la UDI y RN en las elecciones parlamentarias y presidenciales de fines del mismo año es inocultable: ambos partidos víctimas de la conjura formaron parte del Gobierno Militar, muchos de sus diputados, senadores y alcaldes sirvieron a ese régimen y la gente lo sabe perfectamente. Luego, enlodando a ese gobierno, lo que se lograba era alejar a la opinión pública lo más posible de dichas colectividades. Y de ahí la derrota de 62% vs. 38% en los comicios. Tal vez en agradecimiento a eso es que el benévolo comentario de Mariana Aylwin en “La Segunda” termina con estas prometedoras palabras: “No será el mejor Presidente de la historia… pero podrá irse expectante para volver a intentarlo”.

            ¡Tus verdaderos correligionarios te lo están ofreciendo en bandeja, Sebastián! Ya no necesitas de los partidos de derecha. Puedes dejarlos irse al destino que les buscaste, el cementerio político nacional. Y entonces se levantarán de sus sepulcros para ir a votar por ti en 2017 argumentando, una vez más, a falta de un líder propio, lo del "mal menor". 

 

sábado, 1 de marzo de 2014

¡Al Fin Chile Está Plenamente Reconciliado!


                El libro más importante del año pasado, “Procesos Sobre Violación de Derechos Humanos: Inconstitucionalidades, Arbitrariedades e Ilegalidades”, del abogado y marino (r) Adolfo Paúl Latorre, agotó su primera edición de mil ejemplares, lo que dará lugar al lanzamiento de la segunda esta semana, en medio del temor de que la izquierda se dé cuenta y “fune” el acto, obligándonos a los asistentes a salir del local (cuya ubicación no daré, por el peligro que ello implica para los que concurran) en medio de la protección policial y bajo piedrazos, salivazos, empujones y golpes de las brigadas marxistas, como ha sucedido otras veces en que el minúsculo grupo de los casi inexistentes actuales partidarios del Gobierno Militar ha querido reunirse públicamente. Pues Chile está casi unánime y completamente reconciliado en la idea de condenar a ese Gobierno y no admitir que su recuerdo sea defendido por nadie. Incluso hay una moción de ley para tipificar como delito semejante conducta y es seguro que la Nueva Mayoría del Congreso pronto lo aprobará. El propio libro que he calificado de tan importante no ha tenido casi publicidad, pues de él apareció un solo comentario, en “El Mercurio”, expresando que estaba destinado a no ser leído por nadie. De modo que yo, es decir, nadie, lo estoy leyendo.

            Entonces, supongo que está claro por qué Chile está reconciliado, pero añadiré otras explicaciones "a mayor abundamiento”. En una frase, lo está porque todos aquellos cuya opinión tiene alguna significación han llegado a opinar lo mismo que la izquierda sobre el pasado histórico que en algún momento anterior nos dividió. Puede quedar todavía alguien, como el autor de este blog, que opine distinto, pero, como me dijera en un foro de televisión con tanta gracia el director de “The Clinic”, Patricio Fernández, soy un personaje insignificante, digno de figurar sólo en un insectario que contenga bichos prehistóricos raros, sin ninguna relevancia presente.

Bueno, en el curso de mi lectura a marchas forzadas del libro, antes del lanzamiento de su segunda edición (no es tarea breve, pues ésta tiene 718 páginas, es decir, 82 más que la primera) cada vez me sorprendo más, y en particular me ha llamado la atención el capítulo 9 y su párrafo “Algunas miradas sobre la reconciliación”, donde se cita extensamente otro libro, lanzado el año pasado por el senador Hernán Larraín Fernández y el ex senador Ricardo Núñez Muñoz, ambos completamente reconciliados entre sí y que piensan lo mismo, es decir, condenan al Gobierno Militar: Larraín, porque se ha declarado arrepentido de haberlo apoyado y ha pedido público perdón por esa grave falta (que en breve puede constituir delito); y Núñez, que ha sintetizado su pensamiento en la siguiente frase para el bronce del “Hall of Fame” de las reconciliaciones: “Mientras haya algunos que justifiquen el Golpe, la reconciliación no se hace posible”.

            Pero, de hecho, ya nadie “justifica el Golpe”. Ninguna entre las “Voces de la Reconciliación” citadas en el libro de Larraín-Núñez lo hace. La que llega más lejos es la del diputado chileno-sueco Mauricio Rojas, que hoy se declara “más que arrepentido” de haber formado parte de un grupo extremista armado de izquierda, durante la UP, pero no por eso deja de condenar al régimen que la derrocó.

            Más aún, los que fueran baluartes del Gobierno de las Fuerzas Armadas y de Orden ya lo han condenado explícitamente. “El Mercurio”, uno de ellos, ha pasado a opinar oficialmente así, en su primer editorial de 1° de julio de 2012: “El Gobierno Militar cometió las violaciones de los derechos humanos que el Informe Rettig estableció como verdad consensuada”.

            Y nada menos que el propio Comandante en Jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre, declaró el 10 de diciembre de 2004: “El Ejército de Chile tomó la dura pero irreversible decisión de asumir las responsabilidades que como institución le caben en todos los hechos punibles y moralmente inaceptables el pasado”.

            ¿Qué más reconocimiento quieren? ¿No les basta con la condena de “El Mercurio” al Gobierno Militar ni con la rendición incondicional del Ejército? ¿No se cumple así la exigencia de repudio de Núñez, o la que posteriormente hizo el prohombre socialista Ricardo Solari (“La Segunda”, 29.08.13) de “un repudio generalizado, y sólo entonces la sociedad mirará ese período con otra perspectiva”.

            Bueno, el “repudio generalizado” ya se ha producido. El o los disidentes que pueda todavía haber están clavados en un insectario, completamente inermes e inanes. Todo el país está de acuerdo, ha elegido un gobierno que está de acuerdo y también el gobierno saliente de Piñera está de acuerdo, como lo manifestó al encabezar el repudio al Pronunciamiento con motivo de su 40° aniversario.

            ¡Chile entero condena al Gobierno Militar! Entonces, es hoy un país cabal, completa y totalmente reconciliado. ¿Qué más se podría pedir? Y, sin embargo, hay gente que todavía no está satisfecha. Vaya uno a entenderla. ¿O querrá que se destruyan hasta los insectarios?